Editorial   Panorama Internacional Nº 6

Reseñas

Actualidad
Países
Aniversarios


Notas de un lector preocupado

IMPORTANCIA Y RETOS DEL MARXISMO

Edgar Ospina D.


Reseña del libro La historia terminable. Sobre democracia, mercado y revolución. Autores: James Petras y Steve Vieux


DE James Petras y Steve Vieux fue publicado en 1994 el libro La historia terminable. Sobre democracia, mercado y revolución . De Petras sabemos que es un destacado intelectual marxista norteamericano. El libro es un esfuerzo por dar una explicación revolucionaria a los problemas que tiene planteados el marxismo a partir de la crisis que padece desde 1989. Cuando abundan los escritos contra el marxismo, la revolución de octubre de 1917 y sus dos más destacados dirigentes, Lenin y Trotsky, es estimulante leer un texto que apunta "hacia la relevancia del marxismo como una teoría crítica necesaria para entender y transformar la sociedad". Este libro se agrega a Valor, acumulación y crisis de Anwar Shaikh, Los fines de la historia de Perry Anderson, El marxismo a final del siglo , de Adam Schaff y de uno aparecido en Colombia escrito por Renán Vega Cantor en 1994: ¿"Fin de la historia" o desorden mundial?. Crítica a la ideología del progreso y reivindicación del socialismo . La borrasca ideológica acerca de la desaparición del marxismo parecería que ha empezado a pasar y empieza a quedar claro que los que desaparecieron fueron algunos "marxistas" y que el marxismo tiene más vigencia hoy que nunca antes.

El libro de Petras está compuesto de seis partes. El declive de la política revolucionaria: el espejismo capitalista... y el regreso del comunismo; Transformaciones mundiales, crisis y retos de la izquierda; Regímenes electorales versus asambleas populares: una crítica al neoautoritaneoautoritarismo de los noventa; Imperialismo cultural en las postrimerías del siglo XX; La transformación de América Latina: Mercado Libre, democracia y otros mitos; y, La transformación capitalista: importancia y limites del marxismo. Por problemas de espacio nos vamos a limitar a la primera y última parte, que además, a nuestra manera de ver, son las que presentan los problemas que pueden tener más importancia para los marxistas revolucionarios. En concreto se refieren al balance de la lucha de clases en los últimos años, las condiciones objetivas para un retorno de la política revolucionaria, la reivindicación del marxismo como la herramienta más eficaz para interpretar y transformar esta realidad y los retos que tiene planteados el marxismo si quiere remontar la crisis en la que está sumido y jugar un destacado rol.

No compartimos todos sus análisis y conclusiones. Pero es un texto a tener en cuenta para alimentar la discusión entre los revolucionarios socialistas. Por eso no nos hemos contentado con leerlo, hemos tomado cuidadosa nota de algunos de los aspectos que consideramos centrales para compartirlos con los lectores de Panorama Internacional . Al final hacemos algunos comentarios críticos sobre ausencias manifiestas y problemas con cuyo enfoque no estamos de acuerdo.

El declive de la política revolucionaria: el espejismo capitalista...y el regreso del comunismo

En los últimos años se ha producido un declive de la izquierda revolucionaria y de este proceso hay dos explicaciones: una que enfatiza que es producto de la superioridad estructural del capitalismo que finalmente triunfó y la otra le da el peso a las luchas sociopolíticas (la lucha de clases). "El concepto de superioridad estructural del capitalismo con el que se pretende explicar la muerte de la izquierda, nace a posteriori. El concepto surge después de que la izquierda revolucionaria haya sido derrotada, no antes. Aún no tiene 20 años de historia. El punto de vista alternativo, la teoría de la acción política y social, se desarrolla a partir de la lógica inductiva: el declive de la izquierda revolucionaria... es el resultado de luchas sociopolíticas que se han desarrollado en lugares y situaciones históricas especificas...el predominio capitalista de hoy día no es consecuencia de su superioridad económica intrínseca -duramente cuestionada en casi todas las regiones del planeta- sino más bien el resultado de una intensa lucha militar e ideológica que, finalmente ha creado las condiciones políticas para su supremacía. La teoría de la acción social pone el énfasis en el papel que juegan las relaciones de clase y las relaciones sociales de producción, el Estado y la represión, la formación de clases y la lucha de clases, la ideología, su declinar, las formas de representación y la democracia política como factores determinantes que dan forma al ascenso y declive de la izquierda revolucionaria...", págs. 16 y 17. "los cambios políticos que se han dado en las últimas décadas -ascenso de la política revolucionaria en los sesenta y primera mitad de los setenta y declive y extinción en los ochenta y los noventa- no pueden explicarse mediante factores estructurales que se extiendan a lo largo de ambos períodos...La perspectiva de la acción social, sin ignorar la importancia de las estructuras capitalistas, subraya la centralidad de la acción social y de determinados sucesos políticos claves, a la hora de explicar el declive de la izquierda revolucionaria. Basándonos en esta lógica imprevisible, pensamos que un conjunto de cambios sociopolíticos van a producir un nuevo resurgir de la izquierda revolucionaria que no podría explicarse desde planteamientos histórico-estructurales deterministas" págs. 18 y 19.

¿Se ha cerrado el ciclo revolucionario abierto en 1917?

"Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la izquierda hoy en día es el de explicar el declive del movimiento revolucionario mundial desde 1975. Con la derrota del imperialismo de los EEUU en Indochina y la desarticulación de su aparato militar, a todo lo largo y ancho del planeta surgían prometedoras expectativas de cambio revolucionario. Las revoluciones o levantamientos que siguieron en Angola, Nicaragua, Etiopía, e Irán añadieron razones a ese sentimiento. Sin embargo, reptrospectivamente, se aprecia con claridad que la victoria en Indochina no fue sino el final de un ciclo revolucionario que comenzó con la Revolución Rusa en 1917. Desde 1975 (y en algunos aspectos desde antes) se ha producido un proceso de reversión y retroceso que ha ido mucho más allá de la desaparición de regímenes comunistas. En todos los continentes las fuerzas revolucionarias están en retirada, derrotadas o reconvertidas a la política capitalista. En los últimos siglos nunca había tenido lugar un proceso contrarrevolucionario tan abrupto y de tanto calado, capaz de transformar de manera tan clara y global el mapa político mundial", pág. 19.

"La tesis de este ensayo es que el declive de la izquierda revolucionaria es el resultado de una serie de derrotas producidas en momentos de crisis políticas y no algo inherente a la propia política revolucionaria", pág. 20.

Derrotas históricas: un concepto clave

El núcleo de las argumentación de Petras es que el declive de la izquierda revolucionaria es el resultado de una serie de luchas políticas históricas, muchas perdidas, y otras ganadas en condiciones desfavorables ( 2). Cuatro serían los ciclos de las derrotas. El primero empezó con Indonesia en 1965 y llega hasta 1976 con el golpe en la Argentina; el segundo tendría como hecho central la conquista de la mayoría y del gobierno en China por la fracción Deng, la apertura al mercado capitalista, la iniciación del tránsito al capitalismo de estado y los posteriores acuerdos con el imperialismo contra la URSS, ayudaron a desarticular una amplia franja de los movimientos de izquierda y de masas en EE.UU., Europa, América Latina y el sureste asiático; en el tercer ciclo , a lo largo del 80, tres aspectos se conjugan: las políticas neoliberales, el tránsito de las dictaduras totalitarias a los regímenes electorales y la renovada contrarrevolución militar en América Central, Africa y Asia. El cuarto ciclo remataría el proceso con la desintegración de la URSS y su conversión de clase. "Si bien la URSS y los países de la Europa del Este no se pueden considerar sociedades revolucionarias (su control burocrático y absolutista sobre la sociedad lo impide), su existencia proporcionaba un apoyo significativo a importantes movimientos revolucionarios de otros lugares. Más aún, el mito de la Unión Soviética, como continuadora de la revolución de octubre de 1917, se mantenía firme en muchas regiones, especialmente en el Tercer Mundo. Por ello, por su ayuda material a regímenes revolucionarios y a algunos movimientos y por razones simbólicas, la desaparición de la Unión Soviética y de la Europa del Este ha tenido un impacto negativo de primer orden en el movimiento revolucionario mundial. Impacto que se agrava por el hecho de que los regímenes poscomunistas emergentes muestran una sintonía total con la política contrarrevolucionaria de Occidente y con la economía neoliberal...

