La llegada de James y Cally no fue tan bien recibida como la de Pam y Bobby, pero estos precisamente rompieron el hielo, levantándose para darles la enhorabuena.
"Felicidades, sobrino, y, si queréis vivir aquí, ya sabéis que siempre se puede añadir otra casa anexa."
"Si Bobby hubiera vivido en Knots Landing, no les ofrecería la casa de al lado tan alegremente" - comentó en voz baja Val a Gary, que rió socarrón...
"Por lo que veo, mi hermanito pequeño es el único que se ha perdido la fiesta..."
"Cally, cariño - Lucy no pudo reprimirse más - espero que no caigáis en la tentación de casaros aquí, en Southfork..."
"Bueno, Lucy, en parte por eso hemos venido. Queríamos pediros que nos dejárais celebrar la boda en el jardín de Southfork, y así poder organizar una de aquellas reuniones tan animadas que se hacían aquí antes de...las inundaciones."
"Eres una Ewing casi tanto como nosotros, sino más, ya que sobreviviste dos años viviendo aquí con mi hermano, y te mereces disfrutar lo mejor..."
"Si James puede considerarse lo mejor" - susurró Lucy a Beckie y Betsy...
A la mañana siguiente, Donna y Valene salieron juntas de compras a la galería comercial más grande de Dallas. Su amistad se había desarrollado en los últimos cinco años, y el apoyo de Val había sido vital para Donna, que tanto había sufrido en los últimos años, desde el desafortunado divorcio de Ray, hasta la enfermedad de Maggie o el chantaje al que la sometió su marido infiel, el Senador Andrew Dowling. Por no hablar del escándalo de la WestStar...
"Eres una buena amiga, Val" - se confió Donna cuando se sentaron a tomar un té. "Durante todo el tiempo que estuve casada con Ray, la 1ª vez, sólo pude contar con la amistad de Ellie y Pamela, hasta que esta se marchó también..."
"Es curioso...Cuando dejamos Knots Landing y vinimos a Southfork para ayudar a reconstruir el rancho, lo que más sentí fue dejar allí a mis amigos los Mackenzie, En cierta manera, me recuerdas mucho a mi querida Karen. Sois mujeres fuertes, idealistas, queréis mejorar el mundo...Karen entraba en cólera cuando le decíamos que, en el fondo, sólo quería ser Pollyanna, la niña de la película, y ella contestaba que no era verdad, que quería que el mundo realmente fuera mejor..."
"En parte, quería quedar a solas contigo, Val, para estar completamente segura de una cosa: ya sabes que nos marchamos de vacaciones a Sydney pasado mañana. Jimmy, el hijo de James, volverá a vivir con su padre, y nosotros, cuando volvamos, fundaremos una nueva empresa...Quiero que me prometas que, pase lo que pase, nunca nadie sabrá nuestro secreto, y mucho menos Ray..."
Las dos mujeres se miraron a los ojos fijamente y Val, emocionada, le prometió a su amiga que guardaría el secreto, mientras se abrazaban cariñosamente...
En un lujoso restaurante frente al edificio del "First Commercial Bank", su Vicepresidente Clifford Barnes charlaba informalmente con su superior, Dennis...
"Amigo mío, no sabes cómo me alegro de que hayas tomado la decisión de retirarte, ha llegado el momento de que disfrutes de la vida sin pensar tanto en los intereses de la empresa y en los de los demás..."
"Cliff, tengo que confesarte que, sin la participación de las Industrias Barnes hace unos años, este banco podría haberse ido al infierno en un abrir y cerrar los ojos..."
"Qui pro quo, amigo, una cosa por la otra - añadió pedantemente Cliff, que a duras penas había aprobado el latín cuando estudiaba Derecho...- Sé que podré contar contigo en el futuro cuando necesites a alguien de confianza..."
"Creo que ya tengo al posible candidato para mi puesto, y nunca me ha costado menos tomar una decisión así..."
"Claro que no, jajaja... - rió seguro de sí mismo Cliff - Alea jacta est! Ja, ja, ja..."
El pequeño Jimmy tenía doce años, era rubio y alegre, aunque las ausencias de su padre James le habían provocado cierta confusión, emocionalmente. El último año lo había pasado con la familia Krebbs en Southfork, como un favor especial hacia James, que había pasado mucho tiempo dedicado a los negocios, mano a mano con Gary en el "Ewing Energy Group".
