UN
DÍA EN EL CENTRO COMERCIAL
Era un día común en el santuario,
todo estaba en un relativo orden (saben como es el santuario no me lo van a
negar). Las amazonas ya habían comenzado su entrenamiento y los aspirantes a
armaduras hicieron lo propio, mientras en cada una de las 12 casas los
caballeros dorados comenzaban sus respectivas rutinas.
---
En la casa de Acuario, podíamos ver
a su caballero mirando consternado de un lado al otro. Se encontraba en el
baño, se disponía a realizar su rutina de limpieza, cuando; al tratar de abrir
el grifo del lavamanos; la llave se suelta dejando salir el agua como mejor se
le antojase. Nuestro caballero estaba desesperado viendo el río que salía del
baño e inundaba el resto de la casa, así que se le ocurrió una brillante idea
y.. Congeló el agua, sí, así como lo leen: congeló el agua. Ahora la casa de
Acuario parecía pista de patinaje con una hermosa escultura de hielo en el baño
y nuestro caballero dorado no hacia más que mirar la casa de arriba abajo y de
un lado al otro percatándose de su desastre.
Camus:
Ahora si que la hice linda...
En ese instante miró hacia una
ventana cercana y lo que se le vino a la mente fue: "Bueno, por lo menos
no es mal día para salir".
---
En ese mismo instante un grito
ensordecedor salió de la casa de Piscis
Afrodita:
¿QUÉ?, No puede ser, se me acabo el maquillaje, y con este sol que está
haciendo se me va a arruinar el cutis. Nonono, esto no puede ser, ahora mismo
salgo de compras.
Observó de nuevo su reflejo, se dijo
que cómo iba a salir tan desaliñado, así que se dispuso a sacar un montón de
cosas de su armario; una camisa por aquí, unos pantalones por allá, uno que
otro sombrero, unos cuantos pares de zapatos. Se probó de todo, se cambió unas
quinientas veces hasta que por fin dio con el atuendo justo y partió hacia el
centro comercial.
---
Aioria se había levantado de un muy
buen humor esa mañana, además el ambiente era propicio para ese estado de
animo, parecía que nada arruinaría ese día, hizo todo un plan de pasarse todo el
día de vago, olvidar el entrenamiento e invitar a Marin a pasear por allí. Todo
estaba en perfecto orden, el caballero de Leo lo tenía todo planeado hasta que
llegó a la puerta de la habitación de la caballera de plata, tocó la puerta...
Marin
(con voz lúgubre): Adelante...
Aioria
(consternado y entrando a la habitación): Marin, ¿Estás bien?
Marin se encontraba tirada en la
cama (lo siento no conseguí otra palabra, además yo sólo digo la verdad, ¿o
no?)
Marin
(con el mismo tono): Sí...
Aioria:
¿Pero qué sucede, estás enferma?
Marin:
No...
Aioria:
Entonces, ¿por qué estás así?
Marin:
Nada es sólo que me vino mi periodo
El caballero dorado de Leo parecía
un inofensivo gatito después de esa frase, lo dejaron frío, sabía que entre él
y Marin había cierta confianza y un raro cariño que todavía no determinaba que
era (¿por qué todos son tan caídos de la mata?), Pero tampoco era para que le
tirara ese balde de agua fría encima.
Marin:
Cierra la boca que se te va a caer la mandíbula
Aioria:
¿Ah?... Ah si claro, disculpa
Aioria cerró la boca y seguía
observando a Marin como abstraído
Marin:
¿Y eso que haces aquí?
Aioria
(tardando unos minutos en contestar): Yo... este... No nada, quería invitarte a
salir por ahí, pero si te sientes tan mal es mejor que te quedes en cama
Marin:
Quisiera quedarme acostada, pero tengo que salir a comprar algo
Aioria:
Si quieres, yo te lo puedo ir a comprar
Marin:
No creo que seas capaz
Aioria:
Por favor, soy un caballero dorado, cualquier cosa que me mandes a hacer es
tarea de niños
Marin:
Necesito toallas sanitarias
Aioria
(en shock): ...
Marin
(levantándose): Viste, te lo dije...
Aioria
(acostándola de nuevo): No... yo... yo puedo hacerlo
Marin:
¿De verdad?
Aioria:
Sí, de verdad
---
Un pensativo caballero de Aries
estaba haciendo un itinerario de todo lo que se encontraba en su casa; se podía
ver a Mu con cuaderno y lápiz en mano anotando todo lo que hacia y no hacia
falta en la casa; además de todas las tareas pendientes que poseía. Sin
mencionar a un Kiki corriendo, a casi la velocidad de la luz, por toda la casa,
haciendo las verificaciones necesarias.
