ASIGNATURA:
SEMINARIO AVANZADO
FORMACION DE COMPETENCIAS EN LA INVESTIGACION

UNIVERSIDAD YACAMBU
DOCTORADO EN GERENCIA
MOMENTO 2: MARCO TEORICO CONCEPTUAL
Por
Pedro Bonillo
INDICE
1.
INTRODUCCION
2.
MARCO TEORICO
2.1
FUNCIONES, IMPORTANCIA Y PROBLEMAS PARA SU ORGANIZACIÓN
2.2
ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACION
2.3
BASES TEORICAS
2.3.1
TEORÍA GENERAL DE SISTEMA
2.3.2
LA ORGANIZACIÓN COMO SISTEMA ABIERTO
2.3.3
LA TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACION (TIC)
2.3.4
GERENCIA Y VALOR DE LA TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNIACIÓN
2.3.5
MODELO, METODOLOGIA Y EVALUACION
2.3.6
LA TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN COMO ACTIVO TANGIBLE E
INTANGIBLE
2.3.7
EVALUACIÓN FINANCIERA DE PROYECTOS DE INVERSIÓN DE TIC
2.3.8
EL CONOCIMIENTO
2.3.9
EVOLUCIÓN DE LA RACIONALIDAD
2.3.9.1
Primera Etapa del origen del pensamiento racional. Heráclito y Parménides
2.3.9.2
Segunda Etapa del origen del pensamiento racional. Protagoras
2.3.9.3
Tradición Clásica. Sócrates, Platón y Aristóteles
2.3.10
DEFINICIONES DE RACIONALIDAD
2.3.11
RACIONALIDAD Y LIBERTAD EN LA ACCIÓN COLECTIVA
2.3.12
INTRODUCCIÓN A LA COMPLEJIDAD
2.3.13
EVOLUCIÓN DE LA COMPLEJIDAD
2.3.14
PARADOJAS Y CONTRADICCIONES DE LOS PARADIGMAS DEL CONOCIMIENTO MODERNO
2.3.15
CONTEXTO SOCIAL DEL PENSAMIENTO COMPLEJO
2.3.16
LA COMPLEJIDAD Y LA GERENCIA
2.3.17
POSTMODERNISMO Y NUEVAS PRÁCTICAS DE SU APLICACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES
TRANSCOMPLEJAS
2.3.18
ENFOQUE TRANS-ORGÁNICO O EMERGENTE EN EL ÁMBITO DE LA CONCEPCIÓN MODERNA, TRANSMODERNA O POSTMODERNA
DE LA GERENCIA
2.3.19
ENFOQUE TRANS-ORGANICO O EMERGENTE DE LA GERENCIA MODERNA
2.3.20
ENFOQUE TRANS-ORGANICO O EMERGENTE DE LA GERENCIA POSTMODERNA
3 VARIABLES Y OPERACIONALIZACION DE LAS
VARIABLES
4
CONCLUSIONES MOMENTO 2
5
BIBLIOGRAFIA
5.1
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
5.2
LIBROS
5.3
REVISTAS Y PERIODICOS
1. INTRODUCCION
El propósito de este segundo ensayo es exponer a los
participantes del Seminario Avanzado de Formación de Competencias en la Investigación
del Doctorado en Gerencia de la Universidad Yacambú, la conceptualización del
marco teorico de la investigación doctoral denominada: Metodología Sistémica de
Evaluación de Gerencia de Tecnología de la Información y la Comunicación
en las Organizaciones Venezolanas, la cual se enmarca en la línea de
investigación Liderazgo Gerencial para el Cambio Organizacional en Venezuela.
Para la presentación de esta conceptualización se inicia con el marco teórico
(funciones, importancia, problemas para su organización), a continuación se
presentan los elementos para la construcción del marco teórico (antecedentes de
la investigación, dimensiones o bases
teóricas, variables y la operacionalización de las variables),
finalmente se presentan las conclusiones generales y la bibliografía.
2. MARCO TEORICO
El marco
teórico tiene dos aspectos diferentes que apoyan a la investigación: por una
parte, permite ubicar el tema objeto dentro del conjunto de las teorías
existentes con el propósito de precisar,
en cuál corriente de pensamiento se inscribe y, en qué medida significa algo
nuevo o complementario. Por otra parte, es una descripción detallada de cada
uno de los elementos de la teoría que serán directamente utilizados en el
desarrollo de la investigación, incluyendo las relaciones más significativas
que se producen entre esos elementos teóricos, previniendo errores que se han
cometido en otros estudios, acudiendo a los antecedentes, para aprender como ha
sido tratado un problema especifico
de investigación, tomando en cuenta qué tipos de estudios se han efectuado, con
qué tipos de sujetos, cómo se han recolectado los datos, en qué lugares se han
llevado a cabo, qué diseños se han utilizado, evitando las desviaciones del
planteamiento original; así como también, conduciendo al establecimiento de hipótesis o afirmaciones que más tarde
habrán de someterse a pruebas en la realidad; inspirando nuevas líneas y áreas
de investigación; y proporcionando un marco de referencia para interpretar los
resultados del estudio. [SIE 88]
El
objetivo de este apartado es presentar el marco teórico que sustente la
investigación. Se estudian y profundizan los temas de la teoría general de
sistemas, la organización como sistema abierto, la tecnología de la información
(TI), la reingeniería del negocio, la gerencia y el valor de la TIC, la noción de modelo, la TIC como activo tangible e
intangible y las diferentes maneras de evaluación financiera de proyectos de
inversión de TIC, .
2.1
FUNCIONES, IMPORTANCIA Y PROBLEMAS PARA SU ORGANIZACIÓN
El grado
de preparación de las organizaciones y/o instituciones para su posicionamiento
exitoso en este siglo que recién
comienza – caracterizado por los cambios y la complejidad – depende de cómo
éstas se adapten e innoven para responder con éxito a las amenazas y
oportunidades del entorno, a sabiendas que algunos de los requerimientos claves
para ello son el liderazgo que se ejerza (dentro y fuera), las competencias
(fortalezas), las TIC y el modelo empresarial que se asuma.
Los
modelos epistemológicos gerenciales se han ido paseando a lo largo de la
historia por las teorías de la administración científica, la administración
clásica y el enfoque de las relaciones humanas, hasta la aplicación de modelos
gerenciales y/o administrativos como el pensamiento sistémico, la reingeniería,
la calidad total, la cibernética, el coaching y la gerencia del conocimiento,
entre otros. Precisamente esta
última – la gerencia del conocimiento – es la que apalanca la capacidad de
innovación en las organizaciones y da valor al adjetivo “capital” cuando nos
referimos al factor humano (capital humano).
Algunas
de las tendencias que pueden apreciarse
como efectos de lo antes expuesto, son las transformaciones en los procesos de
enseñanza-aprendizaje, en las relaciones entre jefes y subordinados o
gobernante y gobernados, así como en las estructuras de trabajo y empleo. Esto
lo notamos cuando hoy día las organizaciones tienden a tener estructuras planas
y flexibles, a establecer alianzas estratégicas (en función de las respectivas
competitividades), a reducir su infraestructura y, muy especialmente, a hacer uso cada vez más de las TIC.
A este
punto se puede aseverar que la nueva economía es una economía de conocimiento,
vale decir, de uso y provecho del
intelecto (con apalancamiento) sobre la base de la tecnología de servicios. En
definitiva, ya no se trata de inventar nuevas teorías, modelos o modas para satisfacer
un problema en el campo de la administración y gerencia, sino de innovar sobre
la base de procesos que determinen necesidades u oportunidades (tanto a lo
interno como a lo externo), que impliquen la adopción y/o adaptación de
tecnologías administrativas ya existentes, a fin de dar respuesta a tal
necesidad, aprovechando la oportunidad con el apalancamiento de las fortalezas,
pero, sobre todo, añadiendo valor al producto, proceso o servicio del que se
trate, generando competitividad y mediante una buena comercialización y
mercadeo.
Las TIC
están continuamente en rápida evolución, al mismo tiempo que lo está el
ambiente de los negocios, lo cual coloca presión sobre las Organizaciones que
están seguras de que pueden soportar los cambios fundamentales que en ellas
ocurren. La tecnología de la información soporta las Organizaciones sobre el
tiempo y el espacio, sin embargo las Organizaciones “no tienen aún la cantidad
de soluciones suficientes y coherentes
para desarrollar la dimensión de la estructura organizacional, la estrategia,
los recursos humanos, la tecnología y los procesos del negocio”. Los cambios
producidos en las Ciencias de la Computación han sido para encontrar una manera de
atacar este problema mediante acciones continuas y rápidas a través del
desarrollo de nuevas interrelaciones, alineándolas tanto con las necesidades
sociales del grupo de usuarios cooperativos, como con la administración de los
requerimientos de las Organizaciones formales. Paul Strassmann, conocido
consultor norteamericano que ha estudiado con profundidad el impacto de las TIC
en las organizaciones, señala que no hay una relación directa entre la
inversión de las empresas en TIC y el retorno que consiguen de esa inversión.
En
muchas áreas de aplicaciones de hardware y software, a menudo, es más económico
adquirirlo que realizar su desarrollo. Los Gerentes de sistemas se enfrentan a
una decisión, de hacer-o-comprar,
que se puede complicar con varias opciones de adquisición: 1) Se pueden
adquirir programas (o una licencia de uso); 2) Se pueden comprar programas y
modificarlos luego para que se ajuste a las necesidades específicas y 3) Se
puede encargar a una tercera parte la construcción de un programa que se ajuste
a las especificaciones del
comprador.
En los
países subdesarrollados, se requiere de esfuerzos tecnológicos orientados a
obtener un equilibrio adecuado entre la adquisición de la tecnología del
exterior, el desarrollo y utilización de la capacidad tecnológica de la propia
empresa y la selección, adaptación y generación de la tecnología que demanda
para producir; ya que, en estos países, las empresas no poseen capacidad ni
tradición suficientes en el desarrollo de tecnologías, siendo la principal
opción el recurrir a la transferencia de tecnología, provenientes éstas de
países desarrollados.
Las
Organizaciones en general fallan en los procesos de gerencia de las TIC, por no
contar con mecanismos para medir el desempeño de las mismas. Es así como se ha
pensado estudiar modelos que permitan subsanar esta debilidad. Un elemento
crítico para el éxito y la supervivencia de las organizaciones, es la
administración efectiva de la información y de las TIC relacionadas. Las
empresas en Venezuela toman decisiones
referentes a la tecnología que utilizan, pero sin tener mucha conciencia de
ello; se utilizan enfoques que tienden a subestimar o ignorar aspectos
importantes de la innovación, selección y uso de la tecnología que compran.
Esto, obviamente repercute de manera sensible sobre el rendimiento económico de
las empresas y sus posibilidades de desarrollo futuro. Comúnmente la tecnología
de información en las Organizaciones Venezolanas se adquiere o innova por moda,
sin previo estudio, sin un análisis o evaluación y sólo después de que se crea
o compra el producto y se exige una métrica de la gestión del mismo, o una
justificación de los costos asociados, es que se comienza a evaluar tanto el
producto, como su efecto sobre los procesos del negocio. La carencia de un
enfoque de gerencia de las TIC en estas organizaciones que emergen en la
postmodernidad, ha generado problemas en la productividad y la calidad, así
como en la evaluación, cada vez que una nueva tecnología y metodología es aplicada a la organización.
La pregunta normal, de las organizaciones, al enfrentarse al término de
gerencia de TIC es: ¿Por qué no tenemos mediciones adecuadas actualmente? Las
respuestas: 1) Se requiere tiempo y esfuerzo; 2) La evaluación responde a la
cultura existente en la organización: 2.1) históricamente no se ha medido la
calidad de las funciones de servicios y las administrativas; 2.2)
históricamente las mediciones se han usado para castigar, no para recompensar;
2.3) las expectativas y necesidades tendrán que ser definidas más claramente.
Para mejorar debemos saber dónde nos encontramos, y para saber dónde nos
encontramos debemos evaluar, medir y estimar.
La Gerencia de las TIC en organizaciones transcomplejas en la postmodernicada,
como reza el título de la metodología que se plantea en esta tesis doctoral,
pasa entonces por la
definición de los tres elementos esenciales: evaluación:
(para qué evaluamos) qué se pretende hacer con los resultados de la evaluación y
quién está interesado en hacerlo; comparación: qué base de comparación se
utiliza para juzgar el valor, es decir,
cuáles son los criterios valorativos que servirán de patrón para contrastar con
ellos la
situación conocida; conceptualización: qué es necesario
conocer de las organizaciones donde se realiza la evaluación, lo
cual supone claridad conceptual sobre las dimensiones que encierra la situación a la que se le da nombre, y
desglosar esas dimensiones en aspectos concretos, que sirven para definir un
conjunto de indicadores que se puedan observar, describir o medir. La garantía para
la validez de
ese conocimiento sobre lo que se pretende evaluar que en este caso es la gerencia de las TIC,
incluye definir cómo se obtiene, es decir,
qué modelos, metodologías, métodos y técnicas se utilizarán, con una
fundamentación teórica que garantice esa validez.
Todos
estos elementos de comparación permitirán desglosar esas dimensiones en
aspectos concretos, que sirvan para definir un conjunto de indicadores que se
puedan observar, describir o medir. Esta investigación busca establecer las
relaciones y condiciones necesarias entre las ciencias gerenciales y las TIC en
el ámbito de las organizaciones que surgen en la postmodernidad, dentro de un
modelo diferenciador que permita obtener una buena estimación y un conjunto de
criterios para evaluar exitosamente este proceso en el marco de los intereses
del negocio, utilizando como caso de estudio la empresa de telecomunicaciones
venezolana CANTV. En este sentido ¿qué puede decirse
de la innovación y de la nueva economía emergente?. Veamos pues, cuales los antecedes y el estado del arte a través
de las bases teoricas.
