Pedro Campos |
El
socialismo del siglo XXI y Cuba
Pedro Campos Santos.
El Socialismo
del Siglo XXI no solo palpita en los centros de trabajo y en las
calles cubanas, en los círculos académicos e intelectuales,
sino que también está presente en el Comité Central del
Partido Comunista de Cuba
El periódico
Juventud Rebelde del domingo pasado publicó un artículo bajo
el título El Socialismo del Siglo XXI, del compañero Armando
Hart Dávalos, miembro del Comité Central del Partido Comunista
de Cuba y Director del Centro de Estudios Martianos. En el mismo
se reseñaban algunas citas de los clásicos del marxismo-
leninismo sobre el socialismo y el comunismo y terminaba,
afirmando que: “En la fuente del movimiento liberal
latinoamericano y del genuino ideal socialista de Marx, Engels y
Lenin están las claves de los caminos a recorrer por el
socialismo del siglo XXI. Enhorabuena que ya haya desaparecido
aquel «socialismo» equivocado, mediocre y ajeno a las esencias
de la mejor cultura universal.”
A propósito de
este artículo, algunos compañeros han solicitado conocer más
sobre el significado del Socialismo del Siglo XXI, pues
realmente salvo algunos círculos intelectuales, políticos
y académicos con acceso a la red digital y a la prensa
extranjera, pocos compañeros conocen sus basamentos y en
nuestra prensa nacional el tema ha estado ausente. Para empezar
debo precisar que me adscribo plenamente a la idea general
proyectada por el compañero Hart en su artículo.
Cuando hablamos
de Socialismo del Siglo XXI no estamos tratando sobre algo
definitivamente acabado, conceptualizado, sino
precisamente sobre un camino a recorrer, un movimiento
general que existe en el seno del movimiento comunista,
socialista, obrero y revolucionario internacional y que ha
venido tomando fuerza después de la caída del campo
socialista.
Viene siendo, el
resultado del análisis de las causas que puedan explicar el
fracaso del «socialismo» equivocado, mediocre y ajeno a las
esencias de la mejor cultura universal.”, sus errores,
desviaciones y violaciones de los principios y las nuevas
proyecciones teóricas generales que se derivan de ese resultado
sobre la nueva sociedad socialista, partiendo de los enunciados
de Marx, Engels y Lenin y las aportaciones de otros
revolucionarios del siglo pasado.
Los que han
investigado y estudiado esos proceso fallidos, han encontrado
que muchas de las causas del desastre estuvieron en las
desviaciones que se propiciaron en un largo período de incubación,
por causas no siempre justificadas, como la poca participación
de las masas, las bases y los trabajadores en los procesos de
decisión, la violaciones de los principios democráticos que
deben regir en una sociedad socialista, el predominio de
concepciones sectarias y excluyentes, la excesiva
centralización de la propiedad y la apropiación y la
continuación de esquemas típicos de la organización
capitalista de la producción como el trabajo asalariado, la
producción para un mercado, el lucro como fines y otras.
Por eso, sin
pretender un esquema ni nada que se le parezca, los que hablan y
escriben sobre el Socialismo del Siglo XXI, hacen énfasis
en la necesidad de su carácter participativo, democrático,
inclusivo y autogestionario. Si tuviera que definirse en pocas
palabras, podría expresarse que el Socialismo del Siglo XXI
es la manera comunista de enfocar el socialismo en este nuevo
siglo.
Será
participativo porque el socialismo solo puede ser tal si en
él participan en forma directa y comprometida las masas, los
trabajadores, toda la población. Solo con la participación de
todos los interesados en la nación, la comunidad o el centro de
producción, será posible desarrollar tareas y planes
efectivos.
Será democrático
porque todas las decisiones importantes y trascendentales que
afectan a todos los ciudadanos del país o de un conglomerado
social, productivo o comunitario deben contar con la aprobación
mayoritaria de los afectados e interesados.
Será
inclusivo porque no debe haber sectarismo político, ni
exclusiones arbitrarias en la participación y en la democracia,
de manera que todos se sientan interesados y comprometidos en el
proyecto común.
Será
autogestionario, porque el sistema de trabajo basado en la
autogestión empresarial obrera, descubierto por Marx en las
cooperativas que funcionaban en el capitalismo, desarrollado
también a escala social, será el nuevo sistema de organización
de la producción socialista, llamado a sustituir el trabajo
asalariado que caracteriza al capitalismo.
Ya si el Estado
democrático del socialismo, va a funcionar a partir de
Consejos, Soviets, Asambleas Populares u otras formas; si en la
economía que necesariamente debe tender a formas cooperativas y
autogestionarias, existirán también éstas o aquellas otras
formas y en qué cuantía y peso, si el Estado va a tener mayor
o menor participación directa o indirecta en el control de la
producción, etc. es asunto de las características de cada país
y de cada movimiento revolucionario que irán encontrando su
camino y aplicarán sus variantes, dentro de estas
generalidades, de acuerdo con sus circunstancias históricas
concretas, sus tradiciones y el desarrollo social, cultural y
económico de de cada país.
Si lo que rechaza
precisamente el Socialismo del Siglo XXI es el esquema, el
dogmatismo y la mediocridad, sería absurdo pretender otro nuevo
boceto religioso y torpe que intente generalizar y regular cómo
será el Estado, cómo funcionarán sus mecanismos políticos,
de qué manera va a desempeñarse específicamente su economía,
etc. Tampoco el Socialismo del Siglo XXI es un caos arbitrario
de silvestres y disímiles anarquías.