Mu:
¿Cuántas armaduras por reparar?
Kiki:
5
Mu:
¿Cuánto suministro de sangre?
Kiki:
Dos transfusiones más
Mu
(pensativo): Necesitamos más sangre... (volviendo a sus apuntes) ¿Cuántas
armaduras por hacer?
Kiki:
3
Mu:
¿Por qué tantas armaduras nuevas en tiempo de paz?
Kiki:
Atenea quiere estar preparada para cualquier cosa
Mu:
Cierto, es mejor prevenir, lo que no entiendo es por qué tantas armaduras
averiadas
Kiki
(con una gota en su cabeza): A los caballeros les gusta jugar con ellas, además
sirve para parar las rabietas de las novias de vez en cuando...
Mu:
Ahora comprendo, supongo que no está mal que un caballero quiera defenderse
ante tal peligro... prosigamos...
---
Camus intentaba cerrar la puerta de
su templo para evitar, si el agua se descongelaba, que saliera hacia la casa de
Capricornio y por ende al resto del santuario. Había sido muy precavido al
cerrarla conexión pero sabía que la piscina que había en su casa no desafiaba
la gravedad y las leyes de Morphy y produciría un desastre mayor al que había
en su casa, sin mencionar que tendría de unos cuantos compañeros descontentos y
eso no era bueno en ese momento. Al terminar su tarea se dispuso a bajar las
escaleras e ir a la ferretería más cercana, la cual estaba en un centro
comercial próximo al santuario.
---
Aioros estaba impactado por lo que
le confesaba su hermano, que; a pesar de haber pasado unos minutos; seguía en
un estado de semi shock.
Aioros:
¿En serio te pidió eso?
Aioria:
Es que yo no sabía que me iba a pedir eso, por eso me ofrecí, y ahora...
Aioros:
... comprobaste que eres un idiota
Aioria:
¡Hermano!
Aioros:
Es verdad, sólo a ti se te ocurre acercarte y por demás ofrecerte, pero a todas
estas ¿por qué viniste en vez de estar comprando lo que te pidieron?
Aioria:
Pensé que...
Aioros:
Estás muy equivocado si piensas que te voy a acompañar
Aioria:
Vamos hermano, es sólo ir al centro comercial y volver
Aioros:
No, tú solo te metiste en esto, tú solo te sales
Aioria
(tratando de convencerlo): Anda hermanito...
Aioros:
Te dije que no y es no
Los dos caballeros dorados siguieron
la discusión, Aioros no parecía dar su brazo a torcer, pero Aioria sabía
exactamente que hacer para convencer a su hermano mayor. Así después de muchas
replicas, ruegos y regaños de las diferentes partes, Aioria terminó ganando y
arrastró a su hermano mayor a una de las mayores empresas a la que un caballero
dorado se había enfrentado: Comprar toallas sanitarias.
---
Frente a una hermosa caja de cristal
se encontraba una figura de ojos azules y cabello del mismo color, estaba
admirando a unas criaturas que la misma contenía; parecía un niñito viendo
escorpiones, me imagino que saben perfectamente de quien hablo, al decir escorpiones
todo queda perfectamente claro; estaba alimentando a aquellas criaturas cuando
se percató que el frasco que tenía en sus manos iba agotando su contenido
lentamente.
Milo:
Se acabo la comida para escorpiones, tengo que ir a comprar más si quiero alimentar
a los demás
¡¿Tenía una pecera llena de 20
podría tener más!?, Al parecer si, porque Milo agarró sus macundales y se
dispuso a salir a comprar comida para sus "adorables" (así las llamo
él antes de salir no me culpen) criaturas.
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El centro comercial era un lindo
lugar, tenía de todo, desde las cosas más extravagantes hasta las cosas más
sencillas que se pudiera imaginar; estando cerca del santuario eso no parecía
nada raro. En uno de los más acogedores lugares del edificio, la piñateria, se
encontraba uno de nuestros héroes, uno de los 12 más importantes del santuario,
uno... creo que ya me entendieron; el caballero de Cancer estaba muy
entretenido mientras veía calaveritas de plástico, arañas, y lo más
importante...
MM:
¡Telarañas!, Me hacen falta en toneladas para mantener el ambiente tétrico de
la casa de Cancer.
Así termina la odisea de uno de
nuestros amigos, el centro comercial es un gran lugar para comprar de todo pero
Mascara de la Muerte sólo tiene ojos para calaveritas y telarañas de juguetes;
habrase visto, tan grandote y todavía disfrutando de un prolongado día de
brujas.
