UNO DE LOS TESOROS
PALEONTOLOGICOS DE ARGENTINA
Uno
de los parques nacionales más nuevos del país, creado en
1991 para resguardar tesoros paleontológicos tales como huellas
gigantes de dinosaurios, formaciones rojizas de los periodos jurásico
y cretácico que brotaron de la tierra cuando se elevó la
Cordillera de los Andes, y el espectacular Potrero de la Aguada, un valle
de 4000 hectáreas rodeado por increíbles acantilados rojos.
Segundos
antes del alba, el primer rayo de sol enciende de rojo un cerro en la lejanía.
Hemos ingresado al Parque Nacional Sierra de las Quijadas por un camino
de ripio que se interna en un desierto con manchones verdes que le otorgan
un contraste al por ahora monótono paisaje. El aroma penetrante
de un arbusto como la jarilla se cuela por la ventanilla de la camioneta
y un viento sonda levanta un pequeño remolino de polvo rojo creando
un ambiente que nos remonta al tiempo en que los hombres aun no habían
aparecido sobre la faz de la tierra. Una liebre que pasa como un rayo al
costado del camino nos regresa de inmediato a la presente realidad.
Tierra
de huarpes. Antes de avanzar hacia las complejidades del parque nos detenemos
ante la sencillez de una obra humana; una serie de veintitrés hornillos
para la cocción de piezas de cerámica moldeadas por los indios
huarpes. Este pequeño sitio arqueológico denota la existencia
de un asentamiento de esta cultura que desapareció alrededor del
siglo XVIII.
Al
avanzar un poco la camioneta recorre un terreno ondulado hasta que aparecen
unos pequeños cerros con grandes rocas sedimentarias de tonos rojizos
que son un adelanto de lo que nos espera en unos minutos. Primero pasamos
por el área de acampe, y luego de recorrer seis kilómetros
dentro del parque abandonamos el vehículo para dirigirnos por un
sendero rumbo a Los Miradores.
Tras
una lomada aparece de repente –y antes de lo esperado— el punto culminante
de este viaje: el valle del Potrero de la Aguada. Un mirador natural nos
ubica frente a ésta descomunal depresión del terreno rodeada
por los farallones verticales de una gran muralla roja, casi tan majestuosa
como aquella engendrada en Oriente. Detrás de ella parecen erigirse
los restos de un viejo imperio desmoronado –Cartago en ruinas--, del cual
quedan los cimientos de su medina amurallada, sus mezquitas con los minaretes
derrumbados y una extensa sucesión de torres arcillosas que le otorgan
a la formación un inconfundible aire de fortaleza de adobe.
Abajo,
en el centro de esa gran hoyada de 4000 hectáreas, se despliega
un cambiante laberinto delimitado por unos acantilados de 250 metros de
altura. Un intrincado dédalo de grietas, galerías sin salida
y sinuosos cursos secos de agua, se desarrolla al arbitrio de las lluvias
y del viento con la complejidad de un mandala. Esta formación se
creó hace 120 millones de años, y en su centro corre un arroyito
milenario que no pocos visitantes relacionan con aquel que precedía
a la Ciudad de los Inmortales en el cuento de Borges; “el río secreto
que purifica de la muerte a los hombres”. “Al pie de la montaña
se dilataba sin rumor un arroyo impuro, entorpecido por escombros y arena;
en la opuesta margen resplandecía (bajo el último sol o el
primero) la evidente Ciudad de los Inmortales. Vi muros, arcos, frontispicios
y foros: el fundamento era una meseta de piedra”, escribió Borges
desde la imaginación, sin haber visitado este lugar.
La
huella del dinosaurio. Uno de los lugares más asombrosos del parque
es el borde de un acantilado donde el caminante se topa con una gran huella
de dinosaurio. La experiencia es un poco impresionante, porque no se trata
de una huella borrosa sino de un molde perfectamente definido en el terreno,
con una profundidad de cinco centímetros. Como sí se hubiese
impreso ayer, se notan las tres pesuñas de la pata de un saurópodo
de cola larga, una especie cuadrúpeda y herbívora que fue
la de mayor tamaño en la zona. Esta clase de fenómeno es
llamada ignita por los científicos, y consiste en una huella que
permanece inmune al paso del tiempo y de la lluvia porque se halla petrificada.
