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Un burgués antiperonista 
   Ernestito Guevara, era un joven perteneciente a la 
burguesía argentina que a principios de la década del ’50 compartía con la 
mayoría de los miembros de su clase social, el odio furibundo a Perón y al 
régimen peronista. Sus padres, Ernesto Guevara Lynch y la judía Celia de la 
Serna, eran liberales de izquierda, simpatizantes de la República Española y de 
las Brigadas Internacionales a las que Franco derrotó en la Guerra Civil de 
España. En 1955, el padre del “Che” formó parte de los “comandos civiles”, 
grupos de asesinos armados que actuaron en el golpe de Estado que derrocó a 
Perón tomando por asalto sindicatos y unidades básicas, los mismos que no 
debieron ser extraños a la quema de los Templos Católicos en la noche del 16 de 
junio de 1955. 
   Para el estudiante 
Guevara, dada la formación recibida en su familia, el peronismo representaba “un 
gobierno de militares fascistas, retrógrado y reaccionario”, tal cual sería la 
recitación de la Unión Democrática de Tamborín-Mosca de 1945. Eran, por otra 
parte, las ideas que habían sustentado los sectores universitarios  hijos de la 
Reforma, con agrupaciones como la FUA, FUBA y FULP, que amalgamaba a radicales, 
socialistas, comunistas y ácratas de todos los pelajes, que el régimen peronista 
había combatido y neutralizado, por sus tendencias izquierdizantes y porque 
habían apoyado al partido del embajador norteamericano  Spruille Braden. 
   En ese esquema 
caracterizado por “la lucha contra el peronismo”, Guevara no se siente atraído 
por el radicalismo, al que descalifica por sus “componentes burgueses”, sino que 
prefiere tomar contacto con lo que considera la expresión más radicalizada de la 
oposición: el comunismo (cuyos actos públicos eran animados por Chavero, más 
adelante Atahualpa Yupanqui). Por ese tiempo y como ahora, el Partido Comunista, 
era una minúscula expresión política, cuyas actividades eran combatidas por el 
régimen peronista, habida cuenta de la absoluta dependencia que la agrupación 
tenía con una potencia extranjera: la Unión Soviética (recordar los famosos 
cheques de la URSS para el Gordo Codovila). Eva Perón había dicho: “Los 
comunistas atacan a un general argentino (Perón), y son sirvientes de un 
mariscal ruso (Stalin)”. Y agregaría yo que los marxistas argentinos 
entienden más al cañero cubano que al cabecita negro de Berisso y Ensenada. Así 
como hay otros, en la aparente vereda de enfrente, que lloran la muerte de José 
Antonio en España, y nosotros lloramos, aún hoy, al camarada Darwin Passapontti 
muerto desde el diario La Prensa y al camarada José Ignacio Rucci. 
   La ilegalidad del PC, 
convertía sus actividades en “clandestinas”, y se planificaban atentados contra 
la vida de Perón (véase en Potash el complot diagramado por el Capitán Lanusse 
en la Escuela de Guerra), o contra reuniones masivas del peronismo, como las 
explosiones con dinamita en la Plaza de Mayo colmada de obreros, el 1º de Mayo 
de 1953, y las bombas en la Línea A de Subterráneos, puestas por el sodomita 
Roque Carranza, Ministro del sinarca Alfonsín. Los responsables del partido 
encontraban serias dificultades para contactarse con la central de Moscú (y 
después se supo la de Belgrado, que hacían triangulaciones con los bancos 
ingleses), ya que no se permitían los viajes a la URSS, ni la correspondencia 
con ese país, de manera que generalmente se usaba a Montevideo como “base de 
operaciones”, y otras veces los contactos y directivas se hacían en el triángulo 
Moscú-Inglaterra (Lloyds Bank)-Uruguay o bien Moscú- EE.UU. (Chase Maniatan Bank)- 
Méjico-Uruguay 
   La aceptación del 
joven Guevara en esa hermética estructura stalinista, no fue fácil, y debió 
vencer la desconfianza inicial superando sucesivas pruebas de fidelidad a las 
que se sometió dócilmente, hasta ser finalmente admitido, siendo estudiante de 
Medicina. Otros aseguran que Ernestito ingresó al fuero íntimo del PC de la mano 
de la Masonería, donde era Lobatón, por ser hijo de masón antiguo y 
aceptado. 
