Red Nacional de Investigadores en Comunicación

III Jornadas Nacionales de Investigadores en Comunicación
"Comunicación: campos de investigación y prácticas"


GENDER / GÉNEROS: CUANDO LAS FRONTERAS DESAPARECEN

Por Eleonora Pascale y María José Troglia

Yo quiero ser una chica Almodóvar, como
la Maura, como Victoria Abril...
O también como Marisa Paredes, como Leo,
como Amanda Gris...

 

Si queremos empezar a pensar en identidades, en géneros, en sexos, son los nombres de estas mujeres los que pueden darnos la primera pista, guiándonos dentro de textos que parecen, muchas veces, dejar afuera a los hombres y que a su vez instauran modelos femeninos a copiar. La flor de mi secreto, el último film que vimos de Almodóvar, nos marca un recorrido de sentido que se va delineando en relación con sujetos que son , que parecen, que dicen que son pero a veces mienten, que traicionan, pero que también, otras veces, tienen miedo de decir o decirse a sí mismos quiénes son: hombres o mujeres, hombres y mujeres.

 Pensamos nuestro trabajo en torno a la construcción de la identidad en lo que hace a la ocupación de un espacio que es social, cultural, biológico o, como en este caso, literario. El borramiento de las fronteras entre los géneros, y aquí nos referimos a géneros sexuales o biológicos tanto como a géneros discursivos, produce efectos de hibridez, de mezcla, de puesta en duda acerca de la construcción de identidades finales, completas y unívocas, desdibujando incluso los límites de ficción y mentira como sucede con la figura de Amanda Gris, que es una construcción ficcional pero también una falacia. En este contexto, las desconfianzas y traiciones entre y en los sujetos, así como la puesta bajo sospecha de los géneros, no son casuales y apuntan de alguna manera a sostener la estética almodovariana, que no carece por cierto, de sujetos disfrazados, de discursos travestidos, de continuas representaciones y puestas en escena dentro de la misma representación del film que las contiene.

 

En relación con el problema de la constitución de subjetividades, es importante observar la multiplicación de visos y facetas que asume el nombre propio, y especialmente a la noción de firma, aquello que registra a un sujeto que ha estado, que ha dejado su rúbrica y que a partir de ésta será identificado. Tal como apunta Derrida "Los efectos de firma son la cosa más corriente del mundo. Pero la condición de posibilidad de esos efectos es simultáneamente, una vez más, la condición de su imposibilidad, de la imposibilidad de su pureza rigurosa. Para funcionar, es decir, para ser legible, una firma debe poseer una forma repetible, iterable, imitable; debe poder desprenderse de la intención presente y singular de su producción. En su mismidad lo que alterando su identidad y su singularidad, divide el sello." Esta instancia se vuelve aún más importante cuando se trata de un escritor, que necesita de su nombre porque es un personaje público y se relaciona con los otros a través de la escritura. Esto adquiere relevancia en la película ya que el nombre propio pasa por diferentes estados que van del ocultamiento al recorte, al intercambio, al uso de seudónimos, produciendo esto en las identidades, confusiones, ausencias, des-orden, negación, aspectos importantes cuando se trata de definir quién es quién y cuando se intenta hablar de construcción de subjetividades.

 

Al comenzar a plantear la constitución de subjetividades, debemos diferenciar cómo el sujeto se construye a sí mismo y cómo construye a los demás, en las relaciones que establece con ellos. Con respecto a la propia construcción, hablaríamos de formas de mirarse a sí mismo, de hablar sobre sí, de mostrarse en lo íntimo y de exhibirse en la trascendencia hacia lo público. Leo se presenta desde el comienzo del film, como una mujer que parece negarse a sí misma, anulándose en un nombre que no le pertenece y en una profesión que no la reconoce ni la enorgullece y por lo tanto la oculta. Se niega en la afirmación de modelos de mujer que no puede llevar adelante aunque lo intente:

* por un lado, no puede sostener el lugar de la mujer sumisa, que trabaja en su casa, atiende a la familia - marido e hijos-, y se dedica a dar: vida, engendrando hijos, y servicios, cuando realiza tareas relacionadas históricamente con la condición femenina: tejer, bordar, cocinar. Esta mujer se congrega en el espacio de la casa, especialmente en la cocina y comparte con otras iguales a ella las mismas inquietudes: instrucciones para hacer labores, las recetas de cocina, cómo tratar a los maridos. Este grupo de mujeres aparece en la película como un modelo que a Leo le es muy próximo: su madre, la hermana, la mucama, las vecinas del pueblo. Personajes que de diversas maneras (por lazos de sangre, por convivencia, por raíces comunes), están cerca de ella para ser aprehendidos. Estas mujeres representadas jerárquicamente por la madre que es la más anciana, logran, luego de sostener el orden patriarcal, independizarse de la figura masculina en la vejez y, aunque les duela, estar solas, pero juntas. Esas mujeres son las que encarnan el apoyo al que sufre, el sostenimiento, el amor.

