Capítulo Octavo
CALCULOS APROXIMADOS
Contenido:
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Enigmas Matemáticos de la Pirámide de Keops
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Números Aproximados
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Redondeo de Números
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Cifras Significativas y No Significativas
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Adición y Substracción de Números Aproximados
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Multiplicación, División y Elevación a una Potencia de los Números Aproximados
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Aplicación en la Practica
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Ahorro de Trabajo de Calculo
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Curiosidades Aritméticas
1. Enigmas Matemáticos de la Pirámide de Keops
La más alta pirámide del antiguo Egipto, la de Keops, desde hace cinco mil
años azotada por el aire tórrido del desierto, representa sin lugar a
dudas, la construcción más extraordinaria que se conserva del mundo antiguo
(Fig. 51). Con una altura de casi ciento cincuenta metros, cubre con su base un
área de 40 mil metros cuadrados y está compuesta de doscientas hileras de
gigantescas piedras. Cien mil esclavos, en el curso de 30 años,
trabajaron en su edificación, habiendo empleado inicialmente, 10 años en
preparar el camino para el transporte de piedras desde la cantera hasta el
lugar de la construcción, y posteriormente, 20 años en amontonarlas una
sobre otra con ayuda de las máquinas imperfectas de ese tiempo.
Sería extraño que tan colosal construcción hubiese sido erigida con el
único propósito de servir de tumba para los dirigentes del país. Por tal,
razón, algunos investigadores han tratado de descubrir si el misterio de la
pirámide puede revelarse por la relación de sus dimensiones.
Estos tuvieron la suerte, conforme a su juicio, de hallar una serie de
sorprendentes relaciones que atestigua acerca del hecho de que los sacerdotes
directores del trabajo de construcción, poseían profundos conocimientos de
matemática y astronomía, los cuales fueron personificados en las formas de
piedra de la pirámide.
«Cuenta Heródoto (Famoso historiador griego que visitó Egipto durante el
año 300 antes de nuestra era), leemos en el libro del astrónomo francés
Maurais ("Enigmas de la ciencia, 1926. Tomo I), que los sacerdotes egipcios le
revelaron la siguiente relación entre la base lateral de la pirámide y su
altura: el cuadrado formado por la altura de la pirámide, es exactamente igual
al área de cada uno de los triángulos laterales. Esto está completamente sujeto
a las más modernas mediciones. He aquí la demostración de que, en todo tiempo,
la pirámide de Keops se ha considerado como un monumento cuyas proporciones han
sido calculadas matemáticamente.
(
Aporto la demostración más tardía: sabemos que la relación entre la longitud de
la circunferencia y su diámetro es una magnitud constante, bien conocida de los
escolares actuales. Para calcular la longitud de la circunferencia, basta con
multiplicar su diámetro por 3.1416. O sea, por la constante pi (
p
).
Los matemáticos de la antigüedad conocían esta relación solamente en una
forma aproximada y muy burda.
Pero si se suman los cuatro lados de la base de la pirámide, obtenemos para su
perímetro, 931.22 metros. Dividiendo este número entre el doble de la altura (2
´
148.208), tenemos como resultado 3,1416, es decir, la relación de la longitud
de la circunferencia a su diámetro. (Otros autores de tales mediciones de la
pirámide deducen el valor de
p
aún con mayor exactitud: 3.14159. Ya. Perelman
).
Este monumento único en su género, representa en sí, por consiguiente, una
personificación material del número
p
, que ha jugado un papel importante en la historia de la matemática. Como
vemos, los sacerdotes egipcios tenían representaciones exactas conforme a una
serie de cuestiones que se consideran como descubrimientos de siglos
posteriores» (El valor de
p
, con la exactitud que se obtiene aquí, a partir de las relaciones de las
dimensiones de la pirámide, fue conocido por los matemáticos europeos sólo
hasta el siglo XVI.).
Existe aún otra relación más sorprendente: si el lado de la base de la pirámide
se divide entre la duración exacta del año: 365.2422 días, se obtiene
justamente, la diezmillonésima parte del semieje terrestre, con una exactitud
de la cual pudieran sentir envidia los astrónomos modernos.
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Figura 51 ¿Qué misterios matemáticos encierran las pirámides egipcias?
