Transcripción
de una introducción política sobre la cuestión del
estalinismo realizada por un compañero durante una Escuela de Formación
que tuvo lugar durante la Semana Santa de 1994
"Como ha explicado la compañera
V. en la anterior sesión de esta Escuela estamos asistiendo a una
nueva situación mundial. El esquema bipolar que se implantó
tras la 2ª Guerra Mundial ha quebrado definitivamente. La causa principal
de este cambio en las relaciones internacionales ha sido el colapso del
estalinismo, también llamado 'socialismo real'. Pero, ¿qué
es el estalinismo?. Intentaremos explicarlo brevemente.
El estalinismo es el nombre
genérico que se le dió desde el campo del marxismo al sistema
formado por aquellos estados donde el capitalismo había sido derrocado
y se había producido la nacionalización de la economía.
Estos estados eran la antigua Unión Soviética, China, Europa
del Este, Vietnam, Cuba, etc. Algunos compañeros se estarán
preguntando por qué si la economía estaba nacionalizada y
el capitalismo no existía, no se les reconoce abiertamente como
países socialistas. Y efectivamente, así lo han hecho todos
los Partidos Comunistas oficiales, incluído el español.
¿Porqué no
eran países socialistas? Es obvio que si lo hubieran sido no habrían
experimentado una contrarrevolución capitalista como hemos visto
en la URSS y Europa del Este. Tampoco, países como China, Cuba o
Vietnam estarían viviendo el proceso de restauración del
capitalismo en el que se encuentran inmersos. Un retroceso histórico
de tal magnitud no hubiera sido posible en un auténtico régimen
socialista.
Estos países nunca
fueron socialistas. Sí hubieran sido países socialistas sin
duda alguna la revolución socialista hubiera triunfado a nivel mundial
hacía décadas. Pero, lo que vimos fue lo contrario. Vimos
como los estalinistas españoles traicionaban la revolución
en los años 30. Vimos como a nivel internacional, y particularmente,
en Francia e Italia, hicieron lo mismo durante la oleada revolucionaria
que sacudió Europa tras la 2ª Guerra Mundial. De hecho, los
estalinistas, durante la llamada ‘guerra fría’ fueron los bomberos
de todos los fuegos revolucionarios que se han ido produciendo en el mundo.
No faltan ejemplos: Francia en el ’68, Chile entre el '71 y el '73, Portugal
en el ’74, etc.
Si fueran países socialistas
hubiéramos visto como China, Rusia, Vietnam, etc se hubieran unificado
en una Federación Socialista. Sin embargo, vimos como en los ’60
China y Rusia entraban en guerra por cuestiones fronterizas. Vimos también
como Rusia invadió Hungría en el ’56 y Checoslovaquía
en el ’68. Vimos como China invadía Vietnam en los ’80. En definitiva
vimos como cada burocracia defendía su coto de caza particular,
su esfera de influencía y de poder, practicando un nacionalismo
estrecho y provinciano y olvidando las más básicas enseñanzas
de Marx y Engels sobre el internacionalismo y la necesidad de la unidad
internacional de los trabajadores frente a los capitalistas.
Pero, lo más importante
no es constatar el hecho de que estos regímenes no han seguido los
más elementales principios del socialismo. Lo que nos importa es
explicar el por qué. Y esto tiene mucho que ver con el sujeto revolucionario,
la clase obrera. El caso de Rusia es el único en el que se dio una
revolución socialista basada en la clase obrera. Sin embargo, debido
al aislamiento exterior, el atraso histórico y la guerra civil,
el recién creado estado obrero ruso fue cayendo en manos de una
burocracia parasitaria que acabó con cualquier atisbo de poder obrero.
