Estos podrían ser síntomas o cambios que fácilmente se atribuyen a la crítica edad de la adolescencia; pero también pueden indicar que su hijo(a) esté consumiendo drogas o abusando de algunas substancias que producen adicción.

Creemos sinceramente que todos los padres amamos a nuestros hijos (as) y que desplegamos toda nuestra atención y cuidados encaminándolos a estructurarse además como personas. Por eso es necesario agudizar nuestra observación a todo lo que signifique conductas inusuales en su forma de comportarse.

Normalmente la familia de los jóvenes que están metidos en drogas no lo detectan a tiempo, dejando avanzar el problema a límites incontrolabes. Cuando no hemos conseguido prevenir, como es lo deseable, enfrentemos la situación de una manera radical y contundente dando los pasos necesarios en cada caso.

Hablamos a los padres que se encuentren en esta situación, para que:

1.- Hablen directa y claramente con el joven o la joven adicta, sin rodeos y con miras a motivarlo a cambio radical en su conducta.

2.- Hagánles saber dos cosas: que los siguen amando y que están dispuestos a colaborar en su proceso de desintoxicación.

3.- Busquen ayuda " especializada " en sicólogos, siquiatras, terapistas vivenciales o instituciones dedicadas a la rehabilitación de adictos.

4.- Conduzcan al joven o la jóven a buscar apoyo espiritual, a la vez que los padres lo hacen. Solo Cristo en sus vidas puede darles la verdadera transformación en términos de restauración total, "PORQUE EL HIJO DEL HOMBRE VINO A BUSCAR Y A SALVAR LO QUE SE HABIA PERDIDO." (Lucas 19.10) y "PARA QUE CREYENDO TENGAIS VIDA EN SU NOMBRE." ( JUAN 20.31)

La droga es muerte. Ustedes, padres, pueden decidir con sus acciones: ¿VIDA A PLENITUD, O VIDA ENCADENADA A LA ADICCION? ¿INTENTOS DE SOLUCION, O FE COMO SOLUCION ?