Ahora, James quería formar una familia con Cally y su pequeño hijo, pero las cosas no parecían tan fáciles. Donna se había encariñado con el niño y para Ray, era el hijo que no había tenido: le llevaba a montar en pony y le dejaba en la escuela de Braddock personalmente todos los días, junto a su hija Maggie.
Cally estaba decidida a ganarse el afecto del niño. James le había dicho que su madre había renunciado a él, pero la verdad era otra. Había sido un peón en la lucha por el poder que siguió al suicidio de J.R. Aquella tarde, James, Cally y la hija de esta, la pequeña Ellie, de diez años, fueron a casa de los Krebbs a recoger al niño.
Antes de subir al coche, Jimmy echó a correr hacia los que habían sido sus padres en el último año. Un abrazo emocionado a los dos fue su forma de despedirse, y también fue una señal para la joven pareja de que el niño tendría que estar mucho tiempo separado de aquellas personas, para aceptarles a ellos como sus verdaderos padres...Cally lloraba inconsolable dentro del coche...
Llegado el lunes, John Ross recibió una visita inesperada. No era la persona que esperaba, sino su tía Barbara, la prima de su difunto padre. Venía a despedirse de él, ya que se iba a instalar en Houston definitivamente.
"Casi todos mis amigos están allí, aunque mi familia siempre será ese grupo de personas que vive en un lugar llamado Southfork. - le confió a John Ross - He dispuesto mi parte de la casa principal para que puedas utilizarla siempre que quieras..."
"Eres una gran persona, tía Barbara - le dijo, abrazándola. "Pero no creo que pudiera soportar las presiones de vivir allí. Aún recuerdo los últimos meses que pasé en el viejo rancho, y que estuve a punto de perder la vida en las inundaciones, de no ser por mi hermano James..."
"Recuerda las cosas negativas para recuperar la fuerza que los Ewing debemos tener siempre: somos unos supervivientes, incluso yo, que sólo soy una Southworth..." - Barbara sacó un paquete de su maleta: "Te he traído un regalo: tu padre dejó escrito en su testamento que esta cinta de vídeo se te entregase cuando cumplieses los veintiún años, pero creo que ya deberías verla..."
John Ross miró fijamente el vídeo que le había dado su tía, y mil recuerdos de su padre le inundaron la mente. "Gracias, Barb. Eres mi tía favorita, y tengo unas cuantas..." Barbara rió sonoramente y volvió a abrazar al joven. "Volveré dentro de cuatro meses, para la reunión del Consejo de la "EEG", pero recuerda, pequeño, si necesitas hablar con alguien, con una amiga, este es el número de mi móvil..." - dijo alargándole una tarjeta con sus datos.
John Ross estaba solo en su apartamento. La cinta de vídeo estaba encima de la cama, aún con el envoltorio intacto. De repente, la cogió y la metió en la caja fuerte que tenía en su biblioteca. Cerró la caja, y se estiró en la cama...La persona que esperaba no tardaría en llegar...
En ese momento, levantó la vista sintiéndose observado: allí, delante suyo, mirándole con cariño, podía ver a su padre, el único e inimitable J.R. Ewing...
"Hola, hijo" - dijo él. John Ross sólo pudo parpadear...
"Sólo he venido a darte unos consejos...Espero que tomes buena nota y los utilices en el futuro."
"La primera norma de J.R. Ewing siempre fue: sólo puedes confiar en ti mismo. Todo lo que hagas en tu vida, hazlo por tu bien, no por el de los demás...No te dejas embaucar por los débiles...
"Mi segunda norma es: querer es poder, sobre todo si hay un testamento por medio. Todo está permitido y puedes utilizar a todo el mundo para lograr tus fines. Si a Maquiavelo le funcionó, por qué no nos iba a ir bien a los Ewing...
"Tercera: Ten cerca a los amigos y aún más a los enemigos. Esta creo que ya la conoces...je, je, je, eres digno hijo de tu padre."
"Cuarta: Tu abuelo siempre decía que el único poder que existe es el que uno consigue por sí mismo, nadie puede darle poder a otra persona...
"Quinta: Cuando te echen en cara algo que has hecho o se pongan moralistas contigo, recuerda que siempre habrá una forma de convencerles de que lo has hecho por el bien de la familia, o de la empresa...aunque no sea verdad."
