Un Trágico Regreso a Casa
Disclaimer: Los personas de Xena, Gabrielle, Perdicas, Lila, Herodoto, Hecuba, Eva, Virgil y el ambiente de la historia pertenecen a los
estudios MCA/Universal mientras que los otros son creados por mí, si quieres
mandarme críticas escríbeme a alexcayama@yahoo.com,
si quieres trasladar la historia a otra página o bajarla, escribe a la
dirección mencionada y pide permiso el cuál no se te será denegado.
Cuantos
años tenía Gabrielle que no veía a su familia,
cuantos años que no charlaba con su hermana o veía a sus padres, pues eso era
ya bastante tiempo, parecía siglos cuando visitó Poteida
sola y salvó al pueblo de una banda de criminales que estaban dispuesta a destruirla.
Pero eso
había sido hace ya muchos años atrás, todo había cambiado, todas las personas
habían cambiado.
Ahora Xena tenía una hija llamada Eva la cuál era una amenaza
para los dioses aunque apenas contaba con unos meses de nacida, eso sin sumar
de que el viaje a la India había puesto a Gabrielle
en contacto con otras culturas y otras formas de pensar, eso sumando que ya
había abandonado por completo su actitud de chica inofensiva y pasiva y se
había convertido en una mordaz guerrera que ya tiene en su haber varias
muertes.
***
Era ya
de mañana cuando el sol salía, Xena y Gabrielle estaban acostadas en las mantas de piel, dormían
después de haber tenido un viaje muy agotador. Eva la bebe dormía al lado con
suma tranquilidad.
Las dos
se despertaron para degustar de un sabroso y exquisito desayuno, Xena fue a un arroyo cercano y se dispuso a pescar para
traer la comida, Xena pescaba como siempre lo hacía
se metía en el agua y completamente quieta atrapaba los pescados que venían
hacia ella.
Después
de atrapó a los pescados y les quitó las escamas, Gabrielle
los cocinó y todos comieron con suma comida, a Gabrielle
le había quedado muy bien la comida y mientras Gabrielle
comía, Xena le daba de mamar a su bebe Eva y fue cuando Gabrielle
dijo:
--- Ya
era hora de que volviésemos a Poteida, cielos tengo
años que no veo a mi familia, ya empezaba a extrañarlas, también quiero visitar
a todos mis antiguos amigos del pueblo.
---
Espero que todos te reciban con las manos abiertas. --- dijo Xena sonriéndole.
Gabrielle
asintió, río y en el acto sacó sus Sai y se dispuso a
pulirlas para sacarles brillo, sus cuchillos Sai eran
armas muy hábiles, con ellas podía atacar por cualquier lado, aunque no
presentaban mucho alcance que el báculo o la espada, pero lo que cubría esa
situación es que eran muy fáciles de esconder, muy portátiles y podía
arrojarlas a tus enemigos.
Gabrielle las
pulía hasta que les sacaba brillo y las dejaba resplandecientes, luego de eso
se peinó el cabello corto y rubio el cuál tenía desordenado, fue cuando recordó
cuando tenía su cabello largo y rubio, eso en cierta forma le dio risa y
también le recordó todos los problemas que le traída mantener un cabello como
eso y esa fue una de las razones por las que se lo cortó, así le era cómodo y
más fácil de mantener.
Ese día
ellas reanudaron la marcha, estaban cerca de llegar a Poteida
y de llegar a casa de Gabrielle, donde por fin sería
recibida por su familia.
Gabrielle iba
montada en su nuevo caballo de color marrón y a su lado iba Xena
montando a Argo su briosa yegua de guerra, avanzaron por la mañana, más o menos
según sus cálculos, estarían llegando a Poteida e eso
del mediodía y eso las animó mucho.
Siguieron
viajando cuando el sol fue subiendo por el cielo y las horas seguían pasando,
cuando el cielo estuvo en lo más alto, pudieron divisar con enorme agrado que a
lo lejos se podía divisar el pueblo de Poteida.
Eso hizo
que ellas avanzasen con mucho más animo que antes y
fue cuando por fin pudieron entrar al pueblo, Gabrielle
estaba completamente emocionada, caminaba por todas partes observando todo el
ambiente que tenía ante ella.
El
pueblo de Poteida había cambiado por completo, todos
sus habitantes ya no mostraban las dulces y sinceras sonrisas de antes, en
muchos de ellos se podían ver miradas lúgubres y tristes en ese momento comenzó
a caminar por todas partes observando todo el lugar, ella esperaba encontrar a
algún familiar, conocido o amigo.
Pero por
desgracia no divisó a nadie, todas las personas estaban cambiadas ya no se
sentí el mismo calor de antes, todo era diferente y distinto, era como si
hubiesen habido varios cambios, también un pudo apreciar que en el pueblo
habían menos personas que antes, era como si la población hubiese cambiado por
completo, tampoco se podía apreciar que habían muy pocas personas en el lugar
apenas y se veían unas cinco en la calle y había un aterrador silencio en el
ambiente.
Las
casas tenían un aspecto de deterioro y de suciedad, pudo notar que algunas casa y propiedades estaban abandonadas o
incendiadas, era como si el pueblo estuviese recuperándose de una especie de
catástrofe o algo por el estilo.
Xena se le
acercó y pudo observar el rostro de Gabrielle, en su
rostro mostraba cierta preocupación y fue entonces cuando dijo:
--- Gabrielle, ¿todo esta bien?
Gabrielle le
dijo:
--- Si,
pero es que veo todo diferente, no veo que haya el mismo calor de antes.
--- ¿El
mismo calor? --- dijo Xena sin entender.
--- Sí,
sabes la energía de las personas, ya no veo la alegría y la satisfacción que
había en los rostros de las personas, esa satisfacción que había en la gente.
--- dijo Gabrielle.
