Historia de los Microprocesadores
Han pasado más de 25 años desde
que Intel diseñara el primer microprocesador, siendo la compañía pionera en
el campo de la fabricación de estos productos, y que actualmente cuenta con
más del 90 por ciento del mercado. Un tiempo en el que todo ha cambiado enormemente,
y en el que desde aquel 4004 hasta el actual Pentium II hemos visto pasar varias
generaciones de máquinas que nos han entretenido y nos han ayudado en el trabajo
diario.
Dicen que es natural en el ser humano querer mirar constantemente hacia el futuro, buscando información de hacia dónde vamos, en lugar de en dónde hemos estado. Por ello, no podemos menos que asombrarnos de las previsiones que los científicos barajan para dentro de unos quince años. Según el Dr. Albert Yu, vicepresidente de Intel y responsable del desarrollo de los procesadores desde el año 1984, para el año 2011 utilizaremos procesadores cuyo reloj irá a una velocidad de 10 GHz (10.000 MHz), contendrán mil millones de transistores y será capaz de procesar cerca de 100 mil millones de instrucciones por segundo. Un futuro prometedor, que permitirá realizar tareas nunca antes pensadas.
Sin embargo, para que esto llegue,
la historia de los procesadores ha pasado por diferentes situaciones, siguiendo
la lógica evolución de este mundo. Desde aquel primer procesador 4004 del año
1971 hasta el actual Pentium II del presente año ha llovido mucho en el campo
de los procesadores. Tanto, que no estamos seguros si las cifras que se barajan
en Intel se pueden, incluso, quedar cortas. Aquel primer procesador 4004, presentado
en el mercado el día 15 de noviembre de 1971, poseía unas características únicas
para su tiempo. Para empezar, la velocidad de reloj sobrepasaba por poco los
100 KHz (sí, habéis leído bien, kilohertzios), disponía de un ancho de bus de
4 bits y podía manejar un máximo de 640 bytes de memoria. Realmente una auténtica
joya que para entonces podía realizar gran cantidad de tareas, pero que por
desgracia no tiene punto de comparación con los actuales micros. Entre sus aplicaciones,
podemos destacar su presencia en la calculadora Busicom, así como dotar de los
primeros tintes de inteligencia a objetos inanimados.
Poco tiempo después, sin embargo, el 1 de abril de 1972, Intel anunciaba una versión mejorada de su procesador. Se trataba del 8008, que contaba como principal novedad con un bus de 8 bits, y la memoria direccionable se ampliaba a los 16 Kb. Además, llegaba a la cifra de los 3500 transistores, casi el doble que su predecesor, y se le puede considerar como el antecedente del procesador que serviría de corazón al primer ordenador personal. Justo dos años después, Intel anunciaba ese tan esperado primer ordenador personal, de nombre Altair, cuyo nombre proviene de un destino de la nave Enterprise en uno de los capítulos de la popular serie de televisión Star Trek la semana en la que se creó el ordenador. Este ordenador tenía un coste de entorno a los 400 dólares de la época, y el procesador suponía multiplicar por 10 el rendimiento del anterior, gracias a sus 2 MHz de velocidad (por primera vez se utiliza esta medida), con una memoria de 64 Kb. En unos meses, logró vender decenas de miles de unidades, en lo que suponía la aparición del primer ordenador que la gente podía comprar, y no ya simplemente utilizar.