"Los efectos ideológicos y políticos se extienden fuera de Rusia, otras repúblicas exsoviéticas y más allá, a Estados vecinos. La retirada de la izquierda se ha convertido en una desbandada. Todos los regímenes y movimientos van cayendo en línea, uno tras otro, sin pararse a reflexionar en las pérdidas ni en la vulnerabilidad que se adquiere al plegarse a la hegemonía política y económica occidental.

"La ascensión de la nueva clase de intelectuales miembros del partido y compradores prooccidentales durante los regímenes de Gorvachov y de Yeltsin significó la desaparición de la URSS, la desintegración y desaparición del partido comunista y la rotura de la red global de asistencia y ayuda a los revolucionarios del tercer Mundo. El impacto exacto del colapso del comunismo soviético en la izquierda revolucionaria se ha enturbiado por la opinión, ampliamente extendida, de que la URSS había dejado de ser hace mucho tiempo una sociedad revolucionaria, de que sus partidos afines no constituían "vanguardias revolucionarias" y de que los lideres soviéticos sacrificaban frecuentemente su apoyo a movimientos revolucionarios para conseguir acuerdos diplomáticos con Occidente. Aunque todo ello es cierto, existe otra vertiente en este asunto. La Unión Soviética aportaba una ayuda esencial a las revoluciones de Indochina, Cuba, Angola, Mozambique, Nicaragua y a otros países revolucionarios. Los comunistas ofrecían asistencia material a movimientos revolucionarios de Asia, Centro y Suramérica. Más importante aún, ofrecían una fuente alternativa de comercio y ayuda para futuros movimientos revolucionarios, una vez que los regímenes occidentales rompieran relaciones con ellos.

"Por tanto, las contradicciones de la URSS, que era al mismo tiempo un régimen contrarrevolucionario en su organización interna y revolucionanrio en sus orígenes e ideologías, se expresaban en su política exterior. Las tensiones de su política exterior se originaban en la composición de clases que se estaba configurando en el seno de la sociedad rusa: existían profundas divisiones fuera y dentro del partido comunista. De una parte, una clase ascendente de intelligentsia prooccidental comprometida a sus relaciones con el Oeste y muy dependiente de la ideología occidental. De la otra, un aparato burocrático, cada vez más aislado, separado de la población y acostumbrado a gobernar por decreto y a repartir compensaciones en forma de bienes de consumo o de servicios públicos. La toma del poder por parte de los prooccidentales y la total incapacidad de los burócratas del partido para montar una contraofensiva marcan el final del comunismo ruso (y por extensión del de las repúblicas ex-soviéticas). Es el final de un ciclo revolucionario que comenzó en 1917", págs. 38 y 39.

El texto mantiene otro nivel de análisis para los países en los que la burocracia y su régimen no han caído. "La victoria de la fuerzas capitalistas en Rusia, en la Europa del Este y en las exrepúblicas de la URSS han debilitado enormemente la posición de las sociedades poscapitalistas que se mantienen: Cuba, Vietnam, Corea de Norte , Mozambique...están peleando hoy en día por construir nuevas relaciones con el mercado capitalista, al mismo tiempo que intentan retener, cuando menos, algunos remanentes del socialismo", págs. 39-40.

Reflexiones sobre la derrota

"En 1992 la izquierda revolucionaria ha tocado fondo. Del prometedor florecimiento revolucionario de los años sesenta y principios del setenta, en menos de dos décadas la izquierda revolucionaria ha declinado hasta convertirse en una fuerza política marginal. El ciclo revolucionario de 75 años que comenzó con la revolución Rusa de 1917 ha llegado a su fin. Dos décadas de guerra militar, terror de Estado, ascenso de nuevas clases procapitalistas, cooptación política, y costosos errores políticos han reducido a la izquierda revolucionaria a un espacio político limitado.

"Lo que está claro, de cualquier manera, es que las razones del ocaso de la izquierda revolucionaria no se encuentran en exitosas transformaciones del capitalismo, ni en una superioridad moral e intemporal del capitalismo. Occidente ha "vencido" en muchos casos, enredándose en las más sucias e inmorales guerras que pueda imaginarse, destruyendo cientos de aldeas indias en Guatemala, multiplicando la miseria en Mozambique, apoyando el separatismo racial y chovinista en las repúblicas soviéticas o a fanáticos religiosos en Afganistán. Los éxitos políticos obtenidos en Rusia son pírricas victorias; la economía se colapsa, millones de personas pasas hambre, el régimen gobierna por decreto. Las propias condiciones de la restauración del capitalismo están creando las bases para un nuevo ciclo de política revolucionaria.

"El declive de la izquierda revolucionaria no es el resultado de algún proceso inherente a la historia. Es el resultado de una serie de confrontaciones, luchas y derrotas específicas. Esas perdidas específicas comenzaron a fusionarse y a crear nuevas bases de poder desde las que lanzar mayores ofensivas que llevan finalmente a la rendición de los elementos básicos sobre los que se sustenta la revolución. La convergencia de un cerco exterior y de guerra interior, una operación en tenaza, ha erosionado con éxito las bases de la vanguardia revolucionaria. El desmantelamiento de las reformas conseguidas o de programas de reformas que estaban en proyecto ha contemplado el declive. El proceso de la contrarrevolución comenzó en la periferia, entre regímenes y movimientos vulnerables y se ha ido trasladando hasta el corazón de las luchas revolucionarias. El problema no es sólo la beligerancia imperialista, sino también la lucha de clases dentro del régimen y la incapacidad de las élites burocráticas de combatir el ascenso de los restauradores apoyados por Occidente. Sin profundas raíces populares y democráticas los burocrátas han sido peritas en dulce en manos de los defensores del mercado libre. Esta es una de las lecciones a aprender, para la reconstrucción de la nueva izquierda revolucionaria.

"La desintegración de la izquierda revolucionaria en las dos últimas décadas surge de diferentes causas, pero todas convergen en un resultado común. La retirada y declive de los movimientos revolucionarios del mundo es tanto el producto del daño ideológico que produjo la burocracia soviética, como lo es del fracasado voluntarismo de las vanguardias maoístas. La no construcción de instituciones por parte de los movimientos izquierdistas occidentales ha contribuido tanto al ocaso de la izquierda como la cooptación de dichos grupos por parte de los partidos socialdemocrátas. La violencia de Estado contra la sociedad civil ha sido un factor tan significativo en la desaparición de la izquierda revolucionaria, como la domesticación política y la integración de antiguos izquierdistas en la clase electoral de Sudamérica.

"...Lo que está claro es que en los estados poscapitalistas, los sectores de las élites que más tienen que perder con una auténtica revolución, han decidido gravitar entorno al polo capitalista.

"De cualquier modo no puede negarse la profundidad y la capacidad de penetración de los cambios contrarrevolucionarios. Con unas pocas excepciones (el partido del Trabajo en Brasil, la persistencia de la revolución cubana, etc), la izquierda revolucionaria es una sombra de su poder pasado. El ciclo revolucionario de 1917-1975 se ha roto de una manera probablemente irreparable. El resurgimiento de un nuevo proceso revolucionario puede ocurrir si se aprende una importante lección del pasado: las élites revolucionarias antidemocráticas allanan el camino a la restauración capitalista.

