Bandera de México
CRONOLOGIA DE LA MARCHA  "EL COLOR DE LA TIERRA"

Reivindican la lucha de la mujer en las comunidades


Milpa Alta, D.F. marzo 8 de 2001Comandanta Esther

Excepto por la voz de los comuneros organizadores y un breve discurso del subcomandante Marcos, las voces de mujeres tejieron la noche.

"Somos dadoras de vida", dijo la comandanta Esther, "sin las mujeres no se transforma el mundo". En un acto al que asistieron los comuneros de Milpa Alta y parte de la sociedad civil del Distrito Federal, la reivindicación principal fue el papel y los derechos de la mujer, de las indígenas, pero también de las pobres, de la mujer en general: lo femenino.

María del Carmen Rodríguez Meza, milpaltense, dio la bienvenida a la delegación zapatista: "sean bienvenidos a estas tierras del sur por donde cabalgó nuestro general Emiliano Zapata". Recordó los siete años de lucha "que tantas enseñanzas nos han dado de dignidad y resistencia, y que también nos han reavivado el amor por la tierra", y apuntó un gusto especial por celebrar aquí el Día de la Mujer. La señora Rodríguez dijo: "hoy 8 de marzo del 2001, es un día especial para los pueblos milpaltenses por tener entre nosotros a cuatro comandantas zapatistas". Enviando  un saludo especial a la Comandanta Ramona, "donde quiera que ella se encuentre".

Le siguió una purépecha, Tomasa Sandoval, de la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas y del CNI, quien leyó un profuso documento sobre la equidad en las relaciones entre mujeres y hombres. Dijo que en el Día Internacional de la Mujer estaban aquí para dignificar, honrar y celebrar a todas aquellas mujeres que han luchado por la justicia, y recordó "a nuestras ancestras, abuelas, madres, hermanas, hijas y nietas que han entregado su vida por dignificar nuestra existencia".

Como pocas veces, los discursos reivindicadores fueron directos en combatir la  discriminación que sufren las mujeres. Declaró: "este camino nos ayuda a develar aquellos usos y costumbres que atentan contra nuestra dignidad", y estableció un vínculo que sería uno de los hilos de plata de la noche: que así como el Estado viola los derechos de los indígenas en todos los órdenes de la vida, "dentro de nuestras comunidades persisten los
sentimientos machistas y sexistas".

Dijo que esta asimetría en las relaciones repercute más en las mujeres que sufren el trabajo no remunerado, prácticas patriarcales, violencia familiar y el mayor reconocimiento del trabajo del hombre, y exigió una nueva relación en las comunidades para tener decisión en las asambleas, acceso directo a la tierra y a los cargos.

Para concluir, reivindicó los acuerdos de San Andrés y la propuesta de la Cocopa, porque plantean el sustento jurídico de equidad para "respetar la dignidad y la integridad de las mujeres".

La comandanta Susuana presentó a sus compañeras. La comandanta Yolanda insistió que en Chiapas no ha habido ningún cambio porque Vicente Fox no ha cumplido las tres señales demandadas, y reclamó: "antes podíamos caminar a cualquier hora de la noche sin ningún problema, y ahora, con la llegada del Ejército, ya no podemos caminar tranquilas en la noche. Nosotras no necesitamos que nos cuiden los ejércitos".

Un grito cubrió la noche: "no están solas"

La comandanta Fidelia pidió que la sociedad luche junta "contra este monstruo que cargamos". Dijo que tal vez la gente se asustaba de "aquella mujer fea, tapado su rostro con una capucha, pero nosotros no está feo nuestro corazón. Tenemos un corazón de luchar hasta la muerte". Y remató: "somos muy pobres, somos nalfabetas, pero sí nos podemos defender".