Xena, no
recordaba mucho el pueblo de Poteida porque fueron
muy pocas las ocasiones que estuvo en ese lugar.
Gabrielle miró
para todas partes y fue cuando dijo:
---
Vamos, vayamos a mi casa ahí mis padres nos darán albergue.
Xena junto a
Eva fueron a través del pueblo para ir al hogar de Gabrielle;
Gabrielle vivía en una hermosa granja que se
encontraba sobre una pequeña elevación a las afueras del pueblo, Gabrielle fue junto con Xena y
ambas salieron del pueblo y llegaron a la pequeña elevación donde se encontraba
la granja donde vivía ella con su
familia.
Cuando
llegó pudo apreciar a lo lejos la granja, de la chimenea salía humo lo que
significaba que había gente ahí, Gabrielle se llenó
de emoción y comenzó a caminar con velocidad mientras decía llena de emoción:
--- ¡Xena!, ¡Xena!, ¡Ahí esta mi casa!.
Xena observó
la granja y le vinieron muchos recuerdos a la memoria, pudo recordar que ahí
fue donde asesinaron a Hope la malvada diosa de la obscuridad nacida de Gabrielle y
del demonio Deihad y no solo mataron a Hope sino también al hijo de esta una espantosa criatura de
la obscuridad que se dedicaba a desbastar a la campiña
con sus feroces ataques.
Xena fue
junto a Gabrielle y ambas llegaron a la granja,
cuando se acercaron y vieron a la granja más de cerca, notaron algo extraño.
La
granja ya no tenía el mismo resplandor de antes, ya no era esa hermosa granja
llena de rosas donde la brisa del verano soplaba con suavidad y acariciaba las
rosas del jardín. Esta granja estaba en un estado deplorable, las paredes
estaban sucias, el jardín estaba completamente muerto, las paredes estaban
sucias de tierra, en toda el área alrededor se podía ver que había una completa
aridez y no se podía percibir ningún signo de vida.
Gabrielle estaba
asombrada viendo todo aquel espectáculo de decadencia, se volteó asombrada
mirando a Xena; Xena quedó
un poco extrañada observando todo aquello y ahí fue cuando comenzó a pensar que
algo extraño pasaba aquí.
Gabrielle se
acercó seguida por Xena a la puerta, cuando llegó a
la puerta pudo ver que esta no tenía ninguna clase de detalles ornamentativos, siempre recordaba que ella junto a su madre
y su hermana decoraban las puertas y las ventanas con flores y rosas.
Gabrielle se
acercó y tocó la puerta, pasaron unos momentos y fue cuando alguien abrió la
puerta, era Hecuba la madre de Gabrielle,
Hecuba se veía diferente a la otra vez que Gabrielle la había visitado.
Gabrielle siempre
recordaba a su madre con una gran sonrisa y una gran alegría, siempre iba
vestida con una hermosa túnica, pero esta vez veía era una mujer ya anciana con
los cabellos llenos de canas y completamente desgastada, tenía su cara sucia y
sus ropas sucias y desgarradas, su rostro mostraba una expresión de agotamiento
y cansancio.
La mujer
se asomó con sumo cuidado por la puerta como si tuviese miedo a lo que
estuviese afuera, cuando vió a Gabrielle
le dijo:
---
¿quién es?
Gabrielle se sorprendió
por el aspecto de su madre y más por lo que le dijo:
---
¿quién es?, mamá soy yo Gabrielle.
Aquella
mujer anciana y desgastada miró a Gabrielle y dijo:
--- ¿Gabrielle?... ¿eres tú?
--- Sí,
mamá, soy yo. --- dijo Gabrielle sorprendida.
Fue
cuando de repente el rostro de la mujer se iluminó como por sorpresa y dijo:
--- Gabrielle, por los dioses has vuelto.
Hecuba abrió
la puerta y recibió a Gabrielle dándole un abrazo, Xena llegó detrás de ella y observó el interior de la casa
y se veía un gran deterioro en el lugar, todo estaba sucio y desordenado por
completo, es como si no hubiesen limpiado en meses.
Xena se
impresionó por el aspecto del lugar y del ambiente, la mujer abrazó a Gabrielle y luego la invitó a pasar junto a Xena y la bebe:
--- Sean
bienvenidas las dos. --- dijo la mujer con cierta expresión de alegría.
Las dos
pasaron y entraron a la sala fue cuando Xena dijo:
---
Espere, voy a amarrar los caballos a los establos, Gabrielle
sosténme a Eva mientras voy a amarrar a los caballos.
Xena salió
un momento mientras Gabrielle sostenía a Eva y se
sentaba en el sillón de la sala el cuál estaba muy sucio, la madre de Gabrielle mostrando cierta emoción se alejó un momento
mientras decía:
---
Espera un momento voy a buscar a tu padre Herodoto,
espera un momento... bueno ven conmigo para que lo veas.
Gabrielle cargó a
Eva y fue caminando con su mamá dirigiéndose al comedor, cuando llegaron
encontraron a su padre comiendo en la mesa junto a un desconocido, Gabrielle se llevó una gran sorpresa al ver a esa extraña
persona que estaba en la mesa comiendo junto a su padre.
Aquella
persona era muchacho de alrededor de 25 años de edad, de cabello negro y largo,
tenía una cota de malla de color gris oscuro, rostro afilado y pálido, comía un
caldo de vegetales y no parecía prestar atención a la presencia de Gabrielle.
El padre
de Gabrielle estaba comiendo, cuando volteó y observó
a Gabrielle, eso hizo que se llevase una tremenda
sorpresa, pero estaba en el mismo aspecto de la madre de Gabrielle,
sucio y andrajoso, inclusive, había engordado y se veía que no se había
afeitado desde hacía ya varios días.
