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  ¿NI YANQUIS 
                    NI MARXISTAS? NO. 
                    
                    
  ESTOS SON 
                    YANQUIS Y MARXISTAS. 
                    
                      
                    
                    
                    
                    Amable lector: de todos estos, ¿me podría nombrar un manso 
                    para acollarar un arisco?  | 
                   
                 
                
               
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               DESDE 
              HUMAHUACA NOS ESCRIBE EL PADRE JOAQUIN QUEBRANTASESOS  | 
            
            
          
         
 
  
Luego del embate terrible y fatal de los marxistas disfrazados de nosotros, con 
la secuela de persecuciones concertadas desde distintos antros y conventículos 
del mundo (ora en España,  
La Decadente, 
ora en Francia,  
La Gran Prostituta, 
ora en los EE. UU.,  La Madre de las que Andan Dispersas para
 
la Perdición de las Almas 
y un etcétera que es de verse), se ha sumado la hostilidad no menos virulenta de 
la democacacracia globalizada, que el vulgo chabacano y soez ha 
dado en llamar IBM (Inmensa Bola de Mierda). Nos 
ahorran palabras sobre semejante esperpento, pisoteo de la verdad, dos 
ejemplos impresionantes rememorados escuetamente.
  - 
  
  En París 
  se acaba de inaugurar una plaza en homenaje a las Madres y Abuelas 
  de Plaza de Mayo, y
 
  - 
  
  Al 
  presentar el ciudadano israelí Héctor Timerman (¿o no es cierto 
  Héctor que eres ciudadano israelí?; espero que él o algún taita salga a 
  desmentirme), sus cartas credenciales como embajador criollo en los 
  Estados Unidos, ante uno de los directores de la Sinarquía 
  Internacional, George W. Bush,  elogió  
  el compromiso de  
  
  la 
  Argentina para promover los derechos humanos y llevar ante la Justicia a los 
  responsables de las atrocidades
  
  
  (textual mis queridos) cometidas durante la última dictadura militar. 
  Y destacó que ambos países debían trabajar juntos para combatir 
  estos azotes (ídem anterior) de la libertad y la 
  democracia (véase La Nación, del 10 de 
  abril de 2008).   Pocos días después el embajador elogiaba la siniestra figura 
  de Jacobo Timerman, su padre biológico y putativo, que otrora fuera 
  ciudadano ruso, norteamericano e israelí.  
 
   
Ya hace dos años el matutito La Nación, asentaba la información 
proveniente de archivos desclasificados en los Estados Unidos 
sobre las disparatadas cifras de desaparecidos por culpa de los 
militares (pero como no me van a creer vean La Nación del 
24 de marzo de 2006).
  
Pero vosotros que sois tan humanos, permitidme hacer aquí una digresión 
desquiciadora para cualquier seso bien armado: llama la atención que el 
prestigioso diario (los gorilas dicen que es un diario serio), 
no haya dicho que esta pluma es mía, sobre asunto tan álgido, 
después de haber publicado la cínica risotada de uno de los más conspicuos 
terroristas, el turiferario Caparrós, reconociendo el 
disparate de los treinta mil desaparecidos, a quien le dedicara uno de 
los últimos articulillos que ya están en vuesas manitas de enantes désta.
  
Y, siguiendo con la  Gran Democacacracia 
del Norte 
(de donde todos salen y a donde todos vuelven, pero si antes 
pasan por Incalaperra, mejor), en agosto de 2002 el Departamento de 
Estado (cueva inacabable de agentes confesos del CFR, la  
Trilateral 
comisión, 
la Masonería, la Judería Internacional y la RIIA de Su 
Majestad), entregó documentación sobre el accionar contra la 
subversión terrorista, para su publicación y con destino a 
entidades enfrentadas con nuestras Fuerzas Armadas (esto fue dado a 
conocer por La Nación del 21 de agosto de 2002; os aseguro: no lo 
podrán borrar ni quemando el diario).
  
Y Visto y Considerando lo antedicho, como dicen los cagatintas de 
esa melcocha que llaman Justicia, digo (siempre metido donde no debo): 
¿hace falta decir algo más para probar la eterna complicidad entre el 
liberalismo y el marxismo; entre la democacacracia y el 
comunismo; entre capitalistas y socialistas; y que el famoso 
imperialismo no son dos sino que es uno solo? ¿Hace 
falta decir –agrego sobre el tapete-, algo más para probar la existencia del 
Imperialismo Internacional del Dinero? ¿Hace falta decir 
–termino en mi soliloquio-, algo más para probar que no es una 
contradicción ni un anacronismo acusar a este gobierno de comunista y de pro 
yanqui a la vez, y a los Estados Unidos de prohijar eternamente los movimientos 
subversivos?
  
Pero lo más indignante del caso del criptojudío Bush, es que este 
perseguidor inhumano (Afganistán, Irak, próximamente Irán), 
sea tan caradura de criticar a la Argentina, cuando consta (La 
Nación,
29 de octubre de 2001), que  autorizó a
 
la CÍA a asesinar terroristas, 
con lo cual -decía el cable-  sería la primera vez que
 
la CÍA retomaba los asesinatos clandestinos desde la década del '70.
Cuesta contener los calificativos sobre el mandatario de yanquilandia que 
autorizó la tortura y que mantiene enjaulados en Guantánamo a 600 prisioneros de 
Afganistán.
  
Y pugnan por rescatarse del olvido los indescriptibles tormentos sexuales 
ejecutados por mujeres soldados en Irak; más la mentira confesa de las armas de 
destrucción masiva y el cuento del delincuente armado, instruido y adoctrinado 
por ellos: Bin Laden. ¿Y qué se puede agregar de un régimen que 
creó la OSI (Oficina de Influencia Estratégica) para 
difundir falsas informaciones en el exterior? (Por favor vean Clarín,
del 26 de febrero de 2002).  
        
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