Los juegos de azar y el Cristiano
preparado por DOC      Agosto 2002
Para quien imita a Cristo, las promesas de Dios son muy claras, “todo les será para bien” aunque no sea en el tiempo que nosotros queramos. Pero esto implica confiar en que Dios provee lo necesario en el tiempo indicado, así como Jesús dijo que a las aves no les faltaba de comer ni lugar para dormir.

¿Porqué apostamos, jugamos al bingo o compramos boletos de lotería y rifas?

"Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo (se vuelven esclavos de sus muchos deseos), y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males, codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores.
Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre." 
1 Timoteo 6.9-11 RVR1960

Todas las formas de juegos de azar —desde la rifa entre amigos a los casinos y la lotería— son inaceptables para el Cristiano, pues con las apuestas, la persona esta buscando la suerte, no la voluntad de Dios,  gastando el dinero que es producto de su trabajo o ahorro, los cuales han sido dados por Dios.  
Apostar ha llevado a la banca rota a muchos por gastar el dinero dado por Dios en la suerte y no en las buenas obras o para vivir. Muchos matrimonios han sido roto por los apostadores compulsivos, y empleos han sido perdidos por los adictos a las apuestas.

El dinero nos lo da Dios para bien no para el mal, pero solo sirve para resolver problemas de dinero, no de otro tipo.  Muchos de esos otros problemas son la razón de los problemas de dinero.
Apostar rompe los principios bíblicos de como debe de un Cristiano confiar ciegamente en el cuidado amoroso y la provisión de Dios, no en la suerte o casualidad.

"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas."
Mateo 6.33 RVR1960

¿A que cosas se refería Jesús?  En los versículos anteriores lo dice: a qué comeremos, qué vestiremos, etc.  En el Padre Nuestro nos los enseño: “danos hoy el pan de hoy”, no dice para un mes o toda la vida.

El Cristiano debe de amar al prójimo, no beneficiarse de su perdida. Si uno gana es que otro pierde. El Cristiano busca evitar toda forma de avaricia y codicia y estar contento con lo que tiene.

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Sean sus costumbres sin avaricia, contentos con lo que tienen ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré" Hebreos 13.5 RVR1960

Además, el Cristiano reconoce que lo que tiene le ha sido dado por Dios para su disfrute y debe de ser usado en forma que honre a Dios.

En la Biblia no encontramos la aprobación de las apuestas, pero si vemos como se dice que se debe ganar el sustento con trabajo honrado y esfuerzo, lo cual excluye el confiar en la suerte para enriquecerse rápidamente y no tener que trabajar como Dios mandó a Adán, pero eso no es un castigo sino una forma de agradar a Dios.  “Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2 Tesalonicenses 3.10-12 RVR1960)

Apostar es malo por los motivos que llevan a ello, sea la emoción o la diversión. Algunos apuestan por avaricia, otros por una falsa fe en la suerte. Todos son motivos inaceptables para el Cristiano, pues son egoístas y materialistas.

Dios aborrece la idolatría, y el amor al dinero fácilmente puede volverse idolatría: "Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría." (Colosenses 3.5)
Desde los 10 mandamientos vemos que Dios nos habla sobre esto:

“No robes.
No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca.” Éxodo 20.15-17

¿Quién no ira al cielo? Lee 1 Corintios 6.9-10.

Aprende a confiar en Dios y en Su prvidencia, en que lo que tienes es lo que más te conviene y que en el momento que te convenga tener más o menos, Él lo hará.

ucha gente, desde el sabio rey Salomón, ha dicho que en muchas ocasiones, tener mucho ha sido la causa de haber pecado o de no haber hecho lo correcto.

Participar en un sorteo en el que no hay que comprar boleto o entrada no es apostar, es solo ser un posible receptor de algo que de forma gratuita puede sernos dado, pero ese tema sigue aparte en:
“Si yo me ganara la lotería”

Inspirado por un mensaje de Billy Graham
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