Explotación y gestión de sistemas informáticos documentales
Productores, distribuidores y redes: Interconexión de centros y servicios.
Índice
Los centros de acceso y los servicios
Coste de los servicios de información en línea
La información ha sido siempre una mercancía, y como tal, susceptible de explotación. Para hacer posible la comercialización de la misma, ha sido necesario un soporte, que ha podido ir desde la voz humana hasta los más sofisticados materiales informáticos. Tradicionalmente, el precio de la información ha sido la suma de los costes de la propia información más los del soporte y su distribución. Era un proceso similar al de cualquier producto industrial: materia prima (información), producto manufacturado (información+soporte) y transporte. El beneficio obtenido por el vendedor (plusvalía) es la diferencia entre estos costes y el precio total del producto en el mercado. En algunos casos, su comercialización es más compleja, como suele ocurrir en los medios de comunicación de masas, ya que al precio total se le descuentan los beneficios obtenidos por publicidad y a veces por subvenciones de distintos tipos, lo cual rebaja el precio final del producto: en cualquier caso, publicidad y subvenciones no dejan de ser intereses convergentes que abaratan el producto para obtener un rendimiento colateral del mismo. De hecho, el precio final sigue inalterable: lo que desciende es el precio en el mercado.
La información como industria.
A la fuerza bruta del trabajo como fuente primera de energía en la producción de bienes le siguió, tras la Revolución Industrial, la fuerza mecánica generada por el desarrollo tecnológico y la principal fuente de riqueza pasó de la agricultura a la industria. Pero la sociedad posindustrial dejó obsoleto este concepto, una vez dominado el control de las máquinas, y el mayor origen de riqueza pasó a ser la información.
A la forma convencional de explotación y comercialización de la información se unieron nuevos métodos, que acercaron al usuario final a la fuente de la información, dándole flexibilidad en el acceso, reduciendo el tiempo necesario para disponer de ella y permitiéndole una elaboración de la misma de acuerdo con sus necesidades reales. Para que todo ello fuera posible fue necesario una evolución profunda de la tecnología, que avanzó de forma espectacular en dos campos: la automatización -informática- y las telecomunicaciones. La unión de ambas dio lugar a la telemática o telecomunicación, que permitió la producción industrial de información y su comercialización inmediata.
Para hacer viable el funcionamiento de esta industria fue necesario que se estructurara como tal, estableciéndose en tres núcleos: productores, distribuidores y consumidores. A ellos vinieron a sumarse los medios que permitieron su puesta en el mercado: redes y puntos de acceso.
Productores de bases de datos.
Existe todavía en el campo de la documentación un cierto confusionismo terminológico cuando se habla de bases y bancos de datos. En la Guía de bases de datos de EUSIDIC se distingue entre ficheros bibliográficos y bancos de datos, asignándoles este nombre a los factuales y designando genéricamente a ambos como bases de datos. El Comité de Terminología de la FID propone el nombre de base de datos a un conjunto de datos homogéneos, ordenados de una forma determinada, que se presenta normalmente de forma legible por ordenador y se refieren a una organización, materia o problema determinado; banco de datos es un sistema de información automatizado que consta de una o más bases de datos, un sistema de gestión de las mismas, programas de aplicación adecuados y el soporte físico del sistema. Las bases de datos pueden ser bibliográficas o factuales. Las primeras contienen referencias bibliográficas de los documentos publicados; las segundas datos concretos, numéricos o de otro tipo. Por tanto, las primeras no proporcionan directamente la respuesta a una cuestión dada, sino que remiten a la bibliografía sobre el tema, en tanto que las segundas sí facilitan respuestas concretas.
La aparición de bases de datos de textos completos desvirtúan un tanto esta clasificación, ya que son bibliográficas -suministran referencias-, pero también proporcionan directamente la información buscada. Por ello resulta más exacto dividir las bases de datos en referenciales y fuentes. Las bases de datos referenciales remiten a otras fuentes donde se encuentra la información completa: pueden ser bibliográficas -contienen referencias de documentos publicados- y directorios -contienen referencias a organizaciones, individuos, etc. Las bases de datos fuente pueden ser numéricas -contienen datos numéricos-, textuales -contienen textos completos- y mixtas, si tienen ambos datos.
Por razón de su contenido temático, las bases de datos se clasifican en científico-tecnológicas, económico-empresariales y humanísticas. A ellas habría que añadir las multidisciplinares y algunas difícilmente , en las tres categorías anteriores. En función de los organismos que las producen, cabe distinguir entre las producidas por organismos gubernamentales, organizaciones sin fines de lucro (sociedades científicas, asociaciones profesionales, etc.) o empresas privadas de carácter comercial.
