Módulos de Filosofía

Para la Educación de Adultos

CLASE N° 1

 

La admiración y la ‘pregunta total’ como origen del pensamiento filosófico.

Introducción: Cuando nos preguntamos por el origen de la filosofía, podríamos contestarnos desde una visión histórica  señalando que el pensamiento filosófico comienza en Grecia, aproximadamente en el siglo VII antes de Cristo. Si bien este dato nos ayuda en la contextualización de nuestra pregunta, tendremos que entender de otro modo el concepto de origen para comprender lo que es realmente la filosofía. En efecto, este origen puede ser entendido en términos psicológicos, es decir, preguntarnos por qué y cómo cada uno de nosotros enfrentamos la realidad desde una perspectiva filosófica.  La búsqueda de este principio del conocer se hace particularmente importante  en cuanto reconocemos en la filosofía el fundamento del conocimiento occidental. Si bien existen otros modos de enfrentar el conocimiento de la realidad, pareciera ser que el pensamiento filosófico es inevitablemente connatural al ser humano e indispensable a la hora de querer situarnos con sentido en el mundo. La pregunta es, por tanto, ¿qué sucede en nosotros cuando comenzamos a pensar  filosóficamente? Para tratar de responder esta pregunta Rafael Gambra, filósofo español, en su libro “Historia sencilla de la filosofía” nos ofrece un iluminador ejemplo:

Texto:

“Imaginemos a un hombre que salió de su casa y ha sufrido un accidente en la calle a consecuencia del cual perdió el conocimiento y fue trasladado a una clínica o a una casa inmediata. Cuando vuelve en sí se encuentra en un lugar que le es desconocido, en una situación cuyo origen no recuerda. ¿Cuál será su preocupación inmediata, la pregunta que en se­guida se hará a sí mismo o a los que le rodean? No será, ciertamente, sobre la naturaleza o utilidad de los objetos que ve a su alrededor, ni sobre las medidas de la habitación o la orientación de su ventana. Su pregunta será una pregunta total: ¿qué es esto? O, mejor, una que englobe su propia situación ¿dónde estoy?, ¿por qué he venido aquí? Pues bien, la situación del hombre en este mun­do es en un todo semejante. Venimos a la vida sin que se nos explique previamente qué es el lugar a donde vamos ni cuál habrá de ser nuestro papel en la existencia. Tampoco se nos pregunta si queremos o no nacer. Cierto que, como no nacemos en estado adulto sino que en la vida se va formando nuestra inteligencia, al mismo tiempo nos vamos acostum­brando a las cosas hasta verlas como lo más natural e indigno de cualquier explicación. A los prime­ros e insistentes porqués de nuestra niñez respon­den nuestros padres como pueden, y el inmenso pres­tigio que poseen para nosotros de una parte, y la oscura convicción que tiene el niño de no estar en condiciones de llegar a entenderlo todo, de otra, nos hacen aceptar fácilmente una visión del Universo que, en la mayor parte de los casos, será definitiva e inconmovible.Sin embargo, si adviniéramos al mundo en  estado adulto, nuestra perplejidad sería semejante a la del hombre que, perdido el conocimiento, amaneció en un lugar desconocido. Si este mundo que nos parece tan natural y normal fuera de un modo absoluta­mente distinto nos habituaríamos a él con no mayor dificultad. Llegada la inteligencia a su estado adulto suele, en algún momento al menos, colocarse en el punto de vista del no habituado, de su nesciencia  profunda frente al mundo y a sí mismo. En ese instante está haciendo filosofía. Muchos hombres ahogan en sí esa esencial perplejidad: ellos serán los menos dotados para la filosofía; otros la reconocen como la única actitud sincera y honesta y se entregan a ella: éstos serán –profesionales o no– filósofos.”

 

Actividad:

Responde, con tus propias palabras y basándote en el texto, las siguientes preguntas: 

1.         ¿A qué se refiere el autor cuando afirma que el hombre que filosofa está en "estado de no-habituado"?

2.         Da un ejemplo, de la vida cotidiana, en que se muestre esta condición de “asombro” y el surgimiento de la “pregunta total”.

3.         ¿Por qué, según tu visión y en términos concretos, perdemos esta capacidad de asombrarnos o admirarnos de la realidad que no conocemos? 

 

Conclusiones:

·           El origen psicológico de la filosofía se encuentra en nuestra connatural capacidad de asombrarnos frente a lo desconocido que nos desorienta y evidencia nuestra ignorancia.

·           Al asombro sigue la “pregunta filosófica” que se caracteriza por buscar los fundamentos de la existencia en su totalidad; es, por tanto, una pregunta que tiene múltiples respuestas posibles e incluso contradictorias entre sí.

·           La actitud filosófica puede perderse por el hábito de aceptar las verdades que nos llegan en forma ingenua y acrítica.

 

 

Para saber más:

Lee la primera parte de “Los Orígenes de la Filosofía” de Karl Jasper, [http://www.oocities.org/educcl2002/intro1.htm] identifica en este texto los primeros pasos que el ser humano recorre para conocer la realidad que lo rodea.

 

 

 

 


Envía las respuestas a fdomauricio@chilesat.net, No olvides señalar tus dos nombres  y tus dos apellidos, además de la Unidad Militar a la que perteneces, señala el número de la clase indicado al comienzo de cada documento.

 

volver al índice