Eugenio Florit
(1903)
Con Martí
¡No, música
tenaz, no me hables del cielo!
José Martí
Música... sí, háblame tú del cielo, inquieto cielo que dejé hace años. pero con los que alguien borró del todo para dejarlo sin reír, desnudo y abierto al ¡ay! y al golpe de fusiles.
Y háblame del desgarrado y roto hombre de paz que se murió en su guerra; que supo hablar a los que eran de mármol y estar enamorado de la muerte, y ver a las mujeres como flores bajo las sobrillas de la playa, y al beso como copa que se alza llena de voluptuoso pensamiento. Háblame del pintor de los humildes, del que supo subir hasta los sueños y bajar a adorar los pies de un niño.
Tú, música de siempre conocida, has de sonar cuando la tierra es muda y acallar los sollozos de la pena con el arpa de luces de tus sones. Háblame, sí, del cielo donde moras desde que abrió su flor la madrugada y dejar en el pico de los árboles un trino fantasmal de ruiseñores. Da tu aliento lustral a los mortales, la alada gracia de las mariposas y hasta el glorioso retumbar del trueno a todos los que escuchen tu sonido.
Habla tú con la voz del que en un verso no te quiso escuchar porque sufría tanto su pobre cuerpo atormentado que en aquel punto su dolor quemaba y el anhelado cielo parecíale extraño descansar no merecido.
Y ahora que la muerte se apodera del sordo lamentar de los esclavos sé tú la buena voz consoladora que puede hablarnos del perdido cielo.
Foto: © Antonio Fernández, 1996. Un amaner junto a las costas de Cuba en el Paso de los Vientos.
Tenga su propia página gratis.