En la última década se ha producido un crecimiento espectacular en la creación y difusión de bases de datos, crecimiento más acusado en los cinco últimos años. Pero el desarrollo de este campo no ha sido similar en todos los sectores citados. Las bases de datos factuales han experimentado un crecimiento proporcionalmente mayor en relación con las bibliográficas, las económico-empresariales con respecto a las científico-técnicas y las de creación privada con las de origen gubernamental, especialmente en USA; en Europa, el predominio de las bases de datos se sitúa a la inversa, aunque el aumento de bases de datos factuales, económico-empresariales y privadas aumenta a mayor ritmo que las demás y no tardarán en darles alcance.
A pesar de la tendencia apuntada, un buen número de las bases de datos más representativas por su volumen, exhaustividad y grado de utilización pertenece al sector científico-tecnológico. En este campo, es característico, para cada disciplina, la existencia de una o dos bases de datos que ocupan una situación de predominio absoluto. El ejemplo más representativo es el de la química, cuyo panorama aparece dominado a nivel mundial por la del Chemical Abstracts, cuya base de datos C.A. Search contiene todos los datos del Chemical Abstracts impreso, excepto el resumen, así como los números de registro de las sustancias químicas y términos de indización por materias. Junto a esta base de datos existe una serie de bases de datos satélites que los distintos distribuidores ofrecen, preparadas a partir del registro de sustancias químicas del Chemical Abstracts. Hay en el sector químico otras muchas bases de datos, la mayoría de carácter especializado, pero su importancia queda muy por debajo de esta.
En el campo de la física existe también una base de datos dominante, aunque su importancia está muy por debajo del Chemical Abstracts. Se trata de la base de datos INSPEC (Institution of Electrical Engineers) de Gran Bretaña, que cubre prácticamente todas las áreas de la física; junto a ella puede citarse la Physics Briefs alemana. En el terreno de la energía nuclear la más importante es INIS (Internacional Nuclear Information System), de la Agencia Internacional de Energía Atómica. Las matemáticas, hasta hace poco descuidadas por las bases de datos, se encuentran cubiertas por Mathfile, producida por la American Mathematical Society. Las ciencias de la tierra tienen una distribución más dispersa: se ocupan de la geología las bases de datos Geoarchive (británica), Georef (americana), Geoline (alemana) y Geode (francesa), esta última incorporada a la base de datos multidisciplinar PASCAL de la CNRS. En biología deben citarse Biosis Preview (americana); en medicina Medline y Excerpta Medica (americanas ambas), además cierto número de bases de datos especializadas (como Cancernet). En Agricultura las más importantes son Agrícola del Departamento de Agricultura Norteamericano, Agris de la FAO y CAB Abstracts de la Commonwelth. La tecnología ofrece un panorama variadísimo, con claro predominio de las bases de datos americanas.
Entre las bases de datos de personalidades, o directorios, cabe citar a American Men and Women of Science, de Bowker; Marquis Who's Who on Line, de Marquis; y BIODOC francesa. Las bases de datos de prensa más conocidos son Information Bank, de una empresa filial del New York Times; Dow Jones News, de Dow Jones & Co, sobre noticias relativas a empresas; y Standars & Poor's News, de McGraw Hill. Las bases de datos de bibliografía nacional más amplias son la LC MARC, con casi dos millones de referencias; la MARC del Reino Unido, que contiene el catálogo de la British Library: ALICE, italiana, con los libros en italiano publicados desde 1930: y BIBLIODATA alemana. Finalmente, entre las bases de datos multidisciplinares cabe citar a INPADOC, MARC y PASCAL, del CNRS francés.
Son los suministradores de los servicios de información en línea. La industria de la información nació en Estados Unidos y uno de sus primeros hitos tuvo lugar precisamente cuando las primeras bases de datos, producidas en forma de archivo secuencial para su explotación por lotes, se transformaron en ficheros inversos, posibilitando la consulta en línea. Esta transformación la realizaron en algunos casos los propios productores de las bases de datos, que actuaron así también de distribuidores. Pero el caso más frecuente y característico fue la aparición de grandes mayoristas de la información, entidades que adquieren diversas bases de datos, las transforman para hacerlas accesibles en línea y así hacen posible el acceso de los usuarios a grandes volúmenes de información a través de un único lenguaje de interrogación. Así nacieron los dos primeros grandes distribuidores norteamericanos, Lockheed Information Systems (actualmente Dialog Information Services) y Systems Development Corporation. Algo más tarde, la Agencia Europea del Espacio, con su sistema RECON (hoy ESA/IRS) fue pionera de los sistemas en línea en Europa.