---
Afrodita era acosado por un sin
número de chicas, no me van a negar que si Afrodita se nos compone está como lo
recetó el doctor; Claro que eso después de unas cuantas remodelaciones, el
mar... nononono las decenas de chicas acosaban al caballero de Piscis, no sólo
por su increíble apariencia, sino por su fama de caballero al servicio de
Atenea. Hizo todo lo que pudo para librarse de la manada de histéricas y por
fin llegó a su destino, el paraíso de los cosméticos, todo lo que Afrodita
necesitaba para su delicada piel estaba allí, así que se dispuso a revisar la
tienda minuciosamente antes de hacer cualquier compra.
---
Aioros todavía se arrepentía de haber
acompañado a su hermano, el sólo imaginarse tener que entrar a la farmacia y
llegar a esa determinada sección le daba pavor; prefería mil veces enfrentarse
con todo el infierno que realizar la sencilla tarea de hacer esa pequeña y
delicada compra. Mientras tanto Aioria estaba completamente feliz de no ser el
único que se presentara en la farmacia pidiendo toallas sanitarias, aunque a
fin de cuentas estaba más aterrado que el hermano.
Lo que no se esperaba el caballero
de Leo, era que su hermano se escaparía a la menor oportunidad, y esta no se
hizo esperar mucho tiempo.
Aioros:
Mira la tienda de deportes
Aioria:
Sí, ¿y?
Aioros:
Ves la vitrina
Aioria:
Aja...
Aioros:
He esperado que ese tipo de canoas llegara para acá, quiero ponerlas en la
parte subterránea de la casa
Aioria:
¿Sí?
Aioros:
Si, voy a verlas, luego te alcanzo
Aioria:
Pero...
Aioria no tuvo la menor oportunidad
de replica porque Aioros ya estaba hasta preguntando precios y colores, no le
quedaba más que ir y cumplir su pena, de todas maneras no creía que se
consiguiera a nadie conocido, todos debía estar entrenando en el santuario, así
se dispuso a ir a la farmacia.
---
Shura caminaba a paso rápido y
tratando de ocultar su cara, extraño en el caballero de Capricornio. Parecía
tener la cara llena de puntitos, cosa más extraña todavía; al alzar un momento
el rostro, para ubicarse un poco, dirigió su vista hacia la farmacia y adentró
en ella lo más rápido que pudo sin llamar la atención
---
Un hombre alto y fornido entro en el
centro comercial, parecía medir casi o más de dos metros, se acercó a la tienda
de deportes donde se podía ver a Airios observar canoas de todos los tamaños y
colores para el sótano de su casa; se le veía muy emocionado, se le notaba en
la cara cuando veías sus ojitos como dos estrellitas. El mamotreto de hombre se
acercó a Aioros
Hombre:
¡Aioros!
Aioros:
¿? (Volteó a todos lados y vio a la montaña andante) ¡Aldebaran! ¿Qué te trae
por aquí?
Aldebaran:
Vengo a comprar pesas nuevas y ¿tu?
Aioros:
Acompañando a Aioria
Aldebaran
(mirando a todos lados): ¿Si y dónde se encuentra?, que no lo veo
Aioros
(Sin darle mucha importancia): ¡Ah! eso es porque no está aquí, está en la
farmacia
Aldebaran:
¿En la farmacia?, ¿Qué está enfermo?
Aioros
(tratando de permanecer serio): No para nada, le pidieron el favor de que
comprara algo
Aldebaran
(muy alarmado): ¿pero quién?, ¿Qué le mandaron a comprar?, ¿Quién está enfermo
en el santuario?
Aioros
(entre risas, las preguntas de Aldebaran lo hacían imaginarse a su pobre
hermano en la farmacia): Nadie... nadie esta enfermo
Aldebaran:
Pero ¿por qué te ríes? Y ¿por qué no me dices?
Aioros
(que no podía con el dolor de estomago que producía su risa): Ma. Marin...
Marin fue...
Aldebaran:
¿Marin?, ¿Qué tiene?, ya deja de reírte y dime que me tienes preocupado
Aioros:
lo... lo siento (tomando aire)... deja de preocuparte, Marin no tiene nada,
sólo le mandó a comprar a Aioria unas toallas sanitarias
Aldebaran:
¡¿QUÉ?!
---
La
señorita lo miró de arriba a abajo, y la cara que puso... pues digamos que no
fue muy agradable, dijo para sí misma, "Este tipo esta completamente
loco"; mientras nuestro caballero de Piscis se disponía a sentarse para
que probaran todo tipo de cosméticos en su hermoso rostro, mientras se miraba
al espejo no podía dejar de pensar "Es que estoy más bueno que comer mango
con las manos".