   El sistema del PC era 
tan estricto, que cada admisión pasaba por varios chequeos, y era aprobada o 
rechazada, en definitiva, por Moscú. Había dos clases de miembros del partido: 
los declarados y los encubiertos, es decir, una estructura enteramente masónica. 
De estos últimos, los encubiertos, sólo conocían su existencia el máximo jerarca 
partidario en el país, y el Politburó Central del PCUS (Partido Comunista de la 
Unión Soviética). Las “tareas especiales” eran dirigidas por la KGB, que 
reemplazó a la NKVD. Ernesto Guevara pertenecía a la categoría  de miembros 
encubiertos, para llevar a cabo “tareas especiales”. O sea, un masón agente de 
la inteligencia soviética. 
Misiones secretas 
   De su iniciación en el 
comunismo, Guevara adquirió determinadas características que determinaron su 
esquema mental: la actividad clandestina; la planificación de atentados; el 
desprecio a las mayorías con la convicción de que una “minoría esclarecida y 
concientizada” convertida en “vanguardia revolucionaria” debería tomar el poder 
por la fuerza; y la dependencia con la URSS. Para la doctrina de los manuales 
marxistas, las masas explotadas y sumidas en la miseria, abrazarían la causa del 
comunismo. Pero, nada de eso ocurría en la Argentina: la economía estaba 
nacionalizada, se habían eliminado los trusts económicos extranjeros, y las 
masas de trabajadores bien remunerados gozaban de conquistas sociales, vivienda 
propia, vacaciones,  educación, y protección del Estado, apoyando al “régimen 
militar y fascista” de Perón. Este cuadro de situación, echa por tierra los 
argumentos que presentan a Guevara como un luchador de la causa de los obreros. 
   A fines de 1951, la 
policía peronista redobla su actividad contra las actividades comunistas, y el 
PC decide “sacar de circulación” a varios de sus activistas. 
   Algunos van a países 
limítrofes, y Guevara parte en una misión de “reconocimiento del terreno” por 
países americanos. Recorre Chile, Perú, Colombia, Venezuela y Miami (EEUU), 
entre Diciembre de 1951 y Agosto de 1952. 
   A su regreso a la 
Argentina, informa a sus contactos con el PC acerca de sus experiencias del 
viaje. A partir de la Guerra de Corea, en 1950, la URSS ha entrado en la Guerra 
Fría contra los EEUU y quiere poner un pie en el continente americano. 
   Dicen que en marzo de 
1953, Guevara se habría graduado como médico (aunque nadie jamás vio su título) 
y parte a un segundo recorrido por Bolivia, Perú, Ecuador, Nicaragua, Costa Rica 
y Méjico. Interviene en la experiencia de su paisano Jacobo Arbenz (judío) en 
Guatemala (1954) como Ministro de Agricultura, pero al poco tiempo Jacobito es 
derrotado por una sublevación y Ernestito huye con un hilo de la pata porque los 
guatemaltecos lo querían matar.  
   En 1955, en Méjico, 
entonces Lupanar de la Masonería Mundial, toma contacto con Raúl y Fidel Castro, 
quienes proyectan invadir Cuba. Se incorpora al grupo, no por casualidad, sino 
por sus credenciales de agente de Moscú y antecedentes con Jacobito, que viene a 
apoyar a Castro como “comisario político”, algo que desconoce el resto de 
los integrantes. Los futuros insurgentes fueron entrenados en tácticas de 
guerrillas por Alberto Bayo, un ex militar comunista español que había huido de 
España tras el triunfo de Franco. La instrucción se realiza en la hacienda 
Chalco, que se alquila con fondos provistos por el PC, que  financia las 
actividades del grupo vía Belgrado-Inglaterra. Guevara, y no Castro, es la pieza 
clave del PCUS en ese esquema. Se equivocan los que piensan distinto. 
