DECLARACIÓN DE GUERRA:
 
 
MATAR A PERSONAS PARA SALVAR A ANIMALES Y PRESERVAR EL MEDIO AMBIENTE
 
PUBLICACIÓN COMPLETA DISPONIBLE EN PAPEL RECICLADO Y EN CD ROM
193 Páginas - Papel Reciclado
Con Notas del Traductor, Bibliografía y El Opúsculo Un Deber Desatendido

 

  Nota importante Sobre La Traducción del Título

Índice
Prefacio: Un Mensaje Desde La Clandestinidad
Renuncia Importante
Capítulo Primero: Los Libertadores




 © Screaming (Wolf), 1991.
 
 © Traducción, Notas (*) y Apéndice, Frugiwarrior (Deo gratias), 1995.
 © ed. cast.: Ediciones Futuro Frugívoro, 1995.
 © Ediciones Futuro Frugívoro
MCMXCV

NOTA IMPORTANTE SOBRE LA TRADUCCIÓN DEL TÍTULO

El título original de la obra es A Declaration Of War: Killing People To Save Animals And The Environment. El traductor, atento a la máxima latina de que en toda traducción es preciso "sensum se sensu, non verbum exprimere de verbo", es decir, que se debe traducir el sentido de lo que el autor quiere expresar y no realizar una versión palabra por palabra del texto, hubo de leer y traducir el manuscrito por completo antes de poder reflejar en castellano el contenido de la manera más literal posible.  Y en el caso del título del libro esa labor se tornó si se quiere incluso más ardua, teniendo en cuenta las múltiples connotaciones filosóficas y políticas que se desprenden de él.

En ese sentido, conviene dejar claras varias cuestiones:

En primer lugar, la palabra "people", que literalmente significa "gente" en castellano, se optó por traducir por "personas", y ello por una razón fundamental: de la lectura de la obra llegamos a la conclusión de que en ella se habla de matar a personas de manera selectiva y no indiscriminada, por lo que el empleo del vocablo "gente" resulta impreciso, ya que dentro de este grupo podríamos incluir a los humanos discapacitados psíquicos, que desde un punto de vista estricto no serían "personas", pues no desempeñan un papel normal en la sociedad y por lo tanto no son responsables de los crímenes atribuibles a los sujetos activos, también llamados "personas", término dentro del cual algunos pensadores de la moderna filosofía de la Liberación Animal, como Singer, han llegado a sugerir que podríamos incluir a algunos simios que han podido comunicarse con investigadores humanos mediante un lenguaje de símbolos y signos, y que tendrían un grado de inteligencia que los colocaría por encima de algunos humanos discapacitados, aunque para poder denominarlos "personas" y poder ser objetivo de los libertadores tendríamos que establecer si realmente son responsables de los daños que eventualmente pudieran ocasionar a otros animales, por lo que en opinión del traductor "people" se referiría exclusivamente a las personas humanas responsables de sus acciones, y de ningún modo a la gente en sentido abstracto, general y difuso.

En segundo lugar, el autor no quiere decir que se deba matar a todas las personas sin discriminación, y por lo tanto "Matar a las Personas" sería evidentemente una versión absurda. El sentido parece evidente; se trataría de eliminar a algunos miembros de la especie humana con objeto de conseguir los fines políticos descritos. En consecuencia, y teniendo en cuenta que debemos reflejar ese sentido manifiesto, lo más correcto es traducir como "Matar a Personas"; ahora bien, ¿Por qué incluir esa "a", y no decir simplemente "Matar Personas", ya que "personas" es el objeto directo del verbo "matar"? Por una sencilla razón: la "a" introduce un matiz concretizador en el significado definitivo e irreparable del acto de "matar", y sugiere una mayor discrimación a la hora de aplicarlo en la realidad, con lo que llama a la reflexión y a la cautela que ha de estar presente cuando siquiera pensamos en una acción tan relevante como la que se propone.

Algo similar ocurre con la expresión "Salvar a Animales". La conclusión del autor en la obra es que no es posible salvar a todos los animales, ni aunque empleemos los medios drásticos sugeridos. Por lo tanto, "Salvar a los animales" sería una traducción incorrecta de la expresión y, de nuevo, la "a", si bien hacemos que acompañe a "animales", que es un objeto directo del verbo "salvar", contribuye asimismo a destacar y discriminar cada acto de salvación y a darle una importancia individual que ha de llevar al lector a la conclusión de que aunque no sea posible "salvar a los animales" (es decir, "a todos los animales") matando a personas concretas, si es posible "salvar" a algunos "matando a "algunos": en ambos casos esta clara a nuestro entender la delimitación de los significados. Además, e insistiendo en la justificación del empleo de la "a" precediendo a los objetos directos, una traducción del estilo "Matar Personas para Salvar Animales" sería más propia de la intervención de un indio en alguna antigua "película del oeste" (western) que de un titular de prensa o una conversación de nuestros días.
 
