El
diseño, una herramienta de negocios
En la actualidad, las automotrices han incorporado al diseño como un
nuevo instrumento para fidelizar clientes. De este modo, los autos más
económicos se presentan como hermanos menores de los modelos más
costosos de las marcas.

El buen diseño nace de la necesidad, después se le puede añadir poesía”,
dice Walter da Silva. Y es una palabra más que autorizada. Este
diseñador brasileño, que sacudió al mercado cuando pasó de Alfa Romeo a
Seat, es el cerebro de buena parte de los diseños de los que habla el
mundo. Su prestigio tiene que ver con algo que él llama “el rechazo al
anonimato estilístico”. Para Da Silva, los autos tienen un sello: el
propio. Sin embargo, estamos hablando de automóviles “de autor”. En la
actualidad, el mundo de los autos va por otro carril. Sobre todo, cuando
hablamos de vehículos accesibles, aquellos que concentran la mayor parte
de las ventas en el mercado argentino.
Lo
cierto es que la definición de Da Silva acerca de cómo nace el buen
diseño es el comienzo perfecto para hablar de la cuestión. ¿Qué buscan
las automotrices en la actualidad? Lo que siempre han perseguido:
fidelizar a los consumidores, hacerlos habitués de la marca y que
siempre permanezcan relacionados con ella a medida que sus posibilidades
económicas van en ascenso. Esto no es novedad. Lo que sí es nuevo (data
de los últimos años) es la decisión de las automotrices de identificar a
todos sus modelos en una misma línea. De este modo, quien compra el
modelo más accesible de una empresa luego salta al siguiente de la gama
y así sucesivamente.
Basta
con echar un vistazo a la evolución de los restylings de los autos más
accesibles del mercado veremos cómo se han “acercado” a la línea general
de la marca. ¿Cuánte tenía que ver el primer Volkswagen Gol con el
actual Golf o el Bora? Prácticamente nada. Sin embargo, el actual Gol,
el auto más vendido en la Argentina en lo que va del año, responde
perfectamente al diseño de sus hermanos mayores. Algo similar ocurre con
las sucesivas transformaciones que han vivido los autos más chicos de
las grandes marcas. El Chevrolet Corsa tomó, luego de su último retoque,
la fisonomía del Astra e incluso la del Vectra (modelos que también
fueron amalgamados en sus últimos relanzamientos). Ford renovó el fiesta
a imagen y semejanza del Focus; Fiat asimiló en una misma línea al Palio
y al Siena, y Peugeot hace tiempo que trabaja con un sentido de
conjunto: el Peugeot 206 es la versión pequeña del 307, el que, a su
vez, responde inequívocamente al diseño del recientemente lanzado 407.
Hace algunos meses, un selecto grupo de consagrados diseñadores de autos
se reunieron en Alemania con una pregunta guía: “¿Cómo producimos
masivamente automóviles que generen la necesidad de comprarlos?” Detrás
de esta inquietud se esconde una preocupación de los fabricantes: la
creciente demanda de los consumidores de todo el mundo avanza más
rápidamente de lo que las empresas pueden innovar. Por esa razón, cada
lanzamiento de una marca genera, sobre todo en Europa y Estados Unidos,
una respuesta inmediata. Es decir, la gente espera novedades y responde
de inmediato a las nuevas propuestas. ¿Pero cómo deben ser esas nuevas
propuestas?.
Por lo
pronto, los diseñadores trabajan con algunas reglas de oro. La primera,
por supuesto, tiene que ver con el espacio. En los últimos años, la
necesidad de ampliar el espacio interior manteniendo el formato chico de
los autos llevó a los diseñadores a elevar el centro de gravedad de los
ocupantes del vehículo: ahora se sientan más erguidos, de modo que el
auto crece “hacia arriba” y no “hacia delante y atrás”. Este es el
principio de los monovolúmenes, que no superan los cuatro metros de
longitud, pero ofrecen buena habitabilidad para cinco pasajeros adultos
y espacio para equipaje. Al mismo tiempo, otras de las reglas de oro es
la reducción del ancho de los vehículos, de modo que puedan estacionarse
en espacios más pequeños y que puedan adaptarse al nuevo formato de los
cada vez más angostos carriles de las autopistas y avenidas de las
grandes ciudades.
Dentro
de esta perspectiva, una de las claves del diseño actual es poder
generar nuevos autos sobre las estructuras ya existentes, como se hizo
el Fox sobre el Gol. En estos tiempos, la clave está en el interior y en
las prestaciones con menor consumo. Basta con ver el interior de los
autos para advertir que todos los vehículos, incluso los pensados para
segmentos jóvenes, están preparados para toda la familia, con múltiples
compartimientos para guardar cosas. En la actualidad, diseño es búsqueda
de espacio. Pero al mismo tiempo, el diseño se enfrenta con un desafío
muy importante: al reducir el peso de los autos y a la vez potenciar su
rendimiento, se corre el riesgo de aumentar las posibilidades de
accidentes. Por esa razón, los diseñadores deben encontrar el modo de
sumar a sus ideas todos los recursos de seguridad necesarios, como air
bags, sistemas de deformación programada y cinturones de seguridad para
todas las butacas. Pero potenciando cada dm3 es posible.
Todas
las marcas pusieron en marcha una transformación que alimenta las ganas
de comprar.
Se
busca identificar los modelos en una misma línea.
El diseño actual busca ganar confort y más espacio interior.
Por:
Diario
Infobae y
Clasificados Argentinos.
Fecha:
Viernes 22 de Junio de 2007. |