"La cuestión principal que se plantea en este análisis es averiguar si, efectivamente, las actuales victorias del capitalismo traen consigo el comienzo de un largo ciclo de expansión económica y estabilidad política que cierren la posibilidad de reconstruir, en un futuro previsible, una alternativa política socialista y revolucionaria", págs. 40, 41 y 42.

Todos los problemas del capitalismo se agudizan

Los autores dan los hechos y describen el proceso de la realidad objetiva en la que se expresa el agravamiento de los problemas del capitalismo y se sustenta su planteamiento de que más temprano que tarde se va a dar un resurgimiento de la lucha revolucionaria.(De estos problemas se ocupan también las partes 2, 3, 4 y 5 del libro). Los más importantes son los siguientes.

1. "Ciertamente, las condiciones básicas desde las que la izquierda toma cuerpo están presentes: crecientes desigualdades socioeconómicas embebidas en el marco de relaciones del sistema; dependencia creciente del capitalismo occidental y una profundización en la apropiación de riqueza y de propiedad que se transfieren hacia arriba y hacia afuera; regímenes cada vez más autoritarios que gobiernan por decreto, ignorando el descontento popular; economías deprimidas metidas en un espiral descendente y con pocas expectativas de recuperarse antes del fin del siglo; desilusión generalizada por las penalidades impuestas por el capitalismo real; frustración de las expectativas de alcanzar alguna vez los estándares de vida occidentales; nuevas oleadas de huelgas promovidas por los sindicatos en protesta por el paro creciente y el cierre de fábricas...", pág.44. Esta es la realidad que se puede palpar en América Latina, Africa y el sureste asiático.

2. "...la crisis de los países occidentales. La economía capitalista mundial se dirige hacia el crecimiento cero. Los países capitalistas avanazados, con la excepción de Japón, han conocido una lenta ralentización en los últimos 20 años. El aumento de la producción de los países capitalistas avanzados, que alcanzó su máximo en la década de los sesenta, se ha desacelerado sin interrupción hasta situarse en niveles próximos al estancamiento", pág. 46.

En Estados Unidos mientras el imperio crece política y militarmente, la economía se deteriora, las rivalidades entre los grandes países imperialistas (EE.UU., Alemania, Francia y Jopón), rivalidad alimentada por la regionalización del sistema comercial( NAFTA, Mercosur, etc), el desempleo, etc.

3. La degeneración de la democracia burguesa; lo que priman son las tendencias a el autoritarismo electoral y el neoliberalismo. "La esencia antidemocrática de la política neoliberal reside en su búsqueda sistemática de actuaciones políticas que limiten, de una manera drástica, futuras tomas de decisión democráticas...dada esta decadencia de política electoral neoliberal, el renacimiento a gran escala y la acción sostenida de la actividad extraparlamentaria está a la orden del día...Los signos de reavivamiento de la acción extraparlamentaria son cada día más evidentes. El Sudamérica las huelgas, los disturbios y las grandes manifestaciones en contra de los estrechos límites de los regímenes electorales son cada día más frecuentes. Cientos han muerto en venezuela luchando contra el neoliberalismo, contra ese modelo de democracia pactada, tan alabado en Occidente por los teóricos de la transición. Incluso los gestores de los países y regiones del arco del Pacífico que, hasta hace poco, han disfrutado de fuertes crecimientos (Los Angeles, Corea del Sur, Tailandia), han contemplado estallidos de violencia a gran escala contra la brutalidad autoritaria" (pág 54)

4. La corrupción ideológica. "... La manía privatizadora y desreguladora ha permitido alcanzar niveles de saqueo económico y de corrupción jamás vistos, ensuciando la imagen y el prestigio del mercado y causando el descrédito de sus apologistas" En Rusia y Brasil los empresarios son llamados mafiosos, en Venezuela Carlos Andrés Perez fue enjuiciado. "Las campañas electorales, partidos y parlamentos, inmersos en la tarea de favorecer a las élites en los mercados de exportación, se vacían de contenidos sociales. Mientras los criminales se convierten en respetables, los respetables se convierten en criminales", pág. 55.

5. El resurgir colonial "La Unión Soviética restringió la intervención militar en el tercer Mundo. Esta restricción era ideológica, económica y militar. La Unión Soviética era, a menudo, el altavoz de guerras de agresión occidentales, de operaciones encubiertas, de violaciones a la soberanía y a los derechos humanos en el Tercer Mundo. En ocasiones, la Unión Soviética proporcionaba apoyo militar y económico a las guerras de liberación nacional. La lucha de liberación nacional de Vietnam fue el mayor beneficiario de tal ayuda. Hoy día, la restricción soviética ha desaparecido y Occidente está llevando a cabo anexiones y ocupaciones político-militares de gran envergadura, con un estilo desconocido desde la época colonial", pág. 57. Entre otras intervenciones se mencionan la del Golfo Pérsico (Iraq), Somalia, Panamá, Granada, el embargo comercial a Cuba.

Retorno del comunismo. El reformismo sin espacio

"El comienzo de un nuevo ciclo de política revolucionaria podría empezar mucho antes de fin de siglo. ¿Porqué el "retorno del comunismo" y no alguna variante de laborismo izquierdista o de la socialdemocracia? ¿Qué comunismo? ¿El retorno del stalinismo?.

"Una de las razones básicas por las que el reformismo, bien en su versión liberal, bien en su versión socialdemócrata, no ha podido hacer frente al declive de los estándares de vida y al estado del bienestar ha sido la creciente movilidad del capital. En el pasado, dentro de las naciones-estado los reformistas eran capaces de ligar la expansión capitalista al bienestar social. Hoy día, cualquier intento de aumentar los impuestos, trae consigo una desbandada del capital. La movilidad del capital ha convertido a los reformistas en meros observadores. Sólo si se <nacionaliza> el capital puede ser controlado y combinado con programas de bienestar social. El retorno al comunismo, supone el control democrático de los medios de producción, que es la única manera de asegurar que el capital permanece disponible para llevar a la práctica una política redistributiva: asegurar el estado de bienestar puede requerir ir mucho más lejos que las economías mixtas del pasado...", págs: 62-63.

"Los regímenes liberales, cristianodemocrátas, socialdemocrátas y conservadores conviven con el Estado autoritario y con todas las injusticias del libre mercado. Para democratizar el Estado y hacer frente al modelo neoliberal hace falta un movimiento político que vaya más allá de los cambios electorales y que incluya en su programa formas de representación directa (trabajadores y concejales de barrio, milicias populares..) como alternativa a las estructuras verticales de poder que ahora existen. La vuelta al comunismo quizá sea el único movimiento político capaz de ofrecer una alternativa a la democracia liberal en declive", pág. 63.

Los conflictos étnicos y de fragmentaciones nacionalistas no encontraran solución dentro del capitalismo. "El comunismo podría proporcionar una identidad trascendental basada en la cohesión sociopolítica, respetando, al mismo tiempo, las diversas culturas nacionales y las diferencias regionales.

"Finalmente, la magnitud del fracaso económico del capitalismo desregulado, la ruina de ciudades enteras en el Norte y de poblaciones en el Sur y en el Este, está pidiendo la intervención del Estado y el regreso a la planificación pública, para compensar las desigualdades y el caos que genera la dinámica del mercado libre. El mantenimiento de los valores familiares, comunitarios y de clase sólo pude conseguirse mediante transformaciones revolucionarias que desplacen al mercado de su posición de árbitro de la vida social y lo sustituyan por la propiedad colectiva y democrática de la producción y el consumo", págs. 63-64.