Gabrielle casi le
da un infarto por el aspecto que tenía su padre Herodoto,
este se levantó y mirándola le dijo:
--- Gabrielle, no te vemos desde hace mucho tiempo.
Gabrielle le dio
un abrazo y fue cuando descubrió que su padre olía de manera espantosa, parecía
como si no hubiese bañado tampoco en días:
--- Es
bueno tenerte aquí de vuelta. --- dijo el padre de Gabrielle,
fue cuando nerviosamente señaló al muchacho desconocido que comía en la mesa
diciendo. --- Gabrielle, él es Malco,
es nuestro huesped aquí, vive con nosotros y nos
ayuda en todas las labores.
El
misterioso muchacho Malco simplemente se limitó a
levantar la mano para luego seguir comiendo.
Gabrielle quedó
sorprendida por la conducta del muchacho, pero luego lo olvidó y fue cuando
dijo:
---
Bueno y donde esta mi hermana Lila.
Fue
cuando los dos padres se miraron unos a otros con expresión de sorpresa y de
lamento, fue cuando su padre le dijo:
---
Porque mejor no te sientas y descansas, toma come algo.
Su madre
le sirvió un caldo de vegetales y se lo dio a Gabrielle,
Gabrielle fue a comer y fue cuando vio que el caldo
estaba mohoso, era como si lo hubiesen hecho con vegetales podridos, Gabrielle vio eso le pareció muy extraño, ella recordaba
que su madre cocinaba muy delicioso, esto era completamente diferente a lo que
su madre solía hacer.
Gabrielle se
sentó y se dispuso a comer, pero justo en ese momento se escucharon unos golpes
en la puerta, fue cuando la madre de Gabrielle dijo:
---
¡Dioses!, debe ser Xena, iré a ver en el acto.
Gabrielle probó
el caldo y francamente sabía horrible, pero trato de disimularlo lo más que
pudo, probo otras cucharadas más y fue cuando llegó Xena a la cocina; Xena estaba
verdaderamente sorprendida por el aspecto decadente de la casa pero trato de no
hacerlo notar por completo.
Hecuba recibió
a Xena y la invitó a comer en la mesa, Xena se sentó muy complacida y se dispuso a comer, pero
cuando vio y probó la sopa, en el acto quedó completamente espantada.
Gabrielle le hizo
señas para que no mostrase claramente su asco y Xena
lo supo esconder bien, Eva estaba en la mesa y también mostraba señales de
asco:
---
¡Vaya!, ¿pero de quién es esta linda bebe?
--- Es Eva
la hija de Xena. --- dijo Gabrielle.
--- acaba de nacer hace poco.
--- Pues
es una belleza. --- dijo la madre de Gabrielle
mientras acariciaba a la bebe.
A Xena le dio algo de asco que esa mujer con las manos sucias
tocase a su bebe pero trató de contenerse.
Gabrielle estaba
en la mesa comiendo y es cuando comenzó a observar a ese misterioso muchacho Malco, este había terminado de comer y sin prestar la más
mínima atención a las invitadas se levantó y fríamente dijo:
--- Con
su permiso.
Malco se
retiró y Gabrielle se quedó sorprendida por semejante
personaje, pues mientras comía dijo:
--- ¿Y
donde esta mi hermana?
La madre
de Gabrielle se quedó como quieta un momento y dijo:
---
Bueno, tu hermana esta de viaje por unos días ya volverá pronto. --- dijo la madre
de Gabrielle.
--- ¿De
viaje, adonde? --- dijo Gabrielle algo sorprendida.
---
Porque no mejor terminas de comer tu sopa, debes estar cansada y debes querer
dormir, anda yo iré preparando tu cama y la de tu amiga, creo que mi antigua
cesta de bebe servirá para su hija Xena.
---
Gracias. --- dijo Xena.
Gabrielle terminó
de comer al igual que Xena y las dos se dispusieron a
ir a la habitación de Gabrielle y de su hermana, las
dos dormían en el mismo cuarto en dos camas separadas, la madre de Gabrielle le dijo a Xena:
---
Puedes dormir en la cama de mi otra hija mientras ella esta de vuelta.
Gabrielle pudo
notar que su madre cuando hablaba de su otra hija lo decía con cierta expresión
de lamento o tristeza.
Gabrielle se acostó
en su cama y Xena en la cama de la hermana de Gabrielle, en verdad las dos estaban agotadas por el largo
viaje que habían tenido para llegar a Poteida y se
durmieron en el acto.
***
La noche
había pasado rápidamente y el viento soplaba con fuerza y hacía frío, durante
la noche podía escucharse como la estructura de la casa se mecía con el viento
y eso no era normal porque la casa siempre había sido muy sólida, era como si
la casa se estuviese cayendo a pedazos poco a poco.
***
Al día
siguiente salió el sol pero no cacareó ningún gallo porque en esa granja ya no habían animales de granja, apenas y dos pequeños corderos
reumáticos, raquíticos y flacuchentos que con solo mirarlos daba asco matarlos
para probar su carne.
Gabrielle se
levantó en la mañana junto a Xena y las dos se
dispusieron a bajar para desayunar con suma tranquilidad, cuando llegaron ahí
encontraron sus respectivos platos de comida y a Malco
comiendo su desayuno.
Gabrielle miró
para todas partes buscando a sus padres, fue cuando Malco
dijo:
---
Ellos salieron fueron a comprar unas cosas al pueblo, no se preocupen siéntense
a comer ellos ya vuelven.
Gabrielle y Xena se sentaron a comer con suma tranquilidad y fue cuando
Gabrielle quiso conversar durante la comida y se
dirigió a Malco diciéndole:
--- Y
bien, ¿de donde eres?
--- Soy
de Atenas. --- dijo Malco fríamente.
--- ¿Y
como llegaste aquí? --- dijo Gabrielle.
--- a
Caballo. --- dijo Malco.