2.2
ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACION
Para
iniciar el marco teórico resulta conveniente citar algunos estudios
preexistentes vinculados al tema de investigación: (1) a inicio del 2002, Win
Van Grembergen, en el capítulo uno de su libro: “Information Technology
Evaluation Methods and Management”, cita los resultados obtenidos en 1998 de un
estudio realizado a 17 países desarrollados durante los años 1985 y 1992. En
estos países, los retornos de la inversión en TIC aumentan considerablemente.
Lo anterior, se produce, según el estudio, porque se han reconocido dos tipos
de beneficios: Complementarios Macroeconómicos y Complementarios Personales,
estos beneficios se conjugan y contribuyen al aumento del retorno de la
inversión. Sin embargo no existe una relación directa entre la inversión en
TICy su retorno positivo; (2) en el mes de Septiembre del 2002, Paul Strassmann
publica un articulo referente a la importancia del retorno de inversión en las
inversiones de TI: "Why ROI ratios are now
crucial to IT investment",
destacando el problema planteado y (3) Para Diciembre del 2002 Alinean presenta
su metodología: "Alinean’s ROI Dashboard™ methodology" asociada al calculo
de retorno de inversión de TIC como una mejora asociada a los activos
intangibles e indicadores de impacto estratégico en la organización. Es de
notar que a pesar de los esfuerzos académicos y empresariales existen pocos estudios
de casos que muestren una metodología para la Gerencia de TIC, en
América Latina y en especial en
Venezuela actualmente no se encuentran modelos o casos de estudio que
evidencien el establecimiento de
esta relación en el marco de los intereses del negocio y las ciencias
gerenciales, seguidamente se presenta el estado del arte sobre este tema a
través de las bases teoricas.
2.3 BASES
TEORICAS
Seguidamente
se presentan los fundamentos para la investigación, donde tendrán relevancia la
teoría general de sistemas, la organización como sistema abierto, la tecnología
de la información, los criterios y modelos de evaluación financiera de
proyectos de inversión de tecnología de la información.
2.3.1
TEORÍA GENERAL DE SISTEMA
La
visión inicial del hombre, es que nuestro mundo puede dividirse en partes
y que cada parte puede ser estudiada por una ciencia particular; en algunas
culturas existió una ciencia que estudiaba el todo, pero no se podía estudiar
el todo y las partes al mismo tiempo, pues el enfoque al que estamos
acostumbrados es el llamado reduccionista (divide y conquistaras). Esta
sección tiene como objetivo presentar La Teoría General
de Sistemas (TGS) iniciada en el campo de la biología por Von Bertalanffy, en
1976, como la ciencia que permite bajo un enfoque no reduccionista estudiar el
todo y las partes al mismo tiempo.
La TGS como marco referencial de la investigación, permite
definir el modelo objeto, como como un conjunto de ENTIDADES
caracterizadas por poseer ciertos ATRIBUTOS, los cuales mantienen RELACIONES
entre sí y están localizados en un determinado AMBIENTE de acuerdo a un cierto
OBJETIVO. [JON 97]
Las
entidades sus atributos y relaciones interactúan en un ambiente (el grupo de
entidades que al sufrir un cambio en sus atributos pueden modificar al
sistema). Finalmente las entidades se relacionan en un ambiente para lograr
alcanzar un objetivo ese objetivo puede ser la eficiencia, eficacia o
efectividad del sistema. Los objetivos de sistemas se pueden lograr de estas
tres formas, hablando en términos de calidad: eficiente es hacerlo, eficaz es
hacerlo de la mejor manera y la efectividad es la relación entre la eficiencia
y la eficacia es decir la relación
entre las entradas y los objetivos.
Igualmente
la TGS sostiene
como principio fundamental, que los sistemas y su entorno tiene una propiedad
que consiste en la capacidad que una parte o conglomerado del sistema se
relaciona con la otra y permite afirmar que: "El todo es mayor que la suma
de sus partes", la sinergia es el principio de todo sistema, en el que sus
partes se relacionan entre sí, por ejemplo seis manzanas dispuestas en cruz son
más que manzanas, son manzanas en forma de cruz, y aunque sumemos las manzanas
y digamos que son un grupo de manzanas, además también forman una cruz es decir el todo es mas que la suma de sus partes.
La TGS estudia los sistemas desde dos enfoques: (1)
reconociendo en todo sistema fenómenos generales, como los conceptos de
población, interacción de un individuo con su medio, el crecimiento y la teoría de la información y de la
comunicación; (2) de forma jerárquica, nueve niveles: estructuras estáticas,
sistemas dinámicos simples, sistemas cibernéticos o de control, sistemas
abiertos, sistemas genéticos sociales, sistema animal, el hombre con las
estructuras sociales y los sistemas trascendentales. Por ejemplo, las empresas
según la segunda clasificación son estructuras sociales, los sistemas dinámicos
simples serian como el sistema solar, pero la empresa también es un sistema
dinámico.
Según la TGS, los sistemas pueden
dividirse a su vez en sistemas abiertos y cerrados, y en organismos y
mecanismos. Un organismo es un sistema al que le quitas una parte y puede
seguir funcionando, por ejemplo una organización sin el departamento de
sistemas. Un mecanismo es un sistema que si le quitas una parte no funciona. Un
sistema abierto es aquel que tiene controles por retroalimentación negativa o
externa (feedback), y por retroalimentación positiva o interna (feedforward)
que se adapta a los cambios del ambiente que intercambia información con las
fronteras de su ambiente. Un sistema cerrado solo ve lo que pasa adentro, solo
tiene controles por feedback no tiene controles por feedforward, un cambio en
el ambiente hace perecer el sistema.
Una de las
fortalezas fundamentales de la TGS,
consiste en la descripción de los principios y propiedades de los sistemas, los
cuales se enuncian a continuación: (1) todo sistema tiene un fin específico.
Principio de la equifinalidad o fin perseguido; (2) el equilibrio o la
perturbación. La entropía es la capacidad que tiene los sistemas aislados de
producir desgaste o desorden. La negantropia es la capacidad que tienen los
sistemas de ordenarse, la negantropia es una medida de orden; (3) el principio
de perturbación se basa en la tercera ley de la termodinámica que define el
orden y el desorden de la materia lo cual aplica en los sistemas. Debemos saber
diferenciar cuales entidades están aisladas, cuales son las que pueden generar
mayor entropía y que principio de negantropia podemos aplicar para esto es
necesario analizar la teoría de control; (4) todo sistema tiene un subsistema
de control, este subsistema de control toma las salidas del sistema y las
compara con un estándar referencial de tal forma de saber si la salida es
correcta o no. La detección se realiza a través de sensores, luego si la salida
es incorrecta se aplican acciones correctivas y se pasa nuevamente el objeto
por el sistema de control lo que define un sistema de corrección, este sistema
de corrección que dice como esta internamente el sistema es denominado
feedforward y como estoy externamente feedback; (5) los sistemas pueden
adaptarse según las exigencias del entorno lo que puede implicar cambios
estructurales o de proceso. Los cambios se producen gracias a la necesidad de
adaptación para integrarse y permanecer en el ambiente ya que los ambientes
comúnmente son dinámicos. Adaptabilidad; (6) estabilidad: efectividad ante
cambios externos, además, de un equilibrio temporal durante estos cambios hacia
la estabilidad del sistema; (7) eficiencia; (8) interacción: los elementos del
sistema intercambian datos e información entre sus subsistemas, su elemento y
el ambiente; (9) determinismo: comportamiento esperado de acuerdo a las
entradas y salidas (Intercambio controlado y no controlado); (10)
subsidiaridad: relación que tiene el sistema con otro mayor a él y con los
subsistemas que lo integran; (11) equifinalidad: lograr el mismo objetivo de
diferentes maneras. [JON 97]
Por otro
lado la TGS
proporciona un conjunto de leyes que rigen los Sistemas: (1) los problemas de
hoy se derivan de las soluciones de ayer. Ley de Desplazamiento del problema y
solucionadores diferentes, cada uno de los efectos sobre el sistema actual se
derivan de las intervenciones anteriores, o a los estados pasados del sistema.
Allí tiene origen la teoría de flujo de trabajo o workflow; (2) Mientras más se
presiona, más presiona el sistema (Retroalimentación compensadora). Ley de
causa-efecto los sistemas tiene una retroalimentación interna y una externa que
se compensan; (3) la conducta mejora antes de empeorar (a corto plazo el
sistema admite respuestas favorables) cualquier esfuerzo o acción de mejora del
sistema, al ser una intervención en el mismo garantizara por lo menos una mejora
a corto plazo, la cual deberá medirse en términos de eficiencia y efectividad;
(4) a veces es mejor no hacer nada (El problema es sintomático pero
desaparece); (5) la causa y el efecto no están próximos en tiempo y espacio,
hay que esperar para obtener resultados de cualquier tipo; (6) se pueden
alcanzar dos metas aparentemente contradictorias, es importante acotar que en
el mundo estructurado comúnmente opuesto se entiende como contradictorio,
pero en el mundo sistémico los opuestos pueden complementarse polarmente
como un imán, un hombre y una mujer, la vida y la muerte, el sistema de
información y la organización; (7) dividir un elefante por la mitad no genera
dos elefantes pequeños. Normalmente se obvian las relaciones y no se tiene una
visión abstracta y general de las vistas del problema. [SEN 00]
Finalmente
la TGS sustenta
el pensamiento sistémico y los estudios mas importantes de las ultimas décadas
asociados a la resolución de problemas organizacionales y la efectividad en el
logro de los objetivos del negocio.
Estas
leyes, principios y características son fundamentales para entender las
organizaciones como sistema abierto y además son vitales en la función de
evaluación financiera de proyectos de tecnología de la información,
representan la forma de enfocar las organizaciones como sistemas de
aprendizaje, en las cuales se desempeña el modelo objeto de estudio. A
continuación en la siguiente sección, partiendo de la TGS se define la organización
como un sistema abierto.
2.3.2 LA ORGANIZACIÓN COMO
SISTEMA ABIERTO
Esta
sección presenta la
Organización como un Sistema abierto, de acuerdo a la TGS. Según
Nascimento (1972):
Un
sistema abierto puede ser comprendido como un conjunto de partes en constante
interacción (lo cual resalta la característica de interdependencia de las
partes) constituyendo un todo sinérgico (el todo es mayor que la suma de las
partes), orientado hacia determinados propósitos (con comportamiento
teleológico, es decir, orientado
hacia los fines) y en permanente relación de interdependencia con el ambiente
externo (interdependencia que debe entenderse como la doble capacidad de
influenciar el medio externo y de ser influenciado por él) (p. 3)
En contraposición,
Bertalanfy establece que los sistemas cerrados son “sistemas que se consideran
aislados del medio circundante”. (Bertalanfy, 1976, p. 38)
En
este sentido, una organización empresarial, es un sistema creado por el
hombre, que mantiene una interacción dinámica con su ambiente, ya sea con los
clientes, los proveedores, los competidores, las entidades sindicales, los
órganos gubernamentales o muchos otros agentes externos. Influye sobre el
ambiente y recibe influencias de
éste. Además, es un sistema integrado por diversas partes relacionadas entre
sí, que trabajan en armonía unas con otras, con el propósito de alcanzar una
serie de objetivos, tanto de la organización como de sus participantes (Chiavenato, 1997,
p.30)
El
concebir a las organizaciones como sistemas abiertos, permite visualizar mejor
la manera en que ellas trabajan; es importante comprender la organización como
un todo para definir de manera adecuada los requerimientos de información. Por
tanto, cuando se estudia una organización, también se examina como están
involucrados los sistemas más pequeños en su funcionamiento. [KEN 91]
En
base a lo anterior, a continuación se presentan los aspectos que propone Schein
para concebir a una organización, desde el punto de vista de la Teoría General
de los Sistemas: [SCH 94 et al]
·
La
organización debe considerarse como un sistema abierto, en constante
interacción con el ambiente, recibiendo
materia prima, personas, energía e información y transformándolas o
convirtiéndolas en productos o servicios que se envían al ambiente. La
organización debe concebirse como un sistema con objetivos o funciones
múltiples, que implican interacciones múltiples con el ambiente. La
organización debe verse como constituida por muchos subsistemas que están en
interacción dinámica unos con otros. Se debe analizar el comportamiento de
tales subsistemas en vez de estudiar simplemente los fenómenos organizacionales
en función de comportamientos individuales. Dado que los subsistemas son
mutuamente dependientes, los cambios ocurridos en uno de ellos probablemente
afecten el comportamiento de otros o de los demás.
·
La organización
existe en un ambiente dinámico que comprende otros sistemas. El funcionamiento
de determinada organización no puede comprenderse sin consideración explícita
de las demandas y limitaciones impuestas por el ambiente. Los múltiples
nexos entre la organización y su ambiente hacen difícil la explicación clara de
las fronteras de cualquier organización.
Uno de
los principales factores a considerar en las organizaciones como sistemas
abiertos corresponde al tema de la tecnología de la información que se describe
en la siguiente sección.
