EL VIRUS DEL FIN DEL MUNDO.

Eladio De Valdenebro

- Todo va a suceder en tres días. El primer día del Fin del Mundo voy a programarlo para un sábado de puente. Bien temprano llamaré a mi hermano, el pobre vive tan varado ahora y aunque le dé rabia la madrugada le diré que vaya en seguida al cajero electrónico más cercano y digite con su tarjeta cualquier suma con 7 y con 4 y ningún otro número distinto de 0. Por ejemplo 470.000 pesos y luego de recibir esa suma lo bueno va a ser que la máquina le seguirá vomitando billetes y billetes hasta que agote todo el depósito que le llenaron la víspera para los tres días del puente. Y que si quiere más vaya a otro cajero y a otro y a otro y mi hermano me va creer porque aunque me dicen El Loco, sabe que nunca digo mentiras y sabe que soy el genio del putas en esto y sabe la ira que tengo y que soy vengativo a morir. -

Recién graduado en Economía, el Banco lo envió a Nueva York para estudiar las últimas tecnologías en el servicio de tarjetas de crédito y mejorarlo sustancialmente en el país. Años después, cumplida con creces su labor, el Banco de nuevo lo envió - ya con esposa y dos hijos adolescentes - para que se especializara en las complejidades del dinero electrónico y en el comercio on line. Un año largo le tomó esto, pero a más de los aspectos financieros y administrativos dominó también la parte de informática. Le fué fácil, pues poco antes había concluido como segunda carrera, estudios de electrónica y sistemas. Ahora dirige el programa T&T, Tarjeta Total, la de más alta avanzada en el país.
Vengativo a morir, quiere vengarse del Sistema. En ese año había comenzado la ruina familiar: él mismo, su esposa, su hija quinceañera, su hijo de solo 17 años, cuando llegaron a Los Ángeles, iniciaron lenta, inexorablemente, la adopción de todos los vicios del American Way of Life: el culto al dinero (estiércol del demonio, recuerda ahora de Papini), el libertinaje sexual y, muy poco antes de regresar, las drogas. Quiere vengarse del Sistema pues buenos motivos sí que tiene tiene.

- Y el segundo día del Fin del Mundo el Agente de la Ira de Dios llegará a Estados Unidos por las vías on line de los bancos extranjeros y los teléfonos y los computadores y por las redes mundiales de datos, y afectará las cadenas de T.V. y por vía satélite saltará a todos los continentes, nos regresará acá y nos quedaremos sin programas que ver en ese puente, y con los bolsillos de los madrugadores a los cajeros, repletos de billetes. -

Pocos meses antes encontró refugio a sus angustias en un grupo evangélico. Su afiebrado intelecto - hasta entonces ajeno a lo religioso - se hechizó con ciertas partes de la Biblia: los Cuatro Profetas Mayores del Antiguo Testamento, luego con el Apocalipsis. El pastor Britten halló en él un férvido oyente a sus cábalas bíblicas y lo convenció de que Dios lo necesitaba para Algo Grandioso.
Y la noche que leyó la petición de divorcio que ella le había dejado sobre la almohada, se creyó El Enviado de Dios para ejecutar las Profecías. Y esa misma noche, cuando vió que su hija del alma entraba con un tipo a la pieza del chofer al fondo del garaje, supo que Dios lo consagraba El Hacedor de las Nuevas Plagas de Egipto. Y esa misma noche, cuando comprobó que a su hijo del alma no le bastaba ya la cocaína, oyó que Dios en persona lo ungía como El Jefe de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis y El Abridor de los Siete Sellos de la Justicia Divina y El Sonador de las Cuatro Trompetas del Juicio Final y que El Altísimo lo uncía con El Cinturón de Hierro y lo consagraba El Blandidor de la Espada de Fuego de la Ira de Dios.

