De qué me sirve…


Poblar de atributos mi endeble horizonte
viviendo mis modales con finos arpegios,
lustrando sonrisas… puliendo actitudes…

Si en el concierto se oyen fanfarrias
cuando entra en escena lo superficial,
y se aplaude lo fatuo, y se premia lo trivial,
sonríen las divas vestidas con transparentes tules
mientras se marchita la flor de ambigua fragancia…

De qué me sirve…
Bañar mis palabras con mieles y flores,
susurrar en tu oído poemas de amor,
acariciar tus pechos, buscar tu regazo…

ser blanca amapola, modelar virtudes,
si andando palabras y optando lugares,
son otras las mieses que vas a cortar?

Mientras mis mejillas mojan gotas de dolor…
De qué me sirve…

Tu verso sublime… un tierno “te quiero”,
cubrir mis pupilas con nubes rosadas,
limpiar mis pensares de viejos tabúes,
regalarme flores pintadas de aromas,
tocar serenatas, besar mis adentros…

Si en otra alborada, lejos de mis labios
florecen tus besos rendido de amor…

De qué me sirve…
Ser ninfa o nereida en roca esculpida,
esa blanca estela que cubre la mar,
ondina, tibieza, pureza de nido o naranjo en flor,
eterna promesa en un cielo de abril,
navegante eterna de azul ilusión…

si dentro de ese barco jamás estaré
ni en tus pupilas me retrataré…
De qué me sirve…

dibujar ternuras en cada sonrisa,
vestir las paredes de blancos candores,
y armar un pesebre de dulces capullos.

Si no ves mis manos llenas de caricias,
ni sientes el roce de mis tibios besos
que en noches de insomnio recorren tu cuerpo…

De qué me sirve…
Mi ingenuo sueño de alborada compartida,
las frescas mañanitas acurrucada en tus brazos,
bostezos y ternezas dentro de ese mundo…

Mis sentires,  los anhelos,  tanto ángel
en la belleza de mi alma enamorada.

Si en tu horizonte se perfilan otras voces,
en tus versos se recrean otras musas,
y en mi cama no amanece tu varonil aroma…

Díme amor… de qué me sirve?


04/06/2004
Poema 3
Página Anterior
Menu