Afrodita:
Cuando quieras empiezas
Señorita:
Lo que usted diga señor
Afrodita:
Ay no me digas señor, dime Afrodita con confianza
Señorita
(con una gota inmensa rodando por su cabeza): Ok...
La joven se dispuso a hacer su
trabajo como Dios manda, después de todo "El cliente siempre tiene la
razón" aunque pareciera que éste la hubiera perdido desde hace tiempo.
---
En
el medio del centro comercial había un local, del cual salía una música al estilo
New Age y un olor como a incienso con pachulí, era un lugar donde todo lo que
debía reinar era la paz, la armonía, el amor... en la fachada se podía ver que
el lugar era una mezcla de colores morado y vinotinto y de la puerta pendían
cristales que formaban una cortina, la cual llevaba al interior a un mundo
armonizante, a.. ¿Yo que sé si no he entrado?, El punto es que es un lugar de
esos que todo el mundo conoce, tiene curiosidad de entrar pero nunca entra; al
lado de ese local hay otro más normal, con paredes de un color normal, puertas
de vidrio que permiten ver a una secretaria idiota que atiende a todo aquel que
entra y a un tipo que estaba esperando por algo de lo que parecía estar no muy
seguro.
Del pasillo que conducía al interior
del local salió Shaka (Sí, trabaja en un local normal no en uno al estilo New
Age), vio a la secretaria como diciendo "Pobre tipa" y luego miró al
Señor sentado en la "sala de espera"
Shaka:
Has pasar al próximo cliente
Secretaria:
Si señor Shaka (al señor en la sala de espera) Ya puede pasar
Señor:
Gra... gracias
El señor siguió a Shaka a lo que
sería su cubículo, observó todo hasta el ínfimo detalle, no había cosas
demasiado raras así que se sintió más tranquilo. Pudo notar un radio cerca de
la camilla y pensó que una musiquita relajante no le vendría mal, miró a Shaka
como para que le indicara lo que debía hacer.
Shaka
(señalando un paraban): Desvístase, colóquese la toalla y luego se recuesta en
la camilla
El Señor sin chistar hizo lo que le
recomendó su masajista, aunque eso de desvestirse no le gustaba, ¿y si su
masajista era... ? Bueno ustedes saben... m.. No puedo decirlo... como ponerlo
en otras palabras, ¿y si era como Afrodita?, Aun así sabía que Shaka era el
caballero de Virgo y no quería meterse en problemas, se recostó en la camilla
sin pensar en más cosas como esas.
Shaka
(Como sí fuera un guión aprendido y repetido que ya salía más como sí lo
estuviera leyendo de alguna parte): Relájese, déjese llevar por la música,
piense en un lugar tranquilo y toda esa palabrera que le echan a uno cuando
está stresado
Shaka se acercó al radio, el señor
no podía esperar aquella melodiosa música que lo llevaría a un estado
placentero, al darle Shaka a play se escuchó un rock pesado así como la de
" Esqueletos pútridos"
Señor:
Disculpe, pero esa no es una música muy relajante que digamos
Shaka:
O se calla o muere
Señor:
*glup*
---
En
la feria se pueden apreciar diferentes gustos y tipos de gente, especialmente
en la comida que compran y como se la comen, al verlos en ese lugar uno podría
decir que por solo tener el nombre de una importante cadena de comida comerían
hasta suelas de zapatos, pero así son los consumidores. Todas las grandes
cadenas tienen a grandes personas tras los mostradores sirviendo su espectacular
comida, a quien engaño... bueno este lugar no era una excepción, tenía a dos de
los mejores caballeros detrás de las cajas.
Saga
(con el mayor desdén del mundo): Buenas tardes
Canon
(en otra caja y al contrario de Saga muy contento) Bienvenidos a
Saga:
Kitsune
Canon:
¡Dónde tenemos el mejor kitsune de todos!
Saga:
¿En qué le puedo ayudar?
--
En el lugar de Saga--
Señor:
Si, quisiera una Kitsuneburguesa, con iguchipapas y una soda grande
Saga:
¿Eso seria todo?
Señor:
No sonreíste y no me dijiste que si quería un pie de waka así que todo será
gratis, jajajaja
Saga
(con una venita en la frente): En un momento se lo traigo
--En
donde Canon--
Señorita
(están muy buena por cierto): Si buenas quisiera el especial de día
Canon(pensando):
a ti te daría lo que fuese... (hacia ella). Si, ¿desea el pie de waka como
postre?