2.3.3 LA TECNOLOGÍA DE
LA INFORMACIÓN Y
LA COMUNICACION
(TIC)
El
objetivo de esta sección, es destacar los aspectos de la tecnología de la
información tomados en cuenta por diferentes autores, con el fin de determinar
su influencia en los criterios y el modelo de evaluación financiera planteado
en el presente estudio.
Las
Tecnologías de la
Información y la Comunicación (TIC) representan la moderna
combinación de tecnologías informáticas y tecnologías de comunicaciones. En las
TIC se incluyen los computadores, los periféricos, las redes, las máquinas de
fax, la telefonía, las impresoras inteligentes y otros tipos de dispositivos
electrónicos que apoyan el proceso de manejo de información y las
comunicaciones de la empresa. Las TIC para los sistemas de información están
basadas en: (1) Tecnología de datos: incluye todo el hardware y el software
requerido para capturar, almacenar y gestionar los recursos de datos; (2)
Tecnología de procesos: incluye todo el hardware y el software requerido para
apoyar las actividades de los sistemas de la empresa y de información; (3)
Tecnología de comunicaciones: incluye el hardware y software utilizado para
interconectar la tecnología de datos y de procesos en diferentes lugares; (4)
Especialistas técnicos: estos especialistas venden, configuran, reparan y mantienen
TIC de cara a los propietarios y los usuarios de los sistemas. [WHI 98 et al].
El nuevo
entorno de trabajo y de comunicación que se ha desarrollado sobre la base de
las tecnologías de información y la comunicación (TIC) nos ha cambiado la forma
de pensar y ver el mundo. En las organizaciones las TIC han automatizado las
tareas rutinarias, y han dejado espacio para realizar actividades más
gratificantes y de mayor valor, tanto para las personas como para la Organización. Es
por esto que entender el rol de las TIC dentro de las Organizaciones es de
vital importancia. Para las Organizaciones, las TIC han cambiado totalmente la
cadena de valor tradicional de acuerdo a las formas de hacer negocios. Hoy en
día, las TIC son el motor de la nueva economía, pero hay que tener cuidado ya
que no son la panacea. [TRE 00].
Es un
hecho que la aplicación de la Tecnología no es sinónimo de mejora o ventaja
competitiva. Ya existen muchas experiencias que han establecido el valor de considerar las nuevas herramientas
como panaceas, Reingeniería, Benchmarking, entre otras. Para cada una de estas
herramientas de mejoramiento existe un sin número de casos tanto exitosos como
menos exitosos. El uso racional de la Tecnología es el factor clave en proyectos de
implementación de TIC. [TRE 00].
Al
contrario de lo que muchos piensan, el valor de las TIC ha sido cuestionado
durante mucho tiempo, en efecto, determinar cuantitativamente si la
incorporación de tecnología tiene efectos tangibles en los negocios puede ser
un tema de difícil solución, sobre todo si en el debate intervienen ejecutivos
de áreas tradicionalmente consideradas muy distintas. [PCW 01].
La
búsqueda de nuevos negocios comienza a incrementar las responsabilidades para
cambiar las condiciones del mercado, para garantizar la supervivencia de la
organización y utilizar los grupos de trabajo o equipos de proyectos. Los
procesos del negocio orientados al mercado requieren de una administración, de
una cadena de transacciones complejas con la finalidad de asegurar la satisfacción
del cliente. Las responsabilidades aumentan en el rediseño de los procesos del
negocio y la implementación de procesos tecnológicos. La administración de los
procesos es la forma de transformar la Organización, liberándola de las restricciones de
los enfoques tradicionales terminando con la división funcional del trabajo. A
continuación se aborda el tema de la gerencia y valor de la tecnología d ela
información y la comunicación.
2.3.4 GERENCIA
Y VALOR DE LA
TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNIACIÓN
La Gerencia de las TIC, representa el manejo de los asuntos más
o menos cotidianos asociados a las tareas de producción de la empresa. Pero
realmente, tiene como objetivo la adquisición y uso de las capacidades
tecnológicas de diversas clases de conocimientos, determinadas destrezas y
rutinas, que sustentan los productos, los procesos y los métodos de producción,
los materiales usados y los métodos de organización de la producción de la
empresa relacionada con un determinado sistema físico de producción. [AVA et al
89]
Un
elemento crítico para el éxito y la supervivencia de las organizaciones, es la
administración efectiva de la información y de la Tecnología de
Información relacionada. En esta sociedad global (donde la información viaja a
través del ciberespacio sin las restricciones de tiempo, distancia y velocidad)
este elemento critico emerge de: (1) la creciente
dependencia en información y en los sistemas que proporcionan dicha
información; (2) la creciente
vulnerabilidad y un amplio espectro de amenazas, tales como las ciber amenazas
y la guerra de información; (3) la escala y el costo de las inversiones
actuales y futuras en información y en tecnología de información; (4) el
potencial que tienen las tecnologías para cambiar radicalmente las
organizaciones y las prácticas de negocio, crear nuevas oportunidades y reducir
costos. [CHU 99]
La Gerencia de la Tecnología tiene diversas funciones, las cuales
se llevan a cabo dentro de tres ámbitos relacionados con la adquisición de
tecnologías, su uso y la realización de actividades de investigación y
desarrollo. En términos generales tales funciones son las siguientes:
identificación, evaluación y selección de tecnologías, desagregación de
paquetes tecnológicos, negociación de tecnologías, construcción y puesta en
marcha de plantas industriales, uso y asimilación de tecnologías, adaptación y
mejoramiento de la tecnología, generación y comercialización de nuevas
tecnologías.[AVA et al 89].
Muchas
organizaciones reconocen los beneficios potenciales que la tecnología puede
proporcionar. Las organizaciones exitosas, sin embargo, también comprenden y
administran los riesgos asociados con la implementación de nueva tecnología,
por lo tanto, la gerencia debe tener una apreciación,
y un entendimiento básico de los riesgos y limitantes del empleo de la
tecnología de información para proporcionar una dirección efectiva y controles
adecuados. Confrontando un problema complejo que empeora año tras año:
necesitan proporcionar soporte a un número creciente
de usuarios, en un número cada vez mayor de redes de área local, y deben
hacerlo sin aumentar los costos de soporte (o incluso reduciéndolos). Existen
dos tendencias principales que complican aún más el problema: (1) la mayor
complejidad del software y el hardware de las computadoras personales; (2) el
mayor número de usuarios móviles que utilizan la red desde ubicaciones remotas.
Las Gerencias de Tecnología de la Información no son las únicas que se enfrentan a
este problema de soporte, los distribuidores de valor agregado (VAR) que
proporcionan soporte a sus clientes también necesitan disponer de un medio más
efectivo de proporcionar el soporte sin aumentar los costos. [SCO 99]
Si la organización
de TIC no está operacionalmente productiva y óptima, el resto de los objetivos
y desafíos están fuera, y la gerencia de TIC será decapitada o externalizada, o
ambas cosas. Sólo después que el negocio esté operando sin problemas y la
productividad esté aumentado gracias a la automatización y optimización de los
flujos de trabajo, la alta gerencia permitirá al departamento de TIC llegar a
ser un agente de transformación del negocio. Las políticas de hacer este tipo
de cambio son complicadas, ya que la organización de TIC siempre será vista
como un intruso entre quienes reclaman ser los responsables del avance de los
negocios [STR 85 et al]
En este
marco de ideas, en nuestro entorno, tenemos que las empresas en Venezuela toman
decisiones referentes a la
tecnología que utilizan, pero sin tener mucha conciencia de ello; se utilizan
enfoques que tienden a subestimar o ignorar aspectos importantes de la
selección y uso de la tecnología que compran y de los impactos financieros.
Esto, obviamente repercute de manera sensible sobre el rendimiento económico de
las empresas y sus posibilidades de desarrollo futuro. A pesar de los errores
que se han cometido en el desarrollo de los Sistemas de Información y la
adquisición de las TIC en Venezuela, las organizaciones venezolanas se
encuentran en una posición relativamente ventajosa para hacer uso de las
modernas TIC, puesto que el país cuenta con los recursos básicos para ello
-recursos humanos formados en el área, la capacidad instalada de equipos y la experiencia
acumulada durante casi tres décadas de uso relativamente generalizado de la
computación-. Sin embargo, esto no es suficiente; es necesario, además, que los
dirigentes de las organizaciones venezolanas comiencen a pensar en el
aprovechamiento de estas tecnologías, desde puntos de vista más amplios y
ambiciosos que los que han prevalecido
hasta ahora, utilizando modelos y herramientas que soporten sus decisiones. [KAS et al 89].
Comúnmente
la tecnología de información en las organizaciones venezolanas se adquieren por
moda, sin previo estudio, sin un análisis o evaluación y solo después que se
adquiere el producto y se exige una métrica de la gestión del mismo, o una
justificación de los costos asociados, es que se comienza a evaluar tanto el
producto, como su efecto sobre los procesos del negocio. La carencia de un
enfoque de evaluación de Software en estas organizaciones ha generado problemas
en la productividad y la calidad, así como en la evaluación, cada vez que una
nueva tecnología y metodología es aplicada a la organización.
En
contraste, el éxito de GT de empresas de otros países (Alemania, Japón, etc.),
radica en su visión a largo plazo, lo cual estimula el desarrollo de una
estrategia tecnológica que compromete a todos los niveles de la empresa: una
concepción más amplia de lo que significan las tareas de producción de la
empresa. Desde este punto de vista, la creación de capacidades tecnológicas
ocupa un lugar de vital importancia, ésta condición permite aumentar la
eficiencia, diversificar los productos y, preservar o ampliar los mercados.
[AVA et al 89].
Las
organizaciones en general fallan en los procesos de evaluación de la gerencia
de las TIC, por no contar con mecanismos para medir el desempeño de los mismos.
[SHA 99]. Es así como se ha pensado estudiar modelos que permitan subsanar esta
debilidad. Las organizaciones que desarrollan o adquieren nuevas TIC, deben
adoptar entonces modelos de evaluación (tema de estudio de la siguiente
sección), para saber si la tecnología será plenamente aprovechada basándose
principalmente en las características de la estructura organizativa de la
empresa, en las habilidades y destrezas de su personal, en los procesos de
producción, en la calidad y aceptación de los productos desarrollados o
adquiridos y en el impacto financiero de estas inversiones.
2.3.5 MODELO, METODOLOGIA Y EVALUACION
La
pregunta normal, de las organizaciones, al enfrentarse al término de evaluación
es: ¿Por qué no tenemos mediciones adecuadas actualmente? Las respuestas: (1)
Se requiere tiempo y esfuerzo; (2) La evaluación responde a la cultura
existente en la organización: (2.1) históricamente no se ha medido la calidad
de las funciones de servicios y las administrativas; (2.2) históricamente las
mediciones se han usado para castigar, no para recompensar; (2.3) las
expectativas y necesidades tendrán que ser definidas más claramente. Para
mejorar debemos saber dónde nos encontramos, y para saber dónde nos encontramos
debemos evaluar, medir y estimar. [EVA 01]
La
evaluación es la acción mental de asignar valores a los objetos, fenómenos o
situaciones [GON 86]. Todo juicio evaluativo es un juicio de valor. Cabe, pues,
caracterizarlo como tal. Los juicios de valor son comparativos, exigen
conocimiento del objeto que se evalúa y se orientan a un fin [GON 94]. Las
evaluaciones se establecen a través de procesos de medición, métricas y
estimadores.
Las
métricas se obtienen a través del proceso de medición, en el cual números o
símbolos son asignados a atributos de entidades del mundo real de manera de
describirlas de acuerdo a reglas definidas claramente [FEN et al 97].
El
proceso de medición se caracteriza por cinco actividades [PRE 97]:
1.
Formulación: la
obtención de las medidas y métricas apropiadas para la representación del
producto.
2.
Colección: el
mecanismo empleado para acumular datos necesarios para obtener las métricas
formuladas.
3.
Análisis: el
cálculo de las métricas y la aplicación de las herramientas matemáticas.
4.
Interpretación:
la evaluación de los resultados de las métricas en un esfuerzo por conseguir
una visión interna de la calidad de la representación.
5.
Retroalimentación:
recomendaciones obtenidas de la interpretación de las métricas transmitidas al
equipo.
Las
métricas requieren de: (a) Entidades (objetos de interés); (b) Atributos (características
de las entidades); (c) Reglas (y escalas) para asignar valores a los atributos.
De
acuerdo al uso que quiera dársele a las métricas, Gillies ofrece una
clasificación de las métricas en: predictivas y descriptivas. Las métricas
predictivas, se utilizan para hacer predicciones. Las métricas descriptivas,
describen el estado en el momento de la medición. [GIL 88]
En el
área de sistemas, según Harrison, las métricas pueden ser divididas en dos
grupos: métricas del producto y métricas del proceso. Las métricas del producto
visualizan un producto final, resultado de la actividad del desenvolvimiento de
los procesos. [HAR et al 91]
Frenton,
por su parte, identifica no sólo las métricas del proceso y el producto,
sino también las orientadas al recurso, clasificándolas como: (1) Procesos:
grupos de actividades relacionadas con el sistema; (2) Productos: artefactos,
documentos que resultan de un proceso, y; (3) Recursos: entidades requeridas
por un proceso. [FEN et al 97].
El establecimiento
de métricas no escapa de inconvenientes en el momento de demostrar su validez,
al respecto Gillies indica algunos de los problemas [GIL 88]: (1) no pueden ser
validadas; (2) no son siempre objetivas; (3) representan una cantidad relativa,
no es absoluta; (4) dependen de un pequeño número de propiedades medibles; (5)
no miden el conjunto completo del criterio de calidad; (6) las métricas miden
más de un criterio.
Las
métricas son una vía completa, sistémica, holística para platear un modelo por
medio de la evaluación: revisión sistemática, integrada y consistente de la
forma en que se hacen las cosas a todo lo ancho de la organización.
La
pretensión de ofrecer un Modelo Sistémico de Evaluación Financiera de Proyectos
de Inversión de Tecnología de la Información en Venezuela, como reza el título,
pasa entonces por la definición de los tres elementos esenciales:
·
Evaluación:
(para qué evaluamos) qué se pretende hacer con los resultados de la evaluación
y quién está interesado en hacerlo.
·
Comparación: qué
base de comparación se utiliza para juzgar el valor, es decir,
cuáles son los criterios valorativos que servirán de patrón para contrastar con
ellos la situación conocida.
·
Conceptualización:
qué es necesario conocer del proceso de evaluación financiera de proyectos de
inversión de tecnología de la información, lo cual supone claridad conceptual
sobre las dimensiones que encierra la situación a la que se le da nombre, y
desglosar esas dimensiones en aspectos concretos, que sirven para definir un
conjunto de indicadores que se puedan observar, describir o medir. La garantía
para la validez de ese conocimiento sobre lo que se pretende evaluar incluye
definir cómo se obtiene, es decir,
qué modelos, metodologías, métodos y técnicas se utilizarán, con una
fundamentación teórica que garantice esa validez.
En
cuanto al primer punto, se evalúa para comprender la naturaleza de los
programas, para mejorar a través del análisis y de los resultados de lo que se
hace y lo que se pretende hacer y para generar y reforzar teorías interpretativas
de la realidad. La evaluación que se propone no tiene solamente la pretensión
de etiquetar un proyecto de evaluación financiera de TIC como bueno / malo, ni
siquiera la de facilitar la toma racional de las decisiones
sobre otros proyectos o la continuidad o mejora del que se ha evaluado, sino
que se convierte en un instrumento, en un proceso permanente entre la
racionalidad teórica y la racionalidad práctica. Se evalúa para justificar el
diseño de un nuevo proyecto de evaluación financiera de TIC, o para la
adquisición de TIC y puesta en marcha de acuerdo con un modelo previamente
definido, o bien para explotarla la
TIC en su uso, o satisfacer las necesidades del usuario. [SHA
99].
Como
segundo punto, para establecer las bases de comparación se estudian los
diferentes modelos de evaluación, diversos estudios demandan de forma creciente el uso de herramientas fáciles de usar y
bien documentadas para evaluación de proyectos de inversión de TIC. [NON 85 et
al].
Pero ¿Qué
es un modelo?. En el sentido etimológico:
Un
modelo es un esquema teórico de un sistema o realidad compleja que se elabora
para facilitar su comprensión y estudio. Es una representación de la realidad,
que ayuda a explicar una observación. Es una representación de un sistema o una
teoría que permite predecir un
comportamiento. (Sopena, 1964, p. 65)
A partir
de todas las definiciones presentadas en la Tabla
4
de los anexos, referentes término modelo se puede concluir que un modelo es
una representación de la realidad, es decir
una abstracción de la misma que permite establecer relaciones entre
diferentes variables para obtener diferentes tipos de configuraciones o
formas de ver, a través de una representación visual o formal y que comunica
los aspectos relevantes que están contenidos en la abstracción. En esta
investigación se plantea una metodología, tomanto en cuenta que la misma es
un sistema de metodos con sus respectivas herramientas y tecnicas y que un
modelo es la forma de instanciar la metodología en un dominio.
Es en
este contexto, que el proceso de evaluación se torna esencial para informar al
diseñador acerca de cuán cercano está el modelo conceptual del diseño, con el
modelo mental del usuario, sus necesidades, intereses, características,
estilos, tipo de actividades que realizará con el sistema, el contexto de uso y
la tecnología que lo soporta [PRE 94 et al]
Diferentes
técnicas tradicionales como observación, protocolos verbales, opiniones de los
usuarios (entrevistas, discusiones grupales, cuestionarios), grupos de enfoque
específico, etc., se han utilizado para obtener datos con la finalidad de
satisfacer mejor las necesidades y requerimientos del usuario [NIE 93]. De esta
forma, el proceso de seleccionar técnicas adecuadas involucra escoger, mezclar
y adaptar de un rango de técnicas disponibles [PRE 94 et al].
La
bibliografía asociada a la calidad de los Sistemas presenta los modelos de
calidad como uno de los principales medios para la evaluación. Existen varios
modelos que sugieren diferentes formas de combinar atributos de calidad. “Cada
modelo ayuda a entender, cómo varias facetas contribuyen al todo” (Ortega,
2000, p. 45). De acuerdo a la forma como ha evolucionado el término calidad y
al enfoque que éste ha tenido en un momento dado, según Pfleeger, se evidencia
que “frecuentemente los modelos de calidad se enfocan en presentar fallas o
faltas del producto” (Pfleeger, 1998, p. 20). En este sentido, los modelos de
calidad orientados al producto conforman un excelente medio de evaluación.
Hoy en
día la calidad del producto no sólo se enfoca en las características técnicas
del producto (ver Tabla 5, anexos) , sino también en
el origen del mismo (confianza, flexibilidad hasta el cambio de último minuto,
etc.), la entrega a los clientes (precisión
en la entrega, logística, servicios, etc.), y en el efecto financiero de la
inversión tecnológica. Esto sólo puede ser seguro con un esfuerzo para crear
una economía aceptable a través de controles integrados de procesos
administrativos y técnicos en un modelo sistémico de evaluación. Detrás de este
enfoque está el hecho de que si los procesos financieros, administrativos y
técnicos están suficientemente bien monitoreados, podría ser posible detectar y
eliminar las pequeñas irregularidades en los procesos antes de que estos
resulten en perdidas millonarias, una falta de calidad del producto o el
proceso y servicio para los clientes.
Para
evaluar la gerencia de las TIC, no basta con sólo evaluar la calidad del
producto, sino que también hay que realizar evaluaciones sobre el entorno y las
características generales de este tipo de tecnología. Una de las principales
variables es el costo de la
TIC. En la identificación del costo real de este tipo de
tecnología, es necesario reconocer que existe una importante relación entre los
vendedores del software/hardware y su metodología de trabajo dentro de la
organización, esta metodología comúnmente incluye procesos de planeación,
adquisición, implantación, operación y reemplazo de la tecnología. Estos cinco
estados del ciclo del producto definen seis costos: costo de planeación, adquisición,
implantación, mantenimiento soporte y reemplazo. Muchos Gerentes de Tecnología,
sólo asumen el costo de planeación y adquisición, lo cual se desencadena en un
caos al tratar de mantener la
TIC. [STR 98]
Además
de la variable costo, al analizar el entorno en el que se desenvuelven estas
tecnologías resulta importante observar otros indicadores de evaluación, estos
indicadores pueden clasificarse en cuatro tipos: Indicadores de complejidad de
la gerencia de tecnología de información (madurez en los procesos, dispersión
de los usuarios finales, disponibilidad de los servicios de TIC, niveles de
servicio), indicadores de complejidad del software (número de plataformas de
software diferentes, número de aplicaciones cliente servidor, promedio de
tiempo de instalación de aplicaciones cliente servidor, porcentaje total de
software de aplicación critico, porcentaje de aplicaciones de oficina)
indicadores de complejidad del hardware (número de arquitecturas de hardware
distintas, retorno anual de una PC, niveles de redundancia, porcentaje de
usuarios con dispositivos móviles), y por último los indicadores financieros (
Valor Económico Agregado - EVA -, Valor de Mercado Agregado - MVA -, Valor Actual Neto - VAN -, Valor Presente Neto - VPN -, Tasa Interna de Retorno - TIR- , etc.). [STR 98]
En
muchos estudios se ha descubierto que la evaluación de TIC es una variable
dependiente. Estos estudios usualmente se emprenden para explicar relaciones
entre variables independientes, conductuales y económicas. Las generalizaciones
acerca de que la evaluación se relaciona con estas variables independientes,
son difíciles de hacer debido a la carencia de informaciones consistentes
emanadas de estudios que posean datos de calidad. Esto hace que las personas
interesadas por los factores relacionados con la evaluación solo tengan acceso
a resultados parciales de investigación. Sin embargo, se ha demostrado que
diversas variables humanas, financieras, sociales y organizacionales tienen un
impacto sistemático sobre la evaluación de TIC [ADA 97].
La
evaluación puede, según el estilo de dirección, ser un factor temido,
frustrante, y objeto de conflicto o bien un factor deseado, valorado y objeto
de consenso. La evaluación tiene un triple efecto:
1.
Efecto Técnico sobre el mercado de las empresas, permitiendo la eliminación de
las disfunciones y por ello la desaparición de trabajos repetidos e inútiles.
Este efecto técnico tiene un impacto sobre el plano industrial y comercial.
2.
Efecto Social a causa de la valoración de las personas y de los grupos en el
seno de la colectividad, lo que permite una mejor cohesión de los empleados de
la empresa, objetivizando las relaciones cliente / proveedor, especialmente las relaciones internas. Esto conduce a
una apertura real en el seno de la empresa y a una mejor adhesión a los
objetivos superiores de la misma.
3.
Efecto Cultural porque la evaluación, que adquiere su verdadera dimensión en la
continuidad, exige una actitud de entrega permanente (fijación de objetivos a
conseguir), de aceptación de riesgo (cambio de procedimientos), de prevención,
es decir, de vitalidad, de voluntad
y de responsabilidad por oposición a las actitudes fatalistas o resignadas que
son dominadas por el entorno o por los acontecimientos
“todo lo que no funcione es por culpa de otro, no anticipemos los problemas;
tiempo habrá de tratarlos cuando surjan” (Laboucheix, 1990, p. 23). Por este
efecto de responsabilización, la evaluación es un factor de elevación cultural.
Algunas
condiciones externas tales como: la estrategia organizacional, la estructura de
autoridad, regulaciones de las compañías y recursos, procesos de selección de
personal, sistemas de recompensa, la cultura organizacional, y la estructura
física, la forma de compartir los recursos entre los miembros del grupo, la
estructura del grupo, el tipo de liderazgo, los roles, los estándares, el
estado, medida y composición del grupo, los procesos del grupo que envuelven
los patrones de comunicación que permiten el intercambio de información, los
procesos de decisión del grupo, el
comportamiento de los lideres, y el dinamismo del poder y de resolución de
conflictos, son factores que tiene una gran influencia en la evaluación de la TIC. [WYS et al 90]. Así como
también la administración jerárquica, y la complementariedad natural de las
personalidades y las destrezas técnicas [SOM 98].
El
estudio de la estructura de la organización es otro de los indicadores
significativos, “una estructura organizacional, comprende tres partes:
complejidad, formalismo, y centralismo” (Robbins, 1993, p.7). De acuerdo a Davis y Olson, las
jerarquías verticales con pequeños períodos de control pueden implicar que más
información formal de control sea requerida que en las jerarquías planas con
grandes períodos de control. [OLS et al 89].
Otro
indicador importante es la cultura organizacional, “la cultura organizacional
consiste en un conjunto de creencias aprendidas, valores, y características de
patrones de comportamiento” (Olson, 1989, p. 35). Se puede establecer una
relación entre los sistemas de información y la cultura organizacional asociada
al producto, reconociendo que la cultura organizacional puede garantizar o no
el valor que se les da a los datos y a la información.
Las
características del dinamismo del mundo actual, el mundo de los negocios y los
valores humanos, han motivado un estudio profundo acerca de los cambios
organizacionales como una manera en la cual las organizaciones se adaptan a su
ambiente. Algunos procesos de cambio pueden ser conceptualizados en tres
fases: congelamiento, cambio y descongelamiento. La TIC se caracterizan por
alterar la manera en que los empleados trabajan en la organización. La fase de
implementación de las TIC implica un proceso de cambio dentro de la
organización, si el analista se aparta en esta fase totalmente de su trabajo
técnico y se transforma en un agente del cambio, el riesgo de incurrir en
fallas disminuye [OLS et al 89].
El
proceso de creatividad y toma de decisiones
dentro de la organización es otro de los factores importantes a considerar, “el
proceso creativo es un paso previo en la solución de problemas dentro de las
organizaciones” (Mackay, 1988, p. 344). Es un proceso de maduración de ideas
que posteriormente se resolverán posiblemente bajo dos vías, una creativa y una
racionalizadora. Las alternativas de solución dependerán de la naturaleza del
problema al que se enfrente, su afinidad al riesgo [MAC et al 88], y todos los
factores analizados por los seguidores de la escuela de Carnegie. Este enfoque
se podría condensar en dos ideas: "Se hace hincapié en que nuestra
tecnología, en los productos que elaboramos y en el enfoque del negocio debe
haber innovación y creatividad" (Ouchi, 1980, p.129). La creatividad es un
prerrequisito para la supervivencia de las economías desarrolladas y será aún
más necesaria conforme transcurre el tiempo [VIL 85].