Sin embargo, como todos
sabemos, el ordenador personal no pasó a ser tal hasta la aparición de IBM,
el gigante azul, en el mercado. Algo que sucedió en dos ocasiones en los meses
de junio de 1978 y de 1979. Fechas en las que respectivamente, hacían su aparición
los microprocesadores 8086 y 8088, que pasaron a formar el denominado IBM PC,
que vendió millones de unidades de ordenadores de sobremesa a lo largo y ancho
del mundo. El éxito fue tal, que Intel fue nombrada por la revista "Fortune"
como uno de los mejores negocios de los años setenta. De los dos procesadores,
el más potente era el 8086, con un bus de 16 bits (por fin), velocidades de
reloj de 5, 8 y 10 MHz, 29000 transistores usando la tecnología de 3 micras
y hasta un máximo de 1 Mega de memoria direccionable. El rendimiento se había
vuelto a multiplicar por 10 con respecto a su antecesor, lo que suponía un auténtico
avance en lo que al mundo de la informática se refiere. En cuanto al procesador
8088, era exactamente igual a éste, salvo la diferencia de que poseía un bus
de 8 bits en lugar de uno de 16, siendo más barato y obteniendo mejor respaldo
en el mercado.
En el año 1982, concretamente el 1 de febrero, Intel daba un nuevo vuelco a la industria con la aparición de los primeros 80286. Como principal novedad, cabe destacar el hecho de que por fin se podía utilizar la denominada memoria virtual, que en el caso del 286 podía llegar hasta 1 Giga. También hay que contar con el hecho de que el tiempo pasado había permitido a los ingenieros de Intel investigar más a fondo en este campo, movidos sin duda por el gran éxito de ventas de los anteriores micros. Ello se tradujo en un bus de 16 bits, 134000 transistores usando una tecnología de 1.5 micras, un máximo de memoria direccionable de 16 Megas y unas velocidades de reloj de 8, 10 y 12 MHz. En términos de rendimiento, podíamos decir que se había multiplicado entre tres y seis veces la capacidad del 8086, y suponía el primer ordenador que no fabricaba IBM en exclusiva, sino que otras muchas compañías, alentadas por los éxitos del pasado, se decidieron a crear sus propias máquinas. Como dato curioso, baste mencionar el hecho de que en torno a los seis años que se le concede de vida útil, hay una estimación que apunta a que se colocaron en torno a los 15 millones de ordenadores en todo el mundo.
El año de 1985 es clave en la historia de
los procesadores. El 17 de octubre Intel anunciaba la aparición del procesador
80386DX, el primero en poseer una arquitectura de 32 bits, lo que suponía una
velocidad a la hora de procesar las instrucciones realmente importante con respecto
a su antecesor. Dicho procesador contenía en su interior en torno a los 275000
transistores, más de 100 veces los que tenía el primer 4004 después de tan sólo
14 años. El reloj llegaba ya hasta un máximo de 33 MHz, y era capaz de direccionar
4 Gigas de memoria, tamaño que todavía no se ha superado por otro procesador
de Intel dedicado al mercado doméstico. En 1988, Intel desarrollaba un poco
tarde un sistema sencillo de actualizar los antiguos 286 gracias a la aparición
del 80386SX, que sacrificaba el bus de datos para dejarlo en uno de 16 bits,
pero a menor coste. Estos procesadores irrumpieron con la explosión del entorno
gráfico Windows, desarrollado por Microsoft unos años antes, pero que no había
tenido la suficiente aceptación por parte de los usuarios. También había habido
algunos entornos que no habían funcionado mal del todo, como por ejemplo el
Gem 3, pero no es hasta este momento cuando este tipo de entornos de trabajo
se popularizan, facilitando la tarea de enfrentarse a un ordenador, que por
aquel entonces sólo conocíamos unos pocos. Windows vino a ser un soplo de aire
fresco para la industria, pues permitió que personas de cualquier condición
pudiera manejar un ordenador con unos requerimientos mínimos de informática.
