El periodista cubano exiliado en Miami, Juan Manuel Cao,
  protagonizó un insólito incidente con el dictador Fidel Castro, al
  consultarle sobre la situación en la isla de Hilda Molina, la mujer cuyo hijo
  vive en la Argentina y que no conoce a sus nietos.  
    
     El periodista de Canal 41 de Miami describió al incidente como
  "totalmente ridículo" y señaló el nerviosismo de la custodia del
  tirano al acercársele la prensa en la XXX Cumbre del Mercosur, que se
  desarrolla en Córdoba. 
    
     "Este fue un incidente totalmente ridículo", señaló Cao en Radio
  10 y explicó que "para cualquier cubano era fundamental hacer
  esa pregunta y me acusó de mercenario y que quién me pagaba". 
   
     Sobre el momento, contó que parte de los guardaespaldas del dictador lo
  tomaron por un momento del cuello por la confusión que había por el caos en
  la organización.
 
  
                     "Había un tumulto tan grande y tan
                  tremendo, como un gran quilombo, como
  dicen ustedes", señaló el reportero. 
   
                     "Todos los custodios de Fidel, queo no están acostumbrados a la prensa,
  no sabían qué hacer. Los periodistas estaban casi encima de los presidentes.
  Fidel empezó a hablar y se formó allí un verdadero caos", sostuvo y
  agregó que "yo le hago la pregunta y reaccionó comenzando a decirme
  cosas; quedé asombrado". 
   
                     Sobre el caso Molina, Cao dijo que el "caso es emblemático
  de la Argentina, pero no es más que un símbolo de lo que pasa en Cuba. Hay
  muchas visas para salir a otros países, pero el gobierno no les deja
  salir". "Yo para entrar a Cuba, a pesar de ser cubano, tengo que
  pedir visa", dijo. 
   
                     "Podríamos mandar cientos de casos como el de Hilda Molina",
  manifestó el periodista. 
   
                     Consultado acerca de por qué cree que en nuestro país existe una suerte de
  admiración por el gobierno dictatorial que rige a Cuba, Cao sostuvo que no
  tiene "los conocimientos para saber por qué los argentinos simpatizan
  con Fidel Castro. Tal vez enfrentarse a los Estados Unidos sea simpático". 
   
                     "Es un monstruo de propaganda para tener una imagen tremenda",
  denunció y aclaró que otro poco de esa admiración puede ser "ignorancia". 
   
                     "A mí me acusó de ser pago por (George W.) Bush, pero no me sorprende.
  Todo el que se opone es de la CIA, de la mafia de Miami", dijo el
  periodista exiliado en Miami. 
   
  Maltrato a un periodista cordobés 
   
                     El periodista Guillermo Jeremías contó por Radio10 cómo
  Fidel Castro le contestó de mal modo al confundirlo con el periodista cubano
  que fue desalojado de la sala de conferencias. 
   
                     "Yo le pregunté, como se está especulando, si el mismo está preparando
  la transición, cuando, por motivos biológicos, tenga que dejar la
  presidencia de Cuba", dijo Jeremías. 
   
                     "Me confundió con el periodista cubano que le preguntó sobre le caso
  Molina", agregó el cordobés, quien afirmó: "Me preguntó si me
  pagaba Bush". Jeremías contestó: "Yo trabajo para un canal y una
  radio de Río Cuarto". 
   
                     El encuentro con los periodistas fue definido por Jeremías como "una
  batahola". "En el afán, y después de dos horas de 'ayuno' periodístico,
  se armó una batahola entre periodistas y custodios de Chávez y Fidel que
  generó ese descontrol de golpes idas y vueltas", expresó. 
   
                     También criticó por "una absoluta desprolijidad a la hora de procesar la
  información en el evento" por parte de la organización. 
   
                     Jeremías consideró que el mal humor de Castro obedecía a que "la
  pregunta del periodista cubano lo sacó de tema", pues el dictador cubano
  hizo referencia a esa cuestión en el resto de sus respuestas a la prensa. 
   
                     Incluso, Castro arriesgó que en Alta Gracia "a lo mejor también ellos
  prepararon un atentado" en su contra, en referencia a los EE.UU. 
   
                     También se molestó castro porque "le preguntaron por qué había pasado
  la noche en un hotel internacional", consideró el periodista cordobés.
                  
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