GRAU  El peruano del milenio

Reynaldo Moya Espinosa

Carátula

Contenido

Prólogo

Capítulo I

Capítulo II

Capítulo III

Capítulo IV

Capítulo V

Capítulo VI

Capítulo VII

Capítulo VIII

Capítulo IX

Capítulo X

Capítulo XI

Capítulo XII

Capítulo XIII

Capítulo XIV

Capítulo XV

Bibliografía

Biografía de R. Moya E.

 

CAPÍTULO VII:

EL COMBATE DE IQUIQUE

1.- Parte de Grau sobre el combate

2.- Parte del comandante Juan Guillermo Moore

3.- Los muertos y los heridos

4.- Después del combate

5.- Carta de Grau a Prado

6.- Carta a la Viuda de Prat

7.- Carta a Montero

8.- Carta de la viuda de Prat a Grau

 

4.- Después del combate 

El desarrollo del combate en sus dos escenarios había sido presenciado por la población y la guarnición de Iquique que se volcó a la playa, Los cañones del fuerte  dispararon continuamente contra los dos barcos chilenos y hasta algunas falúas con rifleros incursionaban audazmente en las proximidades de la “Esmeralda”

Cuando el 2ª Jefe de la “Independencia” capitán de navío Toribio Raygada, llegó a las playas de Iquique, el Jefe de Estado Mayor de esa guarnición, el coronel  Belisario Suárez lo arrestó considerándolo culpable y en un momento de ofuscación, trató de fusilarlo, lo que fue impedido por el coronel Andrés A. Cáceres, Jefe del Batallón Zepita. 

Grau hizo enterrar a Prat, con honores en el cementerio de Iquique y desembarcó a los 63 tripulantes chilenos de la “Esmeralda” que fueron salvados. El Comandante en Jefe de la Guarnición, el general Juan Buendía se opuso a eso, y tuvo un altercado con Grau, que al fin hizo valer su criterio, pues no podía llevar en su barco hasta Arica a los náufragos enemigos. Grau había dado un trato muy cortés a los oficiales  rescatados del naufragio y el teniente 1ª Luis Uribe Orrego, exclamó en la playa: Viva el Perú generoso. En el combate y en el naufragio de la Esmeralda”, murieron cien hombres, en su mayoría ahogados al ser arrastrados por la succión cuando el buque se hundió con su bandera al tope. 

Grau, aprovechó que el transporte “Chalaco” había llegado a Iquique, para trasladar a él a los 250 hombres de la tripulación de la “Independencia” y en camarote aparte al comandante More en calidad de detenido, con una custodia para evitar que intentara quitarse la vida, como ya lo había pretendido. 

En la tripulación de la “Independencia” habían dos primos hermanos del chileno  Carlos Condell de la Haza cuya madre Manuela de la Haza era paiteña. Se trataba  del tnte. 2ª Alfredo de la Haza y del aspirante Arturo de la Haza. Por otra parte, Antonio de la Haza, era contralmirante y se desempeñaba como  Comandante General de la Marina del Perú. Era pues tío de Condell. Todos los De la Haza eran paiteños. No se descarta que Condell hubiera nacido en Paita y que llevado a Chile muy pequeño, fue inscrito allí. El comandante de la Covadonga era Condell. 

Grau siguió al sur para tratar de cumplir con la misión que el Presidente Prado habìa encomendado en Arica a los dos barcos peruanos, mientras que el transporte “Chalaco” partió hacia dicho puerto. En la playa y en el muelle se había reunido una airada muchedumbre que lanzaba gritos hostiles contra More, por lo cual el Almirante Lizardo Montero que estaba al mando de la guarnición, envió soldados para protegerlo. Los tripulantes de la “Independencia” desembarcaron sin novedad y leales a su comandante, lo aclamaron lo que reconfortó al desgraciado marino. También los marinos de la guarnición lo trataron con deferencia. El Presidente Prado, ordenó que de inmediato se le sometiera a Juicio y se nombró al Capitán de Navío Juan Fanning para presidir el tribunal. El 8 de Agosto, Prado anuló todo lo que se había avanzado y dispuso se abriera nueva sumaria, .En Octubre, la esposa de Moore, doña Carmen Medina, objetó la demora en el Juicio y que se hubiera realizado en Arica  en lugar de hacerlo en el Callao. More siguió n Arica hasta Junio de 1880 y cuando los chilenos intimaron la rendición de la plaza al Coronel Bolognesi, More estuvo entre sus defensores, muriendo heroicamente en el Morro. 

En Iquique el periodista Modesto Medina,  relató en el diario “El Comercio” de ese lugar los pormenores del combate y contó que en los  momentos en que Grau salvaba a los náufragos de la “Esmeralda”, en el otro extremo de la bahía, Condell disparaba sobre los náufragos de la “Independencia”. Medina también encomió el valor de Prat y que el barco chileno se había hundido con la bandera al tope. Otro hecho que se conoció, fue la acción temeraria de Prat, cuando se produjo la primera embestida del “Huáscar” con su espolón. El capitán chileno se encontraba en la toldilla de su barco y cuando las dos naves se aproximaron, saltó a la cubierta del “Huáscar”, espada en mano, mientras gritaba ¡Al abordaje!, orden que por el ruido existente sólo fue oída por el sargento Juan de Dios Aldea, que lo siguió. La tripulación del “Huáscar” al ver dos marinos chilenos en la cubierta del barco, los atacaron  y el marinero Portales le disparó a Prat un balazo en la cabeza, derribándolo sobre la cubierto y luego aplastó su cráneo a culatazos. Eran las 11 y 45 El sargento Aldea fue gravemente herido, siendo atendido. Los marinos peruanos no supieron que se trataba del comandante del otro barco y Grau no tuvo conocimiento del hecho, sino mucho más tarde, ordenando el levantamiento del cadáver y hacer una relación de sus efectos. En el segundo intento de atacar con el espolón, el teniente  chileno Ignacio Serrano y 12 marineros, saltaron a la cubierta del “Huáscar”, donde se trabó una lucha con los marineros peruanos provistos de hachas siendo todos ultimados. Prat tenía 31 años al momento de morir. Los chilenos consideraron mucho el valor de este marino, y lo convirtieron en el héroe máximo de su país. 

La causa profunda de la pérdida de la “Independencia” y de la tardanza del “Huáscar” de terminar con la “Esmeralda” se debió, a la baja calidad combatiente de los tripulantes. Se trataba de fleteros del Callao que a última hora fueron enrolados, sin haber hecho ningún ejercicio de tiro y desconociendo totalmente  las reglas de disciplina a bordo, que en el “Huáscar”, sólo el carácter de Grau pudo imponer. En cambio los marinos chilenos estaban bien adiestrados y sus tiros fueron siempre muy certeros. 

 El resultado final de Iquique, fue que el Perú perdió su mejor barco que era una fragata blindada de 2.004 toneladas y Chile una vieja corbeta de madera de 850 toneladas.