La cabeza visible de esa
burocracia que se alzó contra el poder de los trabajadores fue Stalin,
que implantó un régimen de terror policíaco-militar,
lo que los marxistas denominamos un régimen bonapartista. Este régimen
eliminó todas las conquistas de la revolución, excepto la
economía planificada. Todo esto quiere decir que estos países
no eran capitalistas, pero que tampoco llegaron al socialismo, se quedaron
en el camino. Las revoluciones posteriores a la rusa ya no tomaron el modelo
socialista de Lenin y Trotsky, sino el de Stalin, un modelo burocrático
y anti-socialista.
Las revoluciones china, cubana,...
al igual que en los países de Europa Oriental no fueron revoluciones
socialistas dirigidas por la clase obrera. En el caso de la Europa del
Este, vimos un doble proceso: por un lado, las masas se levantaron contra
la ocupación fascista y por otro, éstos países quedaron
ocupados por el ejército soviético en su arrollador avance
militar contra la Alemania nazi.
En el caso de China, se desarrolló
una guerra campesina contra el imperialismo nipón y la propia burguesía
china. Salvando las distancias, un proceso similar tuvo lugar en Vietnam.
En Cuba, la «revolución» se desarrolló principalmente
como una guerra de guerrillas y sólo al final del proceso la clase
obrera entró en escena. Ni Mao ni Castro buscaban conscientemente
el socialismo en un primer momento. Atrapados en la concepción estalinista
de la revolución por etapas entendían que el proceso revolucionario
no podía superar la fase democrático-burguesa.
En ningún caso hubo
una revolución socialista dirigida conscientemente por un partido
obrero revolucionario y, sin embargo, en todos estos países se derribó
el poder de los capitalistas y terratenientes, se expulsó al imperialismo
y se llevó a cabo la revolución agraria. Y a pesar de las
pretensiones de Castro y de Mao que querían una democracia burguesa,
el resultado obtenido fueron estados obreros deformados burocráticamente,
siguiendo el modelo estalinista.
Lo que demuestran estos peculiares
desarrollos de la lucha de clases es la extraordinaria vigencia de la ley
de la revolución permanente, que en otra sesión de esta escuela
tendremos oportunidad de estudiar en profundidad.
Decíamos entonces
que lo obtenido fue un estado obrero deformado, es decir, un régimen
estalinista. La diferencia fundamental entre un régimen socialista
sano y la deformación grotesca del estalinismo reside en que en
el primer caso la clase obrera tiene el control del aparato del estado
y del gobierno y puede, por tanto, dirigir los destinos de la economía
y la sociedad. En un sistema estalinista los trabajadores no son protagonistas
de su destino y son relegados, en el mejor de los casos, a la ratificación
pasiva de los decisiones tomadas por un círculo de burócratas
y funcionarios estatales.
Ya sabemos lo que queremos
decir con el término estalinismo. Ahora hay que explicar porqué
estos regímenes están condenados al fracaso, porqué
la mayoría ha desaparecido y los que quedan siguen este mismo camino.
Vamos a intentar explicarlo lo más fácilmente posible.
El marxismo parte de la base
de que el desarrollo económico es la fuente del desarrollo general
de una sociedad. El capitalismo es un sistema que no puede seguir desarrollando
la sociedad porque las fuerzas productivas, es decir, la energía
de la sociedad, se ve frenada por dos grandes obstáculos: el estado
nacional y la propiedad privada de los medios de producción.
El capitalismo no podrá
superar jamás sus crisis cíclicas, ya que, la explotación
a la que se ve sometida la clase obrera impide que ésta pueda absorver
la producción completa, originándose la crisis de sobreproducción,
que hoy toma la forma de una crisis de sobrecapacidad. Es decir, el capitalismo
tiene capacidad industrial instalada para producir mucho más de
lo que produce. Si no lo hace es para evitar la sobreproducción.
¿Y el estalinismo?
