La barbacoa anual de los Ewing estaba empezando a recibir a sus primeros invitados...
- Hola, Punk, Mavis, nos alegramos mucho de que hayáis podido venir... – dio la bienvenida Pam.
- No me lo hubiera perdido por nada en el mundo. ¿Dónde está ese marido tuyo...?
- Está dentro, Punk, con Ray – respondió una elegante Donna.
Punk y Mavis entraron en la casa para saludarles, mientras Val se acercaba a las dos mujeres.
- Ha quedado todo fantástico, chicas. Espero que todo el mundo se lo pase bien...
- Claro que sí, Val, y gracias a ti y a Donna. Mi nuevo empleo en la editorial no me deja mucho tiempo libre – comentó Pam.
- ¿No es ese tu primo Will? – preguntó Donna, mirando hacia un atractivo hombre de unos 40 años que acababa de entrar caminando, vestido con tejanos, una camisa de cuadros y un sombrero gris.
- Sí, el mismo.
En otro rincón de la zona preparada para la barbacoa, Bobby también había reparado en la llegada de Will. Le miró fijamente hasta que este le sonrió, y luego Will le perdió la vista cuando Pam la saludó efusivamente.
Sue Ellen llegó con John Ross, vestidos ambos con atuendo tejano, para la ocasión.
- ¿Estás preparada para otra barbacoa Ewing, madre?
- Sí, las he echado mucho de menos estos últimos años...Southfork siempre fue mi hogar, a pesar de todo.
- Me he tomado la libertad de invitar a una amiga mía, espero que no te moleste.
- No, en absoluto – dijo ella, sonriendo - ¿la conozco?
- Sí, está ahí – John Ross señaló a una hermosa joven rodeada por varios jóvenes que querían bailar con ella.
- ¿Has invitado a Debbi Porter...? – Sue Ellen se quedó boquiabierta.
- Bueno, si mis tíos pueden invitar a sus secretarias, no veo porqué yo no voy a poder invitar a Debbi, que ahora es nuestra empleada en la emisora...pero, por favor, nada de hablar de negocios...
John Ross se acercó a la mujer, y esta le saludó con un beso en la mejilla. Después, saludó con la mano, inocentemente, a Sue Ellen.
- No me dijiste que ella estaría aquí...
- ¿Mi madre, perderse una barbacoa en Southfork? Además, también vamos a celebrar mi graduación, y yo decido quién viene a mis fiestas...
- Val y Donna seguían saludando a los recién llegados. Ahora era el turno de Marilee Stone y su nieto Johnny Lee.
- Espero que disfrutéis de la barbacoa. Sentíos como en vuestra propia casa – les dijo una amable Val.
- ¿Dónde está Betsy? – preguntó ansioso Johnny Lee.
- En la piscina, creo. Enseguida vendrá para aquí.
- Mejor voy yo a buscarla...
- Marilee miró encantada a su nieto, y luego miró a las dos mujeres:
- ¿No sería fantástico que esos dos acabasen algún día juntos? – acto seguido, se adelantó para pedir una copa.
- Esa mujer me da escalofríos...- dijo Val.
- Créeme, no eres la única, y además, debe de estar furiosa: Sue Ellen y ella tuvieron una discusión horrible en el tocador del Baile de los Barones. Si la conozco bien, ha venido a vengarse...
Val la miró aturdida. Por lo que estaba comprobando, había mucha gente en Dallas que podía rivalizar con el difunto J.R.
John Ross enseñaba a Debbi Porter la piscina de la casa principal cuando encontraron a Betsy y Johnny Lee en una posición comprometida, encima de una tumbona.
¡Te dije que se había acabado! – la joven se levantó de repente, y se tiró a la piscina.
- Pídele a Teresa un bañador, a mi tía Val le daría un patatús si viese según qué espectáculo en la piscina...
Debbi rió el comentario, dándose cuenta de que cada vez le gustaba más aquel joven. Era varios años mayor que ella, tal vez más de 10, pero la trataba con tanto respeto y devoción que no podía rehusar sus invitaciones. Además, él y su madre habían salvado su reputación al declarar en rueda de prensa que Debbi no había tenido nada que ver con el reportaje manipulado.
- ¿Quieres que te enseñe mi habitación?