Gabrielle se
quedó callada por unos segundos sorprendida por esa respuesta que se desviaba
por completo de todo:
--- No,
me refiero, a por que estas viviendo con mis padres.
--- Soy
un simple inquilino de ellos. --- dijo Malco mientras
comía su sopa.
Gabrielle observó
su expresión fría medio tenebrosa, pareciese como si tuviese que sacarle las
respuestas con una cuchara, Gabrielle trató de
conservar la calma y dijo:
---
¿Ahora mis padres volvieron su hogar en una casa de huéspedes?
--- No,
lo que pasa es que yo los ayude hace algún tiempo con una serie de problemas
que tuvieron. --- dijo Malco mientras tomaba una
hogaza de pan.
---
¿Problemas?, ¿Qué clase de problemas? --- dijo Gabrielle
con curiosidad.
--- No
solo fueron problemas de ellos si no de todo el pueblo. --- dijo Malco.
Gabrielle
comenzaba a molestarse con la conducta del misterioso y joven huésped, pero
pudo contenerse:
--- ¿Qué
fue lo que pasó?
Malco se
levantó de la mesa y fue hacia la ventana de la cocina y miró por la ventana
observando el pueblo, sin desviar la vista de la ventana habló:
--- Más
o menos el año pasado o hace unos meses, hubo una gran batalla aquí.
A Gabrielle no le sorprendió eso pues que un guerrero formase
un ejercito y tratase de asolar una villa era algo muy
común en esa época, Xena que escuchaba sin intervenir
dijo:
--- ¿Cuál
Batalla?
---
Había un guerrero llamado Timerión que tenía un
poderoso ejercito que el mismo entrenó y organizó, Trimerión quería conquistar toda Grecia, unirla bajo una
sola nación para luego someter a todo los balcanes e
iniciar un nuevo imperio. Trimerión quería conquistar
Poteida para hacer una base aquí y preparar más
fuerzas para el combate.
En
aquellos días yo había llegado procedente de Tracia después de terminar un
curso intensivo de entrenamiento con espada con un famoso maestro y fue cuando
me enteré de las intensiones de Trimerión
de tomar Poteida, así que hable con el jefe de la
aldea el señor Demidius.
Gabrielle conocía
al señor Demidius, su familia había sido amiga de la
suya por muchos años y se llevaban muy bien entre ellos, Gabrielle
recordó a Demidius mientras Malco
continuaba con su historia:
---
Tuvimos una larga conversación sobre que hacer, el insistió en juntar a la
gente para luchar y defender la aldea, tal idea me pareció sorprendente que
viniese de un campesino y lo apoyé, llamé a unos amigos en las cercanías y así
organizamos a la gente. Teníamos como una semana para poder lograr eso, todo
marchaba bien, pero cuando apareció Timerión algo
malo pasó.
--- ¿Que
pasó? --- dijo Gabrielle.
--- Eran
más de lo que esperábamos, rodearon la aldea y atacaron en diferentes
direcciones, todos luchamos con valor y brío, pero eran muchos, se trataba del
grueso del ejercito de Timerión,
al final pudimos hacerlos retroceder, ganamos la batalla, Timerión
quiso retroceder y se alejó de Poteida. El precio de
la victoria fue demasiado caro, murió casi la mitad del pueblo, quizás has
podido notar que hay menos gente que antes, tu hermana murió luchando en la
batalla, la enterramos atrás de la casa y luego de eso estalló una epidemia y
muchos murieron, eso sumando que el ataque arruinó las cosechas en la región
así que pasamos un tiempo con hambre.
Malco se
detuvo para tomar un poco de sopa y un trago de vino y luego siguió, Gabrielle no podía dar crédito a lo que acababa de
escuchar, las lágrimas le inundaron los ojos y lloró, Malco
se dispuso a comer con tranquilidad mientras Gabrielle
lloraba, ella se levantó con las lágrimas en los ojos y se fue a la sala
seguida por Xena que le dio una mirada de molestia a Malco por la frialdad con que había tratado el asunto.
Gabrielle estaba
en la sala llorando cuando llegó Xena y la abrazó con
fuerza y Gabrielle se tendió a llorar en su hombro,
después de unos minutos volvió a la cocina diciendo:
--- ¡Malco!
Malco ya
había terminado de comer y metió todos los platos en el embase
de agua para lavarlos cuando Gabrielle dijo con
lágrimas en los ojos:
--- ¿Qué
pasó después?
Xena
intervino diciendo:
--- Gabrielle, no creo...
--- No Xena, quiero saber más. --- dijo Gabrielle
con determinación. --- ¿Que pasó después?
--- Con
tantas personas muertas la población del pueblo se redujo, muchas propiedades
se destruyeron, las cosechas se quemaron, la economía del pueblo se vino abajo
por completo, todos empezaron a empobrecer, varios se fueron, otros murieron,
todo absolutamente todo cayó en el olvido, la gente perdió la alegría por la
muerte de sus familiares y amigos (Malco respiró y dijo con frialdad) como puedes ver Gabrielle, Poteida es una villa
que está muriendo.
Malco se
volteó y miró por la ventana observando al pueblo:
--- Antes
vivían aquí como 150 personas divididas dentro de las cuales habían cinco
numerosas familias, ahora apenas somos 30, la gran parte murió en la batalla y
en la epidemia y un grupo se fue del pueblo y no solo eso, tuvimos grandes
problemas para reactivar la economía ya que comenzamos a tener problemas con
los salteadores y ladrones, por desgracia este lugar se convirtió en una
paraíso para los atracadores los cuales nos sacaron hasta el último denario.
Eso sumando que comenzamos a tener mala fama por toda la región, debido a que
muchos comenzaron a considerar que este lugar era maldito.
