![]() |
Si quieres suscribirte a Cristo al Volante de nuestras vidas y participar en discusiones de edificación para tu vida y de otros, que oremos por ti o interceder por otros, manda un correo a: cristoalvolante-alta@eListas.net o visita nuestro Foro |
Mi pecado favorito por DOC |
¿Tienes un “pecadillo” por ahí que te ha acompañado por años? ¿Padeces la ceguera del mecánico? Hay cosas que a todas luces son identificables como pecado, no se necesita de mucho análisis para saber que se está cometiendo un acto contrario a la voluntad de Dios, ya sea porque la sociedad así lo ha hecho ver, o porque la conciencia nos deja en paz. Esos pecados son los más fáciles de evitar para el Cristiano, pues un imitador de Cristo puede a lo lejos darse cuenta de lo que satanás trama. El Espíritu Santo nos aconseja, se vuelve nuestra conciencia, y nos permite discernir las cosas que antes no podíamos siquiera ver. El problema radica en aquello que por la naturaleza de cada persona, no podemos o queremos identificar claramente como pecado, pues han existido en nosotros por mucho tiempo., y son por lo general, originados por situaciones o cosas que no necesariamente generan pecado para toda persona. Son cosas que datan de antes de entregarnos a Cristo, de cuando no podíamos distinguir entre el bien y el mal, pero que como no las hemos desarraigado una por una a conciencia, ahí seguirán por largo tiempo. Nos hemos auto convencido de “en realidad no es pecado para mí” aunque para otros si lo sea. Creemos que tenemos un don especial que nos hace inmunes a ese mal, pero no es así. Pero, ¿porqué pensamos así? Porque se trata de mi pecado favorito. De un pecado tan arraigado en mi que ya no me sabe mal, pues he aprendido a disfrazarlo, estimarlo y para dejarlo en claro, del que no me quiero deshacer. Ceguera del mecánico. La “ceguera del mecánico” es el fenómeno que se da cuando por ver su taller sucio todos los días, al cabo de un tiempo se acostumbra, y la suciedad ya no le llama la atención, pero tan pronto llega alguien más se da cuenta de la falta de limpieza en el lugar. Lo mismo sucede en nuestras vidas cuando anestesiamos esa parte de nosotros para no sentir el dolor que el pecado causa a nuestro espíritu y por ende a Dios, y después de un tiempo ya no nos percatamos de que estamos alejados de la presencia del Señor aunque no haya sido esa nuestra intención, pero al entrar el Espíritu Santo a nosotros, expone todo lo bueno y lo malo. Y es que como decía Santiago: “De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce." (3.10-12) Eso lo podemos aplicar a todo el cuerpo. ¿Puede habitar el Espíritu Santo en alguien que no desea erradicar todo su pecado? ¿Hay áreas de ti donde no dejas entrar a Dios? ¿Estas dispuesto a que el Espíritu Santo examine tu vida entera o solo una parte? “Y cuando Él venga (el Espíritu Santo), convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”. (Juan 16.8) Cualquier cosa que usurpa el papel de Cristo como Señor de tu vida, compitiendo por tu devoción y tiempo, puede ser campo fértil para satanás. Lo importante es examinar tu vida pidiéndole a Dios que te revele cualquier área de tu vida que pudiera darle entrada a satanás. Solos no podemos ser imitadores de Jesús, eso esta bien claro, necesitamos de ayuda para esos momentos de flaqueza, para poder recordar lo que nos dijo y para entender y obedecer lo que hoy nos quiere decir. “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho” (Juan 14.26) “Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” (Romanos 8.13-14) Busca ese pecado favorito en ti si es que no lo has hecho ya, renuncia a él y deséchalo en nombre de Jesús, para que puedas vivir la vida plena en Cristo que todo imitador y seguidor suyo puede vivir por la misericordia de nuestro Padre que nos ha amado tanto como para darse a sí mismo por nosotros. |