- Tal vez más adelante, pero ahora podríamos pedirle un bañador a Teresa...
- ¿Sí? Pero tú también te bañarás conmigo, ¿verdad?
- No es para nosotros, es para ellos...
Debbi señaló a Betsy y Johnny Lee, que jugueteaban desnudos en la piscina...John Ross se quedó congelado.
En casa de los Krebbs, Maggie se daba los últimos toques para unirse a la barbacoa. Pensó en el diario que había leído, el de Margaret Hunter, su abuela paterna. Tenía que haber más en alguna parte. Entró en el dormitorio de sus padres, y miró en la parte superior del armario. Su madre había reordenado muchas cajas ese último mes.
Luego subió a la buhardilla, repleta de cajas con notas que indicaban su contenido. Por fin, encontró una que decía: “M.H.” La abrió y allí, envueltos en papel, había tres diarios más escritos por Margaret. De 1947 a 1950. Los cogió y, cuando iba a guardarlos en su habitación, oyó la voz de Christopher.
- ¡Maggie! ¿Estás ahí? ¿Aún no vas a bajar?
- Ahora mismo, Chris. Ve tu delante...
Barbara y Lucy charlaban animadamente pero en tono de conspiración.
- Entonces, ¿cuándo será la reunión?
- Cuando acabe la barbacoa. Debemos informar a tu familia de nuestras sospechas, Lucy, y ponernos en contacto con Dusty. Las cosas no van muy bien por Southern Cross...
- ¿Has hablado con tu hija Carrie?
- Sí, hay problemas en el paraíso. Por lo visto, Madeleine tuvo una gélida recepción allí. Después, parece que volvieron a Suiza...
- Lamento que esto afecte a tanta gente...
- Lucy, esto nos afectará a todos si se confirma lo que sospechamos. Cuanto antes hablemos con los demás, mucho mejor...
Sue Ellen y Marilee chocaron la una con la otra, como ya iba siendo habitual.
- Lo siento...- dijo Sue Ellen, antes de ver quién era...
- Me hago cargo de tu situación, encanto – soltó Marilee.
- La ex mujer de J.R. hizo oídos sordos y se acercó hasta donde estaba Pam.
- ¿Y bien, preparada para tu viaje a Italia?
- Oh, sí, Sue Ellen. Estoy emocionada. Lo pasamos tan bien en París...y hemos preparado un reportaje excelente, tanto para "Woman Today" como para tu nuevo canal de TV...
- He visto que Debbi Porter estaba acompañada de John Ross...¿Qué piensas de eso?
- Me parece bien, de momento. El ya es casi un adulto y ella...se vio envuelta en algo que pudo haberla perjudicado.
- La venganza personal de Alan Beam por poco se lleva a cabo...
- De hecho, y no se lo digas a nadie, Pam – dijo ella en voz baja – pero creo que un tal Richard Channing está bastante furioso con él, y con Industrias Westfork...
- Pobre Gary...
En casa de Gary y Val, Bob esperaba que su hermano terminase una llamada telefónica. Finalmente, lo hizo.
- Gary, todo el mundo pregunta por ti...¿Ya estás preparado para la barbacoa Ewing?
- Espera un momento, Bob. Quería comentarte una cosa – Bob cambió el semblante enarcando las cejas - ¿Recuerdas aquel proyecto con Richard Channing en que insistía tanto Alan Beam?
- ¿El del oleoducto de California?
- Sí, ese. Hoy he descubierto que Richard Channing me culpa a mí de la ruptura de contrato. Por lo visto, Alan falsificó mi firma en aquel contrato previo y se lo envió por fax el día que se marchó de Dallas. Channing me ha dicho que me había ingresado además un millón de dólares en una cuenta a mi nombre en California...
- ¿California?
- Sí, pero...yo hace tiempo cancelé todas las cuentas que tenía allí. Por lo visto, Alan se ha hecho pasar por mí para abrir una cuenta y poder cobrar ese millón como primer pago en el trato del oleoducto...
- No me digas que Alan ha estafado a Channing usando tu nombre...
- No sólo eso. Por lo visto, él le prometió que le pagaría un segundo millón si lograba que se cerrase el trato. Ese millón lo ha cobrado Alan en un banco de Suiza...