Gabrielle se
sintió desbastada por completo y fue a irse a la sala para sentarse a descansar
cuando Malco dijo:
--- Pero
hay un detalle más que tiene que ver contigo en específico.
Gabrielle se secó
las lágrimas y dijo:
--- De
que trata.
Xena quería
que Malco se callase porque estaba lastimando a su
amiga con su historia, pero no lo expresó y dejó que Malco
siguiese:
--- Tus
padres aún no vuelven, ellos a su edad son empleados en una tienda, una forma
muy humillante de terminar los últimos años de sus vidas, sabes Gabrielle tus padres estan
molestos contigo no sé si te lo dijeron ayer o aún no te lo han dicho, pues
ahora yo te lo digo.
---
¿Cómo que estan molestos conmigo? --- dijo Gabrielle.
--- Gabrielle, te acordarás como te uniste a Xena. --- dijo Malco mirando a Xena y Eva. --- Te acordarás de cómo escapastes
de la casa durante la noche y te uniste a Xena, te
fuiste y no mirastes atrás, fue como si hubieses
olvidado a todos.
--- ¡Eso
es mentira! --- dio Gabrielle repentinamente furiosa.
--- ¡Ellos son mi familia siempre me hann importado!
Malco
continuó con la misma frialdad:
---
Cuando te fuiste eso destrozó para siempre a esta familia, tu padres salieron a
buscarte sin tener noticias de ti, tu madre rezó a los dioses para que
volvieses al igual que tu padre, tu hermana no hizo nada sino más bien se
alegró por completo, creo que era la única de toda tu familia que comprendía tu
forma de pensar.
Gabrielle se quedó
parada al otro lado de la mesa y fue cuando empezó a reflexionar sobre todo lo
que había dicho Malco, Malco
la miró espero unos segundo mientras siguió
conversando:
--- Toda
su familia se escandalizó por completo y la noticia llegó a todo el pueblo cuando
todos comenzaron a hablar de ti, ¡ja! Debistes haberlos escuchado te dijeron de todo, dijeron que
eras una descarriada, que tus padres te golpeaban, que no recibiste una buena
educación, esto, lo otro y en fin, todo este vergonzoso asunto puso una enorme
mancha negra en toda su familia. Hablaron de ti por un tiempo hasta que después
se aburrieron del asunto.
Gabrielle dijo de
forma más tranquila pero aún seguía mostrando su molestia:
--- Yo
volví a visitarlos poco después de que me fui.
--- Eso
es cierto, tus padres me hablaron de ello, me dijeron que estuvieron
emocionados porque pensaban que habías recapacitado, pero también entendieron
que también era una adulta capaz de tomar tus propias decisiones así que cuando
volviste a irte no te detuvieron, pero se molestaron mucho más de lo que ya
estaban.
Gabrielle se
sentó en la mesa y estaba completamente furiosa con ese muchacho Malco, a pesar de tener una edad alrededor de los 20 años,
era frío y filoso en extremo:
--- Pues
sí Gabrielle, quedaste como la oveja negra de la
familia y eso fue por muchos años.
Fue
cuando Gabrielle recordó la ocasión en que ella había
celebrado su cumpleaños en una posada junto a su hermana, lo hacían mientras
resolvían el misterioso homicidio de una guerrera caza-recompensas, su hermana
celebró su cumpleaños junto a ella, pero se mostró algo recelosa a hablar sobre
la familia y el hogar:
--- Pasó
el tiempo y la familia pudo seguir sin ti, todo era normal y fue cuando un día
llegué yo, yo era un aventurero que había llegado de Tracia, tengo que admitir
que por el momento en toda mi carrera e matado como a tres personas únicamente,
estaba cansado de tantas aventuras y decidí llegar al pueblo y descansar.
Malco sonrió
como si fuesen tiempos alegres:
--- Tus
padres me pagaban por ayudarlos a trabajar en la granja, necesitaban alguien
que le ayudasen porque un miembro de la familia había escapado repentinamente (Malco lo dijo en un tono sarcástico). En fin me puse a
trabajar para ellos, todo esto fue poco antes de que Timerión
llegase con su ejercito, tus padres me pagaban y me permitían vivir con ellos y
digamos que nos volvimos buenos amigos y me hablaron sobre ti y todo lo que
había pasado y fue cuando yo me sorprendí, porque en toda mi carrera y andanzas
escuché de ti y de Xena, no puedo negar de estar
sorprendido de tenerlas a las dos aquí. Ahora se que debo andar con cuidado
porque los dioses pueden pasar por aquí para destruir a esa niña.
Malco rió
como si lo que estuviese diciendo fuese un chiste y eso no le gustó a Xena:
--- Todo
marchó bien hasta que llegó el día de la gran batalla, ya sabes lo que pasó,
murió tu hermana y tus padres quedaron desolados por completo, yo los consolé y
les seguí trabajando, creo que en cierta forma yo soy lo único que les queda.
--- dijo Malco>. --- Pero sabes Gabrielle,
ahora hay un problema, la mayoría de la gente que queda en el pueblo me culpa
de las muertes y la destrucción, siempre me dicen que hubiese sido mejor
rendirnos ante Timerión y que este nos despojase de
todo, tuve que enfrentarme en un par de peleas de las cuales no tuve problemas
para acabar rápidamente con mis contrincantes y bueno también extraño todas mis
aventuras así que dentro de poco voy a irme también de aquí, aunque creo que
eso va a terminar de acabar con lo que te queda de familia Gabrielle.
Malco se
alejó caminando de la cocina y se fue a la sala mientras decía:
--- Voy
a salir un momento vuelvo después, eres libre de hacer lo que quieras Gabrielle.
Malco se fue
y Gabrielle quedó en la cocina llena de tristeza, Xena se acercó y la abrazó diciéndole:
---
¿Quieres hablar?