Existe
un conjunto de características ambientales que también pueden afectar
directamente la evaluación, en el ámbito del ambiente social se tiene: (1)
sistema de valores personales; (2) consideraciones éticas; (3) responsabilidad
social; (4) patrones de gusto y de conducta; (5) influencia de la comunidad más
cercana; e (6) influencia de la comunidad más grande. Con respecto al Ambiente
político legal: (a) agencias reguladoras; (b) leyes nacionales, reglamentos y
restricciones locales; (c) consideraciones internacionales; (d) consideraciones
de impuesto; (e) legislación del consumidor; y (f) acuerdos sindicales. En el
Ambiente Tecnológico: (i) resultados de la investigación básica y aplicada;
(ii) conocimiento de ingeniería; (iii) conocimiento de administración; (iv)
innovación de material y de equipo; (v) innovación de procesos; e (vi)
innovación de producto. Por último con respecto al Ambiente Económico se tiene:
(1) condiciones económicas generales; (2) condiciones del mercado de mano de
obra; (3) condiciones del mercado vendedor; (4) condiciones del mercado del
consumidor (competitivo); e (5) inflación [ADA 97].
Los
factores organizacionales que pueden controlarse para obtener una mejor
evaluación son: (1) selección; (2) entrenamiento; (3) estructura de recompensa;
(4) nivel de recompensa; (5) diseño del producto; (6) diseño del proceso; (7)
diseño del puesto; (8) equipo y herramientas; (9) localización y disposición;
(10) compras; (11) comunicación; (12) participación; (13) gastos de
mantenimiento y reparaciones; (14) técnicas y herramientas de planeación,
programación y control [ADA 97].
Todas
estas variables de evaluación, surgen debido a las características propias de la Tecnología de
Información y la
Comunicación como activo tangible e intangible, las cuales
serán descritas a continuación.
2.3.6 LA TECNOLOGÍA DE
LA INFORMACIÓN Y
LA
COMUNICACIÓN COMO ACTIVO TANGIBLE E INTANGIBLE
Tradicionalmente,
las teorías neoclásicas han explicado la productividad y el crecimiento económico como una consecuencia del
aumento del capital y el trabajo [SOL 56], y han pretendido relacionar el crecimiento no explicable por incrementos de estos dos
factores de producción con el progreso y la inversión en intangibles. [DEN 67]
Ducharne
[DUC 98] sintetiza la contribución de cuatro teorías a nuestro conocimiento del
proceso de crecimiento económico y desarrollo.
La teoría del capital humano sugiere que de entre los factores de producción es
el capital humano el principal determinante de los incrementos de la
productividad y que el factor principal para entender el desarrollo de una
empresa es la naturaleza complementaria de los recursos humanos [SCH et al 71].
La teoría de la innovación (o del cambio tecnológico) considera las inversiones
en innovación como el principal motor del crecimiento,
ya que la competitividad se alcanza por medio de la inversión en investigación
y desarrollo (I+D) y otros intangibles [FRE 82]. La teoría de la inversión en
capital intelectual [ROM et al 86], está basada en la premisa de que la
eficiencia se alcanza a través de la movilización de recursos humanos con el
fin de adecuarlos a las oportunidades tecnológicas y de marketing. Por último,
dos nuevas teorías del crecimiento
tratan de explicar las "economias basadas en la información" como una
etapa en el proceso evolutivo, en la cual las inversiones en intangibles están
entre los factores determinantes del crecimiento
económico [DAV et al 95].
La
teoría del crecimiento endógeno ve
la acumulación de conocimiento como la fuente fundamental de crecimiento económico, tomando la distribución de unos
recursos limitados como el punto de partida, mientras que las teorías
evolutivas entienden la empresa como una jerarquía de actividades dirigidas por
"rutinas" y consideran el progreso del aprendizaje y de los
descubrimientos como esenciales [DOS 92].
Los
enfoques neoclásicos generalmente han analizado los cambios tecnológicos usando
la trilogía Schumpeteriana que divide el proceso de cambio tecnológico en tres
etapas: invención (generación de ideas nuevas), innovación (desarrollo de
nuevas ideas en productos comercializables) y difusión (distribución de los
productos entre los mercados). Schumpeter señalaba que la innovación es una
fuente fundamental de riqueza. Actualmente, más que nunca, las empresas
necesitan distribuir cantidades crecientes
de recursos en I+D y en otras actividades innovativas e invertir en recursos
humanos con el fin de conseguir alcanzar niveles superiores de conocimiento y
mejoras tecnológicas que les permitan explotar las ventajas competitivas y
económicas [SCH 42].
Es por
esto, que no es sorprendente que en las economías desarrolladas los intangibles
se hayan convertido en el centro de la atención de inversores y prestamistas,
directivos, políticos e investigadores. Los indicadores de la actividad
tecnológica y de innovación más comúnmente empleados son las cantidades
invertidas en I+D (una medida de la entrada) y el número de patentes concedidas
(una medida de la salida). El aumento experimentado por las inversiones en I+D
financiadas por capitales privados, tanto en términos absolutos como relativos
desde finales de los 60, parece confirmar que las inversiones en innovación en
TIC han ganado relevancia en las economías desarrolladas. Patel y Pavitt ,
informan que entre 1967 y 1990 se produjo un incremento medio del 100%,
destacando el aumento del 900% en el caso de Japón [PAT 95]. Análisis recientes basados en el Manual de Oslo han demostrado
que la I+D
constituye sólo una de las actividades que pueden llevarse a cabo con el fin de
innovar: muchas otras, como la adquisición de tecnología ya desarrollada, el
marketing, el desarrollo de software, la formación o el diseño, son actividades
que podrían conducir a la incorporación de los avances tecnológicos a los
productos o los procesos productivos.
Las
inversiones en innovación de TIC están fundamentalmente dirigidas al incremento
futuro del poder adquisitivo, y como tales, podrían ser consideradas como
activos susceptibles de reconocimiento y publicación en los estados
financieros. La lógica económica sobre la que se fundamenta la clasificación de
un intangibles como activo radica en su potencial para la generación de
beneficios futuros. Desde el punto de vista económico, no existe una base
teórica sobre la cual se pueda establecer una clara distinción entre activos
tangibles e intangibles, ya que ambos constituyen fuentes generadoras de
beneficios económicos futuros para la empresa y forman parte de su patrimonio
como resultado de acontecimientos o
transacciones pasadas. Sin embargo, de acuerdo con los principios y normas
contables en vigor en la mayoría de los países, las inversiones en intangibles
de TIC (aunque contribuyen a generar ingresos futuros) no quedan reflejadas en
el balance, sino que aparecen como gasto del ejercicio en que se realizan, por
lo que no existe un efecto claro de su relación con el retorno de inversión.
Consiguientemente,
los estados financieros no reflejan la imagen fiel del patrimonio (no físico) y
de los resultados de las empresas. En un gran número de sectores, las empresas
sienten actualmente la necesidad de llevar a cabo importantes inversiones en
recursos humanos, nuevas tecnologías, I+D y publicidad, con el fin de implantar
nuevos procesos, comercializar productos innovativos y desarrollar y mantener
su capacidad para asimilar y explotar la información a la que tienen acceso
[COH et al 89]. Por tanto, hoy por hoy, las inversiones en intangibles de TIC
se han convertido en una preocupación fundamental para las empresas que
persiguen crear o mantener ventajas competitivas. Brennan, señala en este
punto que para las empresas innovadoras de reciente
creación o que operan en entornos altamente competitivos, los activos más
importantes a largo plazo son los intangibles tales como la preparación de sus
empleados, la tecnología de la información en desarrollo, los procedimientos de
fabricación, y los sistemas de marketing y distribución, la totalidad de los
cuales está ausente de los estados financieros. [BRE 92]
Finalmente,
a pesar de no aparecer en los estados financieros de las compañías
(principalmente debido a la incapacidad de los principios y normas de
contabilidad actuales para prescribir como hacerlo de forma adecuada), los
intangibles, en especial los
relativos a la TIC,
están entre los principales determinantes del valor de las empresas. En la
actualidad, la mayoría de los intangibles quedan sólo indirectamente reflejados
por la mejora de la posición de la empresa que no puede explicarse a la vista
de los datos sobre empleo e inversiones en bienes materiales [MOR et al 97].
Algunos
estudios recientes han señalado la
importancia de entender que el concepto contable de activo no es suficiente
para abarcar el concepto de activo intangible. Actualmente, no parece existir
una definición de activos intangibles aceptada con carácter general. Los
activos intangibles son frecuentemente identificados (como en el caso del fondo
de comercio) con la diferencia entre el precio
de adquisición de una compañía y el valor neto contable de sus activos
tangibles. [WHI et al 94].
Normalmente
los activos intangibles son definidos, como activos que carecen de sustancia
física, pero que resultan de derechos legales y contractuales y que
posiblemente generen beneficios en el futuro. Belkaoui distingue dos tipos
básicos de activos intangibles: los identificables, como las patentes y los no
identificables, como el fondo de comercio. Los activos constituyen posibles
beneficios económicos futuros controlados por una entidad concreta como
resultado de acontecimientos y
transacciones pasadas. Parece existir un acuerdo general en la comunidad
contable en torno a que, siempre que esos posibles beneficios económicos
futuros carezcan de forma física, deben ser considerados como activos
intangibles. De tal formas que los activos intangibles pueden considerarse
divididos en dos categorías fundamentales: el fondo de comercio y otros
intangibles identificables. Hay dos enfoques básicos del fondo de comercio: de
una parte, podría ser entendido como la consecuencia de la capacidad de una
empresa para generar beneficios futuros por encima de la capacidad media del
resto de empresas; de otra, podría entenderse como un conjunto de activos
controlados por una compañía adquirida, de los cuales no existe constancia en
los estados financieros. [BEL 92]
Los
intangibles identificables (separables) son aquellos que pueden ser vendidos o
adquiridos de forma separada [NZS 88]. Sin embargo, algunos organismos
reguladores, sostienen la idea de que todos los intangibles deberían ser
considerados como componentes del fondo de comercio, debido a que es improbable
que puedan ser vendidos sin que la totalidad de la empresa o negocio se ponga a
la venta [SCI 94.]
Egginton
propone que los activos intangibles son aquellos que conllevan derechos en
relación con las personas en general (tales como patentes o marcas a los que
generalmente se hace referencia como activos intangibles separables), o bien
conllevan expectativas de beneficios económicos que no suponen ningún derecho
legal (fondo de comercio). [EGG 90]
En su
Contabilidad Nacional de 1992, el Instituto Francés de Estadística definió las
inversiones intangibles como aquellos gastos de las empresas, que estimulan la
capacidad de producción e incrementan el valor de la firma mediante la creación
de un capital que podría amortizarse o comercializarse a largo plazo. También
en 1992, Arthur Andersen propuso una definición de intangibles como aquellos
recursos controlados por la empresa que no tienen sustancia física, son capaces
de generar en el futuro beneficios económicos netos y están protegidos
legalmente o por medio de algún derecho. Stickney y Weil definen los
intangibles como aquellos activos que pueden generar futuros beneficios sin
tener una forma física. Entre los activos intangibles incluyen las inversiones
en investigación y desarrollo, la tecnología de la información, las patentes,
las inversiones en publicidad y el fondo de comercio [STIC 94]. Un enfoque
mucho más amplio sobre intangibles es aportado por Hendriksen y van Breda,
quienes argumentan que los intangibles aparecen cuando se invierte dinero en
efectivo u otros medios de pago equivalentes en la adquisición de servicios en
tecnología de la información. [HEN et al 92]
La
clasificación de los intangibles es un tema que ha recibido
escasa atención por parte de los investigadores en Contabilidad hasta hace
relativamente poco. Aún así, en los últimos años han sido numerosas las
propuestas de clasificación de los intangibles, ninguna de las cuales parece
haber tenido hasta la fecha gran aceptación. Además, la mayoría de las
clasificaciones incluyen elementos tales como el conocimiento de la
organización y la lealtad o satisfacción del consumidor, que son activos de
naturaleza no financiera y, por lo tanto son difíciles de cuantificar. En
consecuencia, parece necesario dedicar esfuerzos a desarrollar un concepto
comprensivo de activo intangible de TIC y un conjunto de indicadores
financieros y no financieros de la existencia y el valor de los intangibles.
EUROSTAT
ha llevado a cabo estudios estadísticos basados en una clasificación de los
intangibles en diez categorías: (1) I+D, (2) adquisición de derechos de
propiedad intelectual (patentes) y licencias, (3) adquisición de derechos de
propiedad industrial, (4) publicidad y marketing, (5) adquisición y
procesamiento de información, (6) adquisición de software, (7) reorganización
de la dirección de la empresa, (8) reorganización del sistema contable de la
empresa, (9) medios destinados a enfrentarse a los cambios en las políticas
legal, fiscal, social y económica del gobierno y, (10) otras inversiones en
innovación de productos y procesos de la empresa. De los cuales, 1,2,5,6 y 10
corresponde al tema de estudio de la presente investigación: la tecnología de
la información.
Por otra
parte, el concepto de Balance Scored Card (BSC), ha servido de base para la
elaboración de clasificaciones de los intangibles, tales como la propuesta por
Van Wieringen. Algunas empresas privadas interesadas en la utilización del BSC
han desarrollado recientemente
clasificaciones de los intangibles con el fin de dar consistencia a la
publicación de información sobre este tipo de inversiones en sus estados
financieros. Así, por ejemplo, Skandia incluye en sus informes anuales un
suplemento en el que presenta un marco para entender el proceso de creación de
valor en la organización. Desde su punto de vista el valor de mercado viene
determinado por el capital financiero y el capital intelectual. Este último,
está integrado por el capital humano y el capital estructural. El primero está
basado en la clientela y el capital organizativo, mientras que el segundo está
cimentado en el capital innovativo y el relacionado con los procesos. En la
actualidad la Escuela
de Negocios Stern de la
Universidad de Nueva York, por medio de su Centro de
Investigación de los Intangibles, está realizando un notable esfuerzo por
profundizar en el conocimiento de los intangibles y mejorar la utilidad de los
estados financieros.