En el Siglo XX,
importantes precursores del Socialismo XXI fueron precisamente
el Che y Fidel, que se negaron siempre a ceñirse a esquemas
preconcebidos y procuraban hacer avanzar la sociedad con métodos
creativos, en una práctica de ensayo-error-ensayo que vivimos aún
en nuestros días. Si el socialismo cubano no sucumbió luego
del doble bloqueo a que fue sometido después del desastre del
socialismo real, fue, entre otras razones, gracias al espíritu
creativo aplicado en Cuba bajo la dirección del Comandante en
Jefe.
Algunas de las
nuevas teorías socialistas hacen más énfasis en aspectos
sociológicos, y otras en aspectos puramente económicos. En
verdad todos parecen tener parte de razón y cualquier
enfoque integral, inclusivo deberá tener todos esos elementos
en cuenta, como cualquier concepción sectaria debe ser
excluida. No necesariamente esta corriente representa, ni tiene
que representar, una posición homogénea, única, sin
diferencias. Pretenderlo sería volver a la iglesia.
Cuba, que inició
su proceso revolucionario en la mitad del siglo pasado, y que
objetivamente estuvo marcado por las concepciones entonces
predominantes, necesariamente deberá insertarse y de hecho ya
se inserta en esta nueva corriente con sus propias características
y particularidades históricas. Una de esas singularidades, es
el privilegio de contar con la inagotable fuente del
ideario martiano, uno de los pensamientos políticos y
humanistas más avanzados de todos los tiempos que, desarrollado
en el Siglo XIX, traspasó el XX y proyectó pensamientos
plenamente concomitantes con el nuevo socialismo del Siglo XXI.
El exponente
principal de este nuevo enfoque en América Latina lo
encontramos en el Presidente Hugo Chávez, declarado
partidario del Socialismo del Siglo XXI quien lo promueve y
desarrolla con su Revolución Bolivariana. También el dirigente
comunista dominicano Narciso Isa Conde dirige un movimiento
revolucionario que se proyecta hacia el nuevo Socialismo y
publicó un libro intitulado En el Siglo XXI ¿Cuál
democracia? ¿Cuál Socialismo? Por su parte las FARC de
Colombia han proclamado su propósito de construir una sociedad
a partir de los postulados del S-XXI y el intelectual alemán-mexicano
Heinz Dietrich publicó un libro con el título El Socialismo
del Siglo XXI, y encabeza el Bloque Regional de Poder
Popular que agrupa diversos movimientos sociales y políticos de
la región partidarios de estas modernas concepciones.
En Cuba, algunos
compañeros ha publicado artículos y comentarios sobre el tema,
básicamente en revistas digitales, en algunos libros de autores
cubanos también se han abordado asuntos de la política y
la economía con enfoques que apuntan al nuevo socialismo y en
las tres Conferencias anuales patrocinadas por la Academia
de Ciencias, sobre La Obra de Carlos Marx y los desafíos
del Siglo XXI, varios académicos e intelectuales cubanos y
extranjeros han expuesto trabajos relevantes, en consonancia con
estos modernos enfoques.
El Comandante en
Jefe Fidel Castro, dijo en noviembre del 2005 que los propios
revolucionarios cubanos podríamos destruir la Revolución si no
resolvíamos los graves problemas que estábamos enfrentado. En
el transcurso de este año, esto ha sido tratado por otros compañeros
de la dirección del Partido, fue abordado en el XIX Congreso de
la CTC y la prensa ha investigado y trabajado en esa dirección.
Una comisión fue
creada en la Academia de Ciencias para estudiar los problemas de
la propiedad en el Socialismo. Muchos de los problemas
planteados por el Jefe de la Revolución, encuentran respuesta
en las nuevas concepciones que manejan políticos, académicos,
investigadores y periodistas que estudian el tema, pero sobre
todo están en la práctica cotidiana de nuestros trabajadores,
campesinos, soldados, estudiantes, ciudadanos todos que actúan
y discuten a diario sobre los problemas concretos que enfrentan
en la construcción socialista y toman decisiones que están a
su alcance.
Nada mejor que el
estudio concreto de lo que está pasando a diario en los centros
de producción y servicios, en las calles y hogares cubanos,
para encontrar las soluciones al Socialismo del Siglo XXI que no
es otro que este mismo que estamos viviendo, con todas sus
contradicciones. Esa sería la forma específica de hacer
comunismo y aplicar la cita que hace Hart en su artículo de
viejos escritos marxistas: “Nosotros llamamos comunismo al
movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual.
Las condiciones de este movimiento se desprenden de la premisa
actualmente existente”
Muchas gracias
compañero Armando Hart. Su artículo pasará a la historia, por
haber sido la primera muestra pública y definida de que el
Socialismo del Siglo XXI no solo palpita en los centros de
trabajo y en las calles cubanas y se discute y elabora en los círculos
académicos e intelectuales, sino que también está presente en
el Comité Central de nuestro Partido Comunista. Esa
cohesión entre lo popular, lo culto y lo político ha sido uno
de los cimientos fundamentales de nuestra nacionalidad.
Persiste.
La Habana,
diciembre del 2006
Perucho1949@yahoo.es
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