Una proporción importante de nacimientos entre adolescentes son no intencionados. Un estudio muestra que entre el 22 y el 66 por ciento de los primeros hijos entre mujeres adultas jóvenes casadas son concebidos antes del matrimonio. Las uniones informales son menos estables que los matrimonios legales, este hecho asegura inestabilidad económica y social para las nuevas familias. No obstante, las madres jóvenes que se casan para legitimar sus embarazos no intencionados también pueden verse atrapadas en matrimonios no intencionados e inestables que puede contribuir a poner fin a su educación y verse en un total estado de dependencia.
La educación y la maternidad entre las adolescentes tienen gran influencia en las vidas de las mujeres jóvenes, ya que la educación es la clave para aumentar las posibilidades de los jóvenes a aprender cómo controlar sus propias vidas y abrir las puertas a mejores puestos de trabajo. Las mujeres que comienzan a tener hijos cuando ellas acaban de salir de la niñez, terminan teniendo familias más numerosas que las que posponen su primera maternidad. Se hace necesario animar a los jóvenes a ir mas allá de la escuela primaria y secundaria para que puedan encontrar mejores puestos de trabajo.
En el area urbana en el año de 1990 teníamos 267.131 mujeres entre los 15 y 19 años que forman parte de la PEA y 367.879 hombres entre 15 y 19 años, lo cual demuestra la gran necesidad de fomentar la educación para que estos jovenes, de los cuales no todos han terminado sus estudios, lo hagan y puedan optar por un furturo mejor. Por lo general, las mujeres jóvenes que quedan embarazadas mientras se hallaban en la escuela, casi siempre la abandonan y sólo existe un 26 por ciento de las nuevas madres que regresan a sus estudios después del nacimiento de sus hijos.
La maternidad precoz puede poner en peligro la salud de las adolescentes. En un informe se indica que las complicaciones de la maternidad y el aborto figuran entre las cinco causas principales de muerte entre las mujeres de 15 a 19 años de edad. Los niños nacidos de madres adolescentes hacen frente a un riesgo más elevado de mortalidad ya que las madres jóvenes con menos escolaridad tienen menores posibilidades de empleos para mantener una condición nutricional satisfactoria para sus hijos. Los niños también pueden sufrir si sus padres no desempeñan un papel activo en sus vidas.
Los aportes económicos de una mujer joven a su familia y al desarrollo de su país pueden verse limitados si sus resultados educativos se ven frustrados. Les cuesta menos a los países invertir en programas de prevención y promoción que pagar los costos sociales, económicos e individuales de proporcionar ayuda para los adolescentes que no tienen posibilidad de un pleno desarrollo.
El ministerio de Bienestar Social ha ocupado cerca de $572,465 dólares en recursos humanos y $19,500 dólares en equipamiento de los Centros de Atención a los niños y a las madres en el programa de Complementación Materno Infantil.
La Necesidad Insatisfecha de Planificación Familiar
A pesar de los aumentos en el uso de los anticonceptivos
muchas mujeres jóvenes que declaran que su último embarazo
no fue planeado o que quisieran evitar un embarazo, no practican la planificación
familiar. En Sudamérica, entre el 20 y 42 por ciento de las
mujeres casadas de 15 a 19 años de edad pueden definirse como
mujeres que tienen una necesidad no satisfecha de planificación
familiar. En nuestro país existe un 33 por ciento de mujeres
de 15 a 19 años cuya necesidad de planificación familiar
es insatisfecha a pesar de los programas de planificación implantados
en la mayoría de las ciudades.
La información y los servicios de planificación familiar pueden ser actividades enfocadas específicamente a los jóvenes o en actividades que hacen hincapié especial en los programas existentes de planificación. Además es necesario elaborar programas que sirvan por igual tanto a hombres como a mujeres jóvenes, casados o no.
Las mejoras en la educación de la mujer, los
servicios de educación familiar y el asesoramiento en planificación
familiar surtirán efecto en nuestras sociedades si se las pone en
práctica hoy mismo, para que así las mujeres jóvenes
tengan un pleno control de sus vidas, mejor comprensión de sus cuerpos
y las nuevas familias puedan tener mejores oportunidades educativas y laborales.