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Una taza de café por la mañana
por DOC
Hay una persona que estimo mucho y que conozco desde hace veintitantos años. Casi siempre la he visto de muy buen humor. Todos los que la conocemos decimos que es una maravillosa persona. Sin embargo su día inicia cuando se toma la primera taza de café, basta eso para que “despierte” y vuelva a ser la misma persona que se fue a la cama la noche anterior. Como muchos otros, esta persona anda como zombi hasta que se toma su primer café.

Hace poco leí esto como parte de un mensaje que pretendía hablar sobre la vida del cristiano. Empezaba así:

“Lo confieso: necesito mi café por la mañana. Todas las mañanas.  Nada de descafeinado, sino el verdadero. Y lo necesito bien cargado.
Un gran número personas toma algún tipo de café durante el día.  Los jóvenes parecen hacerlo menos. Yo traté de dejar el hábito un par de veces, pero me dio el peor de los dolores de cabeza. «Es la falta de cafeína», me decían mis amigos. La última vez que lo intenté fue hace 8 años. Decidí que no valía la pena."

Esto me sonó a: "como yo no puedo con esto, dejaré que me domine".

El cacao, el café, la marihuana y la cocaína son plantas creadas por Dios que en su estado natural no son malas, pero al procesarse en cierta forma, producen un efecto de bienestar sobre el cuerpo humano que no nace de adentro sino de afuera del ser humano. Siempre son de efecto temporal por lo que se vuelven adictivos, ya que quienes las toman, quieren seguir sientiendo esa agradable sensación que pueden causarse ellos solos cada vez que las toman.

Estas adicciones van de lo inofensivo, como lo es el chocolate, a los destructivo como lo es la heroína. El tabaco por si solo no es adictivo, se requiere de la nicotina que se añade a los cigarros para que se vuelva una adicción.

¿Sabías que el cigarro es más adictivo que la heroína? ¿Qué el café causa mayor adicción que la marihuana y que el chocolate es la causa de mayor numero de adicciones en los EUA? Mi pregunta es:
¿puede un cristiano ser adicto a algo? Si contestaste que solo podemos ser adictos a Dios estoy de acuerdo contigo.

Me duele decirlo pero los vicios existen por el hueco en las vidas de la personas que los adquieren. Ese hueco es la falta de Jesús, pues solo el que tiene al Hijo puede llegar al Padre, y solo con Jesús como Salvador se tiene al Espíritu Santo, que es el que causa esa sensación de paz, amor y bienestar que proviene de Dios. Quien tiene un vicio se justificará diciendo que lo hace por gusto, que lo puede dejar cuando quiera, pero la realidad es que están atados y no lo quieren reconocer, no han podido clamar a Dios para ser liberados.

Para colmo de males, algunos vicios vienen en conjunto. ¿Te has dado cuenta de que muchos fumadores toman además mucho café? La razón es que la cafeína te acelera mientras que la nicotina te desacelera, volviéndose una forma de auto-equilibración. Algo similar sucede con quienes consumen drogas y alcohol.

Cuando un fumador deja el vicio, es común que deje de tomar tanto café, y es muy probable que gane peso ya que ahora llena ese “hueco” en su vida con la comida, pero no hay nada que pueda ocupar el lugar que solo Dios puede llenar en ti y en mí. Cristo ha llenado el hueco en la vida de tantos de nosotros y nos ha permitido vivir libres de las adicciones de este mundo.

La persona que cité al inicio se dio por vencido diciendo: “no vale la pena”, pero yo te digo que sí la vale, que no tiene porque ser algo doloroso ni de lo que arrepientas. No confieses como él, que no puedes dejar la cafeína u otra adicción, sean las apuestas, la TV o incluso como en mi caso lo fue la pornografía, porque si con tu boca lo confiesas menos lo vas a poder dejar. Mejor confiesa tu necesidad de Cristo y tu deseo de ser liberado por Su gracia.
"Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo." (Romanos 10.10 NVI)

La templanza es dominio propio, el cual es dado por Dios.
"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos." (Gálatas 5.22-24 RVR1960)

La templanza no supone limitación, sino grandeza. Hay mucha más privación en la falta de dominio propio, pues nos privamos de lo que el Espíritu Santo nos puede dar si tenemos un corazón limpio, y es parte del paquete que nos ayuda a "crucificar la carne y sus deseos".

Dios puede despertarte cada día con el poder de su amor, llenar tu cuerpo de la fuerza y el poder que solo proviene de Él y que ninguna droga te puede dar, abrir tus ojos y tu espíritu para que veas lo que tiene hoy para ti, empezando por estar vivo y poder respirar.

Una tasa de café es la compañera necesaria de mucha gente cada mañana, pero te exhortó a que mejor busques que sea Dios quien este ahí contigo cuando inicies tu día, y de preferencia hacerlo con tu cónyuge o un familiar.

¿Prohibido tomar café?
Claro que no. No puede estar prohibido para un cristiano el tomar café, ni comer chocolate, pero si el hacerlo se ha convertido en una adicción para tí, es que algo esta fallando. La buena noticia es que Dios en un instante puede corregirlo y transformarte, hacer de ti una nueva criatura solo dependiente de Él, basta pedírselo en el nombre de Jesús.

Si fumas o estas sujeto a las drogas la historia es diferente, pues eso no solo es adictivo sino que es nocivo para tu salud y la de otros, lo cual choca con el llamamiento a ser santos, de mantener nuestro cuerpo limpio, de no amoldarnos a este mundo, de imitar a Jesús, quien no fue adicto a nada y que puede liberarte de las ataduras que tu solo no has podido romper.

El café no te escucha, las personas que amas y Dios sí. No necesitas de cafetera, taza, electricidad o azúcar para disfrutarlos y llenar tu vida.

Nuestro Padre celestial nunca ignorará las debilidades de Sus hijos:
"él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo" (Salmo 103.14 RVR1960)

En el amor de Cristo.
EL USO DE LA CAFEÍNA