Gabriel de la Concepción
Valdés
"Plácido"
(1809-1844)
La flor de la caña
(Letrilla)
Yo ví una veguera trigueña, tostada, que el sol, envidioso de sus lindas gracias, o quizá bajando de su esfera sacra, prendado de ella, le quemó la cara, y es tierna y modesta, como cuando saca sus primeros tilos, --la flor de la caña.
La ocasión primera la la vide estaba de blanco vestida, con cintas rosadas; llevaba una gorra de brillante paja, que tejió ella misma con sus manos castas, y una hermosa pluma tendida, canaria, que el viento mecia --como flor de caña.
Su acento es divino, sus labios de grana, de cuerpo gracioso, ligera su planta, y las rubias hebras que a la merced vagan del céfiro, brillan de perlas ornadas, como con las gotas que destila el alba, candorosa rie --la flor de la caña.
El domingo antes de Semana Santa, al salir de misa le entregué una carta, y en ella unos versos donde le juraba, mientras existiera, sin doblez amarla. Temblando tomóla de pudor velada, como con la nieve --la flor de la caña.
Habléla en el baile la noche de Pascua; púsose encendida, descogió su manta y sacó del seno, confusa y turbada, una petaquilla de colores varias; diómela al descuido, y, al examinarla, he visto que es hecha --con flores de caña.
En ella hay un rizo, que no lo trocara por todos los tronos que en el mundo haya; un tabaco puro de Manicaragua con una sortija que ajusta la capa, y en lugar de tripa le encontré una carta, para mi más bella --que la flor de caña.
No hay ficción en ella, sino estas palabras: "Yo te quiero tanto como tú me amas." Es una reliquia de rasete, blanca, al cuello conmigo la traigo colgada, y su tacto quema, como el sol que abrasa en julio y agosto --la flor de la caña.
Ya no me es posible dormir sin besarla; y mientras viva no pienso dejarla. Veguera preciosa de la tez tostada, ten piedad del triste que tanto te ama; mira que no puedo vivir de esperanzas, sufriendo vaivenes --como flor de caña.
Juro que en mi pecho, con toda eficacia, guardaré el secreto de nuestras dos almas; no diré a ninguno que es tu nombre Idalia, y si me preguntan los que saber ansian quién es mi veguera, diré que te llamas por dulce y honesta, --la flor de la caña.
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