COMPLOT CONTRA LA IGLESIA

Maurice Pinay

Cuarta Parte
LA QUINTA COLUMNA JUDÍA EN EL CLERO

Capítulo Cuadragésimo Tercero

FRATERNIDADES JUDEO-CRISTIANAS, ¿LOGIAS MASÓNICAS DE NUEVO CUÑO?

   Los judíos en los estados comunistas han asesinado y siguen asesinando a millones de cristianos, tienen encarcelados a millones y esclavizados a todos. Están organizando en todas partes movimientos subversivos y guerras civiles que provocan constantes y crueles derramamientos de sangre; y como todos los criminales, tienen pánico de recibir su merecido castigo; por ello, derramando millones de dólares en el mundo libre, tratan de evitar que tome fuerza la natural reacción antijudía, tendiente a impedir el triunfo comunista con un ataque efectivo a la cabeza y, tratan de impedir que, si los patriotas triunfan, puedan castigar a los judíos culpables y les impidan seguir causando tantos males a la humanidad.

   Entre los medios utilizados para impedir que la humanidad pueda defenderse eficazmente de su mortales enemigos, están fundando en todas las naciones, aun a costa de enormes gastos, confraternidades o asociaciones de acercamiento judeo-cristiano. En el mundo comunista no es necesario tirar el dinero en esas bagatelas, pues todo intento cristiano de defenderse de los judíos, es declarado antisemitismo y considerado delito contrarrevolucionario, tanto por las leyes soviéticas como por las de los estados satélites, y por lo tanto, castigado con la pena de muerte en casos graves o con la larga prisión en casos leves.

   En los Estados Unidos se llegaron a fundar hasta iglesias mixtas con reuniones conjuntas de judíos y protestantes, mismas que ahora están transplantando con algunas modalidades al mundo católico, aprovechándose de su infiltración secreta en el clero que le permite tener dentro del mismo muchos agentes incondicionales.

   Generalmente, esas confraternidades o asociaciones judeo-cristianas se fundan bajo el doble patrocinio de un rabino judío y un clérigo católico. Es cierto, sin embargo, que a muchos sacerdotes y jerarcas del clero los adulan, los engañan o se los ganan con atenciones y regalos o los hacen ceder a base de las más variadas presiones, sin que muchos se imaginen los verdaderos propósitos que se persiguen con estas confraternidades judeo-cristianas; pero también es indudable que, como lo presumían la Santa Inquisición y todos los jerarcas de la Iglesia católica que a través de los siglos han conocido el problema, deben considerarse sospechosos de criptojudaísmo los sacerdotes y jerarcas que hacen el juego en forma insistente a la Sinagoga de Satanás, porque quien ayuda a los peores enemigos de Cristo, incluso oscureciendo la verdad y engañando a los cristianos, debe ser uno de esos judíos enemigos de Cristo, aunque haya cubierto su maldad con la sotana o hasta con el capelo cardenalicio, pues así como un individuo que ayude en forma insistente a una gavilla de ladrones y asesinos, es de suponer que sea de la banda o cuando menos su cómplice, así también los que en el clero se juegan hasta su carrera eclesiástica por apoyar a la peor banda de criminales y ladrones que ha existido en el mundo y que además son los peores enemigos de la Iglesia, es lógico suponer que sean miembros de la siniestra banda.

   Con la ayuda de sus cómplices en el clero que sorprenden la buena fe de muchos, los hebreos han logrado que se formen esas confraternidades judeo-cristianas cuyos fines, aparentemente inofensivos, son entre otros, según indican:

   "I. Enseñar a los judíos y a los cristianos a establecer entre ellos relaciones fraternales, penetradas de mutuo respeto y sincera amistad. II. Fomentar una mejor comprensión y mutua estima entre judíos y cristianos. III. Intensificar el acercamiento espiritual entre judíos y cristianos. IV. Fomentar el conocimiento de sus mutuas creencias, tradiciones, culturas y modos de vida. V. Poner todo empeño porque en ambos grupos reine el afecto fraternal que surge del mutuo respeto y del trato permanente". Y luego con un descaro asombroso: "VI. Paralelamente a los propósitos ya indicados, el judaísmo y el cristianismo en lo que tienen de ideales espirituales, procurar unir sus fuerzas, formando un frente común, para contrarrestar la ofensiva permanente del materialismo actual, con su negación de valores espirituales o ideales que tanto judíos como cristianos venimos sosteniendo en el curso de los siglos", etc.