- Es decir, que tenemos a Alan Beam escapando de Dallas con un maletín con 2 millones de dólares...
- Correcto, aunque no exacto. El día que se marchó, estaba muy nervioso por el accidente de Bobby. Le dije a Alan que siguiese adelante con el negocio de Channing. Poco después, mi secretaria me trajo un informe que le había encargado sobre éste: lo que me encontré en el informe me puso los pelos de punta. Aunque sólo la mitad fuera cierto, ese sujeto no es el mejor socio que se pueda tener...
- ¿De qué iba?
- Contactos con una multinacional europea con pasado terrorista, con un grupo mafioso llamado Los Trece, fue víctima de varios atentados contra su vida, fue condenado a prisión por diversos crímenes e, incluso, su segunda mujer murió misteriosamente...Así que me eché atrás en el trato. Intenté contactar con Channing pero me fue imposible, y Alan había desaparecido. Lo demás ya lo sabes...
- ¿Quieres decir que Channing podría volver para exigirte esos 2 millones de dólares?
- No sólo eso, Bob. Quiere que seamos sus socios en el oleoducto, a cualquier precio. Estoy harto de este negocio...Cada día estoy más harto, de verdad, Bob...
Fuera, en la barbacoa, Chris y Maggie bailaban.
- ¿No te ha dicho nadie que últimamente estás muy misteriosa?
- Gracias, lo tomaré como un cumplido. – Maggie vaciló.
- ¿Qué ibas a decirme?
- Nada – la chica cambió de idea. Recordó las palabras de su madre sobre la existencia de Lucas. - ¿Nunca has echado de menos un hermano, Chris?
- Bueno, John Ross ha sido lo más parecido a eso, por lo menos en la parte negativa... – ambos rieron el chiste - ¿Por qué lo preguntas?
- Hace poco me enteré por casualidad de que un amigo mío tenía un hermanastro, aunque él no le conoce.
- Debe ser difícil vivir alejado de tus hermanos y de tus padres, sobre todo cuando eres niño. Mi padre, que yo sepa, no ha tenido más hijos que yo, que soy adoptado. – Maggie le miró con ternura, intentando decidir qué era lo que debía hacer.
- Christopher, tienes un hermano, tu padre tuvo otro hijo, con Jenna Wade.
Christopher se echó para atrás, con semblante confundido. Cuando la joven empezó a balbucear una disculpa, Chris echó a correr en dirección a su padre.
Donna, que había estado observándoles, se acercó rápidamente a su hija.
- Cariño, dime que no se lo has dicho a Christopher...
- Lo siento, creía que debía saberlo...
Donna abrazó a su hija, y buscó con la vista a Bob, que estaba cerca de una de las mesas, con Gary.
- Como en los viejos tiempos, ¿eh, Gary?
- Más o menos, sólo que ahora nosotros somos los padres...
- Perdona, Bob, ¿puedo hablar contigo un momento?
Bob y Donna se apartaron de los demás.
- Hace unos días, Maggie encontró el viejo diario de la madre de Ray, Margaret, y, cuando le estaba explicando la historia de sus abuelos, se me escapó que existía otro heredero tuyo, Bob.
- ¿Hablas de Lucas?
- Claro.
- ¿Y bien?
- Bueno, creía que no se lo dijisteis nunca a Christopher para no tener que explicarle las circunstancias de tu ruptura con Jenna y tu segunda boda con Pam...
- Entonces ya no vivías aquí, Donna, pero sí. Cuando Jenna y Ray se casaron, Christopher y yo hablamos de Lucas. De hecho, se enteró por casualidad, a través de la hija de Jenna, Charlie. Le costó mucho aceptarlo pero creo que lo hizo. En aquella época, lo pasó muy mal y todo lo achacaba al hecho de ser adoptado.
- No lo sabía...Entonces, ¿por qué ha reaccionado de forma tan extraña, cuando Maggie se lo ha dicho?
- Hablaré con él. Gracias por preocuparte, Donna – Bobby la besó cariñosamente en los labios.
Will y Bobby por fin se habían saludado, en medio de la multitud de invitados. Sus caras no lo expresaban, pero lo que susurraban sí era bastante expresivo. No muy lejos de ellos, Betsy no les quitaba la vista de encima.
