El 11 de julio se conmemora el Día Mundial de la Población. Hasta hace
          un tiempo se hablaba mundialmente del peligro de la superpoblación. La
          explosión demográfica sería tal que los seres humanos morirían de
          hambre. Hoy, por el contrario,   se habla de los graves peligro
          de la denatalidad. Nos
          vamos encontrando con que varios países cuentan con más ancianos que
          chicos y no logran el recambio generacional necesario.   
Sin
          embargo, y en forma llamativa, podemos ver que el mensaje global que
          los ciudadanos recibimos de las Naciones Unidas no ha variado: se
          sigue haciendo hincapié en políticas que, de un modo u otro, llevan
          a la reducción de la población a Nivel mundial.  
        
   Los argumentos son nuevos. Ahora se habla de que nos quedaremos sin
        agua, de que el hombre es una plaga para el planeta tierra. Se dirá que
        se quiere eliminar la pobreza, que no deben nacer más niños bajo esas
        condiciones. O simplemente se hablará de derechos sexuales y
        reproductivos: decidir sobre el propio cuerpo. Pero siempre
        y sin excepción encontraremos detrás políticas de control de la
        natalidad: ya sea por medio de la anticoncepción, de las
        esterilizaciones masivas, del fomento de las uniones homosexuales o del
        aborto químico o quirúrgico.
             Si
        se analiza detalladamente el mensaje, se torna altamente sospechoso: ¿Será
        que en lugar de querer eliminar realmente la pobreza se busca la vía fácil
        de "eliminar a los pobres"? ¿Habrá algún interés oculto
        detrás de todo esto? O quizás sean ambas opciones combinadas... Se
        trata evidentemente de imponer un control de natalidad selectivo, cuyo
        objetivo principal son las poblaciones marginales, los pobres y también
        aquellas personas que dan poca expectativa de buena salud, aunque vivan
        en los países desarrollados, es decir, los ciudadanos "inútiles". 
          
   "En septiembre del 2000, la ONU llevó a cabo la Cumbre del Milenio. Los
        objetivos de esa cumbre eran, presuntamente, el desarrollo y la
        eliminación de la pobreza. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo se
        confirma que las Metas u Objetivos del Milenio para el Desarrollo de la
        ONU (MDM u ODM) son un arma de la "cultura" de la muerte.
             
        El 30 de noviembre del 2004 se llevó
        a cabo en Río de Janeiro, Brasil, el simposio "Logrando las MDM en
        América Latina y el Caribe", cuya primera edición se realizó en
        Nueva York el 20 de octubre del 2004. Fueron invitados políticos y
        funcionarios de los gobiernos de Iberoamérica. El objetivo de la
        convocatoria fue la "reinserción en las MDM de los derechos
        sexuales y reproductivos" (aborto, anticonceptivos abortivos y
        homosexualismo)  "[1]
        
             En
          palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi
          Annan, en diciembre del 2002:
          
   "Las
          Metas del Milenio para el Desarrollo, particularmente la extirpación
          de la pobreza extrema y hambre, no pueden ser alcanzadas si los temas
          sobre población y sobre salud reproductiva no están correctamente
          incorporadas. Eso significa realizar esfuerzos más enérgicos para
          promover los derechos de las mujeres, y una mayor inversión en la
          educación y la salud, incluyendo la salud reproductiva y la
          planificación familiar[2]
        
          
   Téngase
          en cuenta que este lenguaje –salud reproductiva, derechos sexuales,
          derechos de las mujeres, salud sexual y reproductiva, etc.- siempre
          conlleva la distribución de anticonceptivos –abortivos o no-, la
          esterilización quirúrgica y el aborto quirúrgico. La
          perversidad de las Metas del Milenio, se acrecienta cada vez más. Si
          se analizan en detalle se puede descubrir la verdadera intención que
          tienen detrás: no sólo son un arma de colonialismo material, sino
          que, sobre todo, son un arma de dominio de las conciencias.
           
          
Los términos usados ocultan sus verdaderas
          intenciones. 
          
   Cuando hablan de primacía de los derechos humanos, habrá que
          entender aborto químico, quirúrgico, y/o eugenésico, por ejemplo; y
          si mencionan la justicia internacional, habrá que entender que esos
          crímenes se han convertido en derechos exigibles internacionalmente
          por la "justicia de género"; si declaman a favor del
          bienestar de la niñez, querrán seguramente mejorar su condición
          promocionando entre los chicos las aberraciones sexuales; y si hacen
          planes para eliminar la pobreza, será esterilizando a los pobres"[3]
         
           
          
          ¿Qué temas son los que interesan principalmente a Naciones Unidas?
          
             - Naciones Unidas, en los últimos treinta años, ha llevado a cabo
          una política sistemática de "terrorismo demográfico",
          tratando de convencer a la humanidad de que es indispensable controlar
          la población mundial para que no muramos todos de hambre. Siguiendo
          la línea de Malthus, se han formado numerosas organizaciones
          para el control de la natalidad, que eligieron nombres que las
          presentan como opciones de apoyo a la familia o de tendencia
          ecologista. En realidad se trata de un proyecto de "dominio
          mundial".
          
¿Qué entiende usted por "dominio mundial"?
           
          
  
        -Los países ricos no quieren ser molestados por los pobres, entre
          otras cosas, quieren mantener sus suculentos patrones de consumo a
          toda costa. Para eso les hace falta que las naciones pobres no usen
          sus reservas, no crezcan, no se desarrollen.
           
          
¿Es verdad que el número de habitantes del planeta aumenta de forma
          explosiva y que pronto los hombres y mujeres no tendrán suficiente
          espacio para vivir, alimentarse y tener acceso a la energía?
          
  
        -En algunas zonas del mundo puede existir mucha gente en comparación
          con lo que allí se produce. En ese caso, se trata de un problema de
          distribución de la población o de desarrollo económico. El actual
          crecimiento del número de personas se debe, sobre todo, a que ha
          aumentado la esperanza de vida. Cada vez nacen menos niños y los países
          envejecen peligrosamente. Las predicciones catastróficas de Naciones
          Unidas han resultado totalmente equivocadas.
          
          
         Hablando en concreto, ¿qué números se manejan?
           
          
   -Las cifras vaticinadas por ellos han ido desinflándose a medida que
          ha pasado el tiempo y han debido corregirse reiteradamente. La División
          de Población previno, en 1992, que en el año 2050 habría 10 mil
          millones de habitantes en el planeta. En 1994, corrigió esta cifra
          bajándola a 9,8 mil millones; en 1996, la disminuyó a 9,4 mil
          millones; y en 1998, bajó aún más la proyección, a 8,9 mil
          millones. En seis años, Naciones Unidas ha cometido un error en su
          previsión de mil cien millones de habitantes, es decir, casi la
          población completa de China. Lo que se sabe ciertamente es que no se
          llegará nunca a los números que se presentaron en El Cairo en 1994,
          como proyecciones para el 2025[4].