DON SABINA....
A Joaquín Sabina, recién llegado de una gira por Argentina, Perú, Uruguay y México, le ocurrió algo inesperado en este ultimo país: el mítico Subcomandante Marcos, líder del Ejercito Zapatista de Chiapas,casi un héroe nacional mexicano, le entrego una carta, en la que le cuenta que se ha enamorado perdidamente de una muchacha y quiere que el cantante sea su cómplice para deslumbrar a su amada. Sabina le ayudará.
El Subcomandante sí tiene quien le escriba.
18 de Octubre de 1996
De: Subcomandante Insurgente Marcos.
CCRI-CG del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional.
Montañas del Sureste mexicano.
Chiapas (México)
A: Joaquín Sabina.
Don Sabina:
Ya sé que le parecerá extraño que le escriba, pero resulta que me duele una muela y según acabo de leer, usted camina ahora por estas tierras que, mientras no acaben por venderlas, también siguen siendo mexicanas. Entonces pense yo que, aprovechando que me duele la muela y que usted camina ahora bajo estos cielos, pudiera yo escribirle y saludarle e invitarle a echarse un palomazo con el Sup (a la larga distancia, se entiende). ¿Qué dice usted? ¿Cómo? ¿Qué que tiene que ver el dolor de muelas y el palomazo? Bueno, tiene usted razón, debo explicarle entonces la muy extraña relación entre el dolor de muelas, el que usted camine por estas tierras, la larga distancia y una muchacha. No, no se sorprenda usted de que ahora haya aparecido una muchacha. Siempre aparece una, vos lo sabeis, Sabina.
Bien, resulta que cuando yo pasaba por esa etapa difícil en que uno descubre que ya no es más un niño y tampoco alcanza a ser un hombre(esa etapa vos lo sabeis, Sabina, en que las féminas se transmutan de molestas a interesantes y hay que ver la de problemas que esto provoca), conocí a un viejo que sin que se lo pidiera, decidió que tenía que darme un consejo sobre esos seres incomprensibles,pero tan amables que eran y son, las mujeres.
"Mira muchacho -me dijo-, la vida de un hombre no es más que la búsqueda de una mujer. Fíjate que digo una mujer y no cualquier mujer. Y por una mujer, muchacho, me estoy refiriendo a una de única. El problema esta en que el hombre siempre queda con la duda de si la mujer que encontró, si es que encuentra alguna, es esa una mujer que estaba buscando. Yo ya estoy viejo y he descubierto una fórmula infalible para saber si la mujer que uno encontró es la una mujer que estaba buscando..."
El viejo se detuvo a mirar hacía todos lados, como temiendo que alguien más lo escuchara. Yo sentí que algo muy importante estaba a punto de serme revelado, así que puse cara de circunstancias y saque discretamente un papelito y un lapicero para tomar nota, no fuera a ser que se me olvidara la fórmula(de por sí batallaba mucho con las matemáticas). El viejo carraspeo y sin poner atención a mi papelito y mi lapicero me confió:
"Si tu le dices a una mujer que te duele una muela y ella, en lugar de mandarte al dentista o darte un analgésico, te abraza y deja que recuestes la mejilla en sus pechos, entonces, muchacho esa mujer, es la una mujer que andabas buscando"
Yo me quede perplejo, pero, como quiera, tomé nota de la fórmula. A mi nunca se me había ocurrido que debía pasarme la vida buscando una mujer,por más que esa mujer fuera una de unica,a mi se me ocurrían cosas más concretas y factibles, como ser bombero, conquistar el mundo o construir un avión que se controlara sólo con el pensamiento. Respecto a las mujeres yo me tenía en muy alta estima y estaba más propenso a que esa una mujer me encontrara a mi que a buscarla yo...
Yo tenía como 10 años y una maestra de piano, de la que, por supuesto estaba enamorado. Mi mayor empeño consistía en mirarle unos pechos que se adivinaban como el mejor remedio dental que tenía a la vista. Por supuesto que le aplique la fórmula, pero ella sólo se me quedo viendo y me dijo que era un pretexto para no practicar en el teclado, yo de por sí ya sabía que ella no era la mujer de mi vida, quince años y un piano se interponian entre nosotros.
En fin, el caso, es que como quiera seguí el consejo del viejo,ya se imaginara usted Don Sabina, el desconcierto que provocaba en las muchachas el hecho de que,en cuanto se presentara la oportunidad de estar solos(en ese momento en el que el resto de los mortales aprovechan para acercar una mano o unos labios), yo me llevaba la mano a la mejilla y declaraba solemnemente que me dolía la muela...
Es cierto que en esa época, no conseguí ninguna cita, pero acumule una gran cantidad de analgésicos, anti-inflamatorios, antibióticos, y por supuesto, tarjetas de dentistas.
A mi ni se me ocurrió que la fórmula estuviera mal. Así que achaque mis primeros fracasos a la falta de autenticidad en mi dolor de muelas. Por tanto me di a la dulce tarea de picarme las muelas, y digo picarme las muelas, en el sentido literal y no sólo comiendo dulces y tomando refrescos. Con clips y palillos, después de una paciente labor de meses, logre picarme dos muelas con tanto éxito, que tuve que acompañar la estrategia con una fuerte dosis de antibiótico. Repetí la fórmula, ahora con la esperanza de saberme autentico, y los resultados siguieron siendo magros.