Señorita:
No gracias
Canon
(muy sonriente): En un momento se lo traigo
--Saga--
Saga
(con el pedido): aquí tiene su comida (pensando) espero que le dé un ataque
cardiaco luego de que se la coma ya que creo que se le terminaran de tapar las
arterias con esto...
--Canon--
Canon
(con el pedido): aquí tiene
Señorita:
Muchas gracias (muy bajito solo para que el caballero pudiera escucharla) aquí
tienes mi número... (le entrega un papelito con el dinero)
Saga:
Como odio este trabajo
Canon:
No sé por qué (con sonrisa picara)
---
El lugar soñado por las mujeres del
centro comercial, la joyería, todas quieren algo de allí pero nunca hay dinero
suficiente, especialmente el mercado de hoy en día, aunque esta joyería era muy
peculiar, sus precios no eran tan exorbitantes como el del resto y parecía que
ningún cliente se había preguntado por qué. En su interior se encontraba uno de
los majestuosos caballeros de oro, el caballero de Libra, generalmente al oír
su nombre las personas piensan en una pasita gigante pero por raro que parezca
no se sabe que hizo y se ve tan radiante como en sus años de juventud, hasta
tiene la misma estatura..., el era el dueño de aquella pequeña joyería.
Cliente
(entrando): Buenas tardes...
Dohko:
Buenas, ¿qué se le ofrece?
Cliente:
esta buscando algo para mi mujer
La señora del cliente estaba pegada
a su brazo mirando a todos lados como si fuera un niñito en una tienda de
dulces.
Dohko:
Pues que le gustaría, ¿un brazalete?, ¿Un anillo quizá?, ¿Un collar?
Señora:
Me gustaría ver los anillos
Dohko
(sacando unos cuantos): estos son muy finos y delicados tal como usted
Señora
(señalando uno): este de aquí me gusta ¿a ti amor?
Cliente:
Si es muy lindo
Dohko
(tomando el anillo y luego la mano de la señora): permítame (al tiempo que
decía esto le hizo probarse el anillo) perfecto, hecho para usted
Señora:
Cierto es muy lindo
Cliente:
Y el precio no está nada mal...¿cómo hace para mantener los precios así?
Dohko:
Tengo mi secreto
Al la ves que decía esto en otro
lugar del mundo, en realidad en lugares distintos...
--Mina
de Oro--
Hyoga:
Mataré a Shiryu (excavando)
--Mina
de Plata--
Ikki:
Ese pequeño dragón morirá en cuanto lo vea (con una venita en la frente y
también cavando)
--Mina
de esmeraldas--
Seiya
(sonriente): Esto es divertido (haciendo lo propio)
--Mina
de diamantes--
Shiryu
(estornudando): Mi maestro si es malo con nosotros, nos manda a hacer esto o
nos acusa con Atenea por la pequeña broma que le hicimos
--Joyería--
Dohko
(haciendo la venta): Se lo lleva así o se lo envuelvo para regalo (sonrisa
maliciosa)
---
Shura entró a la farmacia tapándose
la cara para que no lo reconocieran, fue a una sección y busco ¡curitas!, Tenía
miedo de que alguien lo viera comprando eso porque eran para sus puntitos en la
cara, todos dirían que el pobre caballero de Capricornio no sabía afeitarse y
pues para ser franca entre hombres es una vergüenza que tan grandotote y con
experiencia en combate te sigas cortando la cara. Lo que más le incomodaba de
esa farmacia era que tendría que salir por la sección femenina ya que la habían
cambiado a el primer pasillo el cual daba afuera porque se encontraba el vitral
de la farmacia, pensaba que si lo vieran en esa actitud y en ese pasillo pensarían
lo que no era y se estarían burlando de el por el resto de la eternidad.
Shura tenia tanta prisa por salir
que en el camino se tropezó con alguien, al principio pensó que era una chica
ya que estaba en un pasillo poco frecuentado por los hombres pero aquella
persona era muy robusta y tenia demasiada resistencia, hubiera sido cualquier
otro y se hubiera caído, Shura levantó la mirada y descubrió...
---
Aioria seguía envuelto en sus
pensamientos cuando alguien se tropezó con él, pensó que estaría atravesado y
se disculpó con la persona y siguió
viendo lo que venía a comprar, casi se pone a llorar cuando ve el pasillo. En
aquel instante se escuchaba una risa de la persona que había chocado con
Aioria, le parecía descortés que se estuviera riendo de él de esa forma y se
volteó a ver al individuo.
