Colegio Washington Center, La Florida.

Guía de autoaprendizaje de Filosofía.

Segundo Semestre. 1era Unidad, Clase N° 1

 

 

La actitud crítica de la filosofía como fundamento de la ética.

 

Introducción:  Mucho se ha hablado sobre la ‘utilidad’ de la filosofía. Un principio es cierto: la filosofía no es un conocimiento técnico que pueda ser usado en el mundo del ‘trabajo’. “El hombre trabaja para tener ocio”, sentencia Aristóteles, es en él donde nace propiamente el pensamiento reflexivo de la filosofía. Se trata de suspender toda mecánica para ‘criticar’ la realidad. Sólo en este ámbito de escepticismo y análisis racional puede el ser humano encontrarse con la búsqueda de una verdad intersubjetiva. Esta Verdad, así con mayúscula, es necesaria para conseguir el anhelo más importante del ser humano el bien y la felicidad. Sólo a partir de una verdad podemos tomar ‘buenas’ decisiones. Es acá donde la filosofía se hace eminentemente “práctica” e inseparable de toda ‘buena voluntad’. Si bien la filosofía no es útil .para el trabajo mecánico y técnico, es esencialmente práctica para un ámbito mucho más importante para lo humano: el ámbito de la decisión moral. Por esto la filosofía es esencialmente ética. En definitiva el núcleo del pensamiento filosófico es la “actitud crítica” frente a una realidad que esconde sus verdades y nos amenaza con la ilusión y la apariencia.

 

Texto:

El maestro que enseñaba a pensar.

El señor Whitson no enseñaba ciencias naturales en sexto año de primaria. El primer día de clases, su exposición trató de una criatura llamada Gatiguampo , animal nocturno y mal adaptado al medio biológico, que se extinguió en la Era de las Glaciaciones. El maestro hizo pasar un cráneo de mano en mano, mientras explicaba el tema. Todos tomamos notas y más tarde, contestamos un cuestionario sobre esa lección.

Cuando me devolvió mi prueba quedé boquiabierto: una enorme equis roja tachaba cada una de mis respuestas. ¡Estaba reprobado! ¡Debía de haber algún error! Había repetido al pie de la letra las palabras del maestro. Luego supe que toda la clase había sido reprobada. ¿Qué había ocurrido?

Muy sencillo, nos explicó el señor Whitson. Él había inventado ese cuento del Gatiguampo. Jamás había existido tal especie. Por tanto, cada uno de los datos de nuestras notas era incorrecto. ¿Acaso queríamos que nos aprobara por contestar falsedades?

Huelga decir que nos pusimos furiosos. ¿Qué clase de prueba era esa? ¿Y qué clase de maestro era ese?

Teníamos que habérnoslo imaginado, prosiguió el señor Whitson. En efecto: mientras circulaba entre nosotros el cráneo (que era de gato), ¿acaso no nos había dicho que no había quedado ningún vestigio del animal? Había hablado también de su asombrosa visión nocturna, del color de su piel y de otras muchas características de las que él no podría haberse enterado. Para colmo, le había puesto un nombre ridículo, y ni así habíamos maliciado la artimaña. Nos informó que anotaría los ceros de nuestras pruebas en las actas de exámenes oficiales.

El señor Whitson agregó que esperaba que hubiéramos aprendido algo de esa experiencia: los maestros y los libros de texto no son infalibles. T nadie lo es. Nos recomendó no permitir que nuestras mentes se adormecieran y tener siempre el valor de expresar nuestra inconformidad cuando el maestro o el libro de texto nos parecieran errados.

Cada lección del señor Whitson constituía una aventura. Todavía hoy recuerdo, casi de principio a fin, algunas de sus disertaciones. Un día nos dijo que su Volwagen era un organismo viviente. Tardamos dos días en armar una refutación que le pareciera aceptable. No se dio por satisfecho hasta que le demostramos no sólo que sabíamos lo que era un organismo viviente, sino también que teníamos la entereza de defender la verdad.

Aplicamos nuestro nuevo escepticismo a todas las materias de enseñanza. Esto ocasionó problemas al los demás maestros quienes no estaban acostumbrados a que los contradijeran. Nuestro maestro de historia, por ejemplo, disertaba sobre cualquier tema y, de pronto, se oían carraspeos y alguien susurraba: "Gatiguampo".

No he realizado ningún gran descubrimiento científico, pero las lecciones del señor Whitson nos infundieron a mi y a mis compañeros algo igualmente importante: el valor civil de mirar a las personas a la cara y decirles que están en el error. También nos enseñó que esta actitud puede ser divertida.

No todo el mundo leconcede valor. En una ocasión le conté a un profesor de enseñanza primaria lo que hacía el señor Whitson. Aquel hombre se escandalizó. "No debió burlarse de ustedes así", comentó. Lo miré a la cara y le dije que estaba equivocado.

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David Owen. Extracto de "LIFE" (Oct. 1990), Nueva York.

 

 

Actividad:
Responde, con tus propias palabras y basándote en el texto, las siguientes preguntas: 

  1. ¿Te parece correcto el actuar del Sr. Whitson para con sus alumnos? Fundamenta tu respuesta.
  2. ¿Qué problema podría acarrear para el avance del conocimiento la actitud ingenua de los alumnos del Sr. Whitson?
  3. ¿Cuál es la finalidad ‘práctica’ del conocimiento de una verdad por sobre la ilusión, la apariencia o el engaño?


Conclusiones:

  • La filosofía no es un conocimiento técnico.
  • El núcleo del pensamiento filosófico es la “actitud crítica”.
  • El conocimiento de la verdad es inseparable de la decisión moral.
  • La filosofía es esencialmente ética.

 

 

Para saber más: [actividad opcional]

En el texto de Humberto Giannini “Breve historia de la filosofía”Lee el apartado ‘El sabio y el filósofo’ (Pág. 13, 6° Ed. 1987) y reflexiona sobre la importancia del “logos” o la razón para el conocimiento humano.