UN OCASO INVERTIDO, NOCHE Y NUBES


Al dar marcha atrás el ocaso o el amanecer el cielo se aproxima al del mediodía, pero con menos velos de atmósfera. Desde donde se ubica el sol, la luz predominante a menudo da al azul (cerúleo), ligeramente más cálido y amarillento se siente en el horizonte. Los rayos de luz amarillo-rojo llegan desde atrás del espectador y dan contra las nubes y los objetos sólidos bañándolos en un cálido naranja resplandeciente, así contrasta agradablemente con el frío del azul. El efecto puede ser sorprendentemente sutil.

En este ejemplo el suelo pulido refleja el azul del cielo lejano así como también los puntos de luz y oscuridad de las figuras que se encuentran en el primer plano(de esta manera se establece que el piso es lustroso). El sol además moldea las sombras, lanzándolas hacia adelante (vea los vestidos de las muchachas) revistiéndolas de lustre. Esta escena es completamente imaginaria, mas no obstante, construida usando la lógica y los principios básicos. Fue realizada sin nada más que mi imaginación. La versión completa se presenta en la Facultad de Bellas Artes. (Galería 2)

NOCHE

Desprovisto de la luz de la luna o de las nubes, el cielo nocturno, es teóricamente negro pero, con un indicio del fulgor de una estrella, advertimos un azul violeta. La luna se comporta exactamente como un pequeño sol con la atmósfera de la tierra, la que dota a la luna, en su ascensión, de su característico fulgor amarillo. Cuando la luna a ascendido se torna a un penetrante blanco. Como sucede con el sol, se puede apreciar mejor este efecto mediante las nubes y los reflejos, que por una representación directa. La versión completa puede verla en el Instituto de Bellas Artes galería 1.

NUBES

Nubes, nieblas

y otros

velos tenebrosos

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