"El comunismo del futuro tiene sus raíces en el deseo de crear instituciones políticas nuevas que desmantelen y sustituyan las estructuras políticas corruptas que sólo responden a los intereses de mercaderes y tecnócratas mundiales. Los trabajadores de todo el mundo ven cada vez con más claridad que existen alternativas reales y eficaces a la tiranía del mercado. Estas iniciativas populares dirigidas desde el seno de la sociedad civil pueden organizar un Estado democrático y eficiente que atienda las necesidades sociales que han sido ignoradas por los gobernantes actuales. El espacio del mercado debe ser minimizado y debe estar unido inequívocamente a los deseos de las mayorías populares. Una vez finalizadas las sangrientas tragedias étnicas y los brotes de xenofobia, las mayorías se darán cuenta de la estafa del mercado libre mundial. El regreso al comunismo comienza en el preciso instante en el que triunfa el capitalismo mundial. La muerte del comunismo es el comienzo del regreso del comunismo..." págs. 64-65.

La importancia del marxismo

"Hoy día el marxismo es la herramienta más útil para comprender los grandes cambios estructurales que tienen lugar en la economía mundial capitalista. Evidentemente, los teóricos marxistas necesitan adecuarse a las profundas transformaciones que se han producido en los últimos 25 años y que afectan a la estructura de clases, la tecnología, las relaciones entre estado y sociedad civil...de otra manera, el marco conceptual marxista se volvería irrelevante a la hora de analizar el mundo contemporáneo y a la hora de generar alternativas convincentes.

Los principales procesos estructurales contemporáneos se entienden mejor desde una perspectiva marxista. Un repaso de este proceso en relación a los conceptos básicos va a ilustrar la utilidad de la teoría marxista", pág. 147.

1) "La concentración y centralización del capital dentro de cada país y a escala internacional. Las compras y las fusiones que acompañan el crecimiento de las grandes empresas son un indicador de esta "ley del capitalismo" descrita en los análisis marxistas", pág. 147.

2) "La intensificación y extensión de la explotación acompaña la expansión y al aumento de la competencia capitalista...", pág. 147.

3) "Intensificación de la competencia intercapitalista.Las guerras comerciales y la formación de bloques rivales en torno a los principales núcleos capitalistas desacredita la idea neoclásica de unas relaciones de mercado armoniosas y complementarias", pág. 148.

4) "El capitalismo tiende a la crisis y al estancamiento. El declive de la economía de guerra, la ausencia de innovaciones importantes que sean capaces de estimular la recuperación y el crecimiento económico, la deuda y el déficit creciente, la productividad en constante aumento y la reducción de la base consumidora constituyen, de hecho, tendencias inherentes del capitalismo que conducen a la crisis", pág. 148.

5) "El imperialismo es la característica dominante de las relaciones entre Estados capitalistas con diferentes niveles de desarrollo. La subordinación de la Europa del Este y de la antigua URSS al capital de los EE.UU. y de Europa Occidental, que se pone de manifiesto en el saqueo a sus economías y la penetración y subordinación creciente del mercado chino a cargo de Japón, Hong Kong y Taiwan, ponen de manifiesto, que la expansión mundial, el imperialismo, es la fuerza central de nuestra época", pág. 148.

6) "La lucha de clases es motor de la historia. La competitividad y la flexibilidad laboral son los conceptos clave de casi cualquier discurso político de hoy día. Ambas expresiones describen cambios al por mayor en la relación capital/trabajo. De hecho, durante las dos últimas décadas la clase capitalista y sus representantes del Estado se han dedicado a una virulenta guerra cuyo objetivo es transformar el trabajo fijo en eventual, variar las reglas del proceso laboral y, lo que es más importante, controlar de manera total y absoluta las condiciones de trabajo. La pobrísima respuesta que sindicatos y trabajadores han dado a esta lucha de clases, que de hecho ha tenido una sola cara, no oculta la naturaleza del proceso: la lucha de una clase, la dominante, para imponer su poder y sus prerrogativas a otra clase y establecer de manera unilateral los términos de la producción y de su reproducción", pág. 148.

7) "El Estado tiene naturaleza de clase. El empeño más destacado del Estado ha sido el de facilitar los grandes procesos de transformación económica emprendidos por la clase capitalista. El Estado ha promovido la reestructuración laboral, debilitando a los movimientos obreros; ha subvencionado a los movimientos del capital, utilizando para ello las políticas fiscales más adecuadas; ha facilitado su concentración, en nombre de la desregulación y ha intervenido constantemente para transferir las pérdidas privadas al tesoro Público. Los enormes cambios que se han dado en la estructura del ingreso gracias a la capacidad de intervención del Estado en representación del capital, han reducido su función legitimadora a la mínima expresión. El Estado no es una entidad autónoma que media entre clases. Sus grandes decisiones sólo se entienden si se comprende su naturaleza de clase", pág. 149.

8) "En suma, la dirección del cambio, la dinámica de la relación entre el Estado y la sociedad civil, el proceso de expansión internacional, la estructura del mercado y las formas emergentes de organización de los principales agentes socioeconómicos, son fenómenos que sólo se entienden en profundidad desde una perspectiva marxista. En la libre competencia de las ideas, los conceptos clave del marxismo han demostrado, una y otra vez, su validez por encima del paradigma liberal neoclásico", pág. 149. "Aún así, la amplia capacidad explicativa del marxismo no es suficiente para aproximarse al mundo contemporáneo, a menos que identifique las amplias transformaciones que han tenido lugar tanto en sus categorías históricas como en el mundo exterior", pág. 149.

Los retos del marxismo

"En las últimas décadas han tenido lugar amplias transformaciones que afectan a la estructura de clases, al proceso laboral, a la aplicación de tecnología, a la estructura y organización del capital, a la ideología y organización de las clases, a la familia, a la organización de la ciudad y a la organización del poder en la política económica mundial", pág. 149. En consecuencia con la última afirmación se plantean al marxismo doce retos.

"1) En los países capitalistas avanzados y en las principales regiones de Europa del Este, de América Latina, de la antigua URSS y de Africa, los trabajadores asalariados estables y los grandes inversores de capital a largo plazo son especies en peligro de extinción. La fuerza de trabajo posindustrial ha sido objeto de profundos cambios. Así, en los países capitalistas avanzados hay un número creciente de trabajadores y de profesionales de servicios, "contratados" temporalmente y con bajos salarios. Trabajadores de servicios mal pagados se encargan de gestionar medios de producción y/o de distribución de alta tecnología dirigidos por un fino estrato de trabajadores y ejecutivos fijos, muy bien pagados. En el Tercer Mundo existe una masa creciente de trabajadores de servicios "autoempleados" que operan como agentes distribuidores de mercancías baratas, al tiempo que constituyen una reserva de mano de obra temporal y mal pagada. La proletarización del trabajo ha avanzado hasta el extremo de crear su propio contrario: una fuerza de trabajo excedentaria, desproletarizada.

"2) El desarrollo combinado y la interrelación constante entre la alta tecnología ligada a enormes capitales y el trabajo intensivo con baja tecnología ha producido una cadena de producción mundial en la que el capital tiene diferentes estrategias alternativas de inversión. La llamada "globalización de la producción", el movimiento de capital a través de las fronteras nacionales, se ha visto acompañado de inversiones selectivas de capital "hacia adentro y hacia abajo", explotando la existencia de trabajo "desplazado" o inmigrante, dentro de las fronteras nacionales. La concentración y centralización del capital a escala mundial y el desarrollo de las nuevas tecnologías viene acompañado de un renacer de modos de producción precapitalista, basados en la explotación intensiva del trabajo.

"3) El reforzamiento del estado-nación como instrumento de la expansión internacional del capital ha venido acompañada del deterioro de la economía nacional que sostiene las actividades internacionales del capital y del Estado. El desvío de recursos, públicos y privados, hacia los mercados mundiales ha provocado la crisis fiscal del Estado y recortes masivos de salarios y de gastos sociales. En la medida en que se intensifica la competencia mundial, se deteriora la sociedad interna del país.

"4) El declive de los salarios del trabajo masculino ha producido una entrada masiva de la mujer en el mundo laboral no doméstico, para poder hacer frente al empobrecimiento. La expansión de la producción de alimentos, vestidos y bienes electrónicos hacia áreas del Tercer Mundo, donde los salarios son ínfimos, proveen al consumidor de bienes baratos con los que se "compensa" la bajada de los salarios. Los occidentales que ganan pequeños salarios siguen teniendo acceso a bienes de consumo, a pesar de las perdidas de ingreso, gracias a las importaciones baratas y al crédito fácil.

"5) No obstante, las importaciones de bajo coste están desplazando progresivamente a los trabajadores locales mal pagados, limitando su acceso a bienes y servicios. Este "segundo nivel", en la que se pasa de la recesión de salarios y consumo barato a los bajos salarios y recesión del consumo, forma parte de la transición de la primera fase del "capitalismo de libre mercado" de los años ochenta a la segunda fase de los años noventa.

"6) En EE.UU. los cambios en el proceso laboral no sólo han desplazado a trabajadores blancos y negros sino que también han afectado significativamente a profesionales asalariados, funcionarios y técnicos. El declive de la clase media se hace patente en la degradación del empleo estable, bien pagado y acompañado de cobertura sanitaria y pensiones, así como en la emergencia de contratos temporales entre los profesionales, ejecutivos y demás. La proletarización objetiva de la clase media no viene, sin embargo, acompañada de un reconocimiento subjetiva de las causas y condiciones comunes que la producen: ausencia de la más mínima solidaridad de clase. Las experiencias de clase anteriores se basaban fundamentalmente en la concienciación. El resentimiento de clase que produce la "caída", es mucho más fuerte que la identicación con los nuevos compañeros y compañeras que se encuentran en la misma posición de clase.

"7) La desaparición del estalinismo y la transformación de la socialdemocracia en un vehículo del neoliberalismo ha debilitado un punto de referencia tradicional para la clase trabajadora y para la política de bienestar social. Más aún, la ausencia del modelo comunista de bienestar social ha reducido la presión que sufrían los Estados capitalistas para mantener su política de bienestar social de Occidente. La aparición de ex-comunistas y antiguos socialdemócratas ejerciendo de portavoces del neoliberalismo ha dotado de más "autoridad" al argumento de que no existen alternativas al capitalismo de Libre Mercado. Los dramáticos transvases ideológicos y el desprestigio de las ideologías socialdemócratas y comunistas hacen necesario un nuevo discurso ideológico.

"8) Los movimientos internacionales del capital han drenado los ingresos del estado-nación, y reducido los salarios, produciendo una crisis fiscal. El aumento del déficit fiscal sirve, además, de excusa para la eliminación de los salarios sociales. El exceso de trabajo en la sociedad desindustrializada y de alta tecnología se convierte en un incentivo para reducir gastos de educación, sanidad y vivienda. La explotación de la economía doméstica se ha vuelto una condición necesaria para el mantenimiento de los imperios.

"9) La reorganización del proceso laboral ha transformado en gran medida la relación entre capital y trabajo. El capital, para reducir gastos, está eliminando multitud de capas de gestión y administración entre los altos ejecutivos y los trabajadores de producción. Los ingenieros y gestores que permanecen son parte, cada vez en mayor medida, de la fuerza de trabajo productiva. Las diferencias en ingresos, poder y prerrogativas permanecen pero se ha transformado la jerarquía de producción y los gestores directos están cada vez más integrados en la planta de personal...

"10) Las nuevas tecnologías y los sistemas de información han transformado en gran medida las relaciones laborales, el proceso laboral y el reparto del ingreso, dentro del marco y los parámetros definidos por el capital corporativo dominante. Las redes electrónicas y los sistemas de información extienden y amplían el alcance y la velocidad de los grandes movimientos especulativos del capital financiero a lo largo y ancho del planeta. Los sistemas de información de alta tecnología, dentro de un contexto en el que el capital inmobiliario, financiero y de seguros tiene cada vez más importancia, constituyen nuevos y rápidos canales a través de los que transferir capital fuera de la producción y del empleo, acelerando la desindustrialización de la fuerza laboral y el crecimiento de los ricos banqueros inversores y de los trabajadores de servicios mal pagados.

"11) El ingreso masivo de mujeres en la fuerza de trabajo, en un momento en el que los salarios decaen, se recortan los servicios sociales y la movilidad es una condición impuesta y obligada para acceder al empleo, está intensificando los conflictos familiares y ralentizando la redefinición de las reivindicaciones sociopolíticas de la clase trabajadora. La <<feminización de la fuerza de trabajo>> trae consigo la desaparición de la antigua <<división emocional del trabajo>>: ambos sufren el mismo <<estrés emocional>> en el trabajo y ambos carecen del colchón emocional en el hogar. Las desigualdades y el estrés que se sufren en el trabajo se pueden traducir en una mayor solidaridad e igualdad en el hogar o, más frecuentemente, en violentas rupturas, dependiendo de si la agresión se centra interna o externamente.

"12) Las empresas industriales de alta tecnología en situación de mosopnio (es decir cuando existe un sólo comprador con capacidad de fijar el precio), particularmente las empresas que dependen del ejército como su único comprador, son extremadamente vulnerables a una crisis profunda. Empresas poseedoras de alta tecnología dedicada a la producción de bienes muy especializados, están sujetas a las decisiones políticas de su comprador y a la obsolescencia de sus productos. La incapacidad de la alta tecnología para adaptarse a la creación de nuevos productos puede llevar al cierre de compañías enteras y al envejecimiento de la tecnología desarrollada. El ejemplo de una planta de producción de sonares para la Armada, totalmente automatizada y robotizada es uno de estos casos: con los recortes de los gastos militares que se producen con el fin de la guerra fría, se ha reducido drásticamente la demanda de sonares navales; muchas fábricas cierran y se produce un excedente de mano de obra altamente calificada. La movilidad descendente de fuerza de trabajo especializada en altas tecnologías relacionadas con la aeronáutica y la industria bélica define, en parte, la nueva realidad de clase.” (pág. 153)

Comentarios críticos

Son varios los problemas que se desprenden del texto de Petras para la discusión. Es evidente que no tenemos espacio para abordar esa discusión, por eso nos vamos a limitar a indicar algunos de los que consideramos los más importantes.

1. Se puede caer en dos extremos al examinar el proceso de la lucha de clases en los últimos años. Un extremo es ver sólo victorias, triunfos de la revolución, de las masas y un capitalismo e imperialismo cada vez más débiles y sumido en sus problemas. El otro extremo es sólo ver derrotas del movimiento de masas, y para ser más precisos, derrotas históricas. Da la impresión que Petras sólo ve derrotas desde 1965 y hasta 1989, la mayoría de ellas históricas y los pocos triunfos fueron obtenidos en condiciones desfavorables . En la derrota de la URSS y su desintegración no se le da ninguna importancia a la invasión de Afganistán y la posterior derrota del Ejército Rojo. No se ve y no se valora correctamente la caída de las dictaduras militares desde Portugal hasta Chile, tampoco el derrumbe de los regímenes burocráticos stalinistas en Rusia y Europa del Este. No todo han sido derrotas históricas; si así fuera Petras no podría ser tan optimista en relación al resurgimiento de la lucha y la recomposición de lo que el llama "la izquierda revolucionaria". Aunque se descarta la explicación de la derrotas por la superioridad estructural del capitalismo, se reivindica el método de abordar el problema como parte de la lucha de clases, casi todo el peso se le da al enfrentamiento del imperialismo y el movimiento de masas, subvalorando el rol determinante que jugó la traición de las grandes direcciones políticas de las masas que salieron a dar esas batallas: el stalinismo, la socialdemocracia, la burocracia sindical y los movimientos guerrilleros. El factor subjetivo (la dirección) fue determinante en muchos de esos procesos que terminaron en derrotas. En este aspecto Petras no es explícita y no saca todas las conclusiones políticas.

2. La explicación anterior tiene relación directa con la explicación que da Petras de la caída de las dictaduras militares en los países capitalistas y de las dictaduras burocráticas en Rusia y Europa del este. "El proceso, al que los medios de comunicación llaman <<transición democrática>>, estaba en gran parte constreñido por estructuras autoritarias del Estado y sistemas económicos neoliberales que se encargaron de definir rápida y definitivamente la política a seguir. Los regímenes electorales se crearon para legitimar la política económica neoliberal y el saqueo occidental de la economía y de las estructuras del Estado", pág. 69.

Petras tiene razón al decir que lo que finalmente resultó fueron regímenes electorales autoritarios, pero desconoce el proceso de movilización y lucha por las libertades democráticas previas, que voltearon las dictaduras. Los ideólogos del capitalismo no dudan en reconocer en ese proceso una <<revolución liberal>>, que en unidad con la economía de mercado rematan el proceso histórico. El otro extremo es restarle todo carácter revolucionario y democrático a ese proceso. En este campo se ubican los autores que comentamos. Nosotros creemos que fue un extraordinario proceso de lucha contra las dictaduras militares o burocráticas al que le damos la denominación de revolución de febrero y/o democrática, las masas movilizadas voltean gobiernos, cambian la correlación de fuerzas o destruyen regímenes (3). Estas revoluciones democráticas fueron canalizadas por el imperialismo y los partidos burgueses debido, precisamente, a la inmadurez política de la clase obrera, a su retroceso ideológico y político, a su falta de independencia política y , sobre todo, a la traición de las direcciones stalinistas, guerrilleras o proguerrilleras. Petras subestima este proceso. No logra distinguir los dos momentos de esas luchas. El primero signado por la movilización, la lucha y el derribamiento de los regímenes; y, el segundo, la apropiación de esas victorias iniciales de las masas por parte de los liberales y de las direcciones burguesas y pequeñoburguesas. Tampoco se resuelve a criticar claramente a las direcciones reformistas(armadas o desarmadas) que condujeron esos procesos y los llevaron a la derrota final. La posición más fácil es desconocer su rol progresivo concretado en la destrucción de los regímenes dictatoriales (burgueses o burocráticos), subestimar la importancia de las luchas democráticas y su carácter objetivamente anticapitalistas y asumir una postura ultraizquierdista. Lo más grave es que la perspectiva de la lucha de clases en el mundo y, particularmente, en el mundo semicolonial indica que estos procesos y luchas van a ser de frecuente ocurrencia, tal como lo ha puesto de presente el reciente proceso político en el Ecuador.

3. Aunque Petras parte de reconocer que la sociedad soviética era contradictoria (Colectivismo burocrático, régimen contrarrevolucionario en su organización interna y revolucionario en sus orígenes e ideologías, etc), no hace una defensa clara y precisa de la primera y gran revolución socialista del siglo XX, la revolución obrera clásica; más bien la condena por el autoritarismo que ya estaba encubado en el propio Partido Bolchevique. Por eso reivindica de Rosa Luxemburgo lo menos reivindicable: su concepción del partido revolucionario."Fue Rosa de Luxemburgo la que identificó las tendencias autoritarias implícitas en la estructura del partido bolchevique...", pág. 146. Este enfoque lleva a concluir que el autoritarismo en el Partido condujo al régimen burocrático y totalitario leninista y stalinista. Cede a la violenta presión de la reacción burguesa contra la revolución socialista de octubre de 1917, presión que ha logrado penetrar en las filas de los intelectuales antimperialistas (Noam Chomsky) e incluso de los marxistas como Petras. Esta crítica al bolchevismo conduce de manera directa a la crítica de la dictadura del proletariado. Es una lástima y una inconsecuencia total que personas que denuncian con tanta insistencia al imperialismo y sus métodos violentos no concluyan que para derrotar a enemigo tan poderoso e inescrupuloso se necesita una fuerte organización partidaria, un gobierno y estado obrero fuertemente centralizados, que garanticen amplias libertades democráticas a los luchadores por la revolución y repriman drásticamente a los contrarrevolionarios. El error central de la Luxemburgo, que incluso le facilitó el trabajo a los matones del gobierno alemán, que la asesinaron, fue no haber construido un partido como el Bolchevique que, conjuntamente con las masas movilizadas y sus organizaciones, la protegieran contra la <<democracia burguesa alemana>>.

4. Aunque se dice que no hay salida intermedia y que la única manera de controlar el capital es nacionalizarlo, en otras partes de lo que se habla es de "estado de bienestar basado en una economía mixta regulada..". Dentro de la lógica de no reivindicar a fondo la revolución socialista rusa de 1917, no hay en el texto una formulación programática que enfatice en la necesidad de colectivizar la economía (fábricas, tierra, Banca, etc), la planificación centralizada, el monopolio del comercio exterior, establecer un nuevo tipo de estado (obrero) y un gobierno obrero y campesino que otorgue las más amplias libertades democráticas a las masas obreras, campesinas, de la juventud y los intelectuales.

5. Al examinar las posibles alternativas al neoliberalismo y de surgimiento de una nueva dirección Petras se refiere a las siguientes agrupaciones y procesos."Desmistificando las defensas ideológicas de la hegemonía capiatalista, se abre el camino hacia la comprensión del renacimiento de la política socialista: en Brasil, el Partido de los Trabajadores con sus 30 millones de votantes, en Méjico con el renacimiento del movimiento guerrillero zapatista, en Sudáfrica y Corea del Sur con los movimientos populares de masas", pág. 10. En el Uruguay al Frente Amplio(FA), al Partido Unificado Marieguista (PUM) del Perú, grupos revolucionarios unificados de Guatemala, Sendero Luminoso y las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC), de Colombia y con "los <<nuevos actores sociales>> hace referencia a la creciente presencia de movimientos autónomos de trabajadores en organizaciones de barrio, la reaparición de grupos de estudiantes radicales (en venezuela por ejemplo) y las crecientes movilizaciones y protestas callejeras de la juventud desempleada...", pág. 139. Tienen razón al depositar sus esperanzas en las movilizaciones de las masas, en las organizaciones autónomas de barrio y de los trabajadores para el surgimiento de direcciones revolucionarias, pero no tienen razón al creer que el PT, el FA, los Zapatistas de Méjico, Sendero Luminoso y la FARC de Colombia sean la nueva dirección revolucionaria. Unos, como el PT, responden a la política socialdemócrata, otros como las FARC al viejo stalinismo, y el resto responden a la vieja e ineficaz política guerrillerista (reformismo armado) que ya ha producido suficientes desastres políticos en América Latina. Esta política ha sido reafirmada por la máxima dirección del Ejército Zapatista: "Los compañeros han sido claros de que el Ejército Zapatista no busca el poder. ¿Por qué nos quieren hacer partido político si nosotros no queremos el poder?. Nosotros queremos vivir en paz, en democracia, libertad y justicia"(Yo Marcos, Ediciones del Milenio, México 1994). "La izquierda revolucionaria". Dentro de su lógica de no reivindicar la revolución socialista rusa de 1917, tampoco reivindica sus dos más importantes conquistas: el Partido Bolchevique y la III Internacional.