---
Aldebaran y Aioros decidieron ir a
ver al caballero de Leo en su gran hazaña, comprar toallas sanitarias no era
algo que hiciera todos los días un caballero dorado y menos uno tan avispado
como Aioria. Lo mejor de todo era la vista al interior de la farmacia, daba
justo la vitrina en la sección en que Aioria tendría su mayor problema.
Los caballeros no daban crédito a lo
que veían, el pobre Aioria parecía un niño chiquito perdido en medio de la nada
a punto de llamar a su mamá con Shura riéndose a su lado como si no hubiera
visto nada más cómico en su vida, claro Sagitario y Tauro solo pudieron hacer
lo que Shura, echarse a reír.
---
Milo estaba muy contento, venía cantando como niño chiquito algo así como “compré comida para mis escorpiones, y me compré uno nuevo”, con una gran sonrisa y una cajita transparente en la mano con tres escorpiones más (creo que alguien tienen una pequeña adicción a las mascotas...), estaba tarareando cuando se encontró con uno de sus amigos predilectos del santuario, con aquel que se iba de farra cada vez que podía, ustedes saben quien es, no se hagan los tontos.
---
Camus salió de la tienda con el poco
de tuberías y artefactos que ni el mismo sabia para que servían, pero el que
atendía la tienda le dijo que iban a servir perfectamente para el trabajo,
claro que no sabía que si era para el trabajo que Camus haría o para el trabajo
del pobre tipo que lo estaba atendiendo. Tenía todo un rollo encima no sabía
como llevaría las cosas hasta el santuario hasta que vio acercándose a su
compañero de toda la vida, al chico con el que se había metido en problemas
siempre, a más que su amigo, su hermano.
---
El kitsune podría ser no el más
indicado plato para la dieta balanceada pero se vendía bien y eso era
exactamente lo que importaba, dos de los mejores caballeros vendedores de zorro
(eso es kitsune en japonés) estaban dispuestos a marcharse cuando el gerente
llamó.
Canon:
Si jefe
Saga:
¿Qué se le ofrece?
Gerente:
Bueno como sabrán estamos ahorrando presupuesto aquí y pues tenemos que hacer
unos sacrificios así que saga, te quedas a limpiar la freidora
Saga:
Pero...
Gerente:
Cállate
Saga:
Pero je...
Gerente:
Cállate, Canon tu eres libre de irte a menos que quieras acompañar a tu hermano
Canon:
Noooooooo, gracias...
Canon salió disparado como alma que
lleva el diablo afuera de esa oficina y afuera de ese mismo local mientras Saga
maldecía todo lo que se refería a ese empleo.
---
Milo y Camus se encontraron frente a
la tienda, Camus solo pudo ver a Milo pero no vio lo que traía consigo, llevaba
como 10 bolsas que apenas podía cargar él y una cajita con escorpiones, eso
derrumbó todas sus ilusiones de que el caballero de Escorpio pudiera ayudarlo.
Milo:
¡Camus!
Camus:
¡Milo!
Milo:
¿ Y eso? Te hacia entrenando
Camus:
Yo también te hacia entrenando pero ya ves
Milo:
¿Y todo eso?
Camus:
Se rompió la llave de mi baño
Milo:
Ah que mal, pero no creo que necesites
tantas cosas para arreglar solo la llave
Camus:
Eso dijo el muchacho que me vendió todo esto
Milo:
Creo que te estafaron
Camus:
Sí, yo también (gota)
Milo:
¿por qué no devuelves lo que no necesites? la tienda está justo allí
Milo Señaló la tienda como pudo y
Camus se volteó a verla, en ese instante el muchacho que lo había atendido
pasaba el cartel de abierto a cerrado con una sonrisa con cierta picardía en su
rostro.
Camus:
Como lo odio
Milo:
Imagino lo que se siente
---
Afrodita salió con toneladas de
maquillaje, uno que otro accesorio y una sonrisa en la cara, se le veía muy
contento, y ¿cómo no? Si ir de compras era lo que más le gustaba hacer; ahora
que estaba decente decidió recorrer el centro comercial y ver que más veía por
allí.
---
Un mar de mujeres seguía a un solo
hombre, cosa extraña de ver en este centro comercial ya que no es muy
frecuentado por estrellas famosas y esta no parecía serlo, el individuo no
estaba elegantemente vestido y estaba poco acostumbrado a las multitudes como
se podía ver en su rostro, tenía una cara de c... de... de perro que no se la quitaba nadie, parecía
molesto porque un montón de lindas chicas lo persiguieran yeso es extraño de
ver en un hombre.