Por último, la comandanta Esther recordó el 147 aniversario de la lucha de las mujeres que dieron su vida por exigir la reducción de la jornada laboral y lo consiguieron. Señaló que en las comunidades luchan por no ser marginadas en las asambleas y culpó al sistema por establecer esas asimetrías que afectan las relaciones íntimas, "así los enseñaron a nuestros compañeros. Somos dadoras de vida, sin las mujeres no se transforma el mundo".

Esther fue la encargada de leer el quinto mensaje del EZLN: "no tenemos dos rostros, dos pies sí, y el uno y el otro se necesitan para caminar. Cuando la luna es reina, quien tres colores carga anuncia que por tres noches la fuerza se hará más fuerza con el color de la tierra. Amaneciendo el séptimo día del paso que salió de la casa del purépecha, el color de la tierra pintará toda la tierra que se crece hacia arriba. Apenas entonces empezará a morir la pena y con todos los colores bailará el color que somos de la tierra".

Marcos cerró el mitin. Después de saludar y agradecer a los milpaltenses, dijo que "el cerebro, el motor y el aliento que hizo posible que estuviéramos aquí fue femenino. Fue una compañera insurgenta la que nos hizo posible estar aquí frente a ustedes. Porque se habla que hay quien está tres veces detrás de algo. Las indígenas por indígenas, por mujeres y por pobres. Pero hay quien está cuatro veces atrás: las insurgentas.

Ellas son la sombra de nosotros ahora. Espero, realmente espero que llegue el día en que tomen su rostro y tomen su luz, y entonces sí, nosotros podamos volver a ser lo que de por sí somos: una sombra".

Y concluyó: "Este bastón de mando le toca a ella y a ella, a todas las insurgentas. Y espero que escuchen allá donde están".
 

La puerta zapatista a la ciudad

Este momento recuerda aquel 14 de noviembre de 1914, cuando el general Emiliano Zapata entró a este pueblo. Al frente de sus seguidores, Zapata reunió a los milpaltenses y les dijo: "júntense conmigo, yo me levanté en armas y traigo a mis paisanos porque ya no queremos a este gobierno. Levántense con nosotros porque no nos gusta lo que nos pagan los ricos, no nos basta para comer y para vestirnos. También quiero que toda la gente tenga su terreno, así lo sembrará y cosechará maíz y frijolitos y otras semillas. ¿Qué dicen ustedes, se juntan con nosotros?". Esas palabras del general quedaron en la memoria de los comuneros de Milpa Alta, zapatistas desde entonces.

La demanda de autonomía es reflejo de este espacio de resistencia para seguir siendo lo que son en la transformación decidida por las propias comunidades. El reconocimiento de sus derechos colectivos, encarnados en los acuerdos de San Andrés y la propuesta de reformas constitucionales de la Cocopa, es lo que dará detalle al oxidado artículo 39 de la Constitución.

A las puertas de la ciudad más grande del mundo, según cuenta la leyenda, los habitantes de Milpa Alta, los más antiguos del Valle del Anáhuac, reivindican el territorio de Malakastepec Momosko, como ellos nombran su señorío, resisten la expansión de la mancha urbana, y su historia de luchas es emblemática, ya que fue la cuna de una organización campesina combativa: la Coordinadora Nacional Plan de Ayala.
 

Oztotepec, Milpa Alta D.F. marzo 9 de 2001.-

La delegación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) advirtió que no se retirará del Distrito Federal hasta que se reconozcan los derechos constitucionales de los pueblos indios. 

Así lo afirmó el subcomandante Marcos en el mitin efectuado la tarde de ayer frente al museo Cuartel Zapatista, ubicado en el centro de San Pablo Oztotepec, Milpa Alta. 

El vocero del EZLN señaló ante varios miles de capitalinos y comuneros de la región: "no nos están viendo ni nos están escuchando. Llenas las plazas y los pueblos, y no te ven ni te oyen. Vamos a llenar las calles a ver si nos ven y nos oyen. Piensan que somos una moda que va a pasar; piensan que te vas a ir a tu casa y a tu trabajo y que todo va a pasar. Pero no, no nos vamos a ir de aquí, que quede claro, hasta no lograr el reconocimiento constitucional de los derechos y la cultura indígenas". Después, remató con un "ya lo dijimos". 

