Ahora, como ya no les quedan
        
        
        
        paredes, 
        
        vamos por los cascotes.
         
        
        
        
        
        
        Aquí están las banderas idolatradas; las 
        
        
        
        enseñas que la Logia nos legó.
         
        
        
        Dedicado a todos mis camaradas que creen que la Masonería 
        es una antigualla que no corta ni pincha y, en sus efectos, tan sólo es 
        una cosa de niños.
        
          
          
            
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              La masonería, como entidad, nada tiene que hacer 
              fuera de las logias; pero sus miembros, sí. El profano, 
              transformado en maestro masón, debe realizar su obra masónica 
              en cualquier lugar que desarrolle sus actividades, cumpliendo su 
              deber de factor del progreso humano, pero sin manifestar su 
              carácter de miembro de la Orden (…) Las logias deben preparar a 
              los maestros masones capacitándolos para actuar en la sociedad, 
              tal como lo requiere el momento actual del país, para 
              contrarrestar con su acción la avalancha de las fuerzas del 
              oscurantismo, que hoy pretenden dominarlo, anulando las 
              conquistas liberales en vigencia o impidiendo dictar las 
              necesarias para su mayor independencia (…) Hoy en la República los 
              partidarios de la libertad y de la democracia luchan 
              sin tregua contra los sectarios de la reacción y el 
              oscurantismo, que pretenden mantener al pueblo en la 
              opresión y la ignorancia (…) Nuestra posición y nuestro 
              deber está bien marcado. Nuestro lema nos indica el rumbo a 
              seguir, y por él debemos marchar los masones, todos unidos hasta 
              el triunfo final.   | 
            
          
          
         
        
        
        Gran Maestre Domingo Sanfeliú, 
        en Revista Símbolo, septiembre-diciembre de 1956.
         
        
          
        
        Bueno: después de este traguito de vitriolo añejo con 
        cubitos y dos disparos de soda, les cuento que esta Revista 
        Símbolo (publicación de la Secretaría 
        de Prensa 
        de la Gran Logia 
        de la Argentina de Libres y Aceptados Masones), 
        número 68, de fecha noviembre de 2007, se acordaba muy bien de la 
        Hermana 
        Cristina Fernández Wilhelm, 
        quien pronto se haría cargo del zafarrancho que le dejó El Esperpento 
        marital. Dicen los Hermanos en nota editorial: “En pocos 
        días se producirá un nuevo traspaso del bastón presidencial en la 
        República Argentina. Este acto simboliza la continuidad de una 
        institución de importancia cardinal en cuanto a nuestro futuro 
        se refiere (...) Importante es destacar que quien recibirá de 
        nuestras manos ese símbolo, ha realizado, al momento de su 
        proclamación como ganadora, muy auspiciosas declaraciones (...) 
        Tomamos esto como un compromiso. Acompañaremos esta nueva etapa, como 
        cada una de la historia argentina, desde nuestros trabajos masónicos y 
        nuestra vida profana, marcando un absoluto respeto por las 
        instituciones de la República, pero también señalando toda vez que 
        entendamos se produce una desviación (...)
        
        
        Vemos como muy promisoria la creación de un 
        Ministerio de Ciencia y Tecnología (...) Esto no es casual, ya 
        que la forma en que pretendemos alcanzar nuestros ideales es a 
        través de la Ciencia, la Justicia y el Trabajo (...) imbricados en 
        todos los estratos de la sociedad, desde la discreción, más que 
        desde el secreto, proponemos nuestros ideales 
        cada día.
        
        
        Algo ha ido quedando. Ahora vamos por más (...) El 
        auspicioso discurso del día en que fue elegida nuestra 
        Hermana ha sido un primer paso.
        
        
        Acompañaremos la promesa de los siguientes y 
        vigilaremos y observaremos su cumplimiento. ¡Que así sea!”
        
        
          
        
        
        Hoy es día de San Rómulo, Obispo que agrado a Nuestro 
        Señor en este mundo. Con una oración encomendémonos a él y, luego de 
        leer este espantajo recomiendo un baño suave de lavandina con detergente 
        y ácido muriático. No sea, mis queridos, que se les pegue la inmundicia.
        
        kkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk