Algatocín
Mapa Málaga
Occidental (Pulsar)
|
Cementerio de Algatocín.
En este lugar se ubica la fosa común donde fueron enterrados
los guerrilleros de la Matanza del Chorrón, sin ningún
tipo de identificación externa. Al parecer, esta fosa común
sirve actualmente de base para la construcción de un grupo
de nichos que se construyeron posteriormente. |
Lista de los 6 Guerrilleros
|
La matanza del Chorrón
Pablo Pérez Hidalgo, "Manolo
el Rubio", Jefe de Estado Mayor de la Agrupación Guerrillera
"Fermín Galán",
fundada a principios de 1949 con el anarquista Bernabé
López Calle como comandante, decide dejar de operar militarmente
en la Sierra en diciembre de 1950 y permanecer oculto en un chozo perdido
entre matorrales en las inmediaciones de Genalguacil.
El reuma que sufre en su rodilla izquierda es cada vez mas doloroso, le
impide moverse con soltura entre los riscos, y sabe que supone un estorbo
para su grupo en esas largas caminatas.
No imagina todavía que esa decisión le salvaría la
vida, una vez más, diez y ocho días más tarde.
Sólo quedaban siete guerrilleros de aquella agrupación,
y deciden disolverse. Los demás compañeros habían
decidido cruzar a Marruecos. Pablo cede a sus compañeros casi todo
su armamento, pues sabe que oculto en la Sierra no lo necesitará,
y a ellos les puede ser útil en su trayecto hasta la Costa
Pablo se despide y abraza emocionado a sus compañeros de armas
Juan Vigil Quiñones, Antonio Rincón González, Juan
Toledo Martínez "Caracol", Francisco Moreno Barragán
"Benito", Francisco José Domínguez "Pedro
el de Alcalá" y José Guerra Galván "El
Guerra", andaluces de Coín, San Roque, Cortes de la Frontera.
Los ve alejarse por el valle, hacia el Sur. Mucho habian pasado juntos
y juntos habían sobrevivido a los avatares de aquella vida de emboscados,
pero no tenía sentido continuar aquella lucha, el apoyo exterior
nunca llegaría y la población civil cada vez era más
reticente a ayudarles, por miedo a la Guardia Civil, y la cadena de delaciones
que había diezmado a la agrupación guerrillera y sus enlaces.
Según recordaba Pablo Pérez Hidalgo en 1976 en el libro
"Los Topos" de Leguineche y Torbado, a los 18 días de
su separación, los seis guerrilleros murieron en los montes de
Benarrabá, cerca de Cortes de la Frontera en una emboscada de la
Guardia Civil. Sus cuerpos quedaron tan desfigurados por los balazos de
los "naranjeros" (MP-28-II) que sus rostros resultaban irreconocibles.
Este detalle salvaría por segunda vez a "Manolo el Rubio"
de la muerte.
Los seis guerrilleros habían hecho un alto en un cortijo en la
zona de El Chorrón, en el término municipal de Algatocín
(Así consta en el Reg. Civil el 20 de diciembre de 1950) cerca
de Benarrabá para matar un cochinillo. Todavía era de día
en ese pinar. Pidieron al cortijero que se lo cocinara. Por la tarde llega
el hijo del propietario pretextando que han de bajar al pueblo antes de
lo habitual, pues su hermano esta muy enfermo y debían bajarlo
al médico del pueblo para que lo examinase.
Cuando los guerrilleros, confiados, daban cuenta del cochinillo sentados
a espaldas del cortijo, sin montar una guardia de vigilancia. Inesperadamente,
la Guardia Civil los cerca, y sin aviso previo, los ametralla a los seis
guerrilleros a quemarropa, convirtiendolos en una masa sanquinolenta irreconocible.
(Más tarde, ya en plena democracia, en una
entrevista con Isidro García Sigüenza para su libro, surge
otra versión de la Matanza de El Chorrón
más actualizada y detallada, con testigos locales)
Los guardias sospechaban que uno de los muertos podía ser el de
"Manolo el Rubio", y reclaman a su padre para que se traslade
desde Bobadilla (Málaga) a Algatocín para la identificación
del cadáver de su hijo.
El padre del jefe guerrillero,
nada más llegar al macabro lugar, se dio cuenta de que ninguno
de ellos era su hijo, pero mantuvo la sangre fría y escogió
a uno de los cuerpos más destrozados por la gran cantidad de impactos,
el de Antonio Rincón González y aseguró sollozando
que efectivamente, ése era su hijo Pablo.
Su padre supo mantener el secreto de la "muerte" de Pablo y
su familia y su novia de Bobadilla, de la que tenía un hijo habido
durante la Guerra Civil, le guardarían luto desde aquellas Navidades
de 1950*.
A partir de ese momento la Guardia Civil le dió por muerto y aparentemente
se olvidó de él, lo que le permitiría permanecer
escondido sobreviviendo como pudo en aquellos montes 26 años, hasta
su entrega voluntaria a las autoridades, a los 65 años, el 9 de
diciembre de 1976, un año y veinte días después de
la muerte del dictador Franco.
El hijo mayor del delator ingresó en la Guardia Civil con todos
los honores, sus padres dejaron aquella finca, y más tarde alguien
del pueblo quemó el cortijo.
*Según el libro "Los Topos", (Manuel
Leguineche y Jesús Torbado) en el testimonio oral de Pablo Pérez
Hidalgo "Manolo el Rubio", los hechos acaecieron el 23 de diciembre
de 1949, mientras que en el Reg. Civil de Algatocín figuran estas
muertes en el 20 de diciembre de 1950, a las 12,55hs.
|