Por último, y en cuanto a  la introducción del término "preservar", que no aparece en el original, es necesario resaltar que es debida a dos motivos. Por un lado, aporta una cierta cordura y racionalidad a un título que en otro caso resultaría un tanto chocante o desagradable por la inclusión del término "matar" y, por otra parte, evita la unión de dos objetos directos "animales" y "el medio ambiente" sin interrupción, lo cual podría a dar lugar a dificultades en la comprensión del lector o a una nueva expresión "western" del estilo: "Matar a Personas para Salvar a Animales y El Medio Ambiente".

Estamos, no obstante, dispuestos a admitir críticas y sugerencias para futuras ediciones.

© El traductor, MMII.

Índice

Prefacio
UN MENSAJE DESDE LA CLANDESTINIDAD  1

DECLARACIÓN DE GUERRA:
MATAR A PERSONAS PARA SALVAR A ANIMALES
Y PRESERVAR EL MEDIO AMBIENTE 5

RENUNCIA IMPORTANTE 5
 
Capítulo Uno
LOS LIBERTADORES 7

Capítulo Dos
ESTE MUNDO ESTÁ HECHO PARA TODOS LOS SERES   19

Capítulo Tres
HOMO DESTRUCTUS   31

Capítulo Cuatro
EL HOLOCAUSTO COTIDIANO   53

Capítulo Cinco
EL MITO DE LA NO-VIOLENCIA   71

Capítulo Seis
UN TIEMPO PARA LA GUERRA   95

Capítulo Siete
ENCONTRAR PAZ EN TIEMPOS DE GUERRA 117

ACERCA DEL AUTOR 128

NOTA DEL TRADUCTOR 129

APÉNDICE 131

LA OBRA 135

UN DEBER DESATENDIDO 141

1. LA REALIDAD DE LA VIOLENCIA 141
2. LAS MOTIVACIONES "PACIFISTAS" 149
3. UN CRIMEN COLECTIVO, UNA GUERRA JUSTA 164

BIBLIOGRAFÍA    185 
     

 

Prefacio

UN MENSAJE DESDE LA CLANDESTINIDAD

Mi marido y yo somos activistas por los derechos de los animales. Durante los pasados diez años hemos permanecido en las trincheras luchando por los animales. Pero siempre hemos luchado legalmente. Hemos utilizado el sistema hasta el máximo, coordinando diversas campañas educativas, legislativas y jurídicas. Si alguien nos hubiera preguntado qué opinábamos sobre nuestra labor, le habríamos dicho que nuestro combate en favor de los derechos de los animales y de un mundo más humano estaba finalmente llegando a ser importante y satisfactorio. Creíamos realmente que nuestro mensaje estaba comenzando a ser escuchado. Sin embargo, la mañana del 18 de Enero de 1991 nuestras vidas cambiaron totalmente.

Entre nuestra correspondencia había un pequeño paquete sin remite. En su interior había un disquete de ordenador. No aparecía ninguna explicación sobre el propósito de este disquete, ni sobre su remitente. Examinamos el matasellos del sobre, pero estaba borroso e ilegible. Al carecer de indicios acerca de su contenido, decidimos insertarlo en nuestro ordenador y ver lo que contenía. En el disquete había un archivo denominado Declaración de Guerra. Abrimos el archivo y apareció el siguiente mensaje:  

"Este manuscrito explica la filosofía de un grupo de individuos de todo el mundo que se autodenominan "Libertadores". Ellos creen que es necesaria una revolución para liberar a los animales y, si es preciso, para matar a sus opresores. Afirman que una acción tan extrema es esencial para impedir la destrucción del planeta y poner fin al sufrimiento de los animales causado por los humanos. Creen que nada, excepto un total derrocamiento de este sistema, liberará a nuestros hermanos y hermanas. Por favor, compréndase que esta "Declaración de Guerra" se publica para que todo el mundo la lea y la entienda.
                                               
Firmado--Screaming Wolf"

Nuestra curiosidad nos mantuvo pegados al ordenador durante las horas posteriores, mientras leíamos este audaz manuscrito. Cuando terminamos, nos inquietamos enormemente. Nos preguntamos qué tipo de persona podía ser responsable de ello. Al principio, no podíamos entender por qué habíamos sido escogidos como los receptores de esta "Declaración de Guerra". Después de pensarlo bien, llegamos a la conclusión de que era a causa de algunas similitudes en nuestras filosofías personales. Nosotros, también, vemos a los humanos como la fuerza destructiva del mundo. Creemos que este planeta no fue puesto aquí para que los humanos lo explotaran, y la naturaleza y los otros animales, no humanos, están en el centro de nuestro pensamiento moral.

Pero, ¿qué significaba esa mención de matar a los opresores? Nosotros nunca promovimos ni defendimos la violencia. ¿Por qué decidió Screaming Wolf contactar con nosotros? La respuesta a esta pregunta es todavía un misterio. Pero la razón de nuestra elección es una cuestión discutible. Hemos sido elegidos y ahora tenemos que ocuparnos de este aterrador manuscrito.

