Los fundamentos de la ética

(segunda parte)


GUÍA N° 1.2.2

Objetivo: Una vez realizadas las actividades de esta guía de trabajo los alumnos serán capaces de refutar el relativismo moral mediante algunos conceptos de la ética socrática.

 

 

2. Sócrates, el creador de la ética.

 

Sócrates se dispone a cumplir la pena de muerte bebiendo cicuta, rodeado de sus discípulos. 

El ambiente cultural y las preocupaciones de Sócrates son las mismas que de los sofistas. Pero más allá de una crítica [a lo establecido] tan radical como fuera la de los demás sofistas, domina en él su absoluto empeño por "buscar la verdad", convencido de su existencia y de la posibilidad de alcanzarla.

 

A esta tarea convoca a sus conciudadanos y particularmente a los más jóvenes, a los que insta a que indaguen por sí mismos la verdad en torno a la condición humana.

 

2.1 La tarea moral. Para Sócrates el saber fundamental es el saber acerca del hombre. La tarea más importante de cada uno es el cuidado del alma, y la del político, hacer mejores a los ciudadanos. El saber que defiende es, pues, ante todo, moral o práctico y, además, universal. Se trata de conocer para poder obrar bien. Sostiene que en el conocimiento está el secreto de la actuación moral. El conocimiento es virtud, el vicio es la ignorancia, y el remedio está en que la virtud puede ser enseñada. Cuando el hombre conoce el bien, obra con rectitud: nadie se equivoca a sabiendas. La causa de que los hombres obren mal no está en una debilidad sino en un error intelectual: juzgan como bueno o conveniente lo que no es tal.

 

Por esta razón invita a cada uno a preguntarse sobre qué‚ sea el bien, en la confianza de que –sin necesidad de "molestar a los dioses"– la razón que anida en cada uno puede alumbrar ese conocimiento. Esta búsqueda le da al hombre su felicidad.

 

Establece así esta secuencia:

 

–Conocer. ¿Para qué? –Para obrar bien.

–Obrar bien. ¿Para qué? –Para ser feliz.

–El sabio es feliz.

 

2.2 Superación del relativismo. También Sócrates, como los demás sofistas, es crítico con lo establecido. No se trata de aceptar los valores tradicionalmente admitidos o las opiniones establecidas aunque sean las de la mayoría.

 

Es preciso buscar lo que las cosas son y, en concreto, qué sea la justicia, la virtud o el bien. Paradójicamente admite con los sofistas que la virtud puede enseñarse, pero no admite que haya maestros, porque el conocimiento se encuentra en nosotros y sólo se necesita un método adecuado –que desde luego no es la retórica– para sacarlo a luz.

 

Lo importante es buscar lo auténtico por uno mismo; sólo el individuo autónomo puede dar razón de sus actos, estableciendo así la prioridad de la "razón" (conciencia) como instancia última moral, culminando y superando, de esa manera, la crítica sofística y el relativismo moral, porque no se puede separar lo que es bueno para uno de lo que es bueno sin más.

 

2.3 La virtud es conocimiento. Al considerar que todas las virtudes morales son formas de conocimiento, Sócrates entiende que seríamos justos si conociéramos la justicia, porque no interesa un saber teórico sino práctico, porque no queremos, en último término, saber qué es la justicia sino "ser justos", o que cosa sea la valentía, sino "ser valientes".

 

2.4 Ambigüedad socrática. Parece claro que en Sócrates, juntamente con afirmaciones audaces, encontramos una buena dosis de ambigüedad, posiblemente querida por ‚uno mismo, y que se expresa frecuentemente con la intención de confundir a sus interlocutores o de convencerlos de la inconsistencia de sus opiniones m s que contestar claramente las cuestiones planteadas.

 

Tal vez lo que pretendía Sócrates era simplemente, desde su posición de crítica profunda a las instituciones atenienses, poner de manifiesto que los términos ‚ticos, tan pomposamente utilizados por sus conciudadanos. Estaban lejos de ser claros y consistentes, y que el sentido de dichos términos no debe depender del significado que quiera darles el filósofo o el gobernante de turno, sino que tienen que ser el resultado de una tarea intelectual, de una "definición" de los mismos que no existe aún y que ‚uno tampoco lleva a cabo; sólo indica el camino: emprender un tipo de indagación intelectual para descubrir conceptos no ambiguos, útiles en la práctica, que no queden a la interpretación de cualquiera. Esta tarea es la que pretendieron seguir filósofos posteriores como Platón, Aristóteles, etc.

 

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ARJE. j. de Echano y otros autores.

B.U.P. 3°, Ediciones VICENS–VIVES S.A. España, 1995.–


ACTIVIDADES:  

Contesta, con tus propias palabras y basado en el texto leído las siguientes preguntas.

 

  1. ¿En qué se empeña Sócrates durante su vida y de qué está  seguro respecto de esto mismo?

  2. Según Sócrates ¿por qué el hombre obra de forma moralmente incorrecta? Fundamenta tu respuesta.

  3. ¿Qué medios utilizar  Sócrates para determinar cuáles son los principios éticos verdaderos en contraposición al convencionalismo de los sofistas?


Envía las respuestas a fdomauricio@hotmail.com, No olvides señalar tus dos nombres  y tus dos apellidos. Indica, el número de la guía que va en rojo al comienzo de cada documento.

 

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