--- Creo
que estaban esperando el momento para decírmelo. --- dijo Gabrielle.
--- Mi hermana, ¿como pudo pasar?
Gabrielle se
separó un momento y dijo:
--- Voy
a ver su tumba.
Salió de
la casa y fue atrás y ahí encontró la tumba de su hermana, decorada con flores
silvestres, se sentó y la contempló, lágrimas comenzaron a salirle por los
ojos, Xena se le acercó por atrás y la consoló, Gabrielle se secó las lágrimas y dijo:
--- Solo
puedo esperar que su alma sea libre y feliz.
Xena le
dijo:
--- No
te preocupes, lo más seguro es que lo está.
En ese
momento los padres de Gabrielle habían llegado
procedentes del pueblo y habían estacionado la carreta por detrás, cuando
bajaron vieron la escena, su padre se acercó y dijo:
---
Supongo que ya te enterastes.
--- Sí, Malco me lo dijo, ¿Cuándo me lo iban a decir?. --- dijo Gabrielle.
--- En
este mismo instante. --- dijo el padre de Gabrielle.
--- Pero
Malco me dijo otra cosa además. --- dijo Gabrielle olvidando por un momento. --- me dijo lo que pasó
después de que me fui, con respecto a ustedes.
El padre
de Gabrielle cambió de expresión y para sorpresa de
ella se volvió sombrío y mirándola con seriedad le dijo:
---
Entra, discutiremos eso adentro.
Gabrielle entró a
la casa e iba seguida de Xena, cuando le dijo:
--- Xena, disculpa, esto es con mi familia, por favor tengo que
pedirte que nos disculpes, lamento tener que decir esto.
Xena asintió
y entendió y luego dijo:
---
Estaré en el cuarto para todo lo que necesites.
---
Gracias. --- dijo Gabrielle.
Xena se fue
al cuarto y Gabrielle fue a la sala con sus padres,
ahí tuvo una conversación con sus padres, su padre fue el que empezó:
--- Gabrielle, eres nuestra hija y te amamos, pero no puedo
guardar esto por más tiempo. --- Herodoto respiró
profundamente y continuó: --- Estamos molestos por el hecho de que te fuiste
así como así sin decir nada, nos abandonaste Gabrielle.
Gabrielle se
asombró por ello y dijo:
---
Escuchen, yo quería ver el mundo, disfrutar de la vida, yo estaba cansada de
estar aquí en el mismo lugar. --- dijo Gabrielle.
--- ¿Qué
es lo que tanto quieres ver y hacer en el mundo Gabrielle?
--- dijo su madre con cierta tristeza. ---- No entiendo porque tanta necesidad
de viajar.
--- Mamá
sabes que siempre soñé con aventuras y con disfrutar la vida al máximo. ---
dijo Gabrielle.
---
¿Disfrutar? --- dijo su padre con mirada de preocupación y tristeza. --- Aquí
tenías una vida propia, ibas a casarte, como es eso que dices que quieres
disfrutar la vida.
--- Yo
no amaba a esa persona y todo el tiempo me sentía prisionera, solo quería
libertad. --- dijo Gabrielle.
---
Libertad. --- dijo la madre de Gabrielle mientras
miraba toda a su hija y vio como estaba vestida. --- Yo te eduqué para que
fueses una dama, para que fueses una
esposa digna y veo que andas por ahí vestida como una cualquiera, andas armada
y asesinas gente, ¿crees que no lo sé?, hasta aquí llegaron las historias sobre
ti y tu amiga, todas las guerras en las que pelearon todas las personas a las
que mataron, juntándote con esa Asesina de Xena.
--- ¡Xena no es una asesina! --- dijo Gabrielle.
--- No
quiero ser rudo Gabrielle, pero te veo y ya no te
conozco, no sé que pasó contigo, creo que fuimos nosotros, creo que no te
educamos lo suficientemente bien. --- dijo Herodoto
de forma triste. --- Si quieres volver con nosotros, te perdonaremos y todo
volverá a ser como antes.
--- Nos
enteramos por mera casualidad que te habías casado con Perdicas,
no te tomaste ni la más ligera modestia de avisarnos y sabes muy bien lo que
nosotros siempre pensamos de Perdicas, ese joven
rebelde y buscapleitos, fue un alivio para nosotros cuando cancelaste la boda
con el cuando vivías aún con nosotros pero después volverte a unir a él. Esto
es inaceptable Gabrielle completamente inaceptable.
--- dijo la madre de >Gabrielle.
---
Cuando tuvistes a Hope,
cuando trajistes a esa bestia al mundo junto a su
nieto monstruoso, nunca te creí capaz de estar teniendo hijos bastardos Gabrielle. --- dijo su
padre con la misma expresión. --- los trajisteis acá prácticamente, nos pusiste
a todos en peligro Gabrielle.
--- Eso
sumando cuando nos enteramos de que te volviste reina de las Amazonas, que
horror Gabrielle una hermosa joven Griega con un
espléndido futuro andándose con esas salvajes adoradoras de demonios. --- dijo
su madre.
Gabrielle no
podía creer lo que estaba escuchando, sus propios padres la criticaban
fuertemente:
--- Aun
no te has casado, ¿Verdad?, cielos una mujer soltera por ahí sin un hombre que
la cuide y le ayude a llevar su vida Gabrielle. ---
dijo su madre.
Gabrielle se
levantó y dijo:
--- Esto
no es justo, saben ustedes que esta es mi vida y yo la llevo como yo deseo
llevarla, ustedes no tienen derecho a decirme nada.
La madre
de Gabrielle se agachó y le quito una de su Sai de las botas y mostrándosela en toda su cara le dijo:
---
¿Llamas a esto vida?
Gabrielle
completamente desbastada subió a su habitación mientras sus padres volvían a
sus quehaceres, ahí se acostó en la cama junto a Xena
y lloró por largas horas hasta que después se quedó completamente dormida sobre
su pecho.