Screaming Wolf explica la razón por la que los "Libertadores" sienten que tienen que declarar una guerra a la sociedad. Suponemos que muchos activistas de los movimientos en favor de los derechos de los animales y medioambientales estarán de acuerdo con mucho de lo que los "Libertadores" tienen que decir, pero rara vez confesarían estas profundas e inquietantes reflexiones, ni siquiera a sí mismos. Sentimientos de frustración, sentimientos de alienación, sentimientos de amor y odio y de ira y miedo -- todos éstos, y más, son comunes a todos los que trabajamos dentro del sistema por un cambio.

Sin embargo, los "Libertadores" van más allá de estos sentimientos, y describen acciones reales o propuestas: acciones que el público inmediatamente calificará de terrorismo; acciones que los "Libertadores" defienden como heroísmo. Según Screaming Wolf, que aparentemente es un portavoz de estos "Libertadores", estos terroristas son una división del F.L.A. (Frente de Liberación Animal). Este grupo ha reivindicado su responsabilidad en la entrada en laboratorios y en granjas industriales, rescatando a animales y causando daños materiales. Sin embargo, el F.L.A. ha mantenido un compromiso de no violencia hacia todos los seres vivos, incluyendo a los humanos. Los libertadores, según Screaming Wolf, han decidido poner fin a su compromiso de no-violencia hacia la vida humana. Estas personas creen realmente que la violencia contra humanos es el único modo de marcar una diferencia real por los animales.

Después de leer este manuscrito, nuestra ansiedad y nuestro miedo nos impulsaban a tirarlo a la basura, Estábamos buscando cualquier excusa para olvidar lo que acabábamos de leer. No obstante, decidimos que el mensaje de Screaming Wolf es demasiado importante para simplemente desecharlo. La gente tiene que saber lo que piensan los "Libertadores", y puede llegar a sus propias conclusiones sobre lo que significa, lo que piensa sobre ello, y lo que quiere hacer al respecto.

Sabemos que publicar un libro como éste es arriesgado, a pesar de los supuestos derechos de libertad de prensa de la Primera Enmienda. En este país se permite a las personas comprar y llevar armas, pero no anunciar una llamada a las armas. Suponemos que algunas personas interpretarán nuestra publicación de este libro como una aprobación de la violencia, a pesar de nuestras renuncias en sentido contrario. Investigamos las leyes relativas a la publicación de literatura referente al terrorismo y comprendimos enseguida que el riesgo al publicar este libro es real. Sospechamos que seremos atacados con docenas de pleitos, y probablemente también con amenazas de muerte. Como declaró un abogado, nuestra publicación de este libro puede ser totalmente defendible desde el punto de vista legal, pero lo más probable es que tengamos que comprobar ese hecho a lo largo de la próxima década, lo que nos costará una fortuna en cuotas legales, y nos obligará a consumir nuestra energía y nuestro tiempo peleando contra el sistema legal.

La situación, tal y como lo vemos, es que hemos sido los receptores de un manuscrito que describe a un grupo terrorista de personas que declara la guerra a los humanos para salvar a animales y preservar el medio ambiente. Si ignoramos el manuscrito, el público no conocerá esta amenaza a su seguridad. La gente necesita saber que los "Libertadores" existen. También creemos que toda persona que confíe en el trabajo dentro del sistema precisa tomar parte en un diálogo abierto y honesto acerca de todos los modos de ver un problema y sus posibles soluciones, incluyendo la solución ofrecida por los "Libertadores". Esto es aplicable a los activistas y a quienes están dentro del statu quo. El mensaje de los "Libertadores" afecta a todas estas personas.
 
Decidimos, por consiguiente, que tenemos que aceptar la responsabilidad de publicar este manuscrito. En el nombre de la verdad y de la honestidad, la gente tiene que escuchar este mensaje de los "Libertadores".
 
Con la intención de protegernos de una persecución criminal, nosotros, los editores, quisiéramos realizar la siguiente renuncia directa. Nosotros no aprobamos ni apoyamos ninguna de las actividades ilegales o terroristas descritas por Screaming Wolf o por los "Libertadores". Presentamos este libro solamente con propósitos informativos.

El manuscrito completo de Screaming Wolf podría haber sido entrecomillado desde la primera palabra hasta la última, ya que todo lo que sigue a este prefacio son las palabras de un hombre o de una mujer y su presentación de la postura "Libertadora". Hemos descartado el uso de tales comillas con objeto de mantener la claridad.

Este libro ofrece una perspectiva del mundo del terrorismo por la liberación animal. Sospechamos que la vida y el mensaje de un "Libertador" serán difíciles de entender para la mayoría de las personas. Pero creemos que el público tiene derecho a disponer de esta información. Después de todo, si los "Libertadores" continúan llevando a cabo sus tácticas, puede ser una cuestión de vida o muerte.

