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                Querido 
            hermano: 
            
               Quería enviarte esta carta haciendo una de las mías 
            al estilo de don Juan. Pero recapacitando y viendo que hay algunos 
            temas, a los que podríamos llamar privados o espinosos, he creído 
            oportuno usar esta forma más confidencial. 
            
               El primero de ellos está referido a la situación que 
            hoy atraviesa silenciosamente la Fuerza Aérea, con motivo de las 
            denuncias que le hiciera Héctor Piñeyro en su película-documental 
            Fuerza Aérea S.A. que se estrenó la semana pasada. El filme 
            tiene un antecedente cercano que es Whisky Romero Zulú de 
            mismo director. Según tengo entendido entre las dos producciones no 
            median más de dos años. 
            
               Yo no he visto las películas y por ello no tengo 
            certeza sobre la seriedad de las denuncias ni la profundidad y 
            alcance de ellas. Tal vez sea un flato o bien un verdadero hueso de 
            taba. Pero sí he escuchado a Piñeyro, el director, en por lo menos 
            tres oportunidades. Se explayó el hombre en estos casos y con tal 
            claridad dijo 
            todo el asuntejo, que dejó 
            poco margen para que, opinando, se pueda asentir o disentir. 
            
               Es que, en verdad, de mi parte, sobre el tema 
            aeronáutico y la hermenéutica técnica que ellos tienen para el 
            manejo de aeronaves y el tránsito y tráfico aéreo, muy poco te puedo 
            decir porque lo que conozco es a tan somero que no sirve en estos 
            casos. 
            
               Sin embargo, y viendo a Discepolín que me está 
            mirando, se me han llegado a ocurrir ya dos cosas. 
             
            
               La primera es que probablemente el Imperio (o la 
            patronal como te guste) ha cambiado de blanco. Temporalmente desde 
            luego. Ahora le viene el turno a la Fuerza Aérea. Al Ejército, ya 
            hilachiento, no se le puede sacar más jugo. Por el momento. Pero lo 
            que le hicieron los aviadores a la Marina de su Graciosa Majestad 
            Británica en Malvinas no se la van a llevar de arriba. No. Van a 
            pagar con plata, sangre sudor y lágrimas tamaña afrenta. En cambio 
            la Marina Británica de la República Argentina está impoluta. Además 
            el único barco que le hundieron estaba replegándose. Así lo han 
            dicho hasta los sordomudos. 
            
               Pero el Belgrano era el buque insignia de la 
            flota de mar. Y si no te gusta insignia, por lo menos debes 
            aceptarme que era emblemático. La construcción de esa nave 
            data de 1943. Digamos entonces que en mayo 1982 era viejecita y más 
            para estos cosos que lo que tiene cinco años ya es vetusto. Pero el
            Belgrano se llamó primeramente 17 de Octubre, y fue el 
            buque desde el cual el Almirante Rojas (Mordisquito) hizo el 
            bloqueo al Río de la Plata, y amenazó con bombardear Buenos Aires 
            después del 17 de septiembre de 1955. Y el 12 de noviembre del mismo 
            año volvió a amenazar si no capitulaba Lonardi. Así lo dice su hija 
            Marta en Mi padre y la Revolución del 55. Yo, aquí, no me voy 
            a poner a discutirla, como tampoco sé si está viva para hacerlo. 
            
               Claro que la patronal los golpeó en el ciático al 
            torpedear el navío. Porque podían haber mandado a pique cualquier 
            otro chinchorro, pero no ése que ellos, a contrapelo de la historia 
            y de la tecnología, mantenían a flote a costillas del erario 
            público. Descubiertos, como el chico sorprendido robándose el dulce 
            de leche de la heladera, dijeron que ese año (1982) iba a desguace. 
            Sin embargo estaba navegando con dotación y armamento completos a la 
            altura del Cabo de Hornos. No del Riachuelo. No. En las procelosas 
            aguas del Cabo de Hornos. Entonces alguien está mintiendo y no soy 
            yo. El Imperio, siempre práctico, se los desguazó de un solo saque 
            con 320 pibes adentro. 
            
               Ahora bien: vos me dirás que la Aviación Naval y la 
            Infantería de Marina tuvieron en Malvinas una actuación destacada. 
            Es verdad. Pero yo no sé que tránsito estarán purgando estas dos 
            especialidades de la Marina Británica. Porque a la patronal no se le 
            escapa nada y a cada santo le calza el sayo. Y por otra parte, y 
            según me he cansado de escucharlos, ellos no consideran Marina 
            propiamente dicha a la Aviación y a la Infantería. De hecho 
            están escalafonados aparte, y en 1976 y 1985 hubo serios intento de 
            separarlas de la Marina: la aviación iría a la Fuerza Aérea y los 
            BIM a integrar alguna brigada del Ejército. 
            
               Pasando en limpio mi querido, queda que aquella gesta 
            heroica de la aviación en Malvinas se diluye como un cubito sobre 
            una sartén caliente. Es que este pueblo no puede sentirse orgulloso 
            por nada. Nada que eleve su sentido nacional, que aumente su 
            autoestima. Nada. 
            
