CONCLUSIONES

 

A lo largo de la toda la historia de Humanidad, el hombre ha necesitado disponer de los documentos que recogían los conocimientos y experiencias de las generaciones anteriores para poder construir su propio mundo. A medida que los documentos han proliferado, el acceso a la información pertinente se ha ido haciendo más y más difícil; esta situación ha obligado a elaborar herramientas que permitieran la recuperación de la información y aseguraran el acceso al documento. Las fuentes de información bibliográficas son los caminos que llevan al investigador hasta los conocimientos que necesita para seguir adelante en su trabajo; al mismo tiempo, uno de los resultados del trabajo de investigador, ha sido la producción de bibliografías. De este modo, han coincidido herramienta y producto.

 

Las fuentes de información bibliográfica son el único medio seguro de llegar a la información que el investigador requiere: en este punto todo el mundo parece estar de acuerdo. Sin embargo, el concepto de fuente de información bibliográfica, no siempre ha representado el mismo concepto, ni ha elaborado los mismos productos; tampoco se han utilizado siempre idénticos métodos. Para unos, la bibliografía era una técnica que permitía la autentificación de los libros; para otros, reseñaba obras especialmente valiosas por alguna de sus características; al principio, las bibliografías eran simples listas de libros; más tarde se hicieron selectivas y especializadas; hay autores que limitaron su campo a los libros impresos; otros fueron más allá del soporte y la forma.

 

Actualmente, el concepto de fuente de información bibliográfica está sometido, una vez más, a revisión. Los documentos electrónicos ocupan cada vez mayor espacio en nuestro mundo, y el viejo sistema bibliográfico ve cuestionada su utilidad. Las búsquedas de información responden a nuevas estrategias, los listados de obras no tienen ningún sentido, las ediciones electrónicas tienen características propias que exigen diferentes planteamientos. Y, una vez más, el investigador se ve ante la necesidad de escoger el procedimiento adecuado que le guíe hasta la información que precisa entre un mar de documentos.

 

Sin embargo, en cualquier caso, el investigador debe recorrer tres etapas fundamentales: conocer qué documentación existe sobre el objeto de su estudio, identificar y seleccionar la información precisa y localizarla para asegurarse el acceso. En líneas generales, el método de investigación bibliográfica más tradicional. Que los soportes sean distintos y las búsquedas más ágiles no desvirtúa la importancia ni cambia el desarrollo del sistema. Después de todo, el soporte electrónico no cambia el sistema de información, sino que lo facilita y ofrece más posibilidades, acorta el camino para llegar al mismo lugar. Las fuentes de información bibliográfica han sido, son y seguirán siendo nuestro hilo de Ariadna en el universo de la información.

 

Subir

Volver:

 Zaguán

 Libros, bibliotecas, bibliotecarios

Rosario López de Prado

Museo Arqueológico Nacional (BIBLIOTECA)

rlp@man.es