"Sexta: Si tienes problemas para poner los consejos anteriores en práctica, piensa que, una vez se olvida el significado de la integridad, el resto es pan comido...
"Séptima: Mentir, robar, estafar y traicionar son palabras que se han inventado los débiles. No te sientas culpable de lo que has hecho, sino de lo que no has hecho...
"Octava: Nunca te enfades con nadie. Sonríe como una serpiente y enseña los dientes: luego, ataca con la venganza. Todo el mundo tiene un punto débil...
"Novena: Las mujeres son uno de los placeres más auténticos de la vida, pero nunca durante más de una noche. En cuanto uno se descuida, te quieren cambiar y manipular. Busca a una mujer poderosa que ya tenga suficiente con sus objetivos personales...
"Y décima, y más importante: Nunca, jamás en la vida, le prestes ni un centavo a tu madre. Mientras duró nuestro matrimonio, me hizo la vida imposible con sus celos, sus vicios y sus amiguitos...Y ahora, tengo que marcharme...Hay un hombrecillo vestido de rojo que me está persiguiendo y que cree que puede atraparme y llevarme otra vez con él, a mí, a J. R. Ewing...¡Ja ja ja!"
Aquella carcajada resonó durante varios minutos en su cabeza. Cuando abrió los ojos, su padre ya no estaba allí. ¿Quizá lo había soñado? ¿O de verdad su padre había vuelto del más allá para hablar con él? Y sobre todo, ¿por qué no le preguntó si su muerte había tenido algo que ver con él, con la forma en que lo rechazó aquel mismo día de 1990...?
(Fundido en negro)
Los hermanos Barnes llevaron flores a las tumbas de sus padres: Willard Digger Barnes y Rebecca Barnes Wentworth, él fallecido en 1980 y ella en 1983. Cliff y Pamela se abrazaron: había pasado mucho tiempo desde la última vez que habían visitado el cementerio juntos...
"Al final, acabaron juntos..." - murmuró Cliff, con lágrimas en los ojos. "Ojalá no se hubieran separado nunca y hubiésemos sido una familia feliz..."
"Tenemos que pensar en todo lo bueno que nos dejaron - dijo ella - la seguridad de que, a pesar de todo, los dos nos quisieron y nos convirtieron en lo que somos ahora. Si Beckie y Christopher son como son, se lo debemos en parte a ellos..."
"Gracias a Dios que regresaste cuando me dispararon, Pam. No hubiera podido continuar sin ti. Me estaba convirtiendo en un segundo J.R. y quizá ni siquiera hubiera encontrado fuerzas para querer volver a caminar, ni hubiera aceptado someterme a aquella intervención en París que me curó la parálisis..."
"Y gracias a ti, mi querido Cliffie, conseguí volver a ver a mi hijo, y la relación con Bobby se fue convirtiendo de nuevo en amor, y ahora somos más felices que nunca..."
"Volvamos con ellos - dijo, mirando a lo lejos a Bobby y Afton, que esperaban junto a sus coches. "Cuando pienso que, si no se hubiera suicidado, Katherine habría acabado con nosotros..."
Lejos de allí, en el panteón familiar de la familia Wentworth en Houston, una fría lápida sin flores rezaba:
"Katherine Wentworth. 1958-1991. Muerta pero no olvidada."
Aquella noche, Bobby Ewing iba a ser entrevistado en un programa de la TV local que se retransmitiría luego a nivel nacional. Uno de los presentadores más importantes de Tejas quería ofrecer un perfil de aquel oriundo tejano que había logrado triunfar en los negocios, también en un país como Canadá.
"Cuéntenos, señor Ewing, por qué motivo se fue a trabajar a Toronto, dejando su empresa familiar de Dallas y el rancho de su familia en Braddock..."
"Un antiguo socio con el que trabajé en la Ewing Oil, Thorton McLeish, me llamó un día para pedirme consejo. Su hermano había muerto y la legislación canadiense le ponía las cosas difíciles a la hora de seguir extrayendo petróleo en su país. Pensé que era de ley devolverle el favor. Una vez allí, me di cuenta de que había echado de menos el negocio del petróleo sin ser consciente de ello y que sería interesante pasar una temporada en la central de Toronto..."
"Y aquella temporada se convirtió en cuatro años, nada menos...¿Por qué había dejado los negocios para dedicarse al rancho Southfork, señor Ewing?"
