Sanctus, Sanctus, Sanctus, Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt coeli et terra gloria tua. Hosanna in excelsis
Sección Historia:
Akita (Segunda parte)
En
nuestro número anterior, describíamos sintéticamente una primera parte de
la maravillosa historia de las apariciones de María Santísima en Akita, Japón.
De hecho, y de acuerdo, a lo previamente publicado, retomaremos el relato a
partir del segundo mensaje brindado a Sor Agnes, el viernes 3 de agosto de 1973.
Ese día, María le comunicó a la hermana Agnes: «Hija mía, mi novicia, ¿amas al Señor? Si tu amas al Señor escucha lo que voy a decirte. Es muy importante. Lo comunicarás a tu Superior: muchos hombres en el mundo afligen al Señor. Deseo almas para consolarle, para suavizar la cólera del Padre Celestial. Deseo, con mi Hijo, almas que reparen con sus sufrimientos y su pobreza, por los pecadores y los ingratos. Para que el mundo se de cuenta de su ira, el Padre Celestial se dispone a mandar un gran castigo a toda la humanidad.
Figura
1.- María Santísima (advocación de Nuestra Señora de Todos los Pueblos)
Muchas veces he intervenido con mi Hijo para apaciguar la Ira del Padre. He
impedido que vinieran calamidades, ofreciéndole los sufrimientos del Hijo en la
Cruz, su preciosa Sangre, las almas predilectas que le consuelan y constituyen
la cohorte de las almas víctimas. Oración, Penitencia y Sacrificios animosos
pueden suavizar la Ira del Padre.
Lo deseo también de tu comunidad, que amen la pobreza, que se santifiquen y
recen en reparación de la ingratitud y los ultrajes de tantos hombres. Rezad la
oración de las Siervas de la Eucaristía meditando su significado, ponedla en
practica. Ofrecedla en reparación de los pecados. Que cada una se esfuerce de
según su capacidad y oficio, ofreciéndose enteramente al Señor.»
Después de un silencio continuó: «¿Es verdad lo que piensas en tu corazón? ¿Estás verdaderamente decidida a convertirte en piedra rechazada? Mi novicia, ¿deseas pertenecer sin reservas al Señor, ser la Esposa digna del Esposo, hacer tus votos sabiendo que debes ser adherida a la Cruz con tres clavos? Estos clavos son: pobreza, castidad y obediencia. De los tres, la obediencia es el fundamento. En total abandono, déjate guiar por tu superior. El sabrá como entenderte y dirigirte.»
Figura
2.- Sor Agnes
Así fue que el sábado 29 de septiembre de aquel año, en la fiesta de san
Miguel Arcángel (patrono del Japón), se multiplicaron los fenómenos
sobrenaturales milagrosos: la estatua resplandecía con rayos luminosos,
envuelta en luz blanca, durante el rezo del Santo Rosario. Al concluir, la
herida de la mano de la estatua, que mencionamos en la primera parte de esta
nota, había desaparecido por completo, dejando paso a lo que parecía sudor,
que manaba de toda la estatua. La estatua fue secada con gasas y algodón, los
cuales olían a flores, fundamentalmente a rosas. El perfume persistió en la
capilla hasta el 16 de octubre, fecha en que un ángel
había anunciado que cesaría. Y sería tres días antes, el sábado 13
de octubre, cuando María Santísima brindaría su tercer mensaje a sor Agnes:
«Mi querida hija, escucha bien lo que voy a decirte,
informarás de ello a tu superior. Si los hombres no se arrepienten y no se
mejoran, el Padre mandará un terrible castigo a toda la humanidad. Será un
castigo más grave que el diluvio, como jamás ha habido otro. Caerá fuego del
cielo y aniquilará una gran parte de la humanidad, tanto malos como buenos, no
perdonando a fieles ni a sacerdotes.
Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que
envidiarán a los muertos. Las únicas armas que nos quedarán entonces serán
el Rosario y el Signo dejado por mi hijo. (...) Con el rosario rogad por el
Papa, los Obispos y los sacerdotes.
La acción del diablo se infiltrará hasta la Iglesia,
de tal forma que se verán cardenales oponiéndose a otros cardenales, obispos
contra obispos. Los sacerdotes que me veneren serán despreciados y combatidos
por otros sacerdotes. Las iglesias y los altares serán saqueados. La Iglesia se
llenará de quienes aceptan componendas, y el demonio empujará a muchos
sacerdotes y almas consagradas, a abandonar el servicio del Señor.
El demonio atacará encarnizadamente sobre todo a las
almas consagradas a Dios. El pensamiento de la pérdida de tantas almas es la
causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en número y en gravedad, ya no
habrá perdón para ellos. Recen mucho las oraciones del Rosario. (...) Aquéllos
que ponen su confianza en mí serán salvados.»
Sería un año después, el 13 de octubre de 1974,
cuando ocurrió el milagro de la sanación de la sordera de la Hermana Agnes se
curó instantáneamente de su sordera, verificada médicamente. Tal cual le había
sido anunciado, conservó la audición durante 6 meses, regresando su anacusia
durante casi 8 años. En la festividad de Pentecostés de 1982 sanaría
definitivamente durante la bendición con el Santísimo Sacramento.
Además
de la firmeza de los mensajes, muchos otros milagros rodearon a los episodios de
Akita. Además del perfume a rosas de la capilla y de la curación de sor Agnes,
se han documentado más de 100 episodios de lacrimación de la estatua hasta
1981; la secreción fue analizada por el Departamento de Medicina Legal de la
Universidad de Akita, corroborándose que se trataba de lágrimas humanas. Además,
existe constancia médica de curación de una mujer coreana en ese mismo año, víctima
de metástasis cerebrales de un cáncer, de acuerdo a datos de la Universidad de
Seúl.
En
abril de 1984, el obispo de Nigata, monseñor Ito, testigo de estos episodios,
declaró que las apariciones de Akita eran de origen sobrenatural y autorizó la
veneración de la Santa Madre de Akita. Cuatro años más tarde, el prefecto de
la Congregación para la Doctrina de la Fe, el entonces Cardenal Joseph
Ratzinger (hoy Benedicto XVI), dio su juicio definitivo favorable de las
apariciones y mensajes de Akita, redondeando con: «El mensaje de Akita es el
mensaje de Fátima».
Revista Digital Fides et Ratio - Septiembre de 2006