6. Finalmente, es necesario darle mucha importancia al planteamiento hecho por Petras en el sentido que "los conceptos del marxismo han demostrado, una y otra vez, su validez por encima del paradigma liberal neoclásica" pero "Aún así, la amplia capacidad explicativa del marxismo no es suficiente para aproximarse al mundo contemporáneo, a menos que identifique las amplias transformaciones que han tenido lugar tanto en sus categorías históricas como en el mundo exterior " (subrayado mío). Los cambios en el mundo exterior es relativamente fácil identificarlos e incluso ponerse de acuerdo en su existencia. De estos hay un aspecto que el marxismo revolucionario, el trotkismo tiene que afrontar con mucha seriedad: las transformaciones que está sufriendo el movimiento obrero como consecuencia de la tecnología, la temporalidad en el empleo, el ingreso masivo de la mujer, el peso de los servicios, etc. Lo que no queda claro en el texto es, a criterio de los autores, ¿cuáles son las categorías históricas del marxismo? y ¿cuáles son las transformaciones que han sufrido estas categorías históricas? Este tema será objeto de futuras reseñas bibliográficas.

(2) "Derrota histórica significa destrucción física de un importante movimiento de masas, en lugares revolucionarios activos, que influye decisivamente en la política de ese país durante más de una generación. "Histórica" hace referencia al tamaño, alcance y centralidad de un movimiento, así como al nivel de desarticulación y el tiempo potencialmente necesario para su recuperación" Pág. 21.

(3) Sobre esta materia en el marxismo existe una amplia literatura. Están de Trotky los dos tomos sobre la Revolución de 1905, los tres capítulos de la Historia de la Revolución Rusa sobre la revolución de febrero de 1917 y sus textos sobre la Revolución Permanente; de Lenin, entre otros, Dos Tácticas de la Socialdemocracia, La Revolución proletaria y el renegado Kautski. Nahuel Moreno, en la posguerra, ha sido uno de los marxistas que más se ha ocupado de este problema de indudable importancia práctica. Se pueden coonsultar, entre otros trabajos, los siguientes: Actualización del programa de transición, Las revoluciones del siglo XX y Escuela de cuadros de Argentina 1984.


Grecia
Lo que queremos construir y como lo vamos a construir

Construcción de la organización marxista revolucionaria de los trabajadores de vanguardia.


LOS compañeros de la Organización Socialista de los Trabajadores de Grecia, es un grupo trotskista con el que hemos mantenido desde hace varios años una relación política. Los compañeros nos hicieron llegar el documento “Lo que queremos construir y como lo vamos a construir”. Por limitaciones nuestras no habíamos logrado hacer la traducción del inglés al español. Solo recientemente hemos terminado esa traducción. Realmente nos gustaría tener espacio suficiente para publicar el material en su totalidad en nuestra revista, pero nos ha sido imposible. El documento tiene varias partes: el tiempo de la revolución socialista; el proletariado, la única clase revolucionaria y el vehículo para la emancipación social; la formación de vanguardia revolucionaria; el tipo de organización revolucionaria; formación del equipo de dirección revolucionaria; y, algunas medidas necesarias básicas.  Hemos escogido para reproducir  la parte del material  que aparece bajo el título: “El tiempo de  la revolución socialista”. Desde ya dejamos claramente establecido que nos hacemos responsables de todas las limitaciones y defectos de la traducción. 

El tiempo de la Revolución  Socialista

La teoría leninista sobre la necesidad del partido marxista revolucionario de los trabajadores de vanguardia esta basada en la profunda convicción del momento de la revolución proletaria en la época  de la crisis generalizada del capitalismo, durante el periodo de la decadencia imperialista.  Consecuentemente, esta es una teoría basada en las características y en las particularidades de la revolución socialista, definiendo los aspectos específicos de la política y la organización de la clase obrera, en aras de lograr la lucha revolucionaria.

La época imperialista, mostrando la absoluta inhabilidad del sistema capitalista para desarrollar las fuerzas productivas de la humanidad, ha preparado las precondiciones económicas para la reconstrucción socialista de la  sociedad, y ha definido todas las precondiciones objetivas necesarias para lograr la revolución socialista.  El curso histórico del capitalismo moderno durante el último siglo, ha confirmado absolutamente los análisis leninistas sobre el imperialismo como “el mayor y último estadio del capitalismo”, la definición de su posición histórica como “el capitalismo en el momento de su caída e histórica decadencia”, dando significado a la era imperialista como “una época de guerras y revoluciones” y “la época de la revolución socialista internacional”.   

A pesar de la crisis histórica del sistema imperialista y su s trágicas consecuencias para el proletariado y el futuro de la humanidad, no puede haber un  colapso “automático” de la sociedad capitalista, ni una conversión mecánica de los inevitables conflictos de clase en una lucha política y revolucionaria por la conquista del poder, ni un reemplazo “espontáneo” de la sociedad burguesa por una socialista.  La madurez de los prerrequisitos objetivos, sin los cuales la revolución socialista se queda simplemente en un deseo y en una utopía romántica, debe estar combinada con el surgimiento general de la conciencia de clase  del proletariado.  El factor más importante para la realización de la revolución socialista es el desarrollo de la conciencia revolucionaria al interior del proletariado moderno, y la construcción  del partido de masas, al estilo bolchevique.

La revolución socialista  requiere por  naturaleza la oportunidad especial, que significa lograr propósitos absolutamente diferentes a todas las revoluciones pasadas en la historia. Las revoluciones de los sistemas sociales anteriores fueron el resultado del surgimiento general de los estratos oprimidos de la nación bajo el poder político durante mucho tiempo en manos de una clase social económicamente emergente, teniendo como resultado el establecimiento de un nuevo régimen de explotación de clase.  La revolución socialista ofrece, por primera vez en la historia, a la clase más oprimida de la sociedad, la posibilidad de conquistar el poder político.  Aboliendo todo tipo de explotación, reorganizando sobre nuevas bases la economía y la conformación social, y liderando por largo tiempo, hasta el fin de las clases sociales en  una sociedad comunista desarrollada.

Más específicamente:

a) La revolución socialista es la primera revolución  victoriosa en la historia, que ha sido por la clase más explotada de la sociedad, el proletariado, el cual mientras juega un rol central en la producción capitalista tiene al mismo tiempo un poder económico extremadamente limitado, pues nunca ha tenido propiedad sobre la producción, lo que significa que ha sido excluido de cualquier participación esencial en el bienestar económico de la sociedad capitalista.  Sólo después del vencimiento sobre la clase burguesa y la conquista revolucionaria del poder político, el proletariado podrá regir sobre el nivel de la economía, con la nacionalización de los medios de producción y a través de la planificación social de las actividades económicas.

b) La revolución proletaria es la eliminación  consciente, premeditada y planeada de la sociedad burguesa y el  establecimiento definitivo de un nuevo tipo de organización social.  Su consecución presupone no sólo la decadencia de la clase dominante, la profundización de las contradicciones de clase y el levantamiento general de las clases oprimidas, sino que también requiere, primero que todo un alto nivel de comprensión de los objetivos de la lucha revolucionaria por el mismo proletariado, a través de un programa revolucionario elaborado científicamente, el cual debe estar basado en  una ideología constituida que pueda explicar a cabalidad las relaciones sociales.

c) La conquista del poder político no es el final sino substancialmente, el comienzo de una acción revolucionaria del proletariado, por el establecimiento de un socialismo universal y la transición a una sociedad comunista integrada.  Los objetivos de la revolución proletaria están materializados en un proceso consciente a largo plazo de la reestructuración de las relaciones políticas, económicas, sociales, y culturales  y  son completadas por la disolución de todas las clases sociales así como del proletariado.

d) El establecimiento de una sociedad socialista futura puede ser lograda solamente a una escala internacional.  El sistema imperialista ha creado todos los términos para las globalización de las fuerzas productivas y ha formado una economía capitalista universal, la cual domina todos los mercados nacionales.  La revolución proletaria es , por naturaleza, internacional.  Es realizada primeramente dentro de las fronteras nacionales, en el “eslabón más débil” de la cadena imperialista y es terminada solamente por su predominancia final sobre los centro metropolitanos más neurálgicos del capitalismo.