"Como ya debes saber, Boyd, mi segunda esposa falleció a consecuencia de un atentado en un congreso de la OPEP. Aquello me llevó a deshacerme de la Ewing Oil y a dedicarme a lo que me apetecía más en aquel momento: cuidar de la tierra que me había dejado en propiedad mi madre, y que ella había heredado de su padre...Más tarde, llegó el Proyecto del Nuevo Southfork, junto a mi hermano Ray, y renovamos las tierras Ewing para poder compartirlas con todo aquel que buscase pasar unos días en un lugar tranquilo con el cielo tejano como fondo y donde pudieran cabalgar con sus hijos tranquilamente. En definitiva, que pudieran pasar una temporada de ensueño..."
En su habitación de Southfork, cerca de las de Bobby y Pam, Lucy hacía las maletas para volver a su casa de Florida. Allí, se encontraba su pequeño hijo Peter, de cinco años, a cargo de una buena amiga. Lucy se dedicaba a financiar a jóvenes artistas con talento y a disfrutar de la vida sin ataduras.
"Cally, sabes que te deseo lo mejor, pero ¿crees que James es el marido más adecuado para ti?" - preguntó Lucy a su amiga y socia por teléfono... "Sí, de acuerdo, claro que voy a respetar tu decisión, sí, ya sé que James ha cambiado, pero no olvides que un Ewing siempre es un Ewing...y tú misma pasaste ya por esa experiencia."
Una vez hubo colgado, Lucy recibió la visita de su madre.
"Hola, cariño. Te he traído un par de cosas que compré para el niño..." - dijo Val, colocando un par de paquetes encima de la cama. "Lo siento, pero esta vez no voy a poder llevarlos, mis maletas están a punto de reventar..."
Valene no sabía cómo hablar en confianza con su hija mayor. Habían pasado toda la vida separadas, y el hecho de vivir ahora en Southfork no había cambiado nada, porque Lucy viajaba más que nunca.
"A veces me pregunto si no haces más que huir...de nosotros, de tus hermanos, del nombre de los Ewing..."
"¿Por qué no vas al grano, madre? ¿Vas a preguntarme otra vez si Mitch es el padre de mi hijo?"
Enfrentadas cara a cara, Valene se sentía vencida. Pero recordó tiempos peores y que la que tenía delante era la misma niña que le arrebataron cuando no era más que un bebé...
"Hija, me gustaría que tus hermanos pudieran conocerte mejor antes de que vayan a la universidad, aún eres una desconocida para ellos..."
"Yo no fui quien decidió irse a vivir a California, y pasarse allí quince años sin dar señales de vida. Cuando fui a veros, pretendisteis jugar a los buenos padres y todo fue mal...
"Pasaron los años y os divorciasteis, papá se casó con aquella rubia horrible, Abby, y luego se lió con una neurótica detrás de otra. Y tú, en vez de decirle que habías tenido dos hijos suyos, te callaste y seguiste liándote con tíos que eran todavía más raros que las mujeres de papá..."
"Veo que has seguido con atención los ecos de sociedad de la prensa de California..." - Valene se dio la vuelta, con tristeza en su rostro..."Sólo quiero que sepas que estaré aquí, si me necesitas..."
Lucy fue tras su madre y le dio un abrazo, diciéndole:
"El mejor recuerdo que guardo de aquellos años es el día que papá, tú y yo fuimos a bañarnos a la playa y corrimos juntos, con la ropa puesta..." - Madre e hija se emocionaron e hicieron las paces, aunque ninguna de las dos dijera nada más...
En la emisora de TV, continuaba la entrevista a Bobby. Tras las cámaras, Afton, Beckie y Pam observaban sonrientes...
"Díganos, señor Ewing. ¿Es cierto que ahora va a volver a dirigir el "Ewing Energy Group"?"
"No, me temo que no, Boyd. Esta empresa no se formó con motivos lucrativos solamente, sino para unir los esfuerzos de toda la familia Ewing: mis hermanos Ray y Gary, Donna, mi prima Barbara y mi padrastro Clayton...y por supuesto, mi sobrino John Ross y mi hijo Christopher, cuando tengan la edad necesaria..."
"Si nuestra información es correcta, su hijo ya es propietario de una empresa de recursos informáticos y ha terminado dos carreras, con sólo diecinueve años...¿Cree que necesita su ayuda?"
El público rió tímidamente...
