Módulos de Filosofía

Para la Educación de Adultos

CLASE N° 3

 

La mera opinión y el conocimiento científico.

 

Introducción: Las primeras respuestas que el ser humano ensaya frente a las preguntas que naturalmente tienen sobre la existencia provienen del mito. Se trata de justificar una realidad que se desconoce a través de una narración extraordinaria y sobrenatural. Sin embargo, estas explicaciones se hicieron insuficientes para una nueva visión que ponía en duda y criticaba la incoherencia de los mitos con ciertos principios que el conocimiento comenzaba a descubrir. Se trata de buscar una Verdad y no sólo una explicación. El conocimiento que tenemos de nuestra realidad puede ser adquirido por diversos medios. El más elemental modo de conocer y también el más inseguro fue llamado por los griegos “doxa”, que podemos traducir como opinión. La opinión que se da frente a un asunto no es necesariamente verdadera o falsa en cuanto no está fundamentada. Por esta misma razón una opinión no pretende convencer sobre la verdad de algún hecho. La mera opinión sólo se comunica y no pretende el conocimiento de la verdad ni el avance en la comprensión de la realidad. Este modo de conocer –que sólo puede basarse en la confianza y que está muy cercana a la ingenuidad– está lejos aún de la filosofía. El conocimiento filosófico y científico busca una verdad intersubjetiva, partiendo de las causas naturales de los fenómenos físicos ordenándolos a través de las facultades racionales que todos los seres humanos poseen. Estas facultades racionales que ordenan el mundo de la naturaleza son las más importantes a la hora de explicar los fenómenos naturales y las acciones humanas. Dicho de otra manera, una argumentación, coherente en sus fundamentos, es la única metodología capaz de mostrarnos la Verdad del mundo que nos rodea.

 

Texto:

“Para llegar a una más clara noción de lo que sea filosofía tratemos de sentar y de comprender una definición de la misma. [...]

 

Ciencia

de la totalidad de tas cosas

por sus causas últimas,

adquirida por la luz de la razón.

 

Ciencia: Muchos de nuestros conocimientos no son científicos. Así el conocimiento que los hombres siempre tuvieron de las fases lunares, de la caída de los cuerpos. Así el que tiene el navegante de la pe­riodicidad de las mareas, etc. Estos son conocimien­tos de hechos, vulgares, no científicos. Pero quien conoce las fases de la Luna en razón de los movi­mientos de la tierra y su satélite, la caída de los cuerpos por la gravedad, las mareas por la atracción lunar, conoce las cosas por sus causas, esto es, posee un conocimiento científico. Para hablar de ciencia, sin embargo, hay que añadir la nota (o caracterís­tica) de conjunto ordenado, armónico, sistemático, frente a la fragmentariedad de conocimientos cien­tíficos aislados. La filosofía es, ante todo, conoci­miento por causas, esto es, no se trata de un mero conocimiento de hechos, ni tampoco de una expli­cación mágica –por relaciones no causales– de las cosas; y en forma coherente, unitaria, por oposición a cualquier fragmentarismo. Por ello Aristóteles definía a la ciencia –y a la filosofía, que para él se identifican– como “teoría de las causas y principios”. [...]

Adquirido por la luz de la razón: Cabría todavía confundir la filosofía con otra ciencia que trata tam­bién de la realidad universal por sus últimos prin­cipios, envolviendo la cuestión del origen y el senti­do: la teología revelada o, más exactamente, el saber religioso. Distínguense, sin embargo, por el medio de adquirir ambos conocimientos, pues al paso que el saber religioso procede de la revelación y se adquiere por la fe, el saber filosófico ha de cons­truirse con las solas luces de la razón. Al revelar Dios el contenido de la fe quiso que todo hombre tuviera el conocimiento necesario de su situación y de su fin para salvarse; pero este conocimiento, aunque para el creyente sea indudable, no constituye por sí una concepción del Universo, sino sólo los datos e hitos prácticos necesarios para la salvación, y no exi­me al hombre de la necesidad y del deseo de poseer una concepción racional de la realidad, porque, como dice Aristóteles: «es indigno del hombre no ir en busca de una ciencia a que puede aspirar».”

Historia sencilla de la Filosofía. Rafél Gambra Ciudad. Ed. Rialp Barcelona 1987.-

 

Actividad:

1.         Según el texto ¿en que se diferencia el “conocimiento vulgar” del conocimiento filosófico?

2.         Según el texto, ¿qué rol juega la “razón” en el conocimiento filosófico y científico?

3.         Da un ejemplo de un conocimiento vulgar o de opinión y explica por qué este tipo de saber no es un conocimiento filosófico o científico.

 

Conclusiones:

·           La filosofía es un saber científico en cuanto pretende explicar los fenómenos por sus causas físicas y lógicas.

·           La argumentación racional es el requisito más importante del conocimiento filosófico y de la ciencia moderna.

·           La filosofía se aparta de la ciencia en cuanto esta última se limita a los fenómenos físicos y reduce su objeto de estudio a sólo una parte de la realidad.

 

 

Para saber más:

Lee el Apartado “El sabio y el filósofo” dentro de el libro “Breve historia de la filosofía” de Humberto Giannini. Ed. Universitaria, 6° edición, Pág. 13. Santiago de Chile1987, y reflexiona en torno a lugar que le corresponde al pensamiento racional en el surgimiento de la filosofía y la ciencia moderna.

 


Envía las respuestas a fdomauricio@chilesat.net, No olvides señalar tus dos nombres  y tus dos apellidos, además de la Unidad Militar a la que perteneces, señala el número de la clase indicado al comienzo de cada documento.

 

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