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Además: la altura de la pirámide constituye exactamente la milmillonésima parte
de la distancia de la Tierra al Sol, magnitud que fue conocida por la ciencia
europea solamente a fines del siglo XVIII. Los egipcios de 5,000 años
atrás conocían, como se muestra, lo que no sabían aún ni los contemporáneos de
Galileo y Kepler, ni los científicos de la época de Newton. No es de
extrañar que las investigaciones de este género originaran, en Europa,
una extensa literatura.
Y entre tanto, todo esto no es más que un juego con cifras. El asunto se
presenta con otro aspecto por completo diferente, si se aborda con la
valorización de los resultados de cálculos aproximados.
Consideremos en el mismo orden, los ejemplos que hemos presentado.
-
Sobre el número "Pi". La aritmética de los números aproximados afirma que si en
el resultado de la operación de división deseamos obtener un número con seis
cifras exactas (3.14159), debemos tener tanto en el dividendo como en el
divisor, por lo menos, las mismas cifras exactas. Esto quiere decir, en la
aplicación a la pirámide, que para la obtención de una "Pi" de seis cifras es
necesario medir los lados de la base y la altura de la pirámide con una
exactitud hasta de millonésimos del resultado, es decir, hasta de un milímetro.
El astrónomo Maurais aporta para la altura de la pirámide 148.208 m., lo cual
parece realizado con cuidados de exactitud hasta de 1 mm. ¿Pero quién garantiza
tal exactitud de medición de la pirámide? Recordemos que en los laboratorios
del Instituto de Medidas, en donde se efectúan las mediciones más exactas del
mundo, en la medición de una longitud no pueden superar tal exactitud (en la
medición de una longitud se obtienen solamente 6 cifras exactas). Se comprende,
entonces, qué tanto más burda puede ser la medición realizada de la mole de
piedra en el desierto. En verdad, en los trabajos más exactos de agrimensura
(en la medición de las llamadas "bases") se puede alcanzar en una región, la
misma exactitud que se logra en el laboratorio, es decir, garantizar 6 cifras
en el número. Pero es imposible realizar esto en las condiciones de medición de
la pirámide. Las dimensiones iniciales, verdaderas, de la pirámide, hace mucho
que no existen en la naturaleza, puesto que el revestimiento de la construcción
desapareció, y nadie sabe qué espesor tenía. Para ser escrupulosos, es
necesario tomar las medidas de la pirámide en metros cerrados; y entonces se
obtiene una
p
bastante burda, no más exacta que la que es conocida del papiro matemático de
Rhind. Si la pirámide efectivamente es una personificación pétrea del número
p
, entonces esta personificación, como vemos, está lejos de ser perfecta. Pero
es completamente admisible que la pirámide esté construida totalmente ajena a
esta relación. Dentro de los límites de los números aproximados de tres cifras
para las dimensiones de la pirámide, caben muy bien otras suposiciones. Es
posible, por ejemplo, que para la altura de la pirámide fuese tomado 2/3 del
filo de la pirámide o 2/3 de la diagonal de su base. También es completamente
admisible la relación que fue indicada por Heródoto: que la altura de la
pirámide es la raíz cuadrada del área de una cara lateral. Todas estas
suposiciones son tan probables, como la "hipótesis de
p
".
-
La siguiente afirmación se refiere a la duración del año y a la longitud
del radio terrestre: si se divide el lado de la base de la pirámide entre la
duración exacta del año (un número de siete cifras), obtenemos
exactamente una diezmillonésima parte del eje terrestre (un número de 5
cifras). Pero como ya sabemos que en el dividendo tenemos no más de tres cifras
exactas, entonces es claro que a cualquier precio, los 7 y 5 signos que se
tienen aquí, están en el divisor y en el cociente. La aritmética, en este caso,
se responsabiliza solamente por tres cifras en la duración del año y en
el radio terrestre. El año de 365 días y el radio terrestre de cerca de
6400 kilómetros, son los números sobre los que tenernos derecho a hablar aquí.
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Por lo que toca a la distancia de la Tierra al Sol, existe un malentendido de
otro tipo, Es extraño inclusive, cómo los partidarios de esta teoría no
han podido notar aquí, un error lógico admitido por ellos. En efecto, si como
ellos afirman, un lado de la pirámide constituye una parte conocida del radio
terrestre, y la altura una parte conocida de la base, entonces, ya no es
posible decir que la misma altura constituye una determinada parte de la
distancia hasta el Sol. Es, algo de una o de otra. Y si casualmente aquí se
descubre una correspondencia interesante entre ambas longitudes, entonces ella
siempre ha existido en nuestro sistema planetario; y en esto no puede haber
mérito alguno de los sacerdotes.