   El 25 de Noviembre de 
1956, los 82 miembros zarpan a bordo del buque “Granma” (abuela, en inglés), del 
puerto de Tuzpan. Desembarcan en Cuba el 2 de Diciembre, en una zona de 
pantanos, perdiendo armamento y víveres. Son descubiertos y atacados, debiendo 
huir. El día 5 son sorprendidos por el ejército cubano y diezmados. Sobreviven 
12 hombres, que deambulan hambrientos y se internan en la Sierra Maestra. La 
aptitud de combate puesta de manifiesto por el grupo insurgente, era lamentable. 
La toma del poder y nuevas 
misiones 
   Aislado en la Sierra 
Maestra, Fidel Castro y sus hombres están destinados al fracaso, pero comienzan 
a recibir apoyo  explícito de los EEUU (concretamente la banca Kühn, Loeb, 
Warburg y Morgan), que quiere sacarse de encima a Fulgencio Batista, su viejo 
socio que se había trocado en poco confiable (recordar incidentes de 
Batista con los EE.UU. antes de su caída), y usar al minúsculo grupo para la 
“tarea sucia”. La primer semana de Febrero de 1957, el diario New York Times 
(propiedad de la familia Ochs Sulzberger), envía a su periodista estrella, el 
hebreo Herbert Matthews a realizar un reportaje a Castro, que se publica el 23 
de Febrero. En Abril, la cadena norteamericana CBS, dispone que sus cámaras y su 
periodista judío Bob Taber viajen a Cuba y filmen una larga y elogiosa nota con 
Castro y sus guerrilleros, que es difundida en todos los EEUU y retransmitida al 
resto del mundo. 
   El enorme apoyo 
mediático ordenado por los EEUU, transformó a Castro y sus hombres en 
“románticos luchadores por la libertad”, creando una imagen positiva a nivel 
internacional. Batista advirtió que su ex socio del Norte lo abandonaba, y que 
sus días estaban contados. A partir de ese momento, dedicará más esfuerzos a 
negociar su retirada que a combatir.  
   En Julio de ese año, 
Castro asciende a Guevara al grado de “comandante”.  
   Guevara es el 
“comisario político” que ordena la ejecución de prisioneros. El líder comunista 
cubano, Carlos Rafael Rodríguez se reúne en Sierra Maestra con Guevara y Castro, 
transmitiéndoles las últimas directivas recibidas de Moscú para organizar el 
futuro gobierno de la isla.  
   Tras algunas refriegas 
menores con el ejército cubano, Castro y Guevara entran a La Habana en Enero de 
1959. Guevara ordena ejecuciones sumarísimas, fusilando 2.500 prisioneros, y 
encarcelando a miles de opositores por el delito de ser “enemigos de la 
revolución”, que son torturados  en interminables interrogatorios y sometidos a 
trabajos forzosos humillantes, o hacinados en prisiones insalubres a la espera 
de ser ejecutados.  
   Habida cuenta la alta 
jerarquía lograda por Guevara, como agente de la Inteligencia Soviética que goza 
de la confianza del PCUS, inmediatamente, en Junio de 1959 viaja al exterior y 
se entrevista con los jefes de Estado de Egipto, India, Indonesia y Yugoeslavia. 
Algo insólito para un extranjero (no es cubano) que formalmente no ocupa cargos 
de relevancia.  
   En realidad, es un 
representante de la URSS con una misión en Cuba, que viaja apadrinado por Moscú, 
una de las dos grandes potencias mundiales que coqueteaba, en ese momento, con 
los “países no alineados” que visitó Guevara sin motivo aparente.  
   De regreso a Cuba, es 
designado presidente del Banco Central. Otro pedido de Moscú. En 1960 viaja a la 
URSS, donde es condecorado y ascendido en la “nomenklatura” del PCUS, 
apareciendo en la Plaza Roja de Moscú junto a los máximos jerarcas comunistas 
soviéticos, ante una multitud movilizada por el aparato partidario, el 7 de 
Noviembre. Firma el tratado comercial y económico entre Cuba y la URSS. Recorre 
China Comunista, Corea del Norte, Alemania Oriental y Hungría.  
