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CAFE NOSTALGIA
(1999)
Marcela se ha apegado silenciosamente a una particular manera de mantener
vivos sus recuerdos de la Habana. Ella lee. Mientras lee se
deja llevar. Y su imaginación la lleva a escribirle cartas
a todos los personajes importantes de su vida; sólo mientras
lee. Así remedia un poco las vicisitudes emotivas del éxito.
En la ficción, las cartas nunca llegarán a sus destinatarios
pero ahora que todos tenemos la oportunidad de leerlas, entramos al mundo
de los recuerdos únicos de esta hija de la revolución cubana
que ahora duerme en París.
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