Arroyo Tanti... Un Lugar para Recorrer y Descubrir Cada Rincón |
Desde su
comienzo, corre siempre por una quebrada acunado por la brisa y perfumado por los yuyos
serranos. Luego es torrente que va al encuentro del pozo del indio como gran e
imponente piletón natural, y al recibir la afluencia de aguas que bajan de la quebrada de
las higueras, se gesta en toda su magnitud. Río abajo se presenta como espectáculo, piedras
lisas, colosal piedra de granito trabajada por la continua erosión de las aguas, que
en unos 60 metros de caída hacer raudo el andar del afluente homónimo, convirtiéndolo
en un destacado hidromasaje natural. En alas de cristal y cantarinas aguas, descubrimos escondida, como no queriendo revelar su secreto, la Gruta de los enamorados. Exuberante vegetación cubre su entrada y en su interior, como por sortilegio, cobran vida las rosas silvestres y las zarzas moras. En su constante serpentear, ya cerca de la zona balnearia, conforma la gruta de los helechos, pequeño cajón rocoso con laderas cubiertas por incomparables helechos que hacen la lozanía y encanto del lugar. Próximo a ingresar a la zona urbana, tenemos el Pozo de los Caños, excelente mirador natural y solarium, Enmarcando esta zona balnearia, la policromía de las sierras se nutre en la gama de verde de su vegetación y en el gris-azulado de sus rocas, para que podamos observar en toda su belleza natural, su original Cascada con su hermoso salto de 8 metros encajonado entre sólidas paredes de granito y en cuyas grietas florecen y escapan fulgurantes madreselvas que dan brillo y color al abrupto peñón de su corona. Buscando siempre su nivel pasa por el balneario municipal El Diquecito, ubicado en la zona residencial, a 400 metros del centro, que brinda al viajero el poder gozar de sus curiosidades naturales. Río abajo y tras sortear enormes piedras donde el agua dibuja saltos fotográficos llegamos a lo que era la entrada original al Castillo San Alberto (Castillo de Wilkins) y descubrimos entre una profusa arboleda, El Remanso y posteriormente el Pozo de la Tortuga. Ya en el pueblo, a sólo 150 metros del centro del mismo, se nos presenta el paraje La Isla, formación rocosa entre el arroyo Tanti y el arroyo Los Sauces; luego, El Vado, La Pasarela, y La Ollita, todos ellos paseos tradicionales y muy concurridos. Continuando la caminata, la mano del hombre colaboró en la creación del Balneario San Souci y luego el inmenso piletón con trampolín natural del Balneario Los Arboles para completar con el Balneario de Villa Douma. El largo viajar del arroyo Tanti nos ofrece una variedad de matices a cada curva. Ese serpenteo obliga, aún por una cuestión de simple curiosidad, a acercarnos al desvío y es así como se lo va descubriendo y es así como nos vamos sorprendiendo y deslumbrando.
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