Los Editores
Febrero, 1991.

 

DECLARACIÓN DE GUERRA:

MATAR A PERSONAS PARA SALVAR A ANIMALES

Y PRESERVAR EL MEDIO AMBIENTE

COPYRIGHT 1991 POR SCREAMING WOLF
RENUNCIA IMPORTANTE
Este libro describe las opiniones y las creencias de un grupo de personas que fueron en otro tiempo miembros del Frente de Liberación Animal. Ellos han abandonado el Frente de Liberación Animal y ahora apoyan el uso de la violencia contra humanos para salvar a animales. Es mi comprensión, la de Screaming Wolf, de que la ley considera que los animales son una propiedad, no personas. Solamente las personas están protegidas por la ley. Matar a personas para salvar a animales, por tanto, sería completamente inaceptable e injustificable bajo las leyes de esta tierra. Me han dicho que es ilegal apoyar al terrorismo contra humanos en el nombre de la puesta en libertad de animales.

Yo, Screaming Wolf, nunca cometería un acto ilegal ni animaría a otros a cometerlo.

El lector perspicaz puede encontrar fragmentos en los que estoy claramente de acuerdo con los libertadores, particularmente acerca de la naturaleza humana y de la naturaleza de las sociedades. Sin embargo, todas las declaraciones que parezcan terroristas, incluso remotamente, son de los libertadores, no mías.

 

Capítulo Primero

LOS LIBERTADORES

 

¿Quiénes son los libertadores? ¿Qué acontecimientos han transformado a estos compasivos defensores de los animales en terroristas?

La razón que me ha impulsado a escribir este libro es permitir al público saber por qué existen grupos como el Frente de Liberación Animal, o F.L.A., y los ecosaboteadores. ¿Qué es posible que posea a las personas que pueda llegar a ser tan extremo que les haga desear comprometerse en actividades terroristas por la causa de salvar a animales y preservar el planeta en el que viven?

Los explotadores de animales ya han sentido el efecto de acciones dirigidas contra la propiedad. Los ataques del F.L.A. son notorios por su éxito en la liberación de animales, destruyendo la propiedad utilizada en la explotación de animales y manteniendo una posición de no-violencia hacia toda forma de vida, incluyendo a los humanos. Un incendio en la Universidad de Davis destruyó un edificio inacabado de experimentación animal, causando casi 5 millones de dólares en daños.

Sin embargo, los extremistas están extendiendo tales actividades, de destruir las propiedades usadas en el asesinato y tortura de animales, a atacar a las causas reales de la explotación-las personas.

Este asunto es claramente importante, dado el reciente atentado con bomba en el vehículo de un vivisector ocurrido en Inglaterra. Estas actividades han comenzado en los Estados Unidos con la tentativa de asesinato del presidente de la Corporación Quirúrgica de los EE.UU., una empresa que prueba productos quirúrgicos en perros. Y algunos eco-saboteadores llevan a cabo actos igualmente extremos para poner fin a lo que ellos consideran una violación del planeta por parte de las compañías madereras, las compañías mineras y otros explotadores de los "recursos naturales".

Tengo que explicar sobre qué no trata este libro. Esto no es un intento para convencerte de por qué los animales deberían obtener un respeto de su libertad. Los libertadores no creen que alguien pueda emplear palabras para convencer a otros de principios morales, como se explica más adelante. O crees que todos somos animales con un mismo deseo de vivir y que los animales humanos tienen que respetar esos deseos; o crees que los humanos son no-animales, seres especiales que tienen todo el derecho a usar a otros como les plazca.

Los libertadores piensan que un humano no tiene un mayor deseo de vivir que un topo o una corvina. Creen que los humanos son la forma de vida más baja, y que el mundo sería un lugar mucho mejor y más pacífico sin ellos. Si estás de acuerdo con esta postura, entonces te encantará este libro.

Si opinas que los humanos son la especie elegida o el punto más alto de la evolución biológica, y que de algún modo esto les da derecho a explotar a otras criaturas, entonces este libro es importante para ti también. Te permitirá saber que eres un objetivo para los libertadores de animales. Cada vez que abuses de otra criatura, mira a tu espalda. Por medio de los libertadores, ahora los animales van a contraatacar.

Hay algunos de vosotros que os colocáis en medio de estas posiciones extremas. Creéis que los animales deberían recibir un buen trato, pero todavía seguís poniendo a los humanos en un trono. En un conflicto entre vuestra empatía y vuestra necesidad de control, actuáis con moderación. Intentáis calmar a los defensores extremistas de los animales, apelando a la no-violencia y al diálogo; y tratáis de aumentar la sensibilidad de los explotadores de animales, demandando jaulas más grandes y "una matanza humanitaria". Encontraréis este libro inquietante. Según los libertadores, no hay lugar para la moderación y la transigencia cuando se trata de principios morales comprometidos con la vida y la muerte. Y los libertadores están comprometidos con la vida y la muerte.