Y si esto parecía la revolución, no tuvimos que esperar mucho para que el 10 de abril de 1989 apareciera el Intel 80486DX, de nuevo con tecnología de 32 bits y como novedades principales, la incorporación del caché de nivel 1 (L1) en el propio chip, lo que aceleraba enormemente la transferencia de datos de este caché al procesador, así como la aparición del co-procesador matemático, también integrado en el procesador, dejando por tanto de ser una opción como lo era en los anteriores 80386. Dos cambios que unido al hecho de que por primera vez se sobrepasaban el millón de transistores usando la tecnología de una micra (aunque en la versión de este procesador que iba a 50 MHz se usó ya la tecnología .8 micras), hacía posible la aparición de programas de calidad sorprendente, entre los que los juegos ocupan un lugar destacado. Se había pasado de unos ordenadores en los que prácticamente cualquier tarea compleja requería del intérprete de comandos de MS-DOS para poder ser realizada, a otros en los que con mover el cursor y pinchar en la opción deseada simplificaba en buena medida las tareas más comunes. Por su parte, Intel volvió a realizar, por última vez hasta el momento, una versión de este procesador dos años después. Se trataba del 80486SX, idéntico a su hermano mayor salvo que no disponía del famoso co-procesador matemático incorporado, lo que suponía una reducción del coste para aquellas personas que desearan introducirse en el segmento sin necesidad de pagar una suma elevada.
La evolución que están sufriendo los procesadores
es algo que no parece escapar a la atención de millones de personas, cuyo trabajo
depende de hasta dónde sean capaces de llegar los ingenieros de Intel a la hora
de desarrollar nuevos chips. El último paso conocido ha sido la implementación
de la nueva arquitectura de 0.25 micras, que viene a sustituir de forma rotunda
la empleada hasta el momento, de 0.35 micras en los últimos modelos de procesador.
Esto va a significar varias cosas en un futuro no muy lejano. Para empezar,
la velocidad se incrementará una media del 33 por ciento con respecto a la generación
de anterior. Es decir, el mismo procesador usando esta nueva tecnología puede
ir un 33 por ciento más rápido que el anterior. Para que os podáis hacer una
idea del tamaño de esta tecnología, deciros que el valor de 0.25 micras es unas
400 veces más pequeño que un pelo de cualquier persona. Y este tamaño es el
que tienen los transistores que componen el procesador. El transistor, como
muchos sabréis, permite el paso de la corriente eléctrica, de modo que en función
de en qué transistores haya corriente, el ordenador realiza las cosas (esto
es una simplificación de la realidad, pero se ajusta a ella más o menos). Dicha
corriente eléctrica circula entre dos puntos, de modo que cuanto menor sea esta
distancia, más cantidad de veces podrá pasar pues el tiempo de paso es menor.
Aunque estamos hablando de millonésimas de segundo, tened en cuenta que un procesador
está trabajando continuamente, de modo que ese tiempo que parece insignificante
cuando es sumado a lo largo de las miles de millones de instrucciones que realizar,
nos puede dar una cantidad de tiempo bastante importante. De modo que la tecnología
que se utilice puede dar resultados totalmente distintos incluso utilizando
el mismo procesador. Por el momento, en un futuro cercano además de contar con
la arquitectura de 0.25 micras, podremos disfrutar de duna de 0.07 para el año
2011, lo que supondrá la introducción en el procesador de mil millones de transistores
y alcanzando una velocidad de reloj cercana a los 10000 MHz, es decir, 10 GHz.
Fecha de
presentación |
Velocidad
de reloj |
Ancho
de bus |
Número de
transistores |
Memoria
direccionable |
Memoria
virtual |
Breve
descripción |
|
4004 | 15/11/71 | 108 KHz. | 4 bits | 2.300 (10 micras) | 640 byte | Primer chip con manipulación aritmética | |
8008 | 1/4/72 | 108 KHz. | 8 bits | 3.500 | 16 KBytes | Manipulación Datos/texto | |
8080 | 1/4/74 | 2 MHz. | 8 bits | 6.000 | 64 KBytes | 10 veces las (6 micras) prestaciones del 8008 | |
8086 | 8/6/78 | 5 MHz.
8 MHz. 10 MHz. |
16 bits | 29.000
(3 micras) |
1 MegaByte | 10 veces las prestaciones del 8080 | |
8088 | 1/6/79 | 5 MHz.