Los partidarios de la teoría considerada van aun más lejos: afirman que la masa
de la pirámide constituye exactamente una milcuatrillonésima parte de la masa
de la esfera terrestre. Esta relación, conforme a su opinión, no puede ser
casual, y testimonia sobre el hecho de que los antiguos sacerdotes egipcios
conocían, no solamente las dimensiones geométricas de nuestro planeta, sino que
mucho tiempo antes de Newton y Cavendish calcularon su masa, "pesaron" la
esfera terrestre.
Aquí existe la misma falta de lógica que en el ejemplo considerado de la
distancia de la Tierra al Sol. Es completamente absurdo decir que la masa de la
pirámide está "elegida" en una correspondencia determinada con la masa de la
esfera terrestre. La masa de la pirámide se determina desde aquel momento en
que sea elegido su material y fijadas las dimensiones, de su base y de su
altura. No es posible ajustarse simultáneamente a la altura de la pirámide, con
una base que constituya una determinada parte del radio terrestre, y que
independientemente de ello, se ponga a su masa en relación con la masa de la
Tierra. Una se determina por la otra. En ese caso, deberán ser eliminados todos
los pensamientos anteriores sobre el conocimiento que de la masa de la esfera
terrestre poseían los egipcios. Esto no es más, que un equilibrismo numérico.
Operando hábilmente con los números, apoyándose en coincidencias casuales, se
puede demostrar, quizás, todo lo que se desee.
Vemos sobre qué bases tan vacilantes reposa la leyenda referente a la
inconcebible sabiduría de los sacerdotes arquitectos de la pirámide. Al mismo
tiempo, tenemos aquí precisamente una clara demostración de las ventajas de esa
rama de la aritmética que se ocupa de los números aproximados.
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2. Números Aproximados
A quien desconozca las reglas de las operaciones con los números aproximados,
probablemente le será interesante el ponerse al corriente de ellas brevemente,
tanto más que el conocimiento de estos sencillos métodos se muestra
prácticamente útil, economizando trabajo y tiempo en los cálculos.
Aclaremos, ante todo, qué es un "número aproximado" y de dónde se obtienen
tales números.
Los datos, que intervienen en los cálculos técnicos, se obtienen por medio de
la medición. Pero ninguna medición puede ser efectuada en una forma
completamente exacta. En principio, inclusive las propias medidas que se
emplean para las mediciones, habitualmente encierran en sí un error. Fabricar
reglas métricas, pesas de kilogramos, botellas de un litro es bastante difícil,
y la ley admite en su fabricación un cierto error. Por ejemplo, en la
fabricación de una regla métrica, por ley, se admite un error hasta de un
milímetro; para una cadena o cinta decamétrica para agrimensura hasta 1
centímetro; para una pesa de un kilogramo, hasta 1 gramo; (Además del error en
las pesas, la ley admite también el error en el dispositivo de los pesos, que
alcanza, en los pesos de masa, hasta 1 gramo por cada kilogramo de carga
pesada.) para juegos de pesas pequeñas, de 1 gramo, hasta, 0.01 de
gramo; para una botella de un litro, hasta 5 cm
3
.
Además, la realización de la medición también introduce inexactitudes.
Supóngase que se mide una distancia cualquiera, por ejemplo, el ancho de una
calle. La medida, el metro, se comprende en su anchura supongamos, 13 veces, y
queda aún una parte menor que un metro. Se puede decir que la anchura de la
calle es de 13 metros; sin embargo ella es igual a 13 metros completos y
todavía un cierto número de partes decimales, centesimales, etc. del metro, las
cuales no se tomaron en cuenta. Por consiguiente, el resultado de nuestra
medición se puede expresar así:
anchura de la calle = 13. ? ? ? metros,
en donde los signos de interrogación denotan cifras desconocidas, de fracciones
decimales, centesimales, etc.
Si se deseara medir la anchura de la calle más exactamente, se sabe cuántos
decímetros (décimas partes de un metro) se contienen en la parte que queda.
Supongamos que los decímetros que se contienen sean 8 y que aún exista un
cierto residuo menor que un decímetro. El resultado de la, nueva medición, 13.8
m., será más exacta que la anterior, pero tampoco es estrictamente exacta,
porque además de los 8 décimos del metro, en la anchura de la calle se contiene
aún un cierto número desconocido para nosotros de partes centesimales,
milesimales, etc. del metro. Por consiguiente, el resultado más exacto obtenido
ahora, lo podemos expresar así
13.8?? metros.