El BSC
surge como resultado de una investigación realizada en 1990 por Kaplan y
Norton, para crear un sistema mejorado para la medición de desempeño [KAP
96]. El estudio partía de la premisa que medir el desempeño de la
organización de la era de la información, a través de valoraciones de la
contabilidad financiera, que se estaba volviendo obsoleta. La creciente importancia de los activos intangibles, las
diversas crisis de productividad que habían llevado a las organizaciones
a intentar mejorar el desempeño de los procesos existente a través de costos
más bajos, inversiones en TIC, mejoras en la calidad y tiempos de respuesta más
cortos, llevaron a los autores a plantear un modelo que permitiera
vincular los indicadores financieros de actuación pasada con medidas de
los inductores de desempeño futuro, en una serie de relaciones causa y efecto
alrededor de cuatro perspectivas muy precisas
: la financiera, la del cliente, la de procesos internos y la de aprendizaje y
crecimiento. El modelo del BSC
busca un equilibrio entre los objetivos a corto y largo plazo, entre
indicadores financieros y no-financieros. Esta orientado al control
de indicadores de desempeño en función de la visión y la estrategia. El BSC
expande el conjunto de objetivos de las unidades estratégicas de negocio más
allá de los indicadores financieros. Captura las actividades críticas de
creación de valor, creadas por expertos y motivados empleados de la
organización, mientras sigue reteniendo, mediante la perspectiva financiera, un
interés en la actuación a corto plazo; el BSC revela claramente los inductores
de valor para la actuación financiera y competitiva de categoría superior
a largo plazo.
El BSC es un modelo sistémico, donde su estructura esta determinada por la
relación reciproca entre las cuatro
perspectivas principales : Finanzas, Clientes, Procesos Internos y Aprendizaje
y Crecimiento, con la visión y
estrategia de la organización [KAP 96], (ver Figura 4, anexos) . Hay una
visión y una estrategia explícitas en la base de las cuatro perspectivas, y en
cada una de ella se formulan objetivos estratégicos, indicadores, metas
específicas y planes de acción. El BSC se basa sobre tres
dimensiones del tiempo: ayer, hoy y mañana. La organización se ve obligada
a controlar y vigilar las operaciones de hoy porque afectan al desarrollo de
mañana y se reflejan en resultados financieros de ayer. Se ensancha el enfoque
de la organización más allá de los resultados financieros de ayer al establecer
relaciones explicitas entre los indicadores no-financieros de los activos
intangibles y los indicadores financieros. El BSC no solo es un registro de los
resultados obtenidos, sino también una indicación de los resultados esperados
[OLV et al 99].
Este balance entre las perspectivas de la organización y su carácter sistémico,
otorga al modelo BSC una visión global de la organización, donde la perspectiva
de Aprendizaje y Crecimiento es la
base para cualquier plan de acción que busque alcanzar los objetivos
estratégicos, apoyando a su vez a las perspectivas de Procesos Internos y
Clientes, para que ambas puedan apalancar la perspectiva financiera, que es sin
duda, la perspectiva más relevante en las organizaciones con algún fin de
lucro. Las declaraciones de visión de las organizaciones, indican lo que esta
desea llegar a ser en un lapso de tiempo. En ese periodo, la organización debe
estar en la capacidad de generar el mayor valor posible a las inversiones de
los accionistas. Este objetivo tan general, debe ser disgregado en objetivos
financieros a largo plazo para cada unidad de negocio , los cuales se deben vincular
a través de relaciones causa-efecto con cada una de las perspectivas restantes,
para generar la deseada actuación económica a largo plazo. Esta perspectiva
debe mostrar los resultados de las decisiones
estratégicas tomadas en las otras perspectivas al tiempo que establece varias
de las metas a largo plazo y, por lo tanto, una gran parte de las reglas y
premisas de procedimiento generales para las demás perspectivas [OLV et al 99].
En esta perspectiva se encuentran muchos de los instrumentos tradicionales del
control de gestión financiera en forma de indicadores financieros. Si la
organización usa indicadores financieros como: Recuperación sobre la Inversión (ROI),
Rentabilidad del Capital Empleado (ROCE), Valor Económico Añadido (EVA) o algún
otro indicador financiero, se tienen dos estrategias básicas para manejar la
ejecución financiera : Crecimiento y
Productividad [KAP 00], (ver Figura 5, anexos) .
Las
organizaciones que invierten en TIC deberían reflejar en esta perspectiva sus
activos intangibles, como: la metodología de desarrollo, la experiencia, las
destrezas sobresalientes de sus empleados, sus TIC y sobre todo, los
conocimiento que son requeridos para llevar a cabo un proyecto de inversión de
TIC. El BSC provee un nuevo marco para describir una
estrategia, enlazando activos tangibles e intangibles en actividades de
creación de valor. En este sentido, el BSC usa mapas estratégicos de
enlaces causa-efecto que describen como los activos intangibles son
movilizados y combinados con otros activos, tanto tangibles como intangibles,
para crear proposiciones de creación de valor a los clientes y alcanzar los
resultados financieros esperados por los accionistas [KAP 00]. Las
organizaciones necesitan de herramientas para comunicar su estrategia y de
procesos y TIC que ayuden a implementar y gestionar dicha
estrategia. Los mapas estratégicos proveen una representación
visual de los objetivos críticos de una organización y de las relaciones
cruciales entre los indicadores claves de desempeño [KAP 00].
El BSC
es un modelo que balancea la necesidad de una visión competitiva de largo
alcance y el objeto inamovible del modelo de contabilidad financiera del costo
histórico. Para ello relaciona los indicadores financieros de la
actuación pasada con medidas de los inductores de actuación futura en mapas
estratégicos que hacen explícita la hipótesis de la estrategia y permiten
implementarla. El énfasis sobre la construcción de mapas
estratégicos en el BSC (ver Figura 6, anexos) introduce una
mentalidad enfocada hacia sistemas dinámicos [KAP 00]. A pesar que en el
desarrollo teórico de las perspectivas, se han resaltado a modo propio algunas
estrategias para la implementación del BSC en organizaciones que invierten en
proyectos de TIC, no existe una propuesta de integración formal del enfoque de
evaluación financiera de proyectos de inversión de TIC al modelo
BSC. Por ello, es importante desarrollar una propuesta
formal de esta integración, ya que permitirá a las organizaciones que invierten
en proyectos de TIC implementar con éxito estrategias de calidad para la
creación de productos que ayuden a mejorar la productividad de sus
clientes.
Existen
igualmente, otros estudios referenciales al valor de la tecnología de la
información como activo tangible e intangible, las cuales sería conveniente
mencionar, Hammerer por su parte llevó a cabo una clasificación de los
intangibles basada en las teorías económicas evolutivas, que posteriormente fue
empleada para ilustrar la distribución de inversiones en tangibles e
intangibles sobre el ciclo de la vida del producto. En ella se agrupan las
inversiones según su naturaleza estratégica u operativa y según tengan como
objetivo incrementar el conocimiento tecnológico o el grado de competencia
económica de la empresa [HAM 94]. Mortensen, Eustace y Lannoo, proponen una
clasificación de los intangibles relevantes para la valoración de empresas, en
cuatro categorías: capital innovativo (I+D), capital estructural (capital
intelectual y activos relacionados con el conocimiento, flexibilidad y
coherencia organizativa, y lealtad y destreza de los trabajadores), contratos
de ejecución (licencias operativas y franquicias, derechos de emisión de
programas, cuotas agrícolas y otras cuotas de producción en industrias
reguladas, obligaciones de mantenimiento, prestación de servicios y cuidado del
medio ambiente, subcontratas de más de un año de duración, contratos de
suministro de materiales, instrumentos financieros de alto riesgo, derivados,
etc.), capital de mercado (marcas y marcas comerciales) y fondo de comercio.
[MOR et al 96]
Guilding
y Pike, clasifican los activos intangibles relacionados con el marketing en
cuatro categorías, en base a una esquema conceptual de la serie de eventos que
llevan a la creación de una ventaja competitiva: creador de valor (publicidad,
desarrollo de productos y otros apoyos del marketing), activos de marketing
(nombres y marcas comerciales, barreras de entrada y sistemas de información),
manifestación del valor (imagen, reputación y margen de los productos), y la
síntesis de los activos de marketing: la ventaja competitiva. [GUI et al 90].
Werner,
Hammerer y Schwarz, por su parte critican duramente los intentos previos de
clasificación de las inversiones intangibles, basándose en que generalmente
incluyen grupos de intangibles heterogéneos, no distinguen con precisión entre activos tangibles e intangibles, no
aplican los conceptos de flujo y almacenamiento y carecen de fundamentos
teóricos. Basándose en la teoría evolutiva del crecimiento
económico, estos autores proponen una clasificación de las inversiones
intangibles atendiendo a siete componentes centrales (que se solapan):
Investigación y desarrollo experimental, educación y formación, software,
marketing, prospección de minerales, licencias, marcas y derechos de autor y
patentes. Además sugieren cinco categorías adicionales de inversiones
intangibles: desarrollo de la organización, diseño e ingeniería, construcciones
y uso de bases de datos, remuneración de ideas innovativas, y desarrollo de
otros recursos humanos (excepto formación). [WER et al 98]
Young,
también sugirió la existencia de seis componentes centrales en las inversiones
en intangibles: asociados a la informática, la tecnología y la producción, los
recursos humanos (formación formal e informal), la organización de la empresa,
la relación de la empresa con su clientela (ventas y marketing), y una serie de
componentes específicos del sector (prospecciones minerales, entretenimiento,
oríginales artísticos y literarios, etc.). [YOU 98]
Finalmente,
a pesar de todos los intentos realizados hasta la fecha, no parece existir una
clasificación o definición generalmente aceptada de intangibles. Que se llegue
o no a un consenso depende en gran medida de la posibilidad de llevar a cabo
una discusión amplia y exhaustiva acerca de la naturaleza económica y las
características de los intangibles, que deberían culminar en la identificación
de una serie reducida de factores comunes que eventualmente podrían convertirse
en características fundamentales generalmente aceptadas (modelo). De entre esas
características comunes (básicas) la discusión presentada anteriormente nos
permite identificar las siguientes: los intangibles pueden ser activos o medios
(una fuente de posibles beneficios económicos en el futuro o pérdidas); carecen
de sustancia física pero son un determinante fundamental del valor de la
empresa; pueden ser de naturaleza financiera o no financiera; los intangibles
financieros podrían ser inversiones o pagos anticipados; las empresas podrían
adquirirlos o producirlos internamente. Si los activos intangibles son un
determinante del valor de las compañías, ¿Por qué no todas las empresas
informan sobre ellos en sus estados financieros y sólo afloran en determinadas
adquisiciones? La respuesta es que, aún no hemos sido capaces de desarrollar
una serie de criterios generalmente aceptados para la identificación y medición
de los intangibles y la revelación de información relevante (y no sólo fiable)
sobre ellos y su influencia en la situación financiera de la empresa.
El
debate acerca de cómo deberían de ser contabilizados los activos intangibles y
presentados en los estados financieros ha estado presente en la literatura a lo
largo de un periodo de aproximadamente un siglo [DIK et al 97]. La revelación
de información sobre los intangibles requiere el desarrollo de una base teórica
para el establecimiento de criterios
de medición y reconocimiento. Tradicionalmente, los contables han dado un
tratamiento deductivo al problema, principalmente basado en dos teorías del
beneficio: por una parte la teoría del valor, que gira en torno al balance y se
basa en el supuesto de que puede determinarse el valor económico real de cada
elemento del patrimonio y que el beneficio real puede estimarse como diferencia
entre el valor neto del patrimonio en dos momentos diferentes. Por otra parte,
la teoría de las transacciones, que tiene como eje la cuenta de resultados,
determina las cifras contables identificando los costos de transacción con las
actividades para obtener costos por actividad. Hodgson, Okunev y Willet,
sugieren que una teoría de los costos por actividades en Contabilidad (la Teoría Estadística
de las Transacciones) proporciona una base consistente para entender la
naturaleza de las cifras contables y las nociones de fondo de comercio y otros
intangibles. [HOd et al 93]
Algunos
estudios empíricos han investigado la relación entre las inversiones en I+D y
publicidad y los beneficios futuros. Tanto Bubblitz y Ettredge, como Hall han
encontrado evidencia de que mientras que las inversiones en I+D parecen estar
relacionadas con incrementos en los beneficios futuros, el impacto de la
publicidad no es de larga duración y está limitado a una media de dos años [BUB
et al 89]. Estos resultados aportan una base que permite concluir que las
inversiones en I+D deberían ser capitalizadas y amortizadas, mientras que las
inversiones en publicidad deberían ser consideradas como gasto del ejercicio. A
pesar de que algunos estudios recientes
afirman haber hallado evidencia de un impacto de larga duración de la
publicidad en los beneficios futuros y ello podría hacer pensar que su
capitalización es razonable, Landes y Rosenfield sugieren que eso se debe a
factores específicos de la empresa. Ellos desarrollaron un modelo de la toma de
decisiones relacionadas con la
publicidad en la empresa, en el que la calidad del producto y la publicidad se
consideran como complementarias [LAN 94]. Dentro del marco de su modelo, si no
se controlan las diferencias en algunos factores específicos que están
positivamente correlacionados con la rentabilidad de las inversiones en
publicidad, se infraestiman los efectos directos de la publicidad sobre las
ventas y se sobreestimará la duración de dichos efectos. Sus resultados
empíricos indicaban que el impacto de la publicidad disminuía
significativamente cuando los factores específicos de la empresa se mantenían
constantes.