El grupo de jóvenes, y notan
jóvenes, mujeres que seguían a este hombre estaba liderizado por tres mujeres
vestidas idénticas, minifaldas, camisas muy pegadas y zapatos que combinaran,
lo único que las diferenciaba eran los escritos que se encontraban en sus
camisas, entre las tres decían CA-NON-!!! Y gritaban porras como “¡Canon,
Canon, eres el mejor!”, lo cual hacía molestar más a nuestro querido amigo.
Mujeres:
¡Canon, Canon...
Hombre
(deteniéndose con una vena en la frente) ¡ALTO!
Mujeres
(extrañadas): ¿Qué pasa?
Hombre:
Yo no soy Canon soy Saga, SA-GA
Mujeres:
Ah...
Las tres mujeres que aprecian más
porristas que otra cosa, se cambiaron el set y ahora decían “SA-GA-!!!” y
cambiaron el nombre de la porra lo cual hizo que el caballero de Géminis
sonriera por primera vez en toda la tarde.
---
Shura estaba tirado en el piso
riéndose a más no poder, Aioria seguía mirándolo con cara de “te voy a matar” y
Aldebaran, Aioria, Canon, Dohko y Mascara de la Muerte estaba comiendo
palomitas afuera, como si estuvieran viendo una película muy buena de cine.
Shura:
Jajajajajaja, no puedo creerlo, jajajaja
Aioria:
¿Qué tiene?
Shura:
Si vieras tu cara comprenderías, jajaja, pareces un niñito asustado
Aioria
(apunto de llorar): ¿No lo estarías tu? (Señalando el estante)
Shura se quedó un momento
petrificado, se quedó un momento pensando si su novia lo mandara hacer eso... y
se encontrara en ese pasillo... se dignó a voltear y vio la variedad tan grande
de toallas: normales, finas, con las sin alas, de diario, con gel, sin gel,
extra largas, pequeñas, con canales, sin canales, acolchadas, para hilo dental,
para ropa interior negra, tampax y si estuviera haciendo un comercial
comenzaría a nombrar las marcas. El caballero de Capricornio compadeció a su
compañero y se dirigió a la caja, no tenía planeado el movimiento que Aioria
estaba a punto de hacer.
Aioria
(tomando a Shura pro el hombro): Un momento
Shura:
¿Qué quieres?
Aioria:
Vas apagar por haberte burlado de mi
Shura:
¿Ah?
Aioria:
Me vas a ayudar y no te vas a ir hasta que me vaya
Shura:
¿Y que te hace pensar que lo haré?
Aioria:
Que le puedo contar a tu novia lo del incidente de la otra noche cuando te
pasaste de tragos (sonrisa maliciosa)
Shura:
No lo harías
Aioria:
¿Tu crees?
Los cinco caballeros de afuera no
podía para de reírse, ahora no era un solo caballero dorado en la “gran hazaña”
sino dos y eso lo hacia aún más cómico.
---
Milo y Camus caminaban
tranquilamente acompañándose mutuamente a casa por si alguno fallaba siempre
existía otro para ayudar, Camus no veía muy bien hacia donde se dirigía pero
Milo si pudo ver la congregación de colegas frente a la farmacia.
Camus:
¿Esos son ellos?
Milo:
Sip, cinco de ellos, se la están pasando bien.
Camus:
¿Nos acercamos?
Milo:
¡Claro!
Ambos se acercaron a ver que
sucedía, Camus preguntó que sucedía y al voltearse a ver soltó todo lo que
tenía en sus manos, tuberías rodaron por todas partes y un caballero más se
estaba riendo, claro que Milo hizo lo
propio pero trato de no soltar la caja con escorpiones porque la gente
desconsiderada que no los entendía podría pisarlos al verlos.
Camus.
¿Cómo pasó eso? (riéndose)
Aioros:
Marin comenzó todo (entre risas tratando de calmarse)
Aioros explicó todo a los nuevos
invitados a los cuales se les había agregado Afrodita.
Afrodita:
No veo que es tan risible al respecto, ni que un hombre no pudiera comprar
toallas sanitarias
Aioros.
Claro que puede pero con esa cara y tan perdido
Todos volvieron a verla cara de
idiotas que tenían los dos y las carcajadas volvieron a estallar, se escuchaban
en todo el centro comercial así que Saga se acercó con el mar de mujeres, Shaka
con su normal actitud y Mu con un montón de bolsas del banco de sangre.
Saga:
¿Qué pasa aquí?