Viaje
a la semilla. La visita al Parque Nacional Sierra de las Quijadas es un
viaje de lleno al inicio de los tiempos. En este desolado paraje de 150.000
hectáreas, donde en cualquier momento pareciera que van a aparecer
volando un grupo de pterodáctilos, se teje y desteje una infinita
trama de castillos de arena esculpidos por el viento. Un frágil
mundo de borrosas esculturas que pueden desaparecer a la mañana
siguiente se desarrolla en aparente inmovilidad desde hace millones de
años. Allí donde descansa un lagarto somnoliento, alguna
vez caminó un enorme dinosaurio dejando hasta hoy la huella de sus
pisadas sobre la tierra, más imborrables que ellos mismos.
Bajo
el sol oblicuo de un rojo atardecer, un silencioso dominio nos permite
atender al primitivo latido de energía vital que nos resuena en
las entrañas desde el fondo de los tiempos. Alguna vez –en el origen
de la existencia— hubo una única y primera célula que dio
origen a la vida. Es ese estremecedor primer latido –el que no cesa--,
el que oímos en este lugar, esperando que no sea el último
en la desconcertante espera del paso de la nada hacia la nada.
Fuente:
Diario El Independiente; La Rioja
Foto
Guardaparque de Quijadas: Diario El Independiente.
http://www.elindependiente.com.ar/suplementos/notas.asp?39
DATOS
UTILES:
Como
llegar: El parque nacional está
ubicado 120 kilómetros al noroeste de la capital provincial. Se
llega por la Ruta Nacional 147 hasta el paraje de Hualtarán –allí
están las oficinas de la Administración de Parques Nacionales
donde es obligatorio registrarse--. La entrada está unos metros
más adelante.
Los
circuitos: La entrada al parque cuesta
$ 6 (estudiantes $ 3 y jubilados gratis). Los circuitos son el Superior
(10 minutos), el de La Huellas de los dinosaurios (2 horas y media) y el
de Los Miradores (una hora). Cuestan entre $ 5 y $ 10 cada uno.
No
es obligatorio contratar guía para realizar caminatas por los Miradores.
Farallones:
La excursión más atractiva –y que ningún viajero de
ley puede dejar de hacer--, es la que se realiza al interior del Potrero
de la Aguada, hasta el pie de los farallones rojos. El Circuito de los
Farallones implica cerca de cinco horas de caminata y solo se puede realizar
con la presencia obligatoria de un guía ($ 15). El premio para el
aventurero es internarse entre cañones de 250 metros de altura que
se van cerrando cada vez más a lo largo de un kilómetro y
medio, hasta que se vuelve tan angosto como una grieta por la cual ya no
es posible avanzar.
Servicios:
El parque cuenta con un sencillo camping con baños químicos
y una proveeduría. No hay estaciones de servicio en toda la zona
cercana. La Asociación de Guías de Quijadas ofrece excursiones.
Dónde
informarse: Casa de San Luis en Buenos
Aires: Azcuénaga 1083. Tel.: 4823-9413. Secretaria de Turismo de
San Luis: Tel: 02652 - 423479 / 423957
e-mail:
informes@sanluis.gov.ar - www.sanluis.gov.ar
Intendencia
del parque: Tel.:02652-422719 sierradelasquijadas@apn.gov.ar,
rneira@apn.gov.ar, www.lasquijadas.com
Guías
de Turismo: e-mail: guiaspuntanos@yahoo.com.ar,
guiasdequijadas@yahoo.com.ar
Dónde
alojarse: A 16 kilómetros de la
capital provincial, el Hotel Internacional Potrero de los Funes ofrece
un alojamiento con una espectacular vista a un gran espejo de agua. La
habitación doble con vIsta al lago cuesta $ 80 y la triple $ 105.
