1.Fallo:

2.Intolerancia, toxicidad o no adherencia.

3.Esquema subóptimo (por ejemplo monoterapia)

Comentarios:

1.- Progresión clínica: candidiasis oral recurrente, leucoplasia vellosa, fiebre prolongada no explicada, sudores nocturnos, pérdida de peso. La aparición de una nueva infección oportunista no necesariamente implica fallo de tratamiento. Esta situación debe ser evaluada junto con el resultado de la carga viral y el recuento de células CD4/mm3.

2.- Descenso del recuento de células CD4/mm3 implica una disminución del 50% en valor absoluto o del 30% en valor relativo, con respecto al anterior.

3.- Si de carga viral no detectable se pasa a un nivel > de 2.000 a 5.000 copias/ml y no es atribuíble a otras causas, puede ser conveniente considerar el cambio de tratamiento.

4.- Para aquellos pacientes que inicialmente tuvieron una disminución significativa de la carga viral, pero no se alcanzó el nivel de no detección (por ejemplo 1.000 a 2.000 copias/ml) un aumento confirmado a > de 5.000 a 10.000 copias debería indicar cambio de tratamiento.

5.- Recordar que la carga viral puede aumentar por otras causas aparte de la aparición de resistencia; por ejemplo: vacunación reciente, infecciones intercurrentes y no adherencia al tratamiento.

6.- Si la carga viral no desciende a las cuatro semanas, no es necesario cambiar inmediatamente el tratamiento, ya que en pacientes con carga viral pre-tratamiento muy altas, el descenso de la misma puede ser mas lento (debido a una segunda fase prolongada). En estos casos la máxima supresión recién se puede observar entre las doce y veinticuatro semanas de iniciado el tratamiento. Por lo tanto, se recomienda el control de carga viral a los tres a cuatro meses de iniciado el tratamiento.

7.- En aquellos pacientes en los cuales la carga viral disminuyó 2 log a los 6 meses (esta podría ser la máxima reducción lograda), pero aún es detectable, no sería necesario cambiar el tratamiento. Una alternativa es continuar con el mismo tratamiento y mantener un seguimiento cercano hasta confirmar un aumento significativo de la carga viral, en cuyo caso estaría indicado el cambio de tratamiento.

8.- En ocasiones puede ocurrir que la carga viral aumente (cerca de los niveles pretratamiento) y los CD4 se mantengan altos (aún por encima del valor pre-tratamiento). En este caso se recomienda repetir la carga viral; si se confirma el aumento, es conveniente cambiar el tratamiento, si existiera alternativa mejor.

9.- Si la carga viral se mantiene no detectable, pero los CD4 siguen descendiendo, podría considerarse el cambio de tratamiento.

10.- Si el paciente recibe dos (2) inhibidores de la transcriptasa inversa y tiene una carga viral no detectable, debe ser seguido cercanamente; cuando se detecte un aumento mayor de 0.5 – 1 log, se debería considerar el cambio del mismo.

11.- Si la toxicidad o intolerancia es característica de un inhibidor nucleósido de la transcriptasa inversa (por ejemplo: anemia asociada a AZT) se debería suspender esta droga y reiniciar con otro inhibidor con diferente perfil de toxicidad. Si la toxicidad o intolerancia no puede ser atribuída a una droga en particular, es conveniente suspender todas las drogas por corto plazo. Ante la presencia de efectos tóxicos que dificulten la continuidad del tratamiento se debe evitar la reducción de dosis; en este caso se debe cambiar la droga en vez de reducir dosis.

12.- Los métodos ultrasensibles de medición de la carga viral estarían reservados para cuantificarla luego de 6 meses de tratamiento.

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