Agradecemos la participación de nuestros compañeros de otros países que vía red trabajan conjuntamente con nosotros, agenciándonos en una máquina de enunciación colectiva que van haciéndose una cartografía en este ‘ser rizomático’, si cabe la expresión, que posibilita una inscripción otra de la subjetividad en las instituciones que estallan las mallas del lenguaje para devenir en una multiplicidad siempre en fuga.
        Hoy nuestro camino colectivo, que se construye en ese andar intensivo spinoziano, en estas afectaciones corporales, en este espacio de inmanencia, encuentran resonancias de otras voces que nos atraviesan. Nos desterritorializamos, estallando las definiciones limitantes para gestar nuestro nomadismo.

Vasta y hermosa América
nuestra cartografía!!
paraíso crepuscular
de nuestros amaneceres.


        Hoy, decíamos, vamos a trabajar sobre la cuestión de las significaciones en el plano de las subjetividades, pensando los modos de subjetivación que las instituciones en su despliegue inventarizan, que en su repliegue naturalizan (repliegue que no es negación de su apertura es la afirmación de su clausura), y en sus pliegues subjetivan capturas y pontencias en velocidades intensivas. Subjetividades que se singularizan en un devenir colectivo, que se colectivizan en un devenir singular. Rompecabezas, rompe/cabezas maníaco de las realidades múltiples que nos han tocado en suerte. Profanación lúdica de lo sagrado, potencia de lo diverso... y otra vez Spinoza...

        Decíamos que para Castoriadis la pregunta por el ser se torna insignificante en el dominio de los esencialismos que arrastran el pensamiento occidental, veíamos como don Cornelius podría inscribirse en la tradición de pensadores que a han puesto ‘patas para arriba’ ese modo de organizar la realidad, que nos escatimamos su vigencia actual, desde una lógica conjuntista – identitaria o platónica-aristotélica en donde la representación es un repliegue de la mismidad que nos lleva a pensar las identidades como perseverantes en su ser.

        Representación que sustancializan el devenir, que fijan eternizando los modos de una época, que desplazan a lo accidental la dimensión creativa de lo socio-histórico, en favor de una racionalidad que instaura determinismos del ser.

        Identidades que soportan la diversidad en movimientos resolutivos que la instituyen como negatividades disolutorias. Cuestión filosófica, pero también política dado la axiomática que maquina una realidad invisibilizando la dimensión socio-histórica, la posibilidad de lo diverso, las posibilidades de lo posible, los otros posibles del Hombre (para traer a Castoriadis) cuya inmanencia es el dominio social-histórico, el dominio de lo humano dominado que desborda el socius para darse un nuevo mundo . Pero también -y esto caracteriza a los devenires- conjunto de postulaciones formativas de las narrativas teóricas que a partir de la modernidad piensan al Hombre, posibilitando un nuevo saber, impensable en otros momentos históricos, las disciplinas humanas como formas de conocimiento de aquello que constituye su dominio. Disciplinas que disciplinan los cuerpos, que construyen y producen subjetividades con Foucault, condición de las instituciones modernas que disciplinan modelando una nueva subjetividad: el individuo (sujeto libre, indiviso, absolutización de su voluntad de acción que lo centraliza como dueño de sí, que lo descubre como evidencia primera geopolitizando el mundo)

        Fábricas de producción de sujetos sujetados, ¿sujetados a qué? A las significaciones imaginarias sociales instituidas de las sociedades modernas. Tejido de sentidos instituidos que ordenan un colectivo (instituidos en tanto lo real de la realidad) Ordenan, entonces, de modo particular, ordenan el caos de la diferencia, seleccionando, clasificando, eligiendo, componiendo lugares específicos y normalizando, normativizando, controlando; producen inscripciones, anudamientos del deseo, de la subjetividad, de los cuerpos.

        Qué criterios se utilizan en la modernidad para ordenar esa masa caótica de diferencias, un nuevo universo de significaciones imaginarias, un nuevo modo de organizar los sentidos. Significaciones que como bien decía nuestro compañero Jorge, constituyen las realidades posibles de los sujetos, las cosas para ese animalito que somos, son en tanto el sentido que les damos, es por esto que nuestros campos de visibilidad que estructuran lo pensado y lo impensado modela las formas con las que pensamos, sentimos, hacemos nuestro mundo. Estructuración de lo pensable en tanto pensado-impensado, acorralamiento de lo impensable en las figuras instituidas, que establecen en este socio-histórico lo enunciable y lo visible como régimen de verdad. Clausura de lo posible, negación de lo imposible.

        Decíamos que el universo (uni –verso, única versión, imposición de un único sentido o de diversos sentidos únicos posibles que condenan a la angustia y la culpa la di-versión, versión de la carcajada nietszcheana, hilo de Ariadna en las encrucijadas del laberinto) de significaciones que nuestra capacidad imaginante construye en la modernidad, gira en torno a un nuevo fundamento que produce una disrupción con el mundo antiguo. El nuevo fundamento es de otro orden, la razón, pero ya no la razón divina o la soberanía del rey o el señor feudal, sino la razón universal, la individual de los derechos universales, la del hombre y la del ciudadano. Descartes presenta el cogito como una acción que nos constituye como seres pensantes, como evindentes a nosotros mismos desde nuestra mismidad, construcción de un centro desde donde partimos para re-encontrarnos permanentemente (nos evidenciamos, cambia la pregunta, ya no, ¿soy? sino ¿quién soy? nos suponemos, nos sub- ponemos, nos pensamos siendo, ya no somos una ilusión de Dios, por eso Dios a muerto, ahora somos una ilusión de nosotros mismos por eso Foucault).

        Carácter esencial del ser humano que construye la modernidad y da lugar a las filosofías del Sujeto que conforman el fundamento filosófico de las epistemologías modernas. Separación entre un sujeto y un objeto, unidad perdida que busca recomponerse de diversos modos, la dialéctica es uno de estos modos posibles, el desarrollo del Espíritu Absoluto de Hegel que subsume y subyuga las diferencia en su telar dialéctico, Unidad de unidades, fin de la historia como dispersión de lo diverso.

      
Seminario "Análisis institucional: subjetividad e institución en el devenir histórico-social"

Crónica 2 (08/09/2003)
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