Reservas: Tel. 02652-495052 e-mail: hpfrese@sanluis.gov.ar hpfunes@sanluis.gov.ar
Cuando
ir: El parque se puede visitar todo el
año, pero en verano hay que evitar el mediodía. En invierno
suele helar por las noches y durante el día el sol es muy agradable.
Casi nunca llueve y tampoco suele haber nubes, ideal para la foto.
http://www.elindependiente.com.ar/suplementos/notas.asp?40
Información
turìstica: La más completa
información de San Luis y sus recursos en internet vealá
en http://www.oocities.org/ar/sanluisturismo
e-mail: sanluisturismo@yahoo.com.ar
SIERRA DE LAS
QUIJADAS
Fuente:
Propia y APN.
UBICACION:
Ubicado
a 120km de la ciudad de San Luis (por la ruta nacional 147), en el noroeste
de la provincia (Dptos. Ayacucho y Belgrano). Acceso principal por San
Antonio, limita al oeste con las provincias de Mendoza y San Juan. Ver
mapa
DESCRIPCION
GENERAL:
Este
Parque constituye una de las grandes bellezas naturales de nuestro país.
Ingresando
por el camino de acceso veremos los vestigios de antiguas culturas indígenas:
los Hornillos, donde cocinaban sus alimentos y cerámicas.
Seguramente
se nos cruzará alguna Mara o Zorro Gris que habitan los matorrales
vecinos. Luego de un serpenteante camino llegamos al máximo escenario
natural del Parque: el Potrero de la Aguada. Labrados por los siglos veremos
farallones, acantilados, cornisas y terrazas de un hermoso color rojizo,
apenas cubiertos por la vegetación. En el fondo del Potrero corre
el curso de agua más importante del lugar, que lleva el nombre de
Potrero de la Aguada. Su curso, que lleva agua sólo en las épocas
de lluvia está totalmente cubierto por arenas y rocas. Desde el
borde superior del anfiteatro natural, se puede observar hacia el sur el
Cerro Portillo, que con sus 1.200 metros es la máxima altura de
la zona. Hacia el límite oeste del Parque hallaremos espejos de
agua aislados, algunos permanentes pero la mayoría temporarios,
de escasa profundidad, cuyos límites varían anualmente de
acuerdo al caudal del Río Desaguadero. Este sistema lacustre conforma
el Complejo de las Lagunas de Guanacache, que otrora ocupara extensas áreas
y diera sustento a grandes poblaciones indígenas y criollas. La
vegetación es escasa y está representada por las Jarillas,
una gran variedad de arbustos y cactus, Quebrachos Blancos,
y especies endémicas de la región como la Chica, el Solo
y la Zampa de Quijadas.
ITINERARIOS:
Dado
que en la actualidad se ha destacado un Guardaparque en el área,
recomendamos consultarlo y contar con su autorización para la organización
de cualquier salida. Los bosques del camino de acceso son ideales para
la observación de aves. Una larga caminata de día completo
puede realizarse bajando al cañón del río Potrero
de la Aguada. No lo intente sin guía, puede extraviarse
fácilmente. Recuerde que las temperaturas son muy altas durante
el día y que no hay agua potable, excepto en la entrada del
Parque. Para recorrer las Lagunas de Guanacache hace falta desplazarse
en un vehículo apropiado, dado el mal estado de los caminos locales.
YACIMIENTOS
ARQUEOLÓGICOS/PALEONTOLÓGICOS:
Como
testimonio de un antiguo poblamiento indígena existen vecinos al
área de acceso pozos cavados en la tierra, llamados "hornillos",
que se atribuyen a la cultura Huarpe. Se han hallado restos fósiles
de dos especies de un particular grupo de reptiles voladores prehistóricos:
Los
Pterosaurios. De este tipo de reptiles se conocen muy pocos restos
en el resto del mundo, por lo que el Parque adquiere gran relevancia paleontológica.
