Comienza con nueve años, al mismo tiempo que va siguiendo los estudios elementales en la escuela, el aprendizaje de la pintura y el dibujo.
Asiste en esta década a talleres de decoración de abanicos en los que aprenderá los primeros rudimentos de dibujo y pintura, más adelante asistirá durante dos cursos al Centro de Artes y Oficios Artísticos del vecino pueblo de Aldaia donde continua aprendiendo las bases del dibujo.
Posteriormente junto con los hermanos, que también han asistido a cursos de dibujo en el mismo Centro y de pintura con otros maestros artesanos, se dedicará unos años a la decoración de abanicos, en un pequeño estudio montado en el propio domicilio familiar.
Son años más alegres, años de largos paseos por un campo que aún circunda un pueblo que va creciendo, de salidas a pintar a plein air, junto a sus hermanos y otros amigos también pintores, José Bueno, Andrés Dols y a veces otros.
Años de largas tertulias en casa, con la família y los amigos, de formación básica cultural, en plan autodidacta. Devorar libros y música en las distintas emisoras de radio.
Años serenos que van formando su carácter y asentando unos valores básicos de libertad intelectual y anhelos artísticos.