En una medición más cuidadosa se toman en cuenta las centésimas partes
(centímetros) de un metro, en la parte que queda; pero se desprecia el resto
menor que un centímetro; en ese caso, tampoco este resultado será absolutamente
exacto. En general, como no se mide con exactitud, no se puede asegurar
firmemente que después de la última cifra obtenida, no se encuentren aún otras
desconocidas por uno.
El hecho, naturalmente, no se modifica en absoluto, en virtud de que, en las
mediciones los residuos mayores que la mitad de la unidad de medida,
habitualmente se consideran como enteros. Si en la primera medición de la
calle, hubiésemos considerado su anchura no como de 13 metros, sino de 14, esto
también hubiera sido solamente un resultado aproximado. Se le podría expresar
en la siguiente forma
14.??? metros,
donde los signos de interrogación denotan cifras negativas (es decir, indican
en cuantas décimas, centésimas, etc. partes, es mayor el número 14 que la
verdadera anchura de la calle).
Así, el resultado inclusive de una medición cuidadosa no puede considerarse
como absolutamente exacto: él expresa la verdadera cantidad sólo más o menos
aproximadamente. Tales números se llaman aproximados.
La aritmética de los números aproximados no coincide totalmente con la
aritmética de los números exactos. Mostremos esta diferencia en un ejemplo.
Se requiere calcular el área de una sección rectangular, cuya longitud y
anchura son respectivamente, 68 m y 42 m. Si Los números 68 y 42 fueran
exactos, el área de la sección sería exactamente igual a
68
´
42 = 2856 m
2
.
Pero los números 68 y 42 no son exactos, sino aproximados: en la longitud no
hay exactamente 68 m, sino un poco más o menos, puesto que es improbable que el
metro esté comprendido en ella, exactamente 68 veces. Pues también es muy poco
probable que la propia longitud de la regla métrica sea igual a l m. Podemos,
en conformidad con lo anterior, expresar la longitud de la sección, en metros,
así:
68.?
En forma semejante, la anchura de la sección la expresamos por
42. ?
Realicemos ahora, la multiplicación de los números aproximados:
68.?
´
42.?
La realización de la operación es evidente del siguiente esquema
Vemos que la cuarta cifra (de izquierda a derecha) del resultado nos es
desconocida: ella deberá obtenerse de la adición de las tres cifras (? + 6 +
?), de las cuales dos son desconocidas. La tercera cifra del resultado también
es incierta: nosotros escribimos 5, pero de la adición de la columna ? + 6 + ?
se puede obtener un número mayor que 10 e inclusive que 20; en ese caso, en
lugar de 5 puede resultar un 6 ó un 7. Las dos primera cifras (28) del
resultarlo son sólo las completamente seguras. Por tal razón, deseando ser
escrupulosos, deberemos afirmar sólo que el área buscada contiene cerca de 28
cientos de metros cuadrados. Las cifras de las decenas y de las unidades en el
número de metros cuadrados, nos son desconocidas.
Así, la respuesta correcta a la cuestión del problema es 2800, y los ceros
denotan aquí, no una ausencia a ciencia cierta de las unidades de los
correspondientes órdenes, sino sólo una ausencia de conocimientos seguros sobre
ellas. Hablando en otra forma, los ceros denotan, lo mismo que los signos de
interrogación en las notaciones precedentes.
Es erróneo pensar que la respuesta 2856, obtenida conforme las reglas de la
aritmética de los números exactos, es más correcta que la respuesta 2800, pues
hemos visto que las últimas dos cifras (56) del resultado no eran dignas de
confianza: no es posible dar garantía por ellas. La respuesta 2800 es
preferible a 2856, porque no induce al error: ella afirma directamente que sólo
son ciertas las cifras 2 y 8 en el lugar de los millares y de las, centenas, y
que las cifras que van después, son desconocidas. La repuesta 2856 es
engañosa: sugiere el pensamiento incorrecto de que las últimas dos
cifras son tan seguras, como las dos primeras.
«Es deshonesto escribir más cifras que aquellas por las cuales se puede dar
garantía... Yo, con mucho pesar, reconozco que muchos de tales números que
conducen a erróneas representaciones, se encuentran en las mejores obras sobre
las máquinas de vapor. . . Cuando yo estudiaba en el colegio, nos informaron
que la distancia media de la Tierra al Sol es de 95 192 357 millas inglesas
(Una milla inglesa es igual a 1852 m.). Me sorprendí porque no se citaban aún,
cuántos pies y pulgadas más. Las mediciones actuales más exactas, afirman
solamente que esta distancia es no mayor que 93 y no menor que 92.5 millones de
millas» escribió a este propósito el matemático inglés Perri.