"Bien, quizá él no, pero yo sí puedo necesitarla de él..." - en este punto, todo el mundo reía abiertamente... - "La idea que teníamos cuando fundamos esta empresa, hace cinco años, fue la de aprovechar nuestra experiencia en el mundo del petróleo para explorar nuevas fuentes de energía. Así, mi sobrino James se especializó en energía eólica y solar, Gary en hidráulica y gas natural, Ray y Donna en el cuidado del medio ambiente..."
"Y su esposa Pamela, ¿en qué se especializó ella...?"
"En mí, exclusivamente en mí." - se oyeron nuevas risas. "No, era broma, Pam...Ella es una esposa de ensueño y, además, una experta en relaciones públicas y nos ayudó a relanzar la McLeish Oil en todo el mundo..."
"Ahora, quisiéramos pedir la presencia de Pam..."
Afton le hizo un guiño a su cuñada...
Pamela accedió por fin a unirse a su marido en el escenario y se sentó a su lado. "Bobby tiene un gran sentido del humor..."
Cliff caminaba nervioso por el pasillo que conducía a la Sala de Juntas del "First Commercial Bank"...intuía que le iban a anunciar como nuevo presidente de la entidad. Por fin tanto esfuerzo e inversiones recompensadas...sin tener que mancharse las manos con el negocio del petróleo...
Por fin, entró en la Sala, que ya estaba llena, y ocupó su asiento. Saludó a Dennis, y este empezó su discurso. Cliff se ponía cada vez más nervioso de pura alegría, viéndose como el nuevo amo y señor de los bancos de Dallas, controlando todos los negocios que se llevasen a cabo...sin escuchar lo que decía Dennis.
"...Por ello, me siento orgulloso de presentarles a mi sucesor, el nuevo presidente del "FCB", el señor J. W. Monahan..."
Cliff volvió a la realidad de repente, y vio a un hombre de unos cuarenta años entrar por la puerta, elegantemente vestido, seguro de sí mismo, con unos ojos brillantes y una sonrisa traviesa que a Cliff le recordó poderosamente a sí mismo, veinticinco años antes...¿Quién era aquel desconocido...?
En otro lugar de la ciudad, una limusina recorría las calles en dirección al edificio antiguamente conocido como el Edificio Ewing. Dentro, una mujer vestida de negro, con el pelo corto, rubio con mechas negras y una copa de agua Perrier en la mesilla, hablaba por su móvil:
"No, no, Deborah, no puedes estar embarazada, piensa que antes de seis meses, tendrás que ir al desfile de Milán y voy a necesitarte para cubrir la información. Perdona, tengo otra llamada en espera..." "Sí, hola, Ian. Oh, no me digas. Recuerda lo que te dije, si las acciones bajan, tú te hundes con ellas, y sobre todo, compra muchas más de Warner. No supieron promocionar bien nuestras dos últimas películas, nosotros seremos los últimos en reír..." "Sí. Oh, Jack...Sólo faltabas tú. Londres tiene toda mi atención. Claro que sí. Habla con Don sobre este asunto pero no olvides que yo tengo la última palabra..."
La limusina llegó a su destino y la mujer se bajó elegantemente, sacando las esbeltas piernas con elegancia en primer lugar..."Gracias, Ken" - le dijo al chófer, amablemente. La mujer miró con reverencia aquel edificio, alzando la vista hasta aquel despacho donde su marido había pasado tanto tiempo...
Cinco minutos después, Sue Ellen Lockwood entraba en los que fueron las oficinas ejecutivas de la Ewing Oil. Nada más entrar, vio en la pared delantera, un solemne retrato de J.R. Ewing. Levantó una ceja y luego le guiñó un ojo, entrando con paso firme. Allí se encontró con su hijo John Ross. Después de saludarle, inquirió:
"Me explicarás qué tienes en mente, ¿verdad?"
"Muy sencillo, voy a conquistar la ciudad de Dallas. Una vez más, los Ewing vamos a volver al negocio del petróleo."
Sue Ellen miró con ironía el retrato de J.R. y murmuró: "Debes estar orgulloso de él, ¿verdad, cariño?"
FIN DEL EPISODIO 1
Dedicamos este episodio-piloto a todos los fans que nos han precedido a la hora de escribir una Fan-Fiction sobre DALLAS y a todos los que nos van a leer: vosotros váis a decidir el futuro de los personajes.