8 MHz. |
8 bits | 29.000 | Idéntico al 8086 excepto en su bus externo de 8 bits | ||
80286 | 1/2/82 | 8 MHz.
10 MHz. 12 MHz. |
16 Bits | 134.000
(1.5 micras) |
16 Megabytes | 1 Gigabyte | De 3 a 6 veces las prestaciones del 8086 |
Microprocesador
Intel 386 DX® |
17/10/85 | 16 MHz.
20 MHz. 25 MHz.33 MHz. |
32 Bits | 275.000
(1 micra) |
4 Gigabytes | 64 Terabytes | Primer chip x86 capaz de manejar juegos de datos de 32 bits |
Microprocesador
Intel 386 SX® |
16/6/88 | 16 MHz.
20 MHz. |
16 Bits | 275.000
(1 micra) |
4 gigabytes | 64
Terabytes |
Bus capaz de direccionar 16 bits procesando 32bits a bajo coste |
Microprocesador
Intel 486 DX® |
10/4/89 | 25 MHz.
33 MHz. 50 MHz. |
32 Bits | (1 micra, 0.8 micras en 50 MHz.) | 4 Gigabytes | 64
Terabytes |
Caché de nivel 1 en el chip |
Microprocesador
Intel 486 SX® |
22/4/91 | 16 MHz.
20 MHz. 25 MHz. 33 MHz. |
32 Bits | 1.185.000
(0.8 micras) |
4 Gigabytes | 64
Terabytes |
Idéntico en diseño al Intel 486DX, pero sin coprocesador matemático |
Procesador
Pentium® |
22/3/93 | 60 MHz.
66 MHz. 75 MHz. 90 MHz. 100 MHz. 120 MHz. 133 MHz. 150 MHz. 166 MHz. 200 MHz. |
32 Bits | 3,1 millones
(0.8 micras) |
4 Gigabytes | 64
Terabytes |
Arquitectura escalable. Hasta 5 veces las prestaciones del 486 DX a 33 MHz. |
Procesador
PentiumPro® |
27/3/95 | 150 MHz.
180 MHz. 200 MHz. |
64 Bits | 5,5 millones
(0.32 micras) |
4 Gigabytes | 64
Terabytes |
Arquitectura de ejecución dinámica con procesador de altas prestaciones |
Procesador
PentiumII® |
7/5/97 | 233 MHz.
266 MHz. 300 MHz. |
64 Bits | 7,5 millones
(0.32 micras) |
4 Gigabytes | 64
Terabytes |
S.E.C., MMX, Doble Bus Indep., Ejecución Dinámica |
El Dr. Gordon Moore, uno de los fundadores de Intel Corporation,
formuló en el año 1965 una ley que se ha venido a conocer como la "Ley de Moore".
La citada ley que está reflejada en el gráfico adjunto, nos viene a decir que
el número de transistores contenidos en un microprocesador
se dobla más o menos cada dieciocho meses. Esta afirmación, que en principio
estaba destinada a los dispositivos de memoria, pero también los microprocesadores
han cumplido la ley. Una ley que significa para el usuario que cada dieciocho
meses, de forma continua, pueda disfrutar de una tecnología mejor, algo que
se ha venido cumpliendo durante los últimos 30 años, y de lo que se espera siga
vigente en los próximos quince o veinte años. De modo que el usuario puede disponer
de mejores equipos, aunque también significa la necesidad de cambiar de equipo
cada poco tiempo, algo que no todo el mundo se puede permitir. Y eso que el
precio aumenta de forma absoluta pero no relativa, puesto que la relación MIPS/dinero
está decreciendo a velocidad vertiginosa. Algo que sin embargo no sucede con
la industria del automóvil por ejemplo, ya que la potencia de los coches no
se ha multiplicado de la misma forma que los precios. En cualquier caso, queda
claro que en los próximos años nos espera una auténtica revolución en lo que
a rendimiento de los procesadores se refiere, como ya predijera Moore hace más
de treinta años.