- Y el tercer día del Fin del Mundo ya estarán enredados todas las redes de telecomunicaciones y buscadores y portales y bancos de datos. Y esta sí será la total tragedia informática del 2.000 aunque llegue unos años mas tarde. Este si será el verdadero K2Y, pero mucho mas total que lo que presagiaban en 1999 los mas pesimistas. Y los correos electrónicos escribirán cosas absurdas y mezclarán los textos y hasta dañarán la ortografía en sus mensajes, y los teléfonos confundirán los indicativos y en cada ciudad del mundo creerán que es un daño local pues no podrán comunicarse ni con la ciudad más próxima. Y todos los sistemas de radio por sus componentes de cómputo se enloquecerán igual y en las frecuencias de música clásica se oirán jadeos de sexo telefónico y en las estaciones de bomberos se oirán chismesitos de señoras o preguntas de la tarea que nos puso el profe de matemáticas. Y será el caos total en las torres de control de los aeropuertos y de los puertos y de los metros y de las estaciones de ferrocarril, pues sus núcleos de manejo tendrán todos sus sistemas arrevesados. Y los sistemas de semáforos se enloquecerán de repente. Y los ascensores de todos los rascacielos se trabarán por fallas en sus unidades de programación electrónica. Y los equipos de alarmas, y los equipos de incendios y detección de irregularidades darán alarmas infundadas, y esto generará pánicos fundados en los mismos pánicos. Y las esclusas de las represas hidroeléctricas y las esclusas de las represas de riego abrirán a deshoras sus compuertas y habrá gigantescas inundaciones y repentinos cortes de energía y en todas partes creerán que el daño es local pues no podrán comunicarse ni con la ciudad más próxima. Y las centrales nucleares fundirán sus núcleos atómicos por órdenes erradas de sus centros de control computarizado y las naves espaciales equivocarán sus rumbos porque Cabo Kennedy les enviará mandos invertidos. Y las bolsas de valores del Entero Mundo caerán en el Crack Supremo, y los oleoductos a presión se reventarán por exceso de presión y las líneas de alta tensión se cortarán por altísima tensión. Y el microondas programable que compré la semana pasada achicharrará la tortilla de huevos con cebollina y tomate que mi mujer le estará preparando al tipo ese para llevarle el desayuno a la cama. Porque seguro que va a llevarlo a mi cama enseguida de que yo salga de casa con el morral, en línea recta al occidente, cerros arriba. -

Y se dedicó, afiebrado, a la muy alta misión que Su Dios Justiciero le había asignado.. En su dotadísimo laboratorio fué forjando la aterradora arma divina.

- El Agente Justiciero soy doble: el número 7 y el número 4. El Agente Justiciero soy la Nada: el número 0. Soy la Nada que multiplica, soy el número 0. El Agente Justiciero soy el juego del 7 con el 4 con el 0. El juego con todos los malabares y porfías y artificios de las matemáticas más puras. Y soy el número 7 escondido en su séptima potencia 7x7x7x7x7x7x7 = 823.535. Este número es un engendro diabólico, Satanás está de nuevo al mando de Dios, pero bajo mi control, como Agente Justiciero. Este número 823.535 no tiene ni el 7, ni el 4 ni el 0....Pero los tiene siete veces ocultos! Así en cualquier computador cuando se tecleen estos seis dígitos 823535 en su orden comienza la patología viral! Inclusive si se teclean con otros dígitos interpolados! !Inclusive! !Comienza la acción! Cada vez que el computador deba informar - en pantalla o en impresora o en línea - cualquier cifra con 7, en vez de este dígito aparecerá el saldo de restar entre sí los dos dígitos anterior y posterior al 7. Así, por ejemplo, el número 3571 se transformará en el número 35(5-1)1 es decir 3541. -

Y se complacía en el asombroso diseño que estaba logrando. Sabía que Dios lo inspiraba, sabía que Dios le revelaba las combinaciones mas inexploradas.