Para dar al lector una idea de qué tipo de personas son estos libertadores, voy a describir el proceso de transformación de un individuo corriente en un libertador.

Hubo un tiempo en la vida de los libertadores en el que habrían matado a un animal para salvar a un humano. Y no habrían reflexionado en absoluto sobre los madereros que construyen carreteras hacia una tierra virgen.

Durante un tiempo, ni siquiera eran conscientes de que la comida de sus platos había sido una vez un animal. No reparaban en la importancia de vestir con piel o con cuero, y disfrutaban contemplando a animales detrás de los barrotes en los zoos. Aunque siempre habían amado a los animales, todavía consideraban que la vida humana era más valiosa y digna de respeto que la vida no-humana.

Con todo, a pesar de su preferencia socialmente programada por los animales humanos, los libertadores se encontraban más cómodos en compañía de ardillas y pájaros que de personas. Como la mayoría de la gente, vivían la contradicción de abusar de otros seres y al mismo tiempo amarlos.

Los libertadores, después de todo, son humanos. Los humanos tienen una gran capacidad para engañarse a sí mismos. Sentimos de una manera, pero pensamos de otra. Sentimos que los animales deberían ser libres para vivir sus propias vidas, pero pensamos que tal libertad estaría excesivamente reñida con nuestros estilos de vida. Nos gustan las drogas, y la carne, y otros productos de la explotación de los animales, pero nos sentimos indignados cuando aprendemos lo que les ocurre exactamente a los animales en el proceso de fabricación de tales productos. Esta es la razón por la que los mataderos están alejados de la vista del público, y las puertas de los laboratorios de investigación se mantienen cerradas. Ello ayuda a la gente a mantener tranquilas sus conciencias, cerrando los ojos ante toda la crueldad que les rodea.

Algunas personas niegan sus sentimientos a los animales que sufren, y fabrican ideas para justificar sus actos de explotación animal. La sociedad apoya esto, ya que valora más los pensamientos que los sentimientos. Estas personas aprenden a suprimir lo que sienten realmente cuando ven a animales sufriendo*. Separar los pensamientos de los sentimientos es una parte del proceso de alienación que infesta a la humanidad.
 
A causa de esta alienación, la mayoría de la gente ignora el lugar que le corresponde en este mundo, y quién es realmente. Los libros de psicología popular y de auto-ayuda inundan las estanterías de las librerías, mientras estas personas confusas, atemorizadas y solitarias buscan ayuda en pedazos de papel, esperando poner algo de sentido y de amor en sus vidas. Pero hace falta algo más que palabras para cambiar la vida de las personas y reintegrar a los alienados humanos en un mundo equilibrado y natural. A pesar de los alentadores escritos de los autodenominados gurús, su abuso de los animales, y de sí mismos, continúa. Estas personas nunca se convierten en libertadores.

Las personas que llegan a ser libertadores examinan los sentimientos y los pensamientos personales, y rechazan las ideas que no encajan en el mundo en el que ellos quieren vivir. Se dan cuenta de que las ideas no son más que justificaciones de los sentimientos. Entrar en contacto con sus sentimientos les ayuda a evitar la alienación que conduce a tanto dolor y sufrimiento humano. Al tiempo que se mantienen en contacto con sus sentimientos, abandonan la explotación de animales, y transforman su modo de vida en otro más compasivo.

Se unen entonces a grupos de apoyo. Se unen movidos por una sensación de impotencia y una necesidad creciente de hacer algo para cambiar el mundo. En ocasiones discuten con antiguos amigos que todavía apoyan la experimentación con animales o la caza, mientras  intentan encontrar nuevos amigos. Entretanto, adoptan un estilo de vida vegetariano, ya que no les parece bien comerse a sus amigos no-humanos. Esto les convierte en parias sociales, e incluso sus familias dicen que no pueden esperar hasta que pasen esta nueva "fase" en la que se encuentran.

Tras unos pocos años, la fase es considerada una obsesión insalubre. Les dicen que están llevando este asunto de los animales a extremos incomprensibles. A nadie le gustan los extremistas. Los extremistas toman en serio sus creencias y las ponen en práctica de forma coherente. La mayoría de la gente tiene miedo de la coherencia. Exige demasiado trabajo. Debido a ello, los amigos no son tan fáciles de encontrar como antes. El problema es que comienzan a sentirse cómodos sólo con otros "extremistas" defensores de los animales, y tales personas tienden a apreciar a los animales más que a las personas.

Hay una razón por la que las personas que se convierten en libertadores recurren a los animales en busca de afecto. Hay honestidad en los no-humanos. Ellos no juegan. Son claros. Y nunca son intencionadamente crueles*.

