“Hasta $30, señor”.
Eso fue lo que me dijo la
playera de la estación de servicio de Vilela y Cabildo cuando tras
haberle pedido que me llenara el tanque con Fangio XXI, la nafta Premium
de Repsol-YPF.
Es increíble que a veces uno no pueda comprar el producto que quiera
aunque tenga el dinero y los medios para hacerlo, siempre dejando al
margen la inflación. La escasez de combustible es algo que parece salido
de una película de ciencia ficción, teniendo en cuenta que somos un país
petrolero; sin embargo creo que mas bien se trata de un llamado de
atención por parte de las empresas hacia el gobierno y la sociedad
recordándonos el precio que se tenía por el litro de combustible en la
Convertibilidad: U$S 1,00.
Actualmente el precio es de U$S 0,65, sin embargo a nosotros
por nuestra devaluación nos resulta mas costoso. Hoy por hoy es
recurrente en boca de todos los argentinos oír lo caro que está esto o
lo caro que está lo otro, sin embargo muchos se olvidan, o no agradecen
a Dios (Kirchner, sin ser blasfemo) por algunas cosas que
tuvieron una inflación del 0%, sí, leyeron bien: 0%, y me estoy
refiriendo al transporte público,
sí, a los colectivos, subtes y trenes. Esta inflación del 0% es muy
sorprendente si tenemos en cuenta que, a excepción de los subtes,
algunos trenes y todos los colectivos funcionan con Gasoil, un
combustible que en la época menemista costaba U$S 0,50 y que hoy cuesta…
lo mismo, es decir, en pesos tuvo una inflación del 300%, sin
embargo la explicación del porque hubo una nula inflación en el
transporte público es obvia y conocida por todos: los subsidios. Son los
mismos subsidios los que impiden una mejoría en el servicio de
transporte público, ya que el dinero obtenido se usa mas bien para
sostener la empresa que para mejorarla.
Por eso creo que es hora de que la economía Argentina se
sincere y muestre que los aumentos en el costo del transporte son
parejos y no solo para unos y no para otros. Es injusto que aquellos que
poseemos vehículo tengamos que pagar un precio por el combustible
mientras que la gente que utiliza el transporte público tenga que pagar
el mismo monto que hace 10 años. Si bien algunos me dirán que el
transporte público es malísimo, que se viaja mal, y que pasa con poca
frecuencia, los precios baratos en el boleto tampoco ayudan a mejorarlo
(dejando de lado la CNRT), sobre todo teniendo en cuenta que los sueldos
de los chóferes también debieron ser aumentados para compensar la
inflación general.
El país parece no ser un país “en vías de desarrollo” sino
un país “en vías de subdesarrollo”, si bien es comprensible que
dependamos de la explotación de nuestros recursos y mano de obra por
parte de capitales extranjeros para sobrevivir, también es cierto que
merecemos vivir en un país mejor, y es bastante injusto no tener
disposición de ciertos recursos, propiamente argentinos, que son
exportados por los beneficios que otorga el bolsillo externo, contra el
cual, por obvias razones, los argentinos no podemos competir.
Y ésta tarde me llamó poderosamente la atención la
posibilidad de cargar solamente $30 (U$S 9,55), cuando pretendía llenar
el pequeño tanque de mi auto. Intenté pedirle a la playera que me lo
pasara por otra compra aparte, pero no me dejó, sin embargó me señaló a
otro cliente que había dado una vuelta manzana buscando otra escasa
carga del preciado combustible, copié el ejemplo de ese señor y puse
otra carga de $30, que aun así no me alcanzó para llenar el tanque por
completo, ya que solo pude colocar 28 litros en el auto.
Todo daba motivos para quejarse ante el gerente de la
estación, sin embargo la empleada me aclaró que era una normativa de
YPF, por lo que el gerente de aquella estación no podía hacer mucho.
Otra cosa que me llamó la atención, que fue criticable y
“afortunada” para el cliente, es la desorganización a la hora de limitar
el expendio del carburante, ya que indagando sobre la situación con
quien me atendía, me dijo que era por auto, entonces le pregunté si era
por día, si me tomaban la patente, o que me pasaba si volvía a cargar
(todo esto mientras me daba la primera carga y antes de conocer lo que
el otro cliente había hecho), ella desconocía todo, por lo que el
sistema era fácilmente vulnerable, tal vez fue hecho intencionalmente,
tal vez sea otra deficiencia de la organización argentina.
Es increíble que una empresa argentina, manejada por
capitales españoles que vienen del mundo desarrollado, tenga un manejo
tan desacertado en la venta del combustible.
“Éste país da para todo”, me dice un amigo, y es cierto. Sin
embargo recién estamos viendo la primera cara de lo que puede llegar a
ser. Tampoco podemos culpar al gobierno actual, ya que su represión en
el aumento de los servicios básicos y de transporte, sumado a un
estratégico aumento salarial está sosteniendo al gobierno bien
posicionado en las encuestas de cara a la próxima elección del mes de
Octubre de éste año. El haber evitado una hiperinflación no es un mérito
menor, pero hay que tener en cuenta que aunque muchos dicen que la
Convertibilidad fue una ficción y que por eso no se sostuvo, la economía
actual tampoco está muy lejos de “viaje a las estrellas”.
Por:
Ignacio Manchado.
Fecha:
Miércoles 1 de Agosto de 2007.
Notas relacionadas:
|