El tiempo de la revolución socialista y sus características peculiares hacen surgir la pregunta sobre la formación de una consciencia de clase revolucionaria dentro de la clase trabajadora.  La revolución proletaria no es el surgimiento espontáneo de una masa indefinida.  La conversión de una situación revolucionaria en una revolución victoriosa requiere de un programa político con objetivos políticos con criterios de organización y planeamiento, dirigido por un centro unificado, el cual tiene la consciencia absoluta de los objetivos de la revolución.  Requiere un alto nivel de entendimiento por parte de las misma masas que surgen, las cuales están luchando para eliminar un sistema opresivo y explotador, sin un entendimiento primario de qué tipo de sociedad ellos quieran construir.  Todos estos factores hacen necesaria la constitución organizaciones, política e ideológica de los trabajadores avanzados en un partido revolucionario, con una profunda claridad y entendimiento de sus objetivos, un partido el cual pueda  imprimir la consciencia de clase revolucionaria al resto de las clases trabajadoras y pueda conducir a la lucha por la conquista del poder.

Organización Socialista de los Trabajadores

Diciembre de 1995


NAHUEL MORENO

Diez años de su muerte

La dirección revolucionaria:
factor determinante de la época


"LA época revolucionaria se divide, entonces, en tres etapas claramente delimitadas:

La primera: desde 1917 a 1923, en la que triunfa la Revolución de Octubre en Rusia como consecuencia de la existencia de un partido marxista revolucionario, se funda la Tercera Internacional y estalla la revolución europea.

La segunda: desde 1923 a 1943 aproximadamente, que se abre a partir de la derrota de la revolución europea, inaugura veinte años de derrotas ininterrumpidas, lleva al surgimiento y triunfo del stalinismo en el seno de la URSS y de la Tercera Internacional, que ayuda con su política a los triunfos fascistas de Chiang Kai-shek, Hitler, Franco y a la segunda guerra imperialista mundial.

La tercera: es esta postguerra, en donde nos encontramos con el más grande ascenso revolucionario conocido, que consigue expropiar a la burguesía en China y en la tercera parte de la humanidad. Pero ahora, debido a que el stalinismo sigue siendo la dirección predominante, relativamente fortalecido por la derrota militar del nazismo, los estados obreros que surgen son estados obreros burocratizados y el capitalismo puede recobrarse en Europa.

Resumiendo, los dos elementos determinantes de todos los fenómenos contemporáneos, las causas última y primera, las que determinan con sus distintas combinaciones todos los fenómenos, son el ascenso revolucionario de las luchas de la clase obrera y de los pueblos atrasados por un lado y la crisis de dirección revolucionaria por el otro. Esto último confirma por sí la validez de la Cuarta Internacional.

A partir de la primera guerra imperialista, al iniciarse la época de crisis definitiva del imperialismo y el capitalismo, la época de la revolución socialista, cambian las relaciones causales de los acontecimientos históricos. En relación con las grandes épocas históricas y el desarrollo normal de las sociedades, el marxismo ha sostenido que el hilo rojo que explica todos los fenómenos son los procesos económicos. Pero en una época revolucionaria y de crisis, esta ley general tiene una refracción particular que invierte las relaciones causales, transformando el más subjetivo de los factores --la dirección revolucionaria-- en la causa fundamental de todos los otros fenómenos, incluso los económicos. Hasta la Primera Guerra Mundial el proceso económico tenía un carácter predominante y en cambio no tenían mayor importancia los factores subjetivos. La misma lucha de la clase obrera era reformista porque no atentaba contra el proceso de acumulación capitalista, contra el desarrollo económico capitalista, contra sus leyes, sino a lo sumo significaba una ligera variación al proceso. Por eso fue una época reformista. Pero a partir de la Primera Guerra Mundial ya no es así. Los procesos económicos dejan de ser los determinantes; y el factor subjetivo --la dirección-- se convierte en lo fundamental. No olvidemos que esto es así porque toda la época está determinada por la lucha revolucionaria de las masas.

La existencia de Marx y Engels en el siglo XIX no fue un factor objetivo en el desenlace de ningún proceso histórico. Su existencia no pudo garantizar el triunfo ni evitar las derrotas de la revolución proletaria en el año 1848 ni en la Comuna de París. En cambio, la existencia de Lenin y Trotsky y del Partido Bolchevique pudieron garantizar el triunfo de la Revolución de Octubre, mientras que en Alemania la inexistencia de un partido bolchevique y de un Lenin y un Trotsky hizo que no se pudiera garantizar el triunfo de la revolución socialista. De la misma manera, la existencia de direcciones contrarrevolucionarias burocráticas al frente de los grandes partidos socialistas permitió el estallido de la Primera Guerra Mundial.

Una consecuencia histórica fundamental de esta inversión en la línea causal de los acontecimientos históricos se va a reflejar en la dialéctica de los triunfos y derrotas del proletariado mundial.

La izquierda socialdemócrata, confiada en el proceso lineal y evolutivo, al comprobar retrocesos y derrotas de éste como consecuencia de la inmadurez del proletariado o de la traición de sus direcciones, formuló una ley marxista, dialéctica, en una bella frase: el camino del proletariado está plagado de derrotas que llevan al triunfo. Señalaban así la diléctica de derrotas y triunfos, su transformación de unas en otros. Pero la Primera Guerra Mundial, al hacer aparecer con toda crudeza el nuevo factor determinante del proceso histórico --la crisis de dirección revolucionaria del proletariado mundial-- estableció una dialéctica invertida de las relaciones entre los triunfos y las derrotas que vale para toda la época que se abre con la Primera Guerra Mundial, y es más actual que nunca. Esta ley la podemos formular de la siguiente manera: mientras el proletariado no supere su crisis de dirección revolucionaria no podrá derrotar al imperialismo mundial y todas sus luchas, como consecuencia de ello, estarán plagadas de triunfos que nos llevarán inevitablemente a derrotas catastróficas. Nada lo demuestra mejor que el boom económico de esta posguerra: su verdadera causa es la traición del stalinismo, que llamó a los obreros occidentales a trabajar más que nunca para el imperialismo.

Mientras los aparatos sigan controlando al movimiento de masas, todo triunfo revolucionario se transforma inevitablemente en derrota. Esto se debe a la relación de los aparatos burocráticos con la movilización permanente de los trabajadores. Toda dirección burocrática saca su fuerza del apoyo directo o indirecto que tiene de los explotadores para que frene la movilización permanente de los trabajadores. Por otra parte, esta movilización es una amenaza mortal para la propia burocracia. De ahí que toda conquista que la burocracia se ve obligada a encabezar es administrada por ésta para frenar la movilización revolucionaria, para detenerla con esa conquista, en ese punto del proceso. Pero en esta época revolucionaria todo avance que no es seguido de otro avance significa un retroceso. De ahí que la burocracia con su política de freno por un lado, de defensa de sus privilegios frente a las masas por otro, está obligada a luchar contra la movilización permanente de los trabajadores, a transformar sus triunfos en una derrota de la revolución permanente."


Panorama Internacional Nº 6

Reseñas

  Editorial
Actualidad
Países
Aniversarios

Escriba sus opiniones a la Comisión Internacional del CITO