Con el tiempo, se van frustrando, ya que sus esfuerzos para salvar a animales parecen incapaces de marcar una gran diferencia. Reciben todas las semanas por correo peticiones de donativos remitidas por organizaciones para el bienestar y los derechos de los animales, diciéndoles cuánto han hecho por los animales las organizaciones, cuánto queda todavía por hacer, cómo la oposición está lanzando una contraofensiva, y qué poco dinero hay para resistir y preservar todos los avances que se han logrado. Se preguntan si estas organizaciones, algunas de ellas con millones de dólares en inversiones y directores ejecutivos que perciben ingresos de seis cifras, no se han convertido en instituciones permanentes de nuestra cruel sociedad, más interesadas en mantener el statu quo que en liberar a animales.

Comienzan a preguntarse si la explotación de los animales acabará algún día, teniendo en cuenta los planteamientos actuales de la cuestión. Las creencias básicas se someten a un cuidadoso examen, al tiempo que se cuestionan si los humanos pueden ser los agentes de la liberación de los animales. Preguntas como "¿Podremos cambiar alguna vez el sistema desde dentro?" resuenan en sus mentes. Y por primera vez, no contestan automáticamente en sentido afirmativo. Meditan sobre sus creencias acerca de las personas, la sociedad, los animales, y el modo en el que se han hecho las cosas en el pasado. Empiezan a preguntarse incluso si el concepto de "derechos" de los animales es lo que los animales realmente necesitan.

Estos individuos, cada vez más frustrados, analizan su convicción de que educar al público acerca de lo que auténticamente está sucediendo a los animales conducirá de algún modo a la erradicación de la crueldad. Esa convicción exige tener una fe en la honradez y la compasión de la naturaleza humana por la que estas personas no se dejan engañar. Comienzan a preguntarse si mostrar a la gente vídeos y fotografías de monos con electrodos en la cabeza, o de lobos capturados en trampas de dientes de acero, o de terneras inmovilizadas en jaulas oscuras y claustrofóbicas, o de gallinas agolpadas y estresadas por las condiciones de las granjas industriales, hará que una persona corriente cambie sus hábitos de consumo y el resto de sus conductas abusivas.

En otra época, una persona corriente solía cazar, matar, despellejar y golpear a los animales de manera habitual. Es una ilusión de la sociedad contemporánea el hecho de que las personas son hoy más compasivas que en ese cruel pasado. En realidad, el público simplemente se ha desacostumbrado a matar a los animales con sus propias manos. El trabajo sucio se deja en manos de "especialistas", como los carniceros, los cazadores, los vivisectores y los trabajadores de las granjas de animales.

La historia ha demostrado, sin embargo, que los humanos tienen una enorme capacidad de recurrir a una conducta bárbara a la primera señal de un posible beneficio personal. La misma insensibilidad que permite a los especialistas matar permitiría a una persona corriente matar también. En la actualidad, esta insensibilidad permite a la gente sentirse cómoda con el conocimiento de que otros están matando por ellos. Si la gente es hoy en día sensible a las imágenes de la explotación animal, entonces el interés que la gente tiene en los productos de esa explotación sencillamente provocará que se alejen de las imágenes, o que acepten que tales actos contra los animales son "un mal necesario".

De modo que estos libertadores en proceso de formación concluyen que, a la larga, mostrar al público imágenes de la explotación de los animales solamente contribuirá a insensibilizar a la gente ante el sufrimiento animal. Los humanos se pueden adaptar a todos los asaltos a su sensibilidad, especialmente cuando están relacionados con ciertas conductas.

Más adelante, intentan apelar al público, a los legisladores, a los fabricantes, y a otras personas en posiciones de poder, mediante cartas, boicots, concentraciones, manifestaciones y marchas. Pero sus esfuerzos no les conducen a ningún sitio. Cada pequeña victoria es contestada. A pesar de años de protestas y del envío de cartas a los diputados, la única legislación importante aprobada en la historia reciente para la protección de los animales fue la Acta Federal de Protección de los Animales, diseñada principalmente para proteger a los animales explotados en la investigación. Con todo, antes de que la tinta pudiera secarse en el documento de la nueva legislación, los explotadores de animales clamaron para disipar su ya comprometido y reducido efecto.
 
Como resultado de la presión ejercida por los explotadores de animales, los animales de granja están exentos de la Acta, así como los roedores. Cuando uno se da cuenta de que alrededor del 90% de la investigación animal se realiza en roedores, es fácil ver que el efecto de la Acta en el sufrimiento animal es mínimo. Además, cualquier acto de terror puede ser cometido contra cualquier animal en el nombre de la investigación, hasta el punto que se considere "necesario" para el proyecto de investigación. Y puesto que los animales de granja están exentos de la Acta, muchos investigadores eligen ahora a cerdos y a ovejas como sujetos de experimentación totalmente desprotegidos. ¡Es difícil poner limitaciones a un cruel investigador!

