Papá por Siempre
por Alondra
Capítulo 3: "Entrenamientos precoces"
Vegeta ya estaba resignado a quedarse con el niño por el resto del día, a pesar que ya había comprobado anteriormente que cuidar a un bebé no era tarea fácil...
Luego que la Sr. Briefs se retiró, Vegeta se quedó solo con su hijo que estaba bastante ocupado en terminar con su desayuno, es decir su biberón de leche. Lo miró un rato y suspirando se acercó al corralillo que estaba en medio del salón y lo dejó allí, luego se dirigió a su habitación con la intención de asearse para luego desayunar.
Luego que terminó, se cambió de ropa y bajó a desayunar. Se había puesto su traje habitual de entrenamiento, es decir, camiseta sin mangas y un par de pantalones con sus acostumbrados guantes y botas blancas, sólo que a diferencia del traje del día anterior, éste era de color negro en lugar de azul. Tal parece que Vegeta nunca se decidiría a remodelar su guardarropa.
Se acercó a la nevera y luego de husmear un rato tomó lo que le apetecía y cerró el aparato dirigiéndose a la mesa con tal cantidad de comida en sus brazos que hubiera bastado para alimentar a un regimiento completo. Afortunadamente Bulma le había dejado comida sólo para calentar, así en ese aspecto no tendría que preocuparse.
Trunks lo miraba con una expresión de sorpresa en su pequeño rostro dajando caer su biberón por toda la comida que veía. Vegeta al darse cuenta de su escutriño le dijo:
Luego que terminó de comer, Vegeta no se molestó en recoger nada como era su costumbre y se sentó pesadamente en un sillón de la sala para descansar a cierta distancia de Trunks. Al igual que Goku, su digestión duraba poco tiempo ya que el metabolismo de los saiyas era muy rápido. En unos minutos estaría listo para entrenar. Se quedó sentado un rato viendo como Trunks estaba muy entretenido con sus muñecos de peluche y los juguetes que tenía en el corral y por su parte trató de encontrar algo bueno que ver en la televisión para distraerse.
Luego de 15 minutos ya estaba totalmente aburrido y dado su carácter estaba harto de tener que estar allí sentado sin hacer nada. Se levantó apagando el aparato y dijo en voz alta:
Con paso rápido se dirigió hacia Trunks que al verlo paró de llorar y lo miró curioso...
"....si en caso llorara puede ser porque: está solo y quiere compañía..."
Vegeta trató de calmarse un poco y al ver a Trunks, se sorprendió que no estuviera llorando ni asustado a pesar de todo lo que le había gritado... tal parece que el niño ya se estaba acostumbrando a su carácter...
Al ver que su papá se iba de nuevo, Trunks volvió a llorar, pero esta vez Vegeta no se detuvo. En su frustración, el pequeño se incorporó sosteniéndose de los varandales del corral y logró alcanzar uno de los extremos del mantel de una mesa de centro que tenía a su lado y tiró de él con rabia con la intención de colgarse e ir tras él (para tener un año era muy inteligente), haciendo que unos adornos de cristal que tenían extremos aguzados y unos jarrones comenzaran a temblar encima de él.
Vegeta escuchó el repiqueteo de los objetos y al voltear vio con horror que estaba a punto de caer sobre su hijo. Usando su gran velocidad, llegó a su lado deteniendo los jarrones y objetos de cristal a escasos centímetros de Trunks.
Luego de un rato, Vegeta salió de la Capsule Corp. con rumbo a su cámara de gravedad. Llevaba a Trunks bajo un brazo y por la expresión en su rostro se le notaba enfadado. El pequeño miraba interrogante a su papá cuando lo vio apretar unos botones en la puerta de esa extraña casa y luego girar una enorme manija para abrirla. Al entrar miró el interior que era muy grande con curiosidad y había un juguete muy grande en el centro de la sala. Vegeta le dijo mientras sacaba una cápsula de su bolsillo:
Trunks lo miró extrañado y sonriendo atrapó el dedo enguantado de su papá en su pequeña mano, riéndose, para sorpresa de Vegeta...
Vegeta programó la máquina, colocándose luego en posición para comenzar su entrenamiento. Comenzó a sentir los efectos de la gravedad y miró a su hijo, desviando la mirada después... unos segundos después sus ojos se ensancharon al recordar algo. Rápidamente saltó hacia la máquina y la apagó de un golpe. No habían pasado ni diez segundos, pero si hubiera corrido más tiempo, Trunks podría haber muerto aplastado por tan enorme gravedad...