               Y quiero que observes algo: los que mataron a Liniers, 
            Gutiérrez de la Concha, Alzaga, Dorrego, no fueron los de la 
            patronal. En Cabeza de Tigre fueron empleados telúricos: Moreno, el 
            ideólogo; Castelli quien firmó la sentencia; Monteagudo su redactor 
            y French, el antiguo y humilde cartero de Buenos Aires transformado 
            en Teniente Coronel por arte de magia, les dio el tiro de gracia. 
            Todos ellos estaban vinculados con los ingleses, de una u otra 
            forma. 
            
               Los que le dieron terrible sableada en San Lorenzo a 
            los heroicos defensores de Buenos Aires en las jornadas de 1806 y 
            1807, fueron los granaderos al mando del empleado San Martín, so 
            pretexto de que eran realistas. El otro grupo de héroes de la 
            Reconquista fueron masacrados en la Rebelión de las Trenzas por el 
            empleado Belgrano. Incluido el gallego Alzaga que todavía se debe 
            estar preguntando por qué lo ahorcaron. 
            
               El que se salvó fue Saavedra. Aunque con un hilo de 
            la pata. Pero estando exiliado en San Juan, San Martín Gobernador de 
            Cuyo, no lo quiso recibir sabiendo que fue el númen tutelar del 
            Cabildo del 25 de mayo. Tampoco respondió las cartas suplicantes de 
            su esposa. Y no le envió la ayuda que necesitaba. Saavedra estaba 
            sentenciado a muerte. Cuando debió llamarlo a su lado y darle un 
            puesto en el Estado Mayor aunque sea de escribiente, porque después 
            de todo Saavedra era un Coronel de Carrera y no un General 
            recauchutado como era don José, que en 90 días pasó de Teniente 
            Coronel (en la pasiva del Ejército Español) a General con mando de 
            un Ejército (el que a los 4 meses lo expulsó sin conmiseración). 
            Esta es la verdad. No se bancó el Ejército del Norte. El Ejército 
            del Norte tampoco a él. Y se allí se fue a Córdoba, enfermo (de la 
            moral seguramente) con su médico norteamericano, solterón como él y 
            espía inglés.  
            
               El que destruyó el Ejército actual no fue el General 
            Jeremy Moore. No. Fue el empleado Balza, más efectivo que todas las 
            bombas y cañonazos. El que suprimió el Servicio Militar Obligatorio 
            fue el empleado Menem (acababa de regresar de Incalaperra) tomándose 
            de la muerte de un soldado que aún no está claro quién lo mató: es 
            parte de la destrucción de nuestra juventud. El que descolgó los 
            cuadros en el CMN no fue Tony Blair. Fue el empleado Bendini a las 
            órdenes del empleado Kirchner so pretexto de los derechos humanos. 
            Los ingleses nunca aparecen. Sus causas y motivos tampoco. Los que 
            humillan a los retirados no es la Reina Isabel y sus lacayos 
            cortesanos, es la empleada del CFR norteamericano Nilda Garré, que 
            cumple lo que le dice el empleado Kirchner siempre sobre el gastado 
            asunto de los Derechos Humanos. ¡Malvinas, hermano, omnipresentes 
            Malvinas! Y no sé hasta cuando seguirán pasando las facturas. 
             
            
               Ignoro mi querido si lo que dice Piñeyro será cierto. 
            Parecería que sí. Pero esto no es lo que me preocupa. Parece que 
            todo quedará en manos de civiles. Y puedes decirme cuáles cosas que 
            son específicamente civiles andan bien: economía, escuelas, 
            hospitales, seguridad, comercio, industria, legislaturas, justicia, 
            municipalidades. ¿Cuál? A poco de andar le veo la pata a la Sota: en 
            veinte y pico de años la FAA recaudó en concepto de derechos de 
            servicios de cabotaje y vuelos internacionales la friolera de 30 mil 
            millones de pesos. Lógicamente esa plata falta, no está o no 
            aparece. ¿Se los robaron? No sé. No está. De manera que como en el 
            ajedrez: el Tuerto Honesto mató dos piezas con una sola movida. Se 
            queda con 30 mil millones de rupias y de paso cumple con la patronal 
            desmierdando a la Fuerza Aérea. ¿Qué te parece? 
            
               Y este coso, Héctor Piñeyro, ¿qué instrumento toca en 
            esta orquesta? Por ahora el bajo, pero le harán tocar la quena, la 
            flauta dulce, la amarga, el oboe. Y chuparlos también, ¿por qué no? 
            Y te pregunto, ya que haces galas de enjundia: ¿cuántos pelotudos 
            como Piñeyro tiene la historia? La nuestra no más. No te vayas tan 
            lejos. ¿Uno; 3.000; Π = 3,1416.? No los he contado nunca. Ayer lo 
            escuchaba en un programa: con mucha cara de horte-lano presentía que 
            lo iban a defecar.  ¿Y qué pensaba el perejil con 30.000 millones y 
            sin dueño? Y que se cuide porque en una de esa le hacen estirar la 
            jeta junto con la pata. 
            
               Habrá que esperar hermano para saber quién o quienes 
            se mueven detrás de este muñeco. Ellos definirán, al mismo tiempo, 
            quién es el muñeco. Después de 6 meses o un año aparecerán los 
            herederos de Piñeyro y sabremos cómo se cuece este sancocho. 
            
               
            ¡God save the Queen!, por ahora.         (Esta 
            historia continuará)   
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            kkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk 
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