Así, hubiera seguido adelante acabando con mis muelas,si no fuera, porque ya adolescente encontré a otro viejo que cruel me dijo:
"Mírate a un espejo y así sabrás porque no tienes éxito con las chamacas. Tu problema esta en la cara.Más bien en la nariz. A los feos las muchachas no les hacen caso...a menos de que sean cantantes"
¿Cantantes?Bueno, esta nueva fórmula daría reposo a mis muelas (que por lo demás, ya estaban definitivamente destrozadas) y me obligo a un cambio radical en la estrategia. Claro que el problema entonces era saber que se necesitaba para ser cantante. Resulta que no era tan sencillo como usar palillos y clips. Leí todos los manuales que pude:manuales de carpintería, cerrajería, electrónica, radio y televisión,mecanica y hasta tome dos cursos por correspondencia:uno de piloto aviador y otro de detective privado...
Créame, Don Sabina, que fue muy duro para mi darme cuenta de que con todos los avances de la ciencia y la técnica,no existe todavía ningún manual para ser cantante. Después escuchando canciones me di cuenta que el problema era aún mayor ya que una cosa era ser cantante y otra más difícil era ser cantautor o canta autor (vos lo sabeis, Sabina). Entonces hice trampa, es decir, escribí algunos poemas (o como se llamara, lo que escribí) y dejaba siempre pendiente la música.
Por supuesto que seguí cocechando fracasos con las mujeres, pero a cambio logre darle tregua a mis muelas y juntar una gran cantidad de papeles, papelitos y papelones (vos lo sabeis, Sabina) con los poemas.
Seguro que todo este dilatado relato, no le resuelve a usted, Don Sabina, el misterio de la relación entre el dolor de muelas, su caminar por estas tierras, la larga distancia y una muchacha. No se desespere usted, ya vera como al final de todo (vos lo sabeis, Sabina)las piezas se acomodan.
Bien, continuo: Resulta que(vos lo sabeis, Sabina)ahora hay una muchacha que esta demasiado lejos y entonces pense que usted, Don Sabina, podría echarme una mano y una tonadita (mire usted que no es lo mismo, pero pudiera ser igual). Y usted pudiera echarme una mano si me permitiera tutearlo y, cómplice, como ha sido antes sin saberlo, fingiera usted que nos conocemos desde hace mucho tiempo y que, por tanto es perfectamente natural que usted reciba una carta del Sup , redactada en los siguientes términos:
"Sabina(si, ya sé que te desconcierta este inicial e irreverente tuteo, pero tu compórtate como si tal cosa),he trabajado arduamente en los últimos días en la letra que me encargaste para tu nueva canción (¡vamos, quita ya esa cara de espanto! Ya sé que no me has encargado ninguna letra para ninguna canción, pero sígueme la corriente para despistar al enemigo),pero ha sido inútil, no me sale nada original.
Así las cosas, busque en el cofre del pirata y sólo encontré un viejo y mohoso poema, que no es tan viejo y que tal vez ni a poema llegue, que te puede servir si le das un poco de aliño, es ideal para ponerle música y escalar con velocidad el hit parade (no me preguntes si para arriba o para abajo), pero tu ya sabes que a nosotros los artistas (sigue fingiendo demencia,no denotes la menor sorpresa) no nos importa la fama (bueno, no mucho)
En este caso particular,a mi sólo me interesa una muchacha que esta demasiado lejos para que pueda yo musitarle al oído este poema y arrancarle así (vos lo sabeis, Sabina) una sonrisa o una lagrima. Porque es de todos conocidos que una sonrisa o una lagrima de una muchacha que esta demasiado lejos es una forma de que no siga estando demasiado lejos (vos lo sabeis, Sabina). El poema dice más o menos así:
Como si llegaran a buen puerto/mis ansias/como si hubiera donde/ hecerse fuerte/como si hubiera por fin/destino para mis pasos/como si encontrara mi verdad primera/como traerse al hoy/cada mañana/como un suspiro/profundo y quedo/como un dolor de muelas/aliviado/como lo imposible/por fin hecho/como si alguien/de veras me quisiera/como si, al fin/un buen poema me saliera/Llegar a ti.
La tonadita de la canción puede ir más o menos así:tara-tarara- tarirara-etcetera (vos lo sabeis, Sabina). El titulo de la canción podría ser:Canción para una muchacha que esta demasiado lejos o un dolor de muelas para ella o Un dolor de muelas, Sabina, la larga distancia, una muchacha y el Sup. En fin, ya se te ocurrirá algo. El credito puede ser: Letra: El Sup, Música: Joaquín Sabina o letra y música:Joaquín Sabina (a petición del Sup) o como quieras.
Vale. Salud y ojalá ella entienda.
El Sup.
Esa podría ser la carta que usted recibiera y aceptara, Don Sabina.
Y todo esto viene a cuento porque estaba yo solo con mi dolor de muelas y leyendo que usted camina por estas tierras. Entonces pensaba yo, que usted tal vez, estaría de buen humor y magnánimo y que podría yo contarle la historia de los dolores de muela, mi frustrada carrera como cantautor y una muchacha que esta demasiado lejos.
Y pensaba que podía escribirle una carta intentándolo y pidiéndole una tonadita para un mohoso poema. Y pensaba yo que usted, tal vez, me perdonaría el tuteo y el pedirle una tonadita para acercar a una muchacha que esta demasiado lejos y que así se completaría el rompecabezas del inicio.
Y no para que me dispense es que le cuento todo esto,Don Sabina, sino para que comprenda. Y comprender (vos lo sabeis, Sabina)es otra forma de absolver.
Vale. Salud y ya sabe usted, si le sobran por ahí, un analgésico o una tonadita, no dude en mandármelos, ambas cosas se agradecen en este asfixiado pecho que le escribe.
Desde las montañas del sureste mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Octubre de 1996
la página de lun@
agradecimientos
lun@....lunera
el antiguo chat urbano
cuando los muros hablaban
mi gente de la red
advertencia
links
downloads
Venezuela
Dejando huella
¿Qué dije? ¿Qué dijo?
Historias de mi historia
Cosas que dejan pensando