El hombre de Moscú  
   De regreso a Cuba, 
impulsa la instalación de misiles soviéticos con ojivas nucleares en la isla. En 
1963, Guevara unifica las fuerzas de izquierda centralizándolas en el Partido 
Comunista de Cuba (PCC), y pasa a liderar el organismo junto a Fidel Castro, 
Raúl Castro y Osvaldo Dorticós. El PCC era la máxima autoridad de Cuba. En 1964 
viaja nuevamente a Moscú, donde se elabora y aprueba la teoría del “foquismo”, 
para usar a Cuba como base de entrenamiento y operaciones para lanzar una 
ofensiva  en gran escala a fin de instalar focos subversivos en los países 
latinoamericanos. En Moscú se le encomiendan misiones en Argelia y el Congo, 
países que visita entre 1964 y 1965.  
   En Marzo de 1965 
regresa a Cuba y se entrevista con Fidel y Raúl Castro, comunicándoles que la 
isla será usada como base del terrorismo internacional, y que debe ausentarse 
para cumplir en el exterior misiones ordenadas por Moscú. Al parecer esto 
provocó una agria discusión entre Guevara y los hermanos Castro, y un fuerte 
altercado con Raúl que culminó con un disparo de arma de fuego. A mediados de 
Abril, Guevara desaparece de Cuba, sin que Fidel Castro revele su paradero.  
   Guevara se instaló en 
el Congo, en la ciudad de Brazzaville, para supervisar operaciones de 
inteligencia del gobierno prosoviético congoleño, y en marzo de 1966 parte a 
París y Praga. En Checoeslovaquia se reúne con el dirigente del PC boliviano 
Roberto “Coco” Peredo, para organizar el plan de guerrillas en Bolivia.  
   En Agosto ingresa a 
ese país con un pasaporte falso uruguayo a nombre de Adolfo Mena, y 
(extrañamente) obtiene del gobierno militar del General René Barrientos una 
credencial que lo acredita como “observador de la OEA”. Algo difícil de creer, 
ya que, obviamente, los militares bolivianos deben haber chequeado la identidad 
con las autoridades de la OEA, organismo controlado por los EEUU, y en contacto 
con la CIA. ¿Dejó la CIA que Guevara ingresara a Bolivia? La verdadera identidad 
de Guevara, debió quedar al descubierto con la simple toma de sus impresiones 
dactilares al solicitar la credencial al gobierno militar boliviano, que tenía 
un buen sistema de seguridad y estaba en contacto con la CIA.  
   Tampoco está claro 
cómo fue posible que ingresaran a Bolivia quince comandantes y capitanes 
cubanos,  veteranos de Sierra Maestra, todos fichados por la CIA, y guerrilleros 
peruanos y argentinos, y que Guevara recorriera libremente el país contactándose 
con grupos comunistas para instalar la guerrilla. Ha de tenerse en cuenta que el 
gobierno militar boliviano, anticomunista, ejercía un estricto control sobre 
todas las actividades que se realizaban en su territorio, así como sobre el 
ingreso y salida de extranjeros.  
   También llama la 
atención que el PC boliviano no apoyó a Guevara en su proyecto de guerrillas, 
sino que dejó a sus miembros “en libertad de acción” para incorporarse o no a la 
insurgencia, a pesar de que “el Che” invoca cumplir órdenes de Moscú. El máximo 
responsable del PC boliviano, Mario Monje, viajó a Cuba y planteó a Castro sus 
objeciones, pero el cubano se lavó las manos. Sugestivamente, Monje volvió a 
Bolivia y se reunió con Guevara en la base guerrillera de Santa Cruz, exigiendo 
la jefatura político-militar del movimiento, invocando tener la máxima jerarquía 
del PC boliviano, pero “el Che” manifiesta que su misión fue encomendada por el 
PCUS.  
La huída 
   A partir de ese 
momento, el PC boliviano deja de abastecer a los guerrilleros de Guevara, que se 
encuentran aislados y sin logística. Comienzan las delaciones y el grupo 
insurgente es detectado y perseguido por tropas del ejército boliviano. El 
desempeño militar de Guevara y sus hombres es pésimo: no logra reunir más de 60 
hombres, muchos de ellos extranjeros; carece de víveres y ropa; no tiene 
contacto con las ciudades; las poblaciones son hostiles y los delatan; varios de 
los guerrilleros se ahogan al vadear un río por no saber nadar. 