El número de distribuidores ha experimentado también un considerable aumento en los últimos años. Dado el elevado coste que estos sistemas exigen, están muy concentrados en los grandes países. Para medir su importancia puede tomarse como parámetro el número de bases de datos que ofertan, aunque hay que advertir que muchos distribuidores desdoblan las bases de datos más voluminosas. A la cabeza de los distribuidores mundiales se encuentra Dialog Information Services, con más de 200 bases de datos. Le sigue el canadiense I.P. Sharp, especializado en bases de datos económicos y estadísticos; detrás van los otros dos grandes sistemas norteamericanos: Bibliographic Retrieval Services (BRS) y Systems Development Corporation (SDC/Orbit). Además de ECHO/CCL, que es el host propio de la C.E.E., y que proporciona acceso a un grupo de bases de datos de la Comunidad, el grupo de distribuidores europeos importantes se puede dividir en dos: de un lado, Télésystems/Questel en Francia y ESA/IRS de la Agencia Europea del Espacio, en Frascati, Italia; de otro, los distribuidores alemanes INKA y DIMDI y Data-Star en Suiza. Además conviene citar el BLAISE británico y BELINDIS belga.
En los últimos años parece resurgir la tendencia de los productores de las grandes bases de datos a distribuirlas por sí mismos. El Chemical Abstracts lo hace así con su CAS On-line desde 1980. Posteriormente, la asociación de bases de datos científicos alemanes y japoneses crearon Scientific and Technical Network International (STN), con puntos de acceso en Alemania, Japón y USA.
La red de transporte o transmisión de datos es el conjunto de medios dedicados al establecimiento y mantenimiento de la comunicación entre los distribuidores y los puntos de acceso. Se llaman así las empresas públicas o privadas que ofrecen este servicio a los usuarios: consta del soporte de una red de telecomunicación y los puntos de acceso correspondientes
Si la introducción de los servicios de recuperación de información en línea supuso una verdadera revolución en el mundo de la información científica y técnica, la auténtica dimensión de la misma sólo ha sido posible gracias a las facilidades de acceso, desde cualquier punto del planeta y a precio razonable, que brindan las redes de comunicación: de otro modo, su uso hubiera quedado limitado a unos pocos países.
Las primeras redes que facilitaron el uso generalizado de los distribuidores de servicios en línea fueron de nuevo las norteamericanas TYMNET y TELENET. Posteriormente, por iniciativa de la Comunidad Económica Europea, se creó en Europa la red EURONET, hoy desaparecida. Actualmente se han generalizado las conexiones bilaterales entre las redes de comunicación de los distintos países. Desde el punto de vista del usuario, el contacto debe hacerse con la red nacional respectiva (en España la CTNE), la cual le permitirá el acceso a cualquier distribuidor mundial por medio de conexiones bilaterales o facilitando el acceso a los nodos de entrada de las redes internacionales.
Los centros de acceso y los servicios.
Los centros de acceso a bases de datos son por lo general centros de información que ofrecen este tipo de servicios. Disponen para ello de un equipo de personal especializado en la preparación y realización de búsquedas y en las disciplinas que cada centro atienda. los tipos de servicios que se ofrecen son generalmente de dos tipos:
Búsquedas retrospectivas, que tiene por objeto facilitar información sobre lo publicado hasta la fecha en un tema determinado.
Difusión selectiva de la información, cuyo objetivo es proporcionar periódicamente la información que vaya apareciendo sobre un tema concreto.
En muchos casos la información obtenida es evaluada, clasificada, resumida, etc., antes de su envío al usuario final. Por ello a veces se les llama centros de análisis de la información.
Desde el punto de vista práctico, los centros de documentación, además de disponer del equipo material necesario, deben establecer con los distribuidores los correspondientes contratos de utilización, con lo cual les serán asignados códigos de identificación que les permitan el acceso a los ordenadores respectivos.
Con la entrega de la información obtenida por el centro de acceso al usuario se cierra el ciclo de transferencia de la información en los sistemas en línea. Se ha de advertir que el concepto de usuario es relativo: para un centro de acceso a bases de datos, los usuarios serán quienes le soliciten información; para un distribuidor, los usuarios serán quienes utilicen sus servicios, sea en provecho propio (usuarios finales), sea para facilitar información a terceros (usuarios intermedios)
Coste de los servicios de información en línea.
Los centros de acceso a bases de datos deben hacer frente a dos facturas: la del distribuidor y la de la red de comunicación. En la primera se engloban los derechos de acceso a las bases de datos y los costes de explotación, que a la vez es la suma de los costes de acceso propiamente dichos -tarifado en función del tiempo de conexión- y la impresión de referencias fuera de línea -tarifado según el número de referencias. En cuanto a los costes de comunicación se estiman en calidad de conferencia telefónica.
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Libros, bibliotecas, bibliotecarios
Rosario López de Prado
Museo Arqueológico Nacional (BIBLIOTECA)
Última revisión: 6 de mayo de 2000