* El otro modelo de mujer al que Leo se acerca aunque no logra adecuarse satisfactoriamente es el de las que lograron profesionalizarse, que posee el saber y lo brinda a los que no pueden solos con sus vidas o sus trabajos como es el caso de la psicóloga y la editora. En este grupo también se encuentran aquellas que traicionan, cuando roban maridos o cuando amenazan con exponer públicamente la vida privada de la escritora provocando un escándalo; Éstas son las mujeres que lucran, cuando hacen representaciones de la muerte y la donación de órganos se vuelve un teleteatro o cuando atienden solamente a las leyes del mercado editorial sin tener en cuenta al autor; son las que tienen secretos, las que mienten. Ellas, a diferencia de las anteriores les fallan a sus mismas otras, y además, no cocinan.

A partir de esto, ¿cuál es el lugar desde el cual se construye Leo como sujeto femenino? ¿Cuál es el lugar que ocupa en ambos grupos? ¿Cuáles son las desviaciones que marca que la hacen estar en tránsito constante entre estos dos modelos y por fuera de ambos?

Su manera de pertenecer al primer grupo de mujeres es semejante a la actividad de construir tramas, tejer historias que sostengan la vida, trabajando en / desde su casa y de alguna manera pariendo en cada frase. Sin embargo, la primera transgresión está allí mismo: Leo no asume su propia escritura. El uso de un seudónimo (Amanda Gris), encubre su nombre propio anulando la posibilidad de ser reconocida en la esfera de lo público, aunque la traición adquiere una real dimensión en la deslealtad que ofrece a su propio concepto de lo que debe ser "literatura". Amanda Gris escribe novelas rosas, aquello que Leo detesta y critica. En verdad Leo contaría en textos la indiferencia del mundo, los armaría con retazos de la realidad, lo marginal, lo sucio y lo oscuro. Hablaría sobre mujeres aventureras, suicidas, dementes. Pero, el escribir novelas rosas no se lo permite, negándole su idea de "ser mujer" y afirmándole la imposibilidad de conectarse con la tierra, dentro de un género que se rige bajo el signo de la evasión y el artificio decoroso. La conciencia de su autotraición la obliga a mantener el secreto.

Leo vuelve a quedarse fuera del grupo y se aparta de los estereotipos que éste propone porque su marido la engaña y la deja, porque no tiene hijos, porque plancha mal la camisa y porque se le enfría la paella que no sabe cocinar, le gusta el whisky y se acoda en las barras: pequeños fracasos cotidianos que traicionan al modelo de mujer hogareña y en parte conspiran contra el género femenino. Por si faltara algo para espantar al grupo Leo intenta suicidarse, llena su boca de pastillas y la negación de sí llega al cuerpo. Cuando está a punto de morir , la voz materna en el contestador automático la devuelve a la vida y comienza el proceso de su propia reconstrucción junto a este grupo de mujeres: regresa al pueblo natal, que le ofrece la posibilidad de reconstruir la historia familiar y ubicarse en un linaje de mujeres solas que sobreviven porque pueden seguir tramando, tejiendo redes, construyendo mundos posibles como sucede con la literatura pero en este caso por medio del tejido, el bordado y la charla en la vereda. Es allí, en su pueblo, donde también se reubica su madre , que Leo podrá hacer la relectura de su vida y esperará hasta que "algo pase".

En relación con el segundo grupo, Leo se inserta porque tiene una profesión, aunque no esté demasiado legitimada y muy pocos sepan de su trabajo y su capacidad, porque posee un saber cultural anclado en las lecturas y las escrituras y, como la psicóloga, con sus libros ayuda a vivir nuevas vidas. Sin embargo, todo esto queda anulado por su secreto: ella no recibe los beneficios ni los aplausos.

 

Ahora bien, dijimos que la constitución de la subjetividad se establecía también por la comunicación con esos otros: los hombres. Ellos son los que sostienen las mentiras y secretos que conducen al fracaso de Leo: su marido le miente, la maltrata con su indiferencia, la niega como mujer; el hijo de su mucama le roba objetos valiosos y aún más, le secuestra un manuscrito que era la única escritura verdaderamente auténtica que Leo había podido construir, más allá del simulacro de Amanda Gris (esa novela rechazada por los editores porque traicionaba el modelo, es robada y vendida a un guionista , es decir, lo que Leo niega tirando al cesto de la basura porque no sabe cómo hacer trascender, un hombre usurpa y usa para sí); su editor la amenaza para que cumpla con las exigencias del mercado; los hombres en la calle le sacan el dinero a cambio de nada, la ignoran, no la ven. Esos fracasos de relación tienen sin embargo un contrapunto muy fuerte que es la clave para comprender la construcción de una cierta teoría acerca de los géneros en el film: hay un solo hombre, llamado Ángel, que significa para Leo el sostén en los momentos de mayor desesperación: es el amor, da casa, alimento, luz, da una flor, da cobijo y sana, conduce hacia el pueblo del origen y se queda con ella compartiendo el vino del final. Ese hombre, de acuerdo con las actividades que realiza podríamos decir que está feminizado, en el sentido en que Roland Barthes define al sujeto que está enamorado y espera. Él espera el amor de Leo y llega al máximo del amor feminizado cuando la reemplaza en la escritura: Ángel, que es periodista y también publica con seudónimo femenino un artículo sobre Amanda Gris, escribe las dos últimas novelas que Leo se había negado a entregar a sus editores, intentando cortar el mito de la autora de novelas rosa que traicionaba su ideal literario: mujeres verdaderamente escritoras: Virginia Woolf, Isak Dinesen, Djuna Barnes. Las dos últimas novelas consiguen cumplir con el contrato para que Leo no sea demandada y al mismo tiempo con otros contratos implícitos: el de la escritora que los demás esperan, el del lugar social asignado a la mujer, el contrato del amor que da algo a cambio de otra cosa. Un hombre feminizado no es un invertido, diría Barthes, es un hombre enamorado.