Así, en los cálculos con números aproximados es necesario tomar en cuenta, no
todas las cifras del resultado, sino solamente algunas. Hablaremos
especialmente sobre cuáles cifras son las que conviene conservar en estos
casos, y cuáles substituir por ceros. En principio nos detendremos sobre la
forma en que es necesario redondear un número.
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3. Redondeo de Números
El redondeo de un número consiste en que una o varias de sus cifras finales (de
izquierda a derecha se consideran los números) se substituyen por ceros. Puesto
que los ceros que se hallan después del punto no tienen valor, entonces se les
deja de lado completamente. Por ejemplo:
los números
3734
5.314
0.00731
|
se redondea a
3730 ó 3700
5.31 ó 5.3
0.0073 ó 0.007
|
Si la primera de las cifras eliminadas en el redondeo es un 6, o mayor que
seis, la cifra precedente se aumenta en una unidad. Por ejemplo:
los números
4867
5989
3.666
|
se redondea a
4870 ó 4900
5990 ó 6000
3.67 ó 3.7
|
Se procede igual si se elimina la cifra 5 con las cifras significativas después
de ella. Por ejemplo:
los números
4552
38.1506
|
se redondea a
4600
38.2
|
Pero si se elimina sólo la cifra 5, entonces el aumentar una unidad la cifra
precedente se condiciona únicamente a cuando ella es impar: una cifra par se
deja sin modificación. Por ejemplo:
los números
735
8645
37.65
0.0275
70.5
|
se redondea a
740
8640
37.6
0.028
70 (El cero se considera como
una cifra par)
|
En la elaboración de los resultados de las operaciones con números aproximados
se observan las mismas reglas de "redondeo".
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4. Cifras Significativas y No Significativas
En el estudio de los cálculos aproximados se entienden por cifras
significativas, todas las cifras excepto el cero, y también el cero en caso de
que se halle entre otras cifras significativas. Así, en los números 3700 y
0.0062 todos los ceros son cifras no significativas; en los números 105 y 2006
los ceros son significativos. En el número 0.0708 los dos primeros ceros son no
significativos, el tercer cero es una cifra significativa.
En ciertos casos, un cero significativo puede hallarse también al final del
número: por ejemplo, redondeando el número 2.540002 obtenemos, el número
2.54000, en el que todos los ceros del final son significativos, puesto que
indican a ciencia cierta la ausencia de unidades en los correspondientes
órdenes. Por esta razón, si en las condiciones de un problema o en una tabla
encontramos el número 4.0 ó el 0.80, éstos; se deberán considerar como de dos
cifras. Redondeando el número 289.9 a 290, obtenemos también al final un cero
significativo.
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5. Adición y Substracción de Números Aproximados
El resultado de la adición o substracción de los números aproximados no deberá
finalizar con cifras significativas si en ciertos órdenes de uno de los números
dados, no existen aquellas. Si se obtienen tales cifras, conviene eliminarlas
por medio del "redondeo"
|
|
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(y no 3675)
|
(y no 283.15)
|
(y no 175.84)
|
No es difícil entender la base de esta regla. Supóngase que se requiere agregar
275 m. a 3400 m. En el número 3400, es evidente que se desprecian las decenas
de metros; es claro que añadiendo a este número 2 centenas de metros, 7
decenas de metros y todavía 5 m. más, obtenemos como suma, no 3675 m., sino el
resultado total más próximo, con otras cifras en el lugar de las decenas y de
las unidades. Por tal razón, en el lugar de las decenas y de las unidades
escribimos, en la suma, ceros que, en el caso dado, indican que al calculista
le son desconocidas las cifras que ahí deberían hallarse.
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6. Multiplicación, División y Elevación a una Potencia de los Números
Aproximados
El resultado de la multiplicación y también de la división de números
aproximados, no deberá contener más cifras significativas que las que se tienen
en el dato más breve. (De dos números el más "breve o corto" es aquel que
contiene menos cifras significativas). Las cifras excedentes se substituyen por
ceros.
Ejemplos:
37
´
245 =9100 (y no 9065)
57.8 : 3.2 = 18 (y no 18.06)
25:3.14 = 8.0 (y no 7,961).