Los cada vez más airados defensores de los animales se agarran apasionadamente a sus dudosas victorias para convencerse a sí mismos de que esas victorias son importantes y significativas. Reclaman a los legisladores que la Acta se haga cumplir, una tarea difícil porque el Departamento de Agricultura, que es el responsable de su aplicación, tiene muy pocos inspectores, y demasiado poco interés en hacer su trabajo. Esto lleva a estos futuros libertadores a la triste comprensión de que las leyes son sólo tan buenas como el propósito que haya de cumplirlas.
 
Reconociendo estos fracasos, recurren a otras señales de éxito para reforzar su optimismo. Vemos que el vegetarianismo es más popular que en otros tiempos, existiendo en este país más vegetarianos actualmente que en el pasado. Una investigación más en profundidad revela que muchos de los tan llamados "vegetarianos" comen pescado y pollo. Casi todos estos "vegetarianos" consumen productos lácteos y/o huevos, lo cual supone meramente cambiar la carne sólida por la líquida.

Como máximo, sólo un 3% de la población dice ser vegetariano. Cuando nos referimos a una población de alrededor de 270.000.000 de personas, un 3% parece un gran número de vegetarianos, seguramente suficiente para generar un mercado de productos especiales y revistas. Pero todavía quedan 262.000.000 de personas que comen carne, y el número de animales masacrados para ser utilizados como comida sigue creciendo. O dicho de otro modo, 97 de cada 100 niños que nacen en este país son criados como carnívoros.

Dedican su atención al asunto de las pieles, un terreno en el que pueden sentir un cierto éxito. Después de todo, las pieles no son ya un artículo de moda. Desafortunadamente, descubren que los negocios peleteros se han establecido en los países asiáticos, de modo que la industria simplemente ha generado nuevos mercados para reemplazar los perdidos. También se enteran de que las pieles están pasadas de moda principalmente en Estados Unidos e Inglaterra, pero todavía son populares en algunos países europeos. Y sabiendo cómo las modas aparecen y desaparecen, estas personas, cada vez más ansiosas por marcar una diferencia en favor de los animales, muestran su inseguridad ante el actual tabú hacia las pieles, y se preguntan cuándo las pieles volverán a ser un artículo deseable.

Finalmente, se preocupan por la experimentación de productos cosméticos y domésticos en animales. Con la certeza de que el público en general nunca aprobará un abuso de los animales tan descarado, boicotean a las compañías que venden estos productos de la muerte. Cuando algunas de las compañías se muestran de acuerdo en suspender la experimentación en animales, los amantes de los animales muestran su alegría en las noticias. Se sienten justificados en su actitud de trabajar dentro del sistema y luchar con sus billeteras.

Para mantener su sensación de éxito, sin embargo, intentan ignorar el hecho de que muchas compañías, que afirman no practicar ya experimentos con animales, subcontratan a otras compañías para que realicen los tests, o compran ingredientes probados en animales a proveedores para usarlos en su línea de productos supuestamente libres de crueldad.

Con el tiempo. empiezan a darse cuenta de que luchar por los animales es como tratar de apagar miles de incendios en un monte. Se requiere un tremendo esfuerzo y una enorme cantidad de tiempo para controlar cada incendio, que puede ser extinguido o no, mientras otros diez están surgiendo simultáneamente. Es una batalla interminable luchar de este modo. Y es una causa perdida.

Pasado un tiempo, estos extremistas defensores de los animales se retiran del campo humeante, y reflexionan sobre las causas de los incendios. Llegan a la conclusión de que si pueden eliminar alguna de las causas, entonces no tendrían que luchar contra tantas llamas.

Con rapidez, estas personas se deslizan hacia un extremismo cada vez mayor, ya que encuentran todos sus esfuerzos para ayudar a los animales frustrados por el sistema explotador contra el que están combatiendo. Someten a examen y se cuestionan todos sus planteamientos y convicciones, y por primera vez sienten que están verdaderamente comenzando a entrar en contacto con la profundidad del problema, y con las posibles soluciones. Finalmente, adoptan ideas audaces, revolucionarias. De hecho, concluyen que una revolución es esencial para liberar a los animales.

Permítaseme resumir esta conclusión de las personas que han decidido llamarse a sí mismas libertadores de animales. Será algo directo, desafiante, inflexible y aterrador para todos los explotadores de animales y para otros sujetos implicados en el sistema.

¡Los Libertadores creen oportuno matar a humanos para salvar a animales!*

Si un vivisector dijera, "Es el perro o el niño", un libertador defenderá al perro siempre. Un libertador también cree que acabar con unos cuantos vivisectores salvará a más perros de su crueldad.

Los libertadores han llegado a una conclusión ineludible: ¡LOS HUMANOS NUNCA ESTABLECERÁN LA PAZ CON LOS ANIMALES! No está en sus naturalezas ni en las naturalezas de las sociedades que ellos han creado. De hecho, los libertadores creen que si las personas realmente quieren salvar a animales, tienen que dejar de perder el tiempo intentando mejorar la raza humana y sus sociedades. Tienen que declarar una guerra contra los humanos. ¡Tienen que unirse a esta revolución!