Al día
siguiente Gabrielle se levantó junto con Xena y bajaron a la cocina y ahí encontraron a sus padres y
a Malco comiendo con suma tranquilidad:
--- Hay
caldo en la olla. --- dijo Herodoto.
--- Gabrielle, tengo que darle de mamar a Eva donde puedo
hacerlo. --- dijo Xena.
Gabrielle la
condujo hasta un cuarto de la casa donde ella se sentó a alimentar a la bebé, Gabrielle fue a donde
la mesa para servir la comida de ella y Xena,
fríamente fue caminando por la cocina y se acercó a la olla para servir sus dos
platos de comida fue cuando su padre le dijo:
---
Piensas quedarte, o seguirás con el camino.
Gabrielle se
quedó pensando un momento y dijo:
---
Ahora que, ¿será otro de tus sermones sobre como e desperdiciado mi vida.?
--- ¿Te
vas a quedar o no? --- dijo su madre de un modo más cortante y tajante.
Gabrielle los
ignoró y llevó los dos platos de comida al cuarto donde estaba Xena y los puso en una mesa al lado de ella:
---
¿Hablaste con tus padres? --- dijo Xena.
--- No,
creo que todavía están enfadados. --- dijo Gabrielle.
--- No sé que fue lo que les pasó, siemppre los recordé como personas dulces y
cariñosas, simplemente no sé que pasó.
--- De
seguro quedaron muy afectados por el hecho de que te hayas ido, que hayas
abandonado la casa. --- dijo Xena. --- siempre es
difícil cuando un miembro de la familia se va así como así, cuando viajábamos
juntas yo siempre pensaba en lo que sentirían tus padres mientras estaban allá
solos sin saber de ti.
Gabrielle se
quedó pensativa y luego dijo:
--- Es
que... Xena, no sabes como era mi vida aquí antes de
enterarme de ti, Poteida es un pueblo muy conservador
y aquí consideran que todas las mujeres deben ser esposas fieles y dispuestas,
es un tipo de pensamiento muy negativo y atrasado. Yo siempre soñé con viajar
por el mundo y ver las cosas de diferentes formas, aquí nunca iba a poder
lograr eso, solo soñaba con aventuras y con poder ver más allá. --- dijo Gabrielle.
Xena de
forma más pensativa y reflexiva dijo:
---
Escucha, dales unos días conversa con más calma con ellos.
Gabrielle la miró
y dijo:
--- Es
verdad, tengo que darles paciencia y ver este asunto con más calma.
Y así lo
hizo Gabrielle, en ese momento pasó una semana en la
cuál estuvo conversando con su familia detenidamente sobre ella y ellos, los
padres de Gabrielle después de conversar, se hicieron
más comprensivos sobre lo que ella quería en su vida, aunque no les gustaba que
ella estuviese tan lejos de ellos, ahora que habían perdido a Lila:
--- Sabes,
tal vez tienes algo de razón, digo creo que soñabas con ver el mundo y tener
aventuras, ya también creo que a veces este pueblo es aburrido y no pasa nada
interesante por aquí, pero lo que aún no entiendo, porque te escapaste,
hubieras conversado con nosotros y lo hubiésemos entendido. Cuando te fuiste
nos sentimos mal, no nos sentimos amados por ti, Lila nos consoló diciendo que tu querías cumplir tus sueños y ver el mundo, pero no
pudimos entender tu actitud.
---
Escuchen, lamento haberme ido así como así, ustedes ya saben las razones, pero
estuvo mal en irme así como así sin antes explicarme, espero que algún día me
entiendan.
Gabrielle y sus
padres estaban en la sala conversando sobre lo que había pasado, tratando de
entenderse mutuamente.
Gabrielle les
dijo sus razones por las que se había ido de la casa, tratando de hacer que
ellos la entendiesen, después de conversar por un rato, los padres accedieron a
comprender a su hija, aunque ella pidió disculpas por la forma en que se había
escapado.
Gabrielle se
abrazó con sus padres y estos también a ella, en el acto Gabrielle
fue a donde Xena y le habló de cómo ella había
logrado reconciliarse con sus padres, tal noticia alegró mucho a Xena la cuál le dio un tierno abrazo a Gabrielle.
Gabrielle bajo
con Xena y junto a sus padres salieron a dar un paseo
por el pueblo, Gabrielle quería ver más de cerca de
su pueblo el cuál tenía mucho tiempo sin recorrer sus calles.
Cuando
toda la familia paseaba por toda la calle, Gabrielle
comenzó a observar el tétrico paisaje que representaba su pueblo.
Las
casas estaban viejas y destruidas, era como si ya nadie le preocupase en tener
el pueblo limpio y en buen estado, había pocas personas en las calles y todas
estaban harapientas y en un estado deplorable, las personas miraban a Gabrielle y Xena de reojo y con
mala miradas, es como si no les gustasen los extranjeros y los extraños.
Mientras
caminaban por el pueblo, Gabrielle le
preguntó a sus padres:
---
Papa, ¿has visto a la familia de Perdicas?
--- ¡Ah!,
a Euraclio y a Almena. --- repentinamente su rostro
se contrajo creando una expresión de tristeza. --- Sus padres fueron muertos
por Timerión, murieron luchando eso sumando que
durante la batalla su casa fue incendiada.
Gabrielle se
entristeció pero en cierta manera comprendió la situación, en cierta forma Gabrielle se había acostumbrado a ver y sentir el dolor, en
muchas ocasiones lo había experimentado de manera fuerte y constante:
---
También murieron tus amigos Glauco y Teresa. --- dijo Hecuba.
---
¿Glauco y Teresa? --- dijo Gabrielle.