En el recuento del número de cifras no se pone atención en el punto: así, 4.57
es un número de tres cifras, etc.
El número de cifras significativas de la potencia de un número aproximado, no
deberá superar al número de cifras contenidas en la base de la potencia. Las
cifras excedentes se substituyen por ceros.
Ejemplos:
157
2
= 24 600 (y no 24 649);
5.81
3
= 196 ( y no 196.122941).
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7. Aplicación en la Practica
Estas reglas se relacionan solamente con los resultados finales. Si con la
realización de una operación, el cálculo aún no finaliza, entonces en el
resultado de esta operación intermedia se conserva una cifra significativa más
que lo que requiere la regla. Efectuando, por ejemplo, el cálculo
36
´
1.4 = 3.4
se procede así:
36
´
1.4 = 50.4
(se conserva no dos, sino tres cifras); 50.4 : 3.4 = 15.
En cálculos técnicos sencillos, las reglas indicadas arriba pueden ser, en casi
todos los casos, aplicadas en la siguiente forma simplificada. Antes de
calcular se establece, conforme al número de cifras del dato más breve, cuántas
cifras certeras puede contener el resultado final. Cuando esto se haya
establecido, se procede a efectuar los cálculos y en todos los cálculos
intermedios se conserva una cifra más que lo establecido para el resultado
final. Si, por ejemplo, en las condiciones de un problema son dados algunos
números de tres cifras y uno de dos, el resultado final tendrá dos cifras
certeras, y los resultados intermedios será necesario tomarlos de tres cifras.
De suerte que todas las reglas de los cálculos aproximados, en la realización
de cálculos, pueden reducirse a las dos siguientes:
-
Se establecen cuántas cifras significativas existen en el, más breve de los
datos del problema: las mismas cifras significativas deberán conservarse en el
resultado final.
-
en los resultados de todos los cálculos intermedios se conserva una cifra más
que lo establecido para el resultado final.
Las otras cifras, en todos los casos, se substituyen por ceros o se eliminan
conforme las reglas de "redondeo".
Estas reglas no son aplicables a aquellos problemas (que se encuentran muy rara
vez) para cuya solución es necesario efectuar sólo operaciones de adición y
substracción. En tales casos se siguen otras reglas:
-
El resultado final no deberá tener cifras significativas en aquellos órdenes
que no existan, aunque sólo sea en uno de los datos aproximados.
-
En los resultados intermedios es necesario conservar una cifra significativa
más, que lo establecido para el final.
Si, por ejemplo, los datos de un problema, son 37.5 m. 18.5.64 m, 0.6725 m,
y para la resolución se necesita restar el primer número de la suma de los
otros, entonces en la suma
185.69 + 0.6725 = 186.3125,
como resultado intermedio, se elimina la última cifra (es decir, se conserva
186.312), y en la diferencia
186.312 - 37.5 = 148.812
como resultado final, se conserva sólo 148.8.
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8. Ahorro de Trabajo de Cálculo
¿ Cómo valorizar cuánto trabajo de cálculo economizamos, empleando los métodos
desarrollados? Para esto es necesario que cualquier cálculo complicado se
efectúe doble: una vez, conforme a las reglas aritméticas ordinarias; la otra,
aproximadamente. Y después, contar pacientemente cuantas veces llegamos, en
ambos casos, a sumar, restar y multiplicar las cifras aisladas. Resulta que el
cálculo aproximado requiere de tales operaciones elementales 2 1/2 veces menos,
que el "exacto". Los perjuicios para la justeza resulta un motivo superfluo
para motivar un error.
De suerte que los cálculos aproximados requieren cerca de 2 1/2 veces menos
tiempo que los cálculos conforme a las reglas habituales. Pero el ahorro de
tiempo no es la única ventaja. Cada operación superflua de cálculo, cada caso
superflua de adición, substracción o multiplicación de cifras, resulta un
motivo superfluo para motivar un error. La probabilidad de errar en los
cálculos aproximados es 2 1/2 veces menor que en los "exactos". Y el precio de
que se yerre es, efectuar el cálculo de nuevo sino totalmente por lo menos en
parte. En tal caso, el ahorro de trabajo y tiempo en los cálculos aproximados
se obtiene, mayor que 2 1/2 veces. El tiempo gastado en el conocimiento de
ellos, se retribuye rápida y generosamente.
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9. Curiosidades Aritméticas
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