Cientos de jóvenes universitarios, trabajadores y campesinos se reunieron en la plaza principal del pueblo, apiñados en el atrio de la iglesia, en el jardín y alrededor de la explanada, frente al que fue el cuartel general de Emiliano Zapata en 1914. Antes de retirarse, el vocero del EZLN subrayó: "los zapatistas no se van hasta que se van", y la multitud respondió con el grito que se ha repetido a lo largo de este recorrido: "¡no están solos!". 

Reconocimiento a las diferencias 

Durante el acto hablaron diversos representantes de los pueblos indígenas que habitan los alrededores del Distrito Federal. Ahí los delegados del EZLN ratificaron, con su firma, los resolutivos del congreso indígena de Nurio. 

A nombre de la Alianza de Pueblos Indígenas, Ejidos y Comunidades del Anáhuac, Javier García García defendió la idea de pueblo como "comunidad social y política", y la lucha de los campesinos por la tierra y contra la desarticulación y destrucción de sus territorios. "La dignidad rebelde de nuestros hermanos, en guerra declarada contra el supremo gobierno, es parteaguas de la historia nacional, porque marca el principio de una etapa decisiva en la lucha de emancipación de todos los pueblos indígenas del país". 

Ramiro Taboada tomó la palabra por el CNI. "Con nuestros hermanos zapatistas estaremos reunidos frente al supremo gobierno. Queremos que quede escrito en la ley cómo somos. El Plan de Ayala, plan libertador de los pueblos, reclamo de los agravios cometidos, defensa enérgica de la comunalidad... Desde entonces, nuestros pueblos siguen resistiendo, seguimos en pie de lucha por el reconocimiento pleno de nuestros derechos. No renunciaremos a lo que somos". 

La delegación zapatista ratificó los objetivos de la marcha por la dignidad indígena. El comandante Tacho reconoció la memoria histórica de las luchas campesinas de las orillas de la ciudad de México. También hablaron los comandantes Zebedeo y David, con mensajes de unidad y reconocimiento a los pueblos de la región. 

El comandante David apuntó: "el gobieno actual de Vicente Fox está queriendo vacilar con nosotros, los zapatistas, con el pueblo mexicano y con el mundo entero. Si Fox tuviera la verdadera voluntad de resolver el conflicto y empezar a pagar la deuda histórica que tienen con los pueblos indios, desde cuándo hubiera cumplido cabalmente las tres señales demandadas". 

El subcomandante Marcos abundó en los equívocos que cruzan la historia de nuestro país. "Se equivocaron cuando a matar a un indio le llamaban evangelizarlo; se equivocan ahora cuando a ese asesinato se llama modernizarlo". 

En su recuento, Marcos cuestionó los prejuicios del poder: "para ellos nuestras historias son mitos, nuestras doctrinas son leyendas, nuestra ciencia es magia, nuestras creencias son supersticiones, nuestro arte es artesanía, nuestros juegos, danzas y vestidos son folclor, nuestro gobierno es anarquía, nuestra lengua es dialecto, nuestro amor es pecado y bajeza, nuestro andar es arrastrarse, nuestro tamaño es pequeño, nuestro físico es feo". 

Defendió la autonomía como integradora del país, pues "lo que ahora hay es desintegración de la nación". El dilema de los pueblos indios es resistir o modernizarse; "quienes nos resistimos a la modernización, vivimos en casas con piso de tierra, paredes de palo o de lodo, techos de cartón o de ramas, y nuestra mesa está llena de carencias. Frente a estas dos opciones, la marcha por la dignidad indígena, la marcha por el color de la tierra, trata de construir una nueva: el reconocimiento de la diferencia". 

Material informativo tomado de:
Diario La Jornada, México, D.F.

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