Esa
sorpresa fue muy impactante para Gabrielle, sus
amigos de la infancia con quienes había jugado por
todo el pueblo, habían muerto repentinamente en esa lucha con Timerión, era precisamente lo que su padre la había dicho,
“Poteida era un pueblo que estaba muriendo”.
Xena y Gabrielle estuvieron unos días más en el pueblo con sus
padres, en dichos días Gabrielle mostró cierta
tristeza y pesar en sus ojos.
Xena lo
había notado y le había preguntado, fue durante una noche en que Gabrielle visitaba a Xena en su
alcoba para darle las buenas noches y su respuesta fue:
--- Es
que todo esta cambiado, yo soñaba con ver a mis amigos casados, con ver al
pueblo más hermoso que antes.
--- Gabrielle es horrible lo que pasó pero vas a tener que
aceptarlo, fue el destino de lo que paso.
Eso fue
lo que le dijo Xena para calmarla.
--- Lo
sé, pero no puedo evitar sentirme triste por eso. --- le contestó Gabrielle.
Xena la tomó
y la abrazó por atrás besándole la cabeza con suavidad y luego le sobó los
brazos con suavidad y la recostó sobre su pecho, para luego acariciarle la
cabeza, eso a Gabrielle la reconfortaba mucho y le
gustaba.
Después
de una hora ambas se quedaron dormidas profundamente, ellas habían acordado
partir al día siguiente y así durmieron tranquilamente toda la noche.
Al día
siguiente, se levantaron comieron y se prepararon para partir en el acto, Xena había sacado a Argos y habían preparado todo para
partir, los padres de Gabrielle habían salido afuera
para despedirse de su hija.
Ya todo
estaba listo, Xena estaba en el caballo con Eva y Gabrielle ya había preparado a su caballo:
---
Bueno ahora te vas de nuevo. --- dijo Hecuba de forma
triste.
--- Sí
mama, no olvides que los dioses buscan a Eva, a la bebe de Xena,
así que debemos viajar, planeamos viajar al norte para alejarnos lo más posible
de los dioses con el fin de evitar que pueden dañar a la bebe.
---
Bueno, solo puede pedir que tengas buena suerte en tu viaje. --- dijo Herodoto.
---
Gracias Papá, la voy a necesitar. --- dijo Gabrielle
sonriéndole, para luego darle un fuerte abrazo a sus padres mientras les decía.
--- Los amo, lo digo en serio.
El sol
brillaba con fuerza aquella hermosa mañana, habían
pocas nubes blancas en el cielo y el sol estaban completamente radiante.
Gabrielle no pudo
evitar votar unas lágrimas de emoción por el hecho de que se iba de la casa, se
montó en el caballo y en el acto despidiéndose se alejó al lado de su amiga,
ambas se fueron cabalgando con suma tranquilidad, alejandose
por los verdes pastos de la campiña mientras la brisa soplaba con suavidad y el
sol se elevaba remontándose en el cielo, los padres de Gabrielle
estaban parando recibiendo la brisa refrescante de la mañana y el sol les
iluminaba sus rostros.
Así Gabrielle pudo observar a su pueblo después de un largo
tiempo de viaje, pudo ver que todo era diferente, que su pueblo natal Poteida estaba en ruinas y destinado a desaparecer, pero en
cierta manera eso era inavitable, aunque sentía una
profunda tristeza por ello, con el tiempo lo aceptaría y lo superaría.
Pero una
cosa que no se había percatado nadie, es que en ese mismo día en que ellas se
fueron justo después, ya a altas horas de la noche alguien también se iba de la
casa y del pueblo, era Malco con su armadura negra
montado en su corcel, salía de la granja en la noche camino a Tracia en busca
de guerras que luchar y aventuras que realizar, el se había encargado de
dejarles una clara nota a la familia de Gabrielle
explicando todo y dejando unos 700 dinares para gastos y pago.
Así pasó
el tiempo, Gabrielle fue con Xena
a diferentes aventuras, hasta que todas sus aventuras terminaron cuando ellas
se les dio por muertas en un misterioso accidente y el dios Ares las congelo
por 25 años, para luego salir y llegar a la Europa de los primeros años del
Cristianismo.
Ya como
2 años después de haber despertado, Gabrielle fue
junto con Eva ya una mujer adulta y el hijo de Joxer
el valiente poeta Virgil.
Ahora Poteida no existía, solo las ruinas de lo que una vez fue
un pueblo prospero, ahora eran pedazos de madera podrida tiradas en el piso y
pura yerba.
La
granja la encontraron destrozada y ahí estaba Malco,
un Malco desbastado que había vuelto de innumerables
guerras y aventuras, luego de haber escapado de un sin fin de cárceles romanas,
participar en las campañas de Alejandro Magno, Aníbal, haber luchado contra barbaros, contra las Amazonas se había cansado y había
regresado a Poteida, donde quedo solo para siempre.
Él vivía
como un ermitaño, vivía solo y se había vuelto completamente loco, tendría tal
vez como 50 años, andaba por ahí con ropas harapientas la barba crecida y todo
sucio, se la pasaba cantando todo el día “Yo soy Malco
de Atenas el gran héroe inmortal” y alimentándose de hierba y de bichos del
monte, había perdido la perspectiva de todo, la casa estaba hecha pedazos y
todas las noches iba al patio de atrás a bailar alrededor de tres tumbas que
habían ahí, las tumbas de Lila, Herodoto y Hecuba.
Malco o lo
que quedaba de él bailaba de forma alocada alrededor de las tumbas para luego
sentarse frente a las tres lápidas y hablarles sobre su vida, sus victorias y
fracasos debajo de la poderosa luz de la luna.
Pues así
es cuando Gabrielle llegó eso fue lo que encontró de Poteida, una villa que vivío en
la gloria y murió en el olvido, todo simplemente fue parte de un trágico
regreso a casa.