Stickney
y Weil, señalan dos problemas fundamentales asociados al reconocimiento y
medición de los intangibles. Primero, si deberían de ser capitalizados
basándose en que representan una inversión que probablemente generará
suficientes beneficios futuros o bien si deberían ser considerados como gastos
si no los generan [STIC et al 94]. Actualmente existe una tendencia creciente en la investigación contable de aceptar como
válida la aproximación de Lev y Zarowin hacia la contabilización y la
revelación de información sobre los intangibles [LEV et al 98]. No obstante, la
perspectiva dominante sobre el reconocimiento de los intangibles y su inclusión
en los estados financieros parece estar aún cercana en la mayoría de los países
a la que sostienen Hendriksen y van Breda. Sin embargo, existen diferencias
significativas en el tratamiento de los activos intangibles de unos países a
otros, lo cual podría limitar seriamente la comparabilidad internacional de los
estados financieros [HEN et al 92]. De acuerdo con el pronunciamiento nº 17 del
APB (1970), los intangibles adquiridos deben ser capitalizados si son
identificables e imputados directamente a resultados si no son identificables;
los intangibles identificables desarrollados en el seno de la empresa deben ser
capitalizados, con la excepción de las inversiones en I+D, mientras que los no
identificables generados en la empresa deben ser considerados como gasto del
periodo. Por lo tanto, cuando los intangibles son adquiridos se les reconoce
como activos y se les incluye en el balance. Sin embargo, si una empresa lleva
a cabo inversiones exitosas en I+D, publicidad y formación del personal, su
balance no revelará la existencia de un "fondo de comercio generado internamente".
Obviamente, esto no es lógico y limita significativamente la capacidad de
comparación de los estados financieros entre las compañías.
A
excepción de las inversiones en I+D (que no sean costes de desarrollo de software)
y en publicidad, la normativa contable norteamericana prescribe que los activos
intangibles adquiridos sean reflejados en el balance por su costo de
adquisición y amortizados a lo largo de un periodo máximo de 40 años. La
perspectiva de que los intangibles deberían ser reconocidos como activos cuando
su existencia se puede justificar, parece estar recibiendo
un apoyo más fuerte en los últimos años en la comunidad profesional y en la
académica. Colley y Volkan sugieren que en una adquisición, todos los activos
tangibles e intangibles que justifican el pago de un precio
superior al valor neto contable de la empresa adquirida, deben ser
identificados, capitalizados y amortizados; la parte no identificable de ese
exceso de precio debería de ser
eliminada contra reservas en la fecha de adquisición [COL et al 88]. Arnold,
argumenta que hay tres componentes en el fondo de comercio: el valor de los
activos intangibles separables e identificables, el valor actual de los
beneficios que afloran de la conjunción de las actividades de la empresa y las
imperfecciones del mercado, y el precio
pagado en exceso o por defecto por las filiales [ARN 92] . Desde su punto de
vista, los intangibles que se encuentran dentro de estas dos categorías
deberían ser tratados como la necesidad de armonizar los datos, tanto para el
establecimiento de comparaciones
entre inversiones tangibles e intangibles como para verificar la relación entre
estos indicadores y otros de desarrollo económico. Por otro lado, la medición
de los activos intangibles interesa para poder aportar rigor a la valoración de
la empresa.
Finalmente,
aunque los organismos reguladores están ahora dando una gran importancia a la
medición de las inversiones intangibles, las normas vigentes en la actualidad tienen
una visión excesivamente restrictiva que impide que los estados financieros
sean capaces de presentar una información suficientemente relevante (además de
fiable) sobre el valor de los intangibles de la empresa. Una vez analizada la TIC como activo tangible e
intangible, a continuación en la siguiente sección, se presenta el tema de la
evaluación de proyectos de inversión de TIC.
2.3.7
EVALUACIÓN FINANCIERA DE PROYECTOS DE INVERSIÓN DE TIC
En todos los tiempos el hombre ha tenido que dar
respuesta a sus necesidades y por consiguiente, ha debido disponer de bienes y
servicios que le permitan satisfacerlas. Para producir los bienes y servicios
que desea consumir requiere de recursos productivos, los que son limitados con
relación a las necesidades humanas. Esto significa que los recursos son escasos
y por lo tanto, se debe buscar y elegir la mejor forma de usarlos y obtener el
mayor bienestar posible con ellos.
La satisfacción de necesidades contribuye a mejorar
la calidad de vida de los miembros de la sociedad y ello genera, a su vez, la
demanda creciente por el uso de
recursos productivos que permitan satisfacer estas necesidades. El aumento de
la capacidad productiva se logra a través de la inversión. Por otra parte, la
calidad de la inversión realizada está directamente relacionada con la correcta
asignación de los recursos disponibles; y la correcta asignación de los
recursos va a depender, entre otras cosas, de la disponibilidad de los
proyectos rentables.
A fin de sortear estas necesidades, a mediados de la
década de 1950, adquirieron importancia en el ámbito empresarial, el
presupuesto de capital y las consideraciones relacionadas con el mismo. Nuevos
métodos y técnicas para seleccionar los proyectos de inversión de capital
condujeron a un marco para la distribución eficiente del capital dentro de la
empresa. El administrador financiero ahora tenía a su cargo los fondos totales
asignados a los activos y la distribución del capital a los activos
individuales sobre la base de un criterio de aceptación apropiado y objetivo.
Posteriormente aparecieron
sistemas complejos de información aplicados a las finanzas, lo que posibilitó
la realización de análisis financieros más disciplinados y provechosos. La era
electrónica afectó profundamente los medios que empleaban las empresas para
realizar sus operaciones bancarias, pagar sus cuentas, cobrar el dinero que se
les debe, transferir efectivo, determinar estrategias financieras, manejar el
riesgo cambiario, etc. Se idearon modelos de evaluación para utilizarse en la
toma de decisiones financieras. Lo
más destacado de la década de los 60 fue el desarrollo de la teoría del
portafolio (Markowitz, posteriormente perfeccionada por Sharpe, Lintner, Fama y
otros) y su aplicación ulterior a la administración financiera. Esta teoría
explica que el riesgo de un activo individual no debe ser juzgado sobre la base
de las posibles desviaciones del rendimiento que se espera, sino en relación con
su contribución marginal al riesgo global de un portafolio de activos. Según el
grado de correlación de este activo con los demás que componen el portafolio,
el activo será más o menos riesgoso. [MAR 60]
En la década de 1970 se empezó a aplicar el modelo de fijación de precios de los activos de capital de Sharpe para
valuar los activos financieros. El modelo insinuaba que parte del riesgo de la
empresa no tenía importancia para los inversionistas de la empresa, ya que se
podía diluir en los portafolios de las acciones en su poder. También provocó
que se centrara aún más la atención sobre las imperfecciones del mercado cuando
se juzgaba la selección de los activos realizada por la empresa, el
financiamiento y los dividendos. También durante esta década, Black y Scholes
formularon el modelo de fijación de precios
de opciones para la evaluación relativa de los derechos financieros. La
existencia de un mercado de opciones permite al inversionista establecer una
posición protegida y sin riesgos comprando acciones y, al mismo tiempo, estableciendo opciones sobre las acciones. En mercados
financieros eficientes el rendimiento producido por una posición de este tipo
debe ser una tasa libre de riesgos. Si esto es cierto, sería posible establecer
fórmulas exactas para valuar distintos tipos de opciones.
En la
década de 1980, se presentaron importantes avances en la valuación de las
empresas en un mundo donde reinaba la incertidumbre. Se le colocaba una creciente atención al efecto que las imperfecciones
del mercado tenían sobre el valor. La información económica permitía obtener
una mejor comprensión del comportamiento que en el mercado tenían los
documentos financieros. La noción de un mercado incompleto, donde los deseos de
los inversionistas de tipos particulares de valores no se satisfacen, coloca a
la empresa en el papel de llevar a cabo la comercialización de tipos especiales de derechos financieros.
En los
años 90, las finanzas tuvieron una función vital y estratégica en las empresas.
El gerente de finanzas se convirtió en parte activa: la generación de la
riqueza. Para determinar si genera riqueza debía conocerse quienes aportan el
capital que la empresa requiere para tener utilidades. Esta se convierte en la
base del costo de la oportunidad, con respecto al cual se juzgará el producto,
la inversión y las decisiones de
operación. Otra realidad de los 90 es la globalización de las finanzas. A
medida que se integran los mercados financieros mundiales en forma creciente, el administrador de finanzas debía buscar
el mejor precio de las fronteras
nacionales y a menudo con divisas y otras barreras. Los factores externos
influían cada día más en el administrador financiero: desregulación de
servicios financieros, competencia entre los proveedores de capital y los proveedores
de servicios financieros, volatilidad de las tasas de interés y de inflación,
variabilidad de los tipos de cambio de divisas, reformas impositivas,
incertidumbre económica mundial, problemas de financiamiento externo, excesos
especulativos y los problemas éticos de ciertos negocios financieros.
Actualmente,
la evaluación financiera de proyectos de inversión, se dirige a proporcionar un
marco racional para resolver la asignación económica de recursos que optimice
el resultado en función del objetivo del decisor.
El término "decisor" es
definitorio de los dos enfoques centrales del tema, la evaluación privada y la
evaluación social.
Mientras
la "evaluación social" atiende las prioridades de asignación conforme
objetivos estratégicos de política nacional, la "evaluación privada"
busca la solución más eficiente en cuanto al acrecentamiento del capital en el
tiempo. Ambas tienen un principio metodológico común, el resultado que se
obtiene en el futuro con recursos sacrificados en el presente, pero divergen en
los criterios de asignación de costos y beneficios.
La
evaluación financiera de proyectos de inversión es una herramienta que ayuda a
la toma de decisiones que sólo le
compete al inversor ya que es él quien arriesga sus fondos o se compromete a
devolver lo prestado para obtener los beneficios del proyecto. No le asegura
que el proyecto sea rentable ya que nadie conoce el futuro. La predicción
perfecta es imposible debido a muchos factores entre otros por la inestabilidad
de la naturaleza, el entorno institucional y la normativa legal. Pero, con la
formulación y evaluación de proyectos, se le permite al inversor disminuir la
probabilidad de equivocarse en comparación con aquél que no hubiera hecho
ningún estudio. El evaluador, como responsable de este trabajo, corre un doble
riesgo: (1) decir que un proyecto es
rentable, y que no lo fuera; (2) decir
que un proyecto no es rentable, y que sí lo sea.
El
proceso de formulación y evaluación debe partir de observar, analizar e
identificar el problema, para así realizar un diagnóstico correctamente
descriptivo de la situación "sin proyecto". Luego, para formular y
evaluar el proyecto, previamente hay que determinar los supuestos que se
requieren para construir las hipótesis de escenarios en los que el proyecto
tendrá efecto, como requisito para obtener la situación esperada "con
proyecto". Las premisas y supuestos deben nacer de la realidad misma en la
que el proyecto estará inserto y en el que deberá rendir sus beneficios.
Consecuentemente, es de la comparación entre ambas situaciones, "con"
y "sin proyecto", que se podrán medir y valorar los costos y
beneficios que le sean imputables.
Las
series de ingresos y egresos que caracterizan una inversión forman la base de
todo cálculo económico. La evaluación de un proyecto, en sí misma, se sustenta
únicamente sobre la forma de inversión y no sobre la de la financiación que
concurra al pago de aquélla. Toda decisión
de inversión debe responder a un estudio previo de las ventajas y desventajas
asociadas a su realización, y seis son los estudios particulares que deben
realizarse para evaluar un proyecto: los de la viabilidad comercial, técnica,
legal, de gestión, ambiental y financiera, si se trata de un inversionista
privado, o económica, si se trata de evaluar el impacto en la estructura
económica del país. Cualquiera de ellos que llegue a una conclusión negativa
determinará que el proyecto no se lleve a cabo.
Debido a
lo anterior los proyectos de evaluación financiera de una inversión, están
asociados interdisciplinariamente y requieren de diversas instancias de apoyo
técnico antes de ser sometidos a su aprobación. El proceso de un proyecto
de inversión reconoce tres grandes etapas: (1) preinversión: estudios a nivel
de Idea, perfil, prefactibilidad y factibilidad; (2) inversión: ejecución del
proyecto; (3) operación.
Pero la
evaluación de proyectos de inversión al ser multidisciplinaria se ha
fundamentado en las mejores practicas (resulta ser más un arte), por ser un
arte y no contar con modelos precisos
que enfoquen la organización como un sistema abierto y definan un modelo a
seguir que tome en cuenta el sistema por completo, su sub-sistemas de control y
los otros sistemas donde esta inmerso a fin de representar una aproximación con
el menor error posible de la realidad donde la evaluación financiera del
proyecto de inversión esta inmersa. La forma como el hombre a buscado minimizar
los costos y maximizar las ganancias, ha introducido en el campo de la
evaluación financiera de proyectos TIC como activo tangible e intangible
diversos conceptos (ver Tabla 6, anexos) .