- Para algo Dios me puso en este cargo como cerebro del centro de control de Tarjeta Total, T&T. Para algo Dios me reveló la semana pasada cómo empatar todas las tarjetas del Mundo Entero con todas las redes de transmisión de datos del Entero Mundo. Y no porque yo sea vengativo a morir, sino porque soy el Brazo Justiciero de la Espada de Fuego de la Ira de Dios. Al marcar en un teclado los 6 dígitos del 7 a la séptima potencia, aún con interrupciones, en desorden, con otros números intermedios, de cualquier forma, queda engendrado el Virus del Fin del Mundo. Y se infectan todos los conmutadores y todos los computadores que haya en contacto. Y el virus no se puede detectar, pues para borrarse sus huellas, cada vez que se suma en el teclado los siete dígitos del logaritmo del número 7, reaparece el dígito 7 aleatoriamente dispuesto entre los otros. Domino también las Ciencias del Caos. Dios ha armado bien este su Brazo Justiciero. -

El pastor Britten lo azuzaba, sin imaginarse lo alcances de lo que hacía el sabio vengativo. Y a su temor a aquello de justos por pecadores, lo tranquilizaba diciéndole que así han sido siempre los grandes castigos de Dios. Morían todos, no solo los pecadores: las siete plagas de Egipto, el incendio de Sodoma y Gomorra, el Diluvio Universal....
La esposa del pastor le preguntaba, con un extraño interés, que era lo que podía estar fraguando con ese científico que todos tildaban de loco. El pastor no contestaba nada a su mujer, tan solo le sonreía. Y, como tenía a mano siempre la Biblia, le daba palmaditas en su pasta dorada. Ella también se sonreía, por dentro.

- Y el Mercedes de mi mujer se quedará varado, pues por vía del teléfono celular el Agente de la Ira de Dios le habrá tergiversado los controles computarizados de encendido e inyección, y todos los vehículos con cosas así estarán varados en calles y garajes y carreteras del Mundo Entero, y en cada sitio creerán que es un daño local pues no podrán comunicarse ni con la ciudad más próxima. Y no quiero pensar qué pasará con las redes de espionaje y las defensas antiaéreas y los misiles con cabezas nucleares de largo y mediano alcance del Entero Mundo, manejados por alarmas computarizadas, pues tal vez les entre el Agente de la Ira Divina desde el primer día. Tal vez desde el segundo día, cuando vaya con mi morral en línea recta atravesando al Occidente la cordillera, tal vez por eso del caos en las torres de control, ya no veré pasar el jet de la una de la tarde que todos los días cruza en línea recta hacia Buenos Aires. Lo de las torres gemelas va a parecer como un juego de niños. Y estará ya casi cumplido el Alto Designio que Dios me encomendó, abolir El Sistema. Y en el refugio selvático al otro lado de los cerros no tendré ya como percibir ni los rastros de la Gran Abominación que Dios me ordenó liquidar. Y entonces, como un nuevo Noé, con la mujer del pastor Britten que allá me espera, iniciaremos el Tercer Poblamiento del Mundo. -

El sábado programado se levantó mas temprano que de costumbre. Aunque la noche anterior se había quedado hasta muy tarde pensando en su misión divina. Se despertó, y brincó al teléfono. Su mujer se había ido ya al gimnasio.

-¿Fernando? Aunque te de rabia la madrugada, vete al cajero más cercano y con tu Tarjeta Total digita 470.000 pesos
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- No hermano, no importa que no tengas saldo, la máquina te va a dar eso y mucho más, hasta que se le agote el depósito que le llenaron anoche para este puente
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-Si, también tú me dices loco, pero sabes que soy el putas en esto y que nunca digo mentiras
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- Porque soy vengativo a morir..... si, no me has hecho nada, pero bien sabes de qué me vengo, y ahora soy además la Espada de Fuego de la Ira de Dios
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- Espera, déjame terminar, y si quieres más plata, mucho mas, anda a otro cajero y a otro y a otro. Con la misma cifra. Pero al salir de cada cajero dale al vigilante un paquete bien gordo, así, sin tacañería. Luego no vas a saber que hacer con tanta mierda. Bueno, el vigilante tampoco.

FIN