BIOMA:
Monte y Chaco Occidental
FLORA:
Este
Parque conserva una amplia faja de transición entre el Monte y el
Chaco Occidental. el primero está caracterizado por una vegetación
de arbustos y el otro por bosques secos. El bioma dominante es el Monte.
Extensos Jarillales y Retamales cubren las zonas más áridas.
Sobre el Potrero de la Aguada hallaremos un curioso árbol,
que frecuentemente tiene aspecto tortuoso, es la Chica especie endémica
del Monte. Otros endemismos son el Solo, que tiene la forma de un cojín
circular de color blanquecino, la Verdolaga, de llamativo color verde intenso
y hojas carnosas y la Zampa de Quijadas, de inflorescencias violáceas.
En las zonas de suelos arenosos diferentes gramíneas forman extensos
manchones, rodeados de matorrales de Retortuño, Atamisque y Pichana.
Representando
al bioma Chaqueño se encuentran corpulentos Quebrachos Blancos,
junto a Algarrobos, Chañares y Breas. Una enorme variedad de cactus,
de llamativas flores y carnosos frutos, cubren el suelo.
Los
hay columnares y con artejos, sobreviviendo gracias a la humedad ambientes
que se condensa en sus espinas y en estructuras "atrapanieblas", como las
del Puqui con Bigotes.
FAUNA:
A
pesar de la aridez de la zona la fauna es abundante. Pumas, Gatos Monteses,
Zorros Grises, Marmosas, son los principales carnívoros, que se
dejan ver a través de sus huellas en los escasos cuerpos de agua
del Parque. La Mara, mal llamada Liebre Patagónica puede ser vista
en el camino de acceso. En los bosquecillos hallaremos Pepiteros, Monteritas,
y una gran variedad de pequeñas aves. El elenco avifaunístico
se completa con el Ñandú, el Halconcito Gris y el majestuoso
Cóndor Andino. Los anfibios son muy escasos y pasan la época
de sequía enterrados o en forma de renacuajos en pequeños
charcos protegidos del desecante sol. Las lagartijas son los reptiles más
comunes. Sobre el complejo lagunar de Guanacache se encuentran numerosas
aves acuáticas, entre las que se destaca el FLamenco Común.
También allí están presentes algunos de los pocos
peces de la región como la Trucha o Perca Criolla. La Boa de las
Vizcacheras es buscada por su bella piel.
PROBLEMAS
DE CONSERVACION:
El
principal problema actual es la afluencia masiva de turistas y visitantes.
La gran cantidad de personas que acuden durante los fines de semana largos
provocan pisoteo de la vegetación y acumulación de residuos.
La falta de cartelería y de senderos bien demarcados permite que
el visitante se desplaze por cualquier sitio sin control. Los campamentos
que también allí se organizan provocan no menos perjuicios
al ambiente de la zona. El intenso pisoteo y la extracción de leña
exponen al suelo a una mayor erosión. Sobre la zona de Lagunas de
Guanacache actúan cazadores furtivos en busca de Ñandúes
y Guanacos.
FUNDAMENTOS:
Creado
en el año 1991 con el fin de proteger muestras representativas de
la naturaleza del Monte y Chaco Occidental. Además conserva yacimientos
arqueológicos y paleontológicos de gran valor.
FUENTES:
El proyectado Parque Nacional Sierra de las Quijadas. Haene, e. y G. Gil.
1991. APN.
¿CÓMO
SE FORMO LA CUENCA DE SIERRA DE LAS QUIJADAS?:
Hace
unos 120 millones de años –durante el periodo Cretásico de
la era mesozoica— los movimientos de las placas tectónicas del incandescente
centro de la tierra produjeron una falla cuyo resultado fue un gran hundimiento
del terreno. VER INFORME
MÁS
SOBRE LA FLORA Y LA FAUNA:
Desde
el punto de vista de las llamadas provincias fitogeográficas, este
parque nacional es una interesante combinación de biomas del Chaco
semi-árido y el Monte. VER INFORME
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