Existe
distintas formas para evaluar proyectos de inversiones de TIC, entre las que
destacan [PER 02]:
VAN: El VAN
o Valor Actual Neto, identifica los costos, ingresos e inversiones de un
proyecto, relacionándolos mediante la construcción de un Flujo de Caja para
cada período anual que dure el horizonte de evaluación del proyecto. Estos
flujos son luego traídos al presente al ser descontados por medio de una tasa
llamada costo del Capital. (ver Ecuación
1,
anexos). Según este criterio se acepta el o los proyectos cuyo VAN sea mayor
que cero (VAN>0). En caso de comparar varias alternativas, la mejor será la
de mejor VAN. Si el VAN es igual a 0 (VAN=0) el proyecto es Indiferente y si
posee un VAN negativo (VAN<0), se debe Rechazar el Proyecto. La ventaja de
este método es que permite asignar una tasa de descuento ajustada por riesgo,
para así incorporar este factor en la evaluación de proyectos. La técnica
presenta una serie de desventajas, entre ellas están: el hecho de que es una
”fotografía del momento” y el que posee una baja flexibilidad en condiciones de
incertidumbre, como son las que posee un proyecto de TIC. Pese a lo anterior,
esta es la técnica más utilizada ya que ha tenido gran difusión a nivel
académico. En la práctica, los resultados obtenidos no siempre han sido
satisfactorios, pues esta técnica al no considerar la incertidumbre acepta
proyectos riesgosos, por lo que su uso no es recomendado al evaluar proyectos
de TIC.
TIR: La TIR o Tasa Interna de Retorno
es la tasa de descuento de los flujos de caja que permite igualar el VAN a 0.
(ver Ecuación
2). Esta
técnica también incorpora el uso de los Flujos de caja descontados, pero ahora
se calcula la tasa que iguala el descuento de éstos a cero, determinándose así
la máxima tasa que se le puede exigir a un proyecto para que este resulte
económicamente rentable. Según este criterio se acepta el o los proyectos cuya
TIR sea mayor que la (td) tasa de descuento (TIR > td). En caso de
comparar varias alternativas, la mejor será la de mejor TIR. Si la TIR es igual a la tasa de
descuento (TIR = td) el proyecto es indiferente y si posee una TIR inferior a
la tasa de descuento (TIR < td), se debe Rechazar el Proyecto. La técnica presenta
una serie de desventajas, entre ellas están: el hecho de poseer limitaciones
matemáticas por el hecho de la alternancia de signo en los flujos, que produce
múltiples tasas, y por el hecho de que la TIR “Miente”, debido a que no siempre se cumple
que a mayor TIR mayor es la rentabilidad del Proyecto, por ejemplo podemos apreciar en el gráfico de la Figura
7
en los anexos, que el proyecto que posee la TIR más alta, es solo más rentable que el otro
en un segmento, por lo que este criterio no otorga una conclusión definitiva
de comparación.
EVA: El EVA
o Valor Económico Agregado, trata de medir el Valor que un proyecto agrega a la
empresa o el valor que genera ésta en un determinado período. (ver Ecuación
3,
anexos). El EVA es un indicador anual que da cuenta si durante el ejercicio la
empresa agregó o no valor producto de su gestión, o en su defecto si es que se
analiza desde el punto de vista de un único proyecto, si éste le agregó o no
valor a la empresa. Por lo tanto, la técnica es más bien considerada como un
indicador de la gestión de la empresa que como una forma de evaluar un proyecto
en sí.
Árboles
de decisión: Es una
técnica gráfica que permite representar y analizar una serie de decisiones futuras de carácter secuencial a través
del tiempo, es decir los posibles
escenarios que podrían presentarse a medida que avance el proyecto. A cada rama
se le asigna una probabilidad de ocurrencia. De esta forma el árbol representa
todas las combinaciones posibles de escenarios de decisión
futuro, pudiendo decidir mediante un
cálculo del valor esperado del resultado final. Esta técnica posee la ventaja
de que permite evaluar decisiones
futuras a tomar de carácter secuencial a través del tiempo. Las desventajas
radican principalmente en la dificultad de asignarle probabilidad a todos los
posibles estados de decisión
(escenarios).
Simulación
de Montecarlo: Es una técnica de simulación de situaciones
inciertas que permite definir valores esperados y futuros para variables no
controlables, mediante la selección aleatoria de valores, donde la probabilidad
de elegir entre todos los resultados posibles está en estricta relación con sus
distribuciones de probabilidades. La Simulación de Montecarlo, permite analizar las
variables inciertas de un proyecto, ya sea una o más de éstas (con relación
entre ellas) analizando su distribución de Probabilidad. Para cada prueba
general de una o más variables, se puede calcular el valor esperado del
proyecto, y la distribución de probabilidades de los resultados, que permite
determinar, por ejemplo, la probabilidad que algunas de las variables en estudio
se encuentre bajo un determinado valor. Esta técnica, nos permite usar modernos
métodos de simulación para encontrar el valor esperado y la variabilidad de una
variable incierta del proyecto. En este caso, el método permite reducir la
incertidumbre que en un proyecto hubiesen tenido los ingresos y a la vez el
valor de los costos y de la inversión al entregar una buena aproximación de la
demanda de mercado que la TIC
tendrá en el futuro. Sin embargo, posee las mismas desventajas de otros
métodos, pues presenta la subjetividad en la asignación de probabilidades a las
variables inciertas por período.
Opciones
Reales: El concepto de opciones reales aplica las técnicas
desarrolladas en la teoría de opciones financieras para analizar activos no
financieros o activos reales. Al igual que las opciones financieras, la
principal característica de las opciones reales es que confieren el derecho,
pero no la obligación, de tomar medidas en el futuro. Asimismo, presentan
diferencias como por ejemplo, el fenómeno de variación en su precio de ejercicio, lo que conlleva a que el valor de
una opción Real sea específico y único para cada posible propietario. El
enfoque de opciones reales enfatiza el hecho de que muchas inversiones generan
oportunidades importantes y de continuidad, que las empresas pueden aprovechar
o no en lo sucesivo. Existen otras similitudes entre las opciones reales y
financieras, por ejemplo el valor de ambas opciones aumenta con la
incertidumbre. Sin embargo, a diferencia de las opciones financieras, las
opciones reales nacen de las oportunidades creadas por inversiones estratégicas
de una empresa. Puesto que los activos fundamentales de una empresa,
generalmente no se tranzan en los mercados. Una opción real, plantea las
alternativas de realizar, esperar, agrandar, achicar o abandonar un proyecto,
dependiendo del entorno y evolución de las variables que influyen en el
resultado de un proyecto, agregando de este modo un alto grado de flexibilidad
en las decisiones. En esta
metodología se destacan las propuestas de autores como Trigeorgis, Schwartz,
Moon, Schwartz y Zozaya. La propuesta de Trigeorgis, por ejemplo, incorpora el
concepto de VAN estratégico, el cual permite incorporar la flexibilidad en la
evaluación de proyectos, mediante el premio a la opción (diferir, abandonar un
proyecto, etc.). Es decir, VAN
estratégico = VAN + Premio a la opción. Sin embargo, pese al considerable
avance logrado al evaluar la flexibilidad, nuevamente nos encontramos con la
subjetividad en la asignación de probabilidades a las opciones del proyecto,
pero este problema se puede superar pensando en realizar experimentos de los
cuales se pueda obtener las probabilidades más o menos estándares para cada
tipo de escenario. La principal ventaja de esta metodología es que incorpora la
flexibilidad de evaluar distintas decisiones
en forma de opción, cuantificando los retornos, costos, y valor del proyecto,
en todo momento del tiempo de evaluación. La desventaja es que producto de su
complejidad, no es fácilmente abordable al evaluar los proyectos. Muchos
autores han analizado resultados en casos prácticos de inversiones en TIC
aplicando este método, y sus resultados confirman lo ya expresado. Benaroch and
Kauffman, analizan la aplicabilidad del método de las opciones para la evaluación
de proyectos de inversión en TIC de distintas clases. Estos autores indican que
de acuerdo a las características de los proyectos de inversión se podrá escoger
una marco adecuado de evaluación basado en opciones. Se definen, de acuerdo a
esto, cuatro tipos básicos de proyectos de inversión en TI: Inversión en
infraestructura de TIC, Inversión en Tecnología emergente, Inversión en el
desarrollo de prototipos, e Inversión en tecnología como un producto de la
empresa (similar a los proyectos de Investigación y Desarrollo). Es así, como
en los últimos años, los modelos de opciones se han convertido en una
aproximación científica y formal para la evaluación de proyectos caracterizados
por presentar un alto grado de incertidumbre en las diferentes variables
asociadas a ellos. En relación, a esto último, un claro ejemplo de este tipo de
proyectos son los relacionados con Inversiones en TIC, y por lo mismo, son
éstos los mejores candidatos para ser evaluados con un modelo basado en las
opciones reales.
Al analizar
la bibliografía de todas estas propuestas existente sobre el tema de evaluación
financiera de proyectos de inversión (con un enfoque general [BAC et al 98]; o
dirigida a un sector determinado [FRA et al 98]) se observa en líneas generales
las siguientes características: (a) Pese a las adecuaciones realizadas,
provienen de esquemas originados en los años 70/80 [ILP et al 88]; (b) estan
orientada a especialistas, o a
quienes desean iniciarse en esa área de estudio; (c) en general, plantean
modelos sustentados en métodos, herramientas e informaciones que sólo están al
alcance de las grandes empresas, especialmente
en lo que respecta a la gestión posterior al proyecto; (d) han influido de tal
manera en los profesionales que, por adecuarse a dichos modelos, terminan con
un resultado consabido: el producto informativo que sólo es comprendido por los
especialistas; (e) seguramente por
similar influencia, los distintos programas estadales (Programa de Mejoramiento
Competitivo, etc.), a pesar de las adaptaciones, están guiados por dichos
modelos; pero, a su vez, al conformar sus requerimientos en base a ellos,
incentivan su utilización; (f) consecuentemente, el empresario (que
generalmente asume el rol de inversionista y tiene una sola opción de
inversión, además de la financiera), no puede realizar su evaluación, al recibir un producto que no es adecuado a su
conocimiento actual y sin posibilidad de utilización como herramienta para la
gestión posterior; (g) los productos informativos basados en estos modelos, son
hoy incompletos (y por lo tanto incorrectos); (h) muchas veces el empresario
encara la formulación de un proyecto de inversión porque se lo exigen
(generalmente una entidad bancaria o gubernamental), pero no como un
procedimiento y herramienta para la toma de decisiones;
(i) proyectos perfectamente factibles fracasan en la fase de implementación
porque el empresario no aprovecha la información contenida en el proyecto o
porque formula políticas erradas en la fase mencionada [COL et al 95]
En otro
orden de idea, la investigación realizada por la consultora internacional
Market & Opinion Research International (Londres) para la REVISTA MERCADO
(Septiembre de 1998, pág.21), reflejan el divorcio empresario-asesor, al
detectar que el 58% de pymes en argentina (como ejemplo ilustrativo de un país
suramericano), no busca el asesoramiento de consultores y que el 70% de ellas
no lo hace porque considera que no los necesita. En todo el proceso se hace
abstracción de la empresa y del empresario y finaliza en la presentación de una
''caja de herramientas'', fundamental para la toma de decisiones,
pero compuesta básicamente por: (a) V.A.N. y T.I.R; (b) período de repago; (c)
criterios de división de riesgos; (d) construcción de tasas de referencia para
los inversionistas; (e) otros elementos de análisis socioeconómicos sustentados
por los evaluadores (proyectistas u organismos financieros, gubernamentales,
etc.).
De todo
lo expuesto se puede inducir que si se desea evaluar un proyecto de inversión
de TIC, no basta con elegir el mejor método de evaluación que se pueda
encontrar en la literatura, sino que es necesario identificar claramente el
tipo de inversión que se desea llevar a cabo, y las necesidades que presenta el
negocio en relación a esta inversión. Otro hecho importante, es que uno de los
mayores beneficios que entrega el desarrollo de inversiones de TIC para la
empresa es la capacidad que tienen éstas de producir y/o aumentar las ventajas
competitivas que tienen un directo efecto en las ganancias del negocio. De
acuerdo a esta característica de los proyectos en cuestión es posible
identificar distintos tipos de inversión de TIC y, según la clasificación dada
asumir el proceso de evaluación de dicha inversión. (Ver Figura 8, anexos).
Finalmente,
reconociendo absolutamente la validez de métodos y técnicas utilizadas, se
considera que los productos informativos que se brindan actualmente no le sirven
al empresario para efectuar su propia evaluación, que está orientada, no a
estimar la rentabilidad (que es tarea del especialista)
sino a una determinación global, entre cuyos aspectos sobresalen, además de la
viabilidad económica, la gestión posterior, las modificaciones que debe
producir en su empresa (especialmente
en la cultura y en el estilo de gestión), los riesgos no económicos-financieros
que asume (comerciales, sociales, etc.) y otros componentes psicológicos. Todo
esto debe evolucionar e integrar un nuevo modelo como el que se presenta en el
presente trabajo de investigación, que sirva como una vía de decisión simple y que apalanque el estudio de
factores más específicos que llevan a un sistema de toma de decisiones mas asertivas. Desde el ambito de las
Ciencias Gerenciales resulta muy importante para esta investigación la
determinación de epistemología del pensamiento gerencial emergente y la
filosofia de la ciencia que determina la gerencia de las organizaciones de TIC,
es por esto que acontinuación se discuten los temas de conocimiento,
racionalidad, complejidad, postmodernismo, organización transcompleja a fin de
incorporara a todo lo descrito con anteriarida un conjunto de criterios de
comparación dentro del modelo sistémico y orientado a la evaluación de la
gerencia de la tecnología de la información y la comunicación que permitirán
desglosar esas dimensiones en aspectos concretos, que sirvan para definir un
conjunto de indicadores que se puedan observar, describir o medir.