¿Porqué entró en crisis? ¿Acaso no existe planificación
económica? ¿Quién o qué era lo que ahogaba
el crecimiento económico? Existe una famosa frase de Trotsky en
su libro "La Revolución Traicionada" que dice: "La burocracia
es el taller que retrasa a los demás talleres". En un principio,
cuando Rusia todavía era una economía agraria y poco desarrollada,
el freno al desarrollo de las fuerzas productivas que representaba la burocracia
tenía un carácter relativo. Más tarde, ese freno se
convirtió en absoluto.
Rusia pasó de una
dependencia semicolonial durante el zarismo a disputarle al coloso norteamericano
la primacía mundial. Y eso fue debido a las ventajas de la economía
planificada. No obstante, se ha calculado que sin el lastre burocrático
el desarrollo económico alcanzado hubiera sido tres veces superior,
superando a los EE.UU. en la década de los '60. Sin embargo, esta
perspectiva totalmente posible y realizable no se cumplió nunca.
En los '60 y '70, la economía
soviética producía un millón de artículos diferentes.
Sin la participación democrática de las masas en la elaboración
y ejecución del plan económico es totalmente imposible gestionar
adecuadamente una economía tan compleja. Trotsky lo dejó
claro en su libro "La Revolución Traicionada": "Una economía
planificada necesita la democracia, tanto como el cuerpo humano el oxígeno".
Sin control obrero, sin sindicatos libres, sin libertad de expresión
la corrupción, el despilfarro, la ineficacia y el nepotismo florecían
como las margaritas en primavera.
Veamos algunos ejemplos de
la ineficacia burocrática. A finales de los '60, la propia prensa
oficial soviética denunciaba el caso de un pozo de gas recién
descubierto en Siberia que no se pudo explotar debido a que las autorizaciones
de 37 ministerios llegaron tarde y el gas sufrió una fuga y terminó
perdiéndose. También denunciaba que la mitad de los viajes
hechos por camiones de transporte lo hacían sin carga, lo cual es
un despilfarro inaudito.
El Viceministro de Pesca
en la era Breznev fue ejecutado por corrupción en 1982. Era el cabecilla
de una red ilegal de tráfico de caviar hacia Occidente oculto en
latas de arrenques. Este burócrata tenía enormes sumas de
dinero en Suiza y muchas propiedades repartidas en todo el mundo. Otros
100 altos burócratas fueron detenidos en la estafa. Una estafa de
más de tres millones de rublos, que en aquella época podían
convertirse en más de 1.000 millones de ptas. El mismo Breznev tenía
una piscina olímpica aclimatada en el sótano de su dacha,
además de coleccionar coches de lujo. Por eso, Nixón durante
una visita oficial a Moscú en 1972 le regaló un Cadillac,
que se unió a un garage repleto de Mercedes, Rolls Royce, Sedans,
Chevrolets, etc.
Un grupo de funcionarios
del Ministerio de Finanzas se apropiaron durante 15 años de los
salarios de una empresa fantasma de más 1.000 trabajadores supuestamente
localizada en Moscú. La corrupción oficial es la madre del
mercado negro. Un mercado negro donde se podía encontrar cualquier
producto, eso sí a precios que sólo podían pagar los
burócratas. La mitad de la producción agrícola desaparecía
en el corto viaje que hay entre las plantas productivas y los almacenes.
Estos son breves ejemplos de cómo el parasitismo de la burocracía
bloqueaba el desarrollo.
Desgraciadamente, no me queda
más tiempo. Sólo añadir, para terminar, que el futuro
de la humanidad pertenece al socialismo y al comunismo. Como decía
Trotsky, el hecho que un proyectil no dé en el blanco no invalida
las leyes de la balística. El estalinismo es ese proyectil que no
invalida en absoluto la evolución de la humanidad hacia una sociedad
sin clases. Hoy día el gran dilema de socialismo o barbarie es más
actual que nunca. Con métodos bolcheviques y una política
correcta podremos construir el partido y junto a la clase obrera enviar
de una vez para siempre al estalinismo y al capitalismo al estercolero
de la historia" |