Los libertadores creen que esta es la única conclusión lógica, coherente y moralmente correcta partiendo de una verdadera convicción de que los animales deberían ser libres para vivir sus vidas sin las cadenas de la explotación humana. Sostienen que la naturaleza de la sociedad humana y sus leyes son implícita e irrevocablemente inmorales. Los libertadores son personas con conciencia que se sienten moralmente obligadas a quebrantar esas leyes y a rebelarse contra este bárbaro régimen.

Pero esta revolución de los Libertadores no será como ninguna otra en la historia del mundo.

Normalmente, las revoluciones buscan un aumento de los privilegios dentro de la sociedad para un grupo de personas privado de sus derechos. El movimiento en favor de los derechos civiles, por ejemplo, estaba dirigido a alcanzar la protección y el cumplimiento de los derechos que se garantizaba a las personas de raza negra en la Constitución desde la Guerra Civil. Era un movimiento para la inclusión en la sociedad. Lo mismo ocurre con el movimiento gay o el movimiento feminista.

El movimiento de liberación para poner fin a la explotación de los animales no se parece en nada a estos otros, en opinión de los libertadores. Y según ellos, esta diferencia ha motivado que el combate para la libertad de los animales, tal y como ha sido llevado hasta hoy, no sea más que un lloriqueo ante una brutal inhumanidad.

Los libertadores piensan que este movimiento demanda un enfoque diferente porque los grupos humanos luchan por la inclusión. El movimiento para libertar a animales tiene que luchar por la exclusión*. Las personas oprimidas quieren ser aceptadas como iguales dentro de la sociedad. Los animales oprimidos quieren que la sociedad les deje en libertad .

Según los libertadores, esta diferencia impone a un activista por los derechos de los animales estrategias diferentes a las de cualquier otro reformador social. En primer lugar, hace que las tácticas no-violentas, como las ideadas por Gandhi o King, sean inapropiadas.

Los libertadores creen que sólo el daño físico disuadirá a las personas de explotar a los animales.

Su mensaje no supone simplemente que deberíamos disparar a los cazadores, matar a los vivisectores, atrapar a los tramperos, y dar muerte a los carniceros para liberar a animales. Ellos creen que estamos moralmente justificados para hacer estas cosas, y que tenemos que hacerlo para liberar a algunos animales. Pero los libertadores no creen que ello vaya a cambiar el mundo o vaya a tener como resultado la libertad de todos los animales.

Los libertadores sostienen que nada provocará la libertad de todos los animales, excepto la extinción de la especie humana*. Las personas explotarán a otras criaturas mientras exista la especie humana. Ésta es una observación que los libertadores basan en la naturaleza humana, y creen que la naturaleza humana no va a cambiar.

Los libertadores no son sencillamente pesimistas al hacer esta afirmación. Para ellos, es una apreciación realista de la historia de la sed de sangre y del especismo humano. Es su valiente aceptación de lo que ellos creen que muchas personas sienten en lo más profundo de su corazón. Pero los libertadores suponen que pocas personas van a reconocer lo que sienten realmente en su corazón. ¿Quién puede desear aceptar el hecho de que sus esfuerzos y esperanzas son inútiles?

Los libertadores creen que es el momento de que los defensores de los animales, y quienes estén preocupados por el medio ambiente, abran sus ojos y admitan que nunca vencerán.
 
En resumen, los libertadores creen que la historia ha demostrado que trabajar dentro del sistema cruel y ganar pequeñas batallas en favor de los animales pronto se comprobará que es irrelevante. La carnicería contra los animales continúa. La oposición es más fuerte, está mejor financiada, y es más numerosa que los defensores de los animales. Los progresos conseguidos son fácilmente anulados. La explotación de los animales continuará hasta que la humanidad se extinga** o el planeta sea destruido.

De acuerdo con esta postura extremista, se colige que las personas que quieran ayudar a los animales no tienen que usar su energía en tratar de cambiar el sistema-eso es imposible. Tienen que centrar sus esfuerzos en salvar a tantos animales como puedan y en dar a los explotadores de animales tantos problemas como les sea posible-¡tienen que ser libertadores de animales! El propósito de esta revolución no sería derrocar a los viejos poderes y establecer unos nuevos. Según la filosofía libertadora, ningún sistema humano tratará nunca a los animales con respeto. Los animales simplemente necesitan una revolución continua para liberarlos consistente, reiterada e implacablemente de la opresión humana*. Necesitan una revolución contra la sociedad humana porque es intrínsecamente opresora. Mientras existan personas, los animales necesitarán esta revolución.

Los libertadores creen que una técnica denominada intervencionismo militante es una medida necesaria para la liberación animal, dada la naturaleza de la sociedad y de las personas. Los libertadores creen que trabajar dentro del sistema nunca tendrá resultado para los animales, y que la resistencia no-violenta es por ello completamente inadecuada para el movimiento de liberación animal. En este libro, explicaré sus razones para llegar a estas conclusiones.

 

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