 

En relación con el problema de los nombres propios, nos resultó muy significativo el borramiento, una vez más, de las fronteras genéricas: Leo se llama realmente Leocadia, pero sólo una vez es llamada así en la película, por su madre, que no casualmente es quien intenta afirmar su condición mujeril como parte del linaje familiar. Leo es un nombre de varón y el seudónimo con el cual firma el artículo para el diario pedido por Ángel acerca de la literatura de Amanda Gris es "Baronesa" que tiene connotaciones evidentemente masculinas. Por su parte Ángel (un verdadero Ángel que sostiene, cuida y guía), confronta en la misma página del diario su propio artículo sobre Amanda Gris a la cual defiende, con un seudónimo femenino: Paqui Derma, que puede remitirnos a otros juegos significantes de Almodóvar. Sin embargo, esa aparente admiración hacia esa escritora estereotipada, de novelas "fáciles", es desplazada cuando Ángel puede tener acceso a los "verdaderos" textos de Leo: la novela que será robada y dos artículos, y esa lectura, lo enamora de la escritora.

 

El uso del seudónimo configura evidentemente un espacio que culturalmente tiene que ver con las esferas de lo público y lo privado. Amanda Gris se constituye, por la profusión del material que edita y por el fuerte estereotipo que logra instituir en un "mito autoral" reafirmado porque nadie sabe quién es ella, no existen fotografías suyas y hasta se desconoce si se trata de un hombre o una mujer. Esta especie de Corín Tellado, anula la importancia de definir si el que escribe es realmente hombre o mujer, ya que el locus de enunciación es claramente femenino, el sujeto que escribe es mujer, más allá de su sexo, de su género biológico, es decir, podemos afirmar de acuerdo con las recientes teorías acerca de la literatura de mujeres, que hay un espacio de la escritura que es femenino porque se constituye como tal a partir de ciertas estrategias y, avanzando un paso más, Almodóvar juega con la idea del sujeto "real" que escribe, para mostrar que no todos los que escriben como mujer, necesariamente lo son.

 

Con respecto a la literatura de Amanda Gris, aparecería también una reflexión sobre el lector modelo que esos textos construyen: cierto tipo de mujer que participa de un modo sumamente activo en la conformación del mercado, consume esa lectura como consume cosméticos, ropa o comida. Y así se delimita el otro problema teórico que consideramos central: cómo la escritura íntima accede al espacio de lo extremadamente público, cómo los conflictos de la vida privada se exhiben para los demás, ya que estos textos cuentan historias de amor, complicadas, ocultas, prohibidas, confusas, pero que siempre tienen un final feliz, negadoras de lo social, de la realidad, con una estandarización tal que se transforman en paradójicas: porque las historias de amor verdaderas no siempre tienen finales felices. El modelo de la telenovela, explícitamente indicado en el film como "el culebrón venezolano", paradigma y punto de referencia para el contrato de escritura de Amanda Gris, exige, al mismo tiempo que pide intimidad, el borramiento de la misma. Y de hecho, los problemas más graves que transcurren en la vida privada de Leo, aunque se mezclan con retazos de circunstancias sumamente públicas ( puesta en escena de un ballet, una manifestación de estudiantes en la calle, una redacción de un diario repleta de "escribientes"), ella no escribe jamás la historia terrible de su propia vida, su triste historia de amor y traición con final feliz.

ELEONORA PASCALE
Plus Ultra 1659
Tel. / FAX (023)79-2932
 MARÍA JOSÉ TROGLIA
Roca 3354
(023) 72-9759.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA


Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNCuyo. Centro Universitario - Parque General San Martín. CP (5500) - Mendoza. Fax: 061-381347. Tels: (061) 234393 / (061) 257701 [int. 2024]


Volver a Mesa 6. "Identidades culturales en los medios. I"

Volver a Cursos y Congresos.

Volver al Home Page.