- Te he echado de menos – rompió el hielo Bobby.
- Y yo también. Recibí tu carta...y tu dibujo – reveló Will – eres muy bueno, en ambas cosas.
- Tú también...
Will se sonrojó y le preguntó sin rodeos:
- ¿Cuándo podré verte...a solas?
- Dentro de quince minutos, en los establos del Sur. John Ross hará su gran discurso...
- Algo me dice que no te gusta demasiado tu primo...
- Chris y James son simpáticos, pero John Ross siempre nos mira a Betsy y a mí como si fuéramos monstruos, por el hecho de ser gemelos...
Will levantó su vaso y lo chocó contra el de Bobby. Luego se acercó hasta donde estaba Pam.
Al mismo tiempo, Betsy se acercó hasta su hermano.
- Interesante ese primo de Pam. ¿Crees que soy su tipo?
- Tienes a Johnny Lee pendiente de ti. Deja a alguien para los demás...
Betsy sonrió mientras su hermano se alejaba. Poco sospechaba él que sabía leer los labios y había “leído” todo lo que se habían dicho, incluida su cita en los establos...
- En las barbacoas de los Ewing, la gran cuestión siempre es: ¿quién se caerá en la piscina? – decía una alegre Marilee. – Hola, Bobby – saludó con ímpetu.
- Hola, Marilee... – Bob torció el gesto...
- He oído que Pam viaja mucho últimamente. Si te sientes solo, llámame y podemos comer juntos...en mi casa.- Marilee abrió su enorme boca de par en par.
- Veo que te lo pasas bien, como de costumbre. ¿No habrás visto a mi hijo Christopher?
- No, es demasiado joven para mí. Pero dentro de un par de años, estará en su punto...
El pensamiento de Marilee intentando seducir a Chris llenó de pánico a Bob, que no podía aguantarse la risa...
- ¡Te he dicho que se acabó! – gritaba Betsy.
- Hace un momento no pensabas lo mismo... – era Johnny Lee, ambos aún con el pelo mojado por el baño en la piscina.
- No quiero volver a verte, déjame en paz. No tienes suficiente clase para mí, ni tu familia tampoco.
Los ojos de Marilee hacían chiribitas. Se acercó a ellos corriendo, junto a la piscina.
- Retira eso ahora mismo, niñata engreída... – exigió Marilee.
- No me da la gana. Y usted es una anciana decadente que no tiene quien la acompañe a una fiesta y tiene que ir siempre con el palurdo de su nieto colgado del brazo...
Marilee levantó la mano para abofetearla, pero Bobby se la sujetó.
- Olvide eso, señora Stone. Y vuelva con los demás.
Los gritos habían atraído a varios invitados, y a miembros de la familia, como Will, Val, Lucy y Maggie.
- Eres una mujerzuela inadaptada, como tu hermana Lucy.
Lucy se plantó delante de Marilee, con los brazos firmemente plantados en su cintura. Miró a Will con complicidad y entre los dos, empujaron a Marilee a la piscina. Johnny Lee, furioso, intentó derribar a Will pero golpeó a Bob en su lugar. Will saltó en seguida y dio un puñetazo a Johnny Lee, que acabó con su abuela en la piscina.
- Y recuérdalo bien, porque es lo que decía siempre mi abuela: “Los Ewing podemos tener razón o equivocarnos, pero nos mantenemos unidos como una familia y nos defendemos los unos a los otros.”
Una vez solos, Johnny Lee intentó ayudar a salir a su abuela, pero ésta se liberó de sus manos mientras murmuraba: “Malditos Ewing, me vengaré de ellos...”
Cuando Marilee salía del rancho para volver a casa, Sue Ellen corrió a despedirla:
- Oh, querida. Espero que hayas recibido lo que te mereces. Veo que el traje que llevas está encogiendo. Debe de ser de mala calidad...Lee mi revista si quieres aprender a vestir con clase.
Sue Ellen dio media vuelta mientras Marilee resoplaba...
Minutos después, Ray dio uno de sus potentes silbidos para recabar la atención de los asistentes. A su lado estaban Bob, John Ross y Sue Ellen.
Un poco más allá, Maggie, Lucy, Betsy, James y Cally.