Vegeta comenzó a entrenar sin gravedad por espacio de quince minutos y Trunks lo miraba con curiosidad, pero luego los muñecos que estaban junto a él atrajeron su atención y comenzó a jugar con ellos en lugar de seguir mirando las monótonas lagartijas que desde hacía rato estaba haciendo su papá...
Vegeta puso en plan su idea y luego de un momento
comenzó su serie de lagartijas nuevamente, sólo que esta vez las hacía de cabeza,
soportando todo su peso en sus brazos mientras que con sus pies sostenía la pesa, cuya
barra se apoyaba en las plantas de sus pies y mantenía el equilibrio de ambos
extremos. Al parecer esto había hecho efecto porque le costaba algo más de
esfuerzo hacer su ejercicio.
Trunks desvió su atención hacia su papá y sonrió al verlo en esa
posición tan graciosa para él. Estiró sus manitos mientras emitía sonidos
parecidos a risitas y brincaba entretenido por lo que hacía su papá. Vegeta se dio
cuenta de esto y pensaba molesto:
Ya iba a continuar cuando sintió que algo golpeó su cara, casi haciéndole perder el equilibrio, miró hacia el suelo y descubrió que era una pelota de pequeño tamaño; volvió a sentir otro golpe y esta vez era un sonajero. Vegeta no estaba muy lejos del corralillo de su hijo que a pesar de ser pequeño, era un saiyajin y por lo tanto podía lanzar cosas con una fuerza superior a la de un niño normal. Trunks, por jugar, le estaba lanzando juguetes a su papá y esto estaba irritando tremendamente a Vegeta, que luego de sentir otro juguete golpearle, le gritó amenazándole con un puño y apoyándose en la otra mano...
Trunks calló al escucharlo, pero cuando Vegeta trató de apoyarse en ambas manos, sin querer lo hizo sobre una pelotita que le había lanzado su hijo anteriormente, obligándole a perder el equilibrio y caer de bruces al suelo, seguido de la pesa que aterrizó en su cabeza. Al ver esto, Trunks estalló en risas, aplaudiendo y brincando apoyado en el varandal de su collarillo, mientras Vegeta se levantaba sobándose el golpe y murmurando palabras indecibles, tanto en idioma terrícola como en su idioma saiya natal...
Trunks lo miró extrañado y puso una carita inocente de..."¿Qué hice?", clavando sus tiernos ojos azules en los azabaches de su padre, que luego de mirarlo unos instantes, apretó los labios, respirando ruidosamente por la nariz con la cara muy roja por la rabia y al final dijo luego de un profundo soplido, bajando el puño...
Trunks sonrió y estiró sus manitos hacia su papá sonriendo. Vegeta frunció el ceño y levantándose murmuró en voz alta:
Al cabo de un buen rato, Vegeta se encontraba entrenando haciendo acrobacias alrededor de toda la cámara y lanzando poderosos golpes y patadas en complicadas llaves. Al parecer los movimientos que hacía le pesaban como si estuviera con gravedad y además estaba entrenando con su armadura de combate. Paró un momento y levitando dijo satisfecho:
Volvió a concentrarse y continuó con sus ejercicios acrobáticos. Trunks lo miraba con la boca abierta extasiado e impresionado. Nunca había visto a su papá moverse así de rápido y eso lo entretenía. Vegeta paró de hacer acrobacias y continuó con series de golpes rápidos y patadas contra un enemigo imaginario, no había sacado los robots de entrenamiento porque sería muy peligroso para su hijo, así que lo hacía de esa manera.
Trunks no perdía de vista sus movimientos y apoyándose en los barrotes del corral, se puso de pie frente a un muñeco grande de peluche. Frunciendo su pequeño ceño al igual que su papá, trató de patearlo sin soltarse del varandal. Al principio no pudo hacerlo, pero como también tenía su orgullo como su papá, seguía intentándolo. Al patear el muñeco, le gritaba como lo haría un luchador al atacar a su oponente. Vegeta que seguía con sus movimientos, escuchó a Trunks y se detuvo a ver lo que pasaba. Vio a su hijo pateando y luego dándole pequeños golpes con sus puños al muñeco. Cruzando los brazos, el príncipe de los saiyas sonrió...
Y terminando de decir esto, lanzó una poderosa patada al aire y Trunks al verlo trató de imitarlo pateando a su peluche... Vegeta sonrió suavemente a su hijo y continuó con su entrenamiento...
Tal parece que Vegeta la está pasando bien con su hijo...pero... ¿Seguirá así lo que le queda del día?...
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