   En una constante 
huída, la guerrilla se divide en dos columnas. Una de ellas es alcanzada por el 
ejército boliviano, y son abatidos todos sus integrantes, entre ellos la 
guerrillera argentina Tania Laura Gutiérrez Bauer y el comandante cubano Juan 
Vitalio Acuña. 
   Guevara, que sigue 
huyendo con su columna, llega a la Quebrada del Yuro, y es delatado por los 
campesinos, que se supone iba a liberar. El 8 de Octubre, Guevara se rinde ante 
las tropas bolivianas que lo atacan, mientras su lugarteniente, el “Inti” Peredo 
huye con el resto de los guerrilleros. 
   Al entregarse a las 
tropas bolivianas, el “Che” dice: “Soy el comandante Guevara”, a los efectos de 
salvar su vida, porque sabe que un hombre de su jerarquía en el PCUS es más 
valioso vivo que muerto, y que el Capitán Gary Prado, al mando de la compañía 
que lo apresó, dará la novedad a sus superiores. 
Es llevado a una escuela en el pueblo vecino de Higueras 
   Según relata el cubano 
anticastrista Félix Rodríguez, que trabajaba para la CIA, fue esa noche a ver a 
Guevara para confirmar su identidad. Contra toda lógica, se dice que Guevara no 
fue interrogado, algo que a todas luces suena absurdo por la enorme importancia 
de la información que tenía Guevara. La otra hipótesis es que fue interrogado, y 
la información que aportó, transmitida a alguna central (¿CIA, gobierno 
boliviano?), provocó que se considerara conveniente ejecutarlo en el  lugar, de 
inmediato. Según los relatos, fue ejecutado a las 10.40 horas del 9 de Octubre. 
Hay muchas piezas que no cierran en este rompecabezas 
   ¿Guevara, agente de la 
inteligencia soviética, fue enviado por Moscú a Bolivia para llevar a cabo una 
misión condenada al fracaso de antemano? ¿Esto no fue negociado entre Castro y 
el PCUS? ¿Querían Fidel Castro y la URSS sacarse de encima a un agente que ya no 
les interesaba? ¿Por qué el PC boliviano (dependiente de la URSS) no apoyó a 
Guevara, enviado de Moscú? ¿Cómo pudieron entrar Guevara y sus hombres a Bolivia 
sin problemas, en pleno gobierno militar? ¿Fue interrogado Guevara luego de 
entregarse? 
   ¿A quien le interesaba 
que Guevara no hablara? ¿Hubo comunicación directa secreta entre Washington y 
Moscú por el teléfono rojo, para acordar que Guevara fuera silenciado? 
 
   ¿Por qué la URSS no 
hizo valer su enorme peso para canjear a Guevara y salvarle la vida, como hizo 
con innumerables casos? ¿Por qué el General René Barrientos murió 
misteriosamente al poco tiempo al explotar su avión? 
   Lo cierto es que a 
partir de ese momento, el comunismo montó su maquinaria de propaganda 
transformando a Guevara en el “guerrillero heroico”, y su retrato, estampado en 
posters impresos en EEUU, comenzó a inundar las universidades y locales 
izquierdistas de todo el mundo. Hoy, pocos son los que conocen la verdadera 
historia de Guevara, pero el efecto propagandístico se ha logrado.  
   Evidentemente, eso 
prueba que era más útil muerto que vivo. La sola impresión de remeras con su 
cara ha dejado más de 50 millones de dólares de utilidad neta. ¿Es negocio o no 
es negocio el Che Guevara? ¿Y los posters, libros, películas, etc.? ¡Con razón 
tiene un monumento en la Habana! Yo, sinceramente, le haría dos. 
   Algo que les suele 
suceder a los “topos” y agentes, a veces marionetas manejadas por los hilos de 
los servicios de inteligencia de las superpotencias. 
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