   Como se ve, los fines aparentemente son magníficos y muy aptos para atrapar a gentes de buena fe, ignorantes del problema judaico, pero llevan sin embargo escondido el engaño y la mentira, armas favoritas de los hijos de Israel. Se necesita una buena dosis de cinismo para afirmar que los judíos se unen a los cristianos con el fin de luchar contra el materialismo actual, ya que como se ha demostrado en esta obra, los judíos son los principales propagadores de dicho materialismo. No menos cinismo se necesita para declarar que los judíos desean establecer relaciones fraternales con los cristianos, cosa que debían primero demostrar, quitando las cadenas a los infelices tanto en la dictadura soviética como en los demás estados comunistas, y dejar de asesinarlos. Lo que en realidad pretenden los hebreos y sus cómplices dentro del clero católico con estas confraternidades es atrapar incautos y convertirlos en satélites del judaísmo, para luego utilizarlos como instrumentos de ataque y destruir a las organizaciones anticomunistas o nacionalistas de católicos que tratan de defender a su patria y a su religión de los zarpazos del comunismo, de la masonería, y en general, del poder oculto judaico que dirige a los dos primeros.

   Contra los hechos no hay argumentos: del mismo boletín número 5, del año 1960 de nuestra Era y año 5720 de la Era judía, publicado por la Confraternidad judeo-cristiana de Costa Rica, de donde tomamos algunos de sus propósitos tan fraternales e inofensivos, transcribimos ahora las siguientes noticias de actividades realizadas por ésta y por otras confraternidades afines:

   Costa Rica: "Padre Idoate nos informa sobre brotes antisemitas y actos vindicadores en Costa Rica. Febrero-Marzo 1960. I. – Los brotes antisemitas que con una regularidad calculada y sincronizada aparecieron durante los meses pasados en varias partes del mundo, hicieron también acto de presencia tartamudeante y artificial en nuestra querida Costa Rica... 2. – El Comité Judío Cristiano tomó la resolución de manifestarse públicamente ante la opinión pública, hacia el repudio más completo de los mismos. Nuestro Presidente (el presbítero Francisco Herrera), envió a la prensa una declaración de principios por los cuales aparece una actitud antisemita, no sólo injusta, sino también contraria a los postulados cristianos y a los designios de Dios sobre la salvación del mundo. 3. – Esta protesta de nuestra Confraternidad hecha en nombre de su Presidente, causó un impacto muy grande en la sociedad costarricense...y provocó una serie de manifestaciones magníficas en pro de la causa judías injustamente atacada...

   Uruguay: "La Confraternidad Judeo-Cristiana de Uruguay, ha mandado diversos recortes interesantes procedentes de diarios de Montevideo, recortes que ilustran ampliamente las brillantes jornadas de solidaridad que allí se efectuaron en grandes teatros, con el fin de repudiar las manifestaciones antisemitas..."

   Se ve pues, bien claro, cuál es el verdadero objeto de estas asociaciones de acercamiento judeo-cristiano: atrapar al mayor número de católicos posible, que servirán de instrumento ciego a los judíos en el esfuerzo que hacen para combatir y destruir los movimientos políticos que otros católicos organizan en defensa de su patria, de la Iglesia y de la humanidad, contra la Sinagoga de Satanás.

   Se parecen estas asociaciones a las primitivas logias masónicas, ya que en ellas también se empezó hablando de fraternidad de los pueblos, de convivencia pacífica de las distintas creencias religiosas, de un acercamiento amistoso judeo-cristiano, pero que en realidad lo que lograron fue el dominio de los judíos sobre los cristianos.

   También en las logias masónicas los judíos se sirvieron de católicos, sacerdotes, canónigos, arzobispos y hasta cardenales, que siendo miembros de la masonería, servían de cebo para que los católicos sinceros cayeran en la trampa. Los años pasan, pero las clásicas patrañas del judaísmo son las mismas.

   De igual manera atrapaban incautos con el señuelo de los banquetes masónicos, en las convivialidades plenas de discursos radiantes de amistad y fraternidad, mientras los judíos agazapados que dirigían la masonería, utilizaban con fines perversos a esa masa, contando con la complicidad de los clérigos católicos masones al servicio del judaísmo, iguales a los clérigos que dirigen actualmente estos supuestos movimientos de acercamiento judeo-cristiano.

   Finalmente, en estas sociedades de acercamiento y amistad judeo-cristiana, se asevera que los judíos enseñan a los cristianos cuál es su religión, cuál es su pensamiento, mostrándoles librillos y folletos, incluso falsificaciones del Talmud, para que los católicos ingenuos vean que la religión judía lejos de ser mala es algo tan bueno o más que la cristiana, embaucándolos como los judíos masones lo hacen con los neófitos de los primeros grados masónicos, a quienes enseñan una doctrina inofensiva que nada tiene que ver con lo que les inculcan en los más altos grados y menos aún con el verdadero propósito que persiguen los judíos dirigentes de la secta masónica, propósito que jamás es revelado a los cristianos que les sirven de satélites e instrumentos. El judío ha sido siempre el padre de la mentira; lo increíble es que haya tantos ingenuos que sigan cayendo en sus redes.

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