Canon:
Sólo mira jajaja
Los recién llegados miraron el espectáculo, todos y
cuando digo todos son todos, se echaron a reír, incluyendo las mujeres,
sinceramente no puede haber nada más cómico que ver a dos hombres grandototes
con cara de idiotas casi que babeando por lo asombrados que están de la
variedad de productos para “esos días” que hay en el mercado, tanto era así que
Shaka tuvo que abrir los ojos para creer lo que estaba sucediendo en aquel
lugar antes de ponerse a reír como los demás. Claro está luego las mujeres se
dieron cuenta de que los demás no estaban ayudando al pobre e indefenso Aioria
y pues cambiaron de nuevo camisas las lideres y ahora decía “AIO-RIA-!!!” y
comenzaron a gritar “Aioria tu puedes” y cosas por el estilo, luego, como
buenas fans se dispusieron a pedir autógrafos antes de irse a casa porque se
estaba haciendo tarde.
Alta
voz: Se le informa a los clientes que el centro comercial cerrará dentro de 10
min. por favor se les agradece salir en cuanto puedan
Dohko:
Hora de irse
Camus:
Si la diversión tiene que terminar en algún momento.
Aioros:
Debería avisarle
Aioros se aventuró en una atrevida
intromisión a la farmacia a riesgo de quedar atrapado como Shura para decirle a
su hermano que ya se tenían que ir.
Aioria:
Pero si no he comprado nada
Aioros.
Compra todos de todas maneras la que le compres no le va a gustar, sabes como
son las mujeres en esas cosas.
Shura.
El tiene razón
Aioria siguió consejo de su hermano
y se llevó varias bolsas en la mano, el único detalle es que las bolsas no eran
muy opacas y dejaban verla mercancía por lo cual Aioria tuvo que regresar solo
al santuario y con la cara roja como un tomate. Por fin llegó donde Marin.
Aioria
(entrando y dejando las bolsas). Aquí tienes
Marin:
Gracias, aunque Shania me dio unas después de que te fueras (viendo la
mercancía) oye te dije que fueras comprarme toallas sanitarias, no a asaltar la
farmacia (dijo mientras se arreglaba)
Aioria:
No sabia cual sería más conveniente, oye ¿por qué tan arreglada?
Marin:
Tengo una cita, nos vemos
Marin salió como si nada hubiera
pasado, Aioria solo estaba estático maldiciendo su pobre día, primero quiere
salir y ella no puede y luego que le hace la diligencia sale con otro, las
estrellas no estaban a su favor eso era obvio, salió buscando una comprensible
compañía en su hermano la cual no encontró porque terminó riéndose en su cara
peor de lo que se había reído en el centro comercial.
Por otra parte, Camus seguía en su
travesía por llevar la plomería hasta su casa, lo cual era medio imposible
porque cada vez que daba un paso se le caía todo o que llevaba en las manos, en
la entrada lo esperaba un caballero con cara de pocos amigos.
Camus:
¿Shura que pasa, por qué esa cara?
Shura:
¡Tú! ¡¿Cómo se te ocurre dejar tu casa así?!
Camus:
¿Ah?
Shura señaló la casa de acuario,
esta no estaba congelada y el agua salía torrencialmente por la entrada
llegando a la casa de Capricornio y así bajando hasta llegar a la casa de Aries,
a Mu no le preocupo mucho porque sólo era un charquito pero los demás
caballeros querían matar a Camus por hacer semejante idiotez.
Después de terminar con su casa
Camus tendría que pasar por la otras a arreglar los daños hechos, a Milo más
bien le hizo un favor porque le limpió el sótano donde estaban sus otro
escorpiones y como eran animales de agua no había mucho que decir, Milo estaba
encantado y quiso retribuirle a su mejor amigo ayudándolo, claro después de que
terminara de alimentar a sus escorpiones, para que tengan una idea de cuantos
tenía, Milo bajó al sótano y todo estaba absolutamente negro cuando puso los
frascos de comida el piso y las paredes comenzaron a moverse revelando su
verdadero color, si me permiten decir ¡que asco!.
Shura logró ocultar sus heridas sin
que nadie lo notara y salió con su novia, Mu terminó su inventario, MM seguía
decorando su casa con telarañas y calaveritas, Aldebaran probaba sus nuevas
pesas y Aioros sus nuevas canoas, al ser perseguido por Aioria para darte muerte
cualquiera habría huido de esa forma. Dohko disfrutaba contando sus ganancias y
los gemelos seguían en su eterna discusión, Shaka tenía sesiones personales de
masajes, si saben a lo que me refiero y Afrodita organizaba su nuevo
guardarropas y set de maquillaje, así termina un día en la vida de un caballero
dorado, esperemos que las noches no sean tan desastrosas...