Amigos y familia – requirió Bob en voz alta - Queremos aprovechar que estamos reunidos con ocasión de nuestra barbacoa anual, para anunciar que mi sobrino John Ross acaba de graduarse en la SMU y se va a reincorporar inmediatamente a la Ewing Oil, ahora en el puesto de Presidente de la Compañía...
Todos aplaudieron, animados por Ray, Bob y Sue Ellen.
- Estoy muy contento de poder seguir los pasos de mi padre y de mi abuelo, y volver al negocio de aquello que salvó estas tierras, hace muchos años: el petróleo.
Cally observaba curiosa a James. Este la miró y se les acercó. Felicitó a su hermano, y añadió:
- Me siento muy orgulloso de que John Ross, mi querido hermano pequeño, que ya no es tan pequeño, haya sido capaz de llegar hasta donde está. Además, creo que su madre Sue Ellen tiene que anunciar otra noticia...
Sue Ellen se sorprendió, inicialmente, y luego, sonrió y levantó la cabeza con orgullo, mientras decía:
- En efecto. Muy pronto, voy a abandonar la Ewing Oil y ésta pasará a manos de mi hijo, y de su hermano James. Ambos serán los dueños de la empresa al 50%...
Ahora John Ross era el sorprendido...¿Por qué su madre le había ocultado su decisión, y ese nuevo acuerdo con James?
La familia y los invitados aplaudieron de nuevo.
Lucy y Barbara habían decidido reunir a la familia para informarles de sus pesquisas. Chris, Will y Bobby parecían haber desaparecido.
- Debes confiar en él, cariño. Sobre todo después del cambio que ha dado últimamente.
- Y confío en él, Valene. Pero tengo que encontrarlo. Las escapadas súbitas son un mal síntoma...
- Creo que iba hacia los establos la última vez que lo vi...- informó Betsy...
- Gracias, nena...
Betsy pasó la mano a su madre por encima del hombro, mientras sonreía con cierta perversión.
James sirvió una copa a Cally y se reunieron con los demás en el salón.
- ¿Qué es lo que ocurre?
- Es algo muy importante que debéis saber, pero tendríamos que esperar a que volviese Gary...- comentó Lucy.
- Créeme, James, cariño: vale la pena esperar para saber de qué se trata...
- ¿No hueles el viejo aroma de la conspiración, Ray? – preguntó Donna en voz baja. Este levantó las cejas circunspecto.
En el piso superior del establo, Bobby y Will charlaban, ajenos a aquello...
- Hace un mes que te conozco y eres como de la familia...
- Realmente soy de la familia, aunque por matrimonio, el de Pam y Bob...
- Me siento muy cercano a ti. Quizá no debiera decírtelo, pero hubo otra persona hace unos meses...Un profesor del instituto...Creía sentir algo por él, pero me engañaba a mí mismo. Ahora lo sé...
- Soy mucho mayor que tú, Bobby, y ni siquiera eres mayor de edad...Sinceramente, ¿crees que podríamos tener un futuro juntos? ¿No te estaré quitando oportunidades para hacer otras cosas, para conocer a gente de tu edad?
Sólo sé que, ahora, quiero estar contigo...y en más de un sentido...
Will y Bobby se besaron apasionadamente, mientras empezaban a desabrocharse las respectivas camisas...
En la Mansión Southfork, los mayores seguían esperando mientras los jóvenes se bañaban en la piscina, mientras caía la noche...
- Los chicos han organizado una buena escaramuza antes, con la pobre Marilee...
- ¿Pobre, estás bromeando? – ironizó Sue Ellen.
- Siempre anima las barbacoas de los Ewing. Hace muchos años, mi prima Jamie la empujó a la piscina, también en una barbacoa...
- Era una chica muy valiente, tu prima Jamie... – recordó con simpatía Sue Ellen.
- ¿Y dónde está ahora? – preguntó James sin pensar.
- Un día, nos llamaron desde California. Jamie había muerto en un accidente de montañismo, un año después de aquello...- informó Pam.
- Dios mío, qué horrible – dijo Cally, abrazándose a James.
De repente, sonó el teléfono. Sue Ellen y Pam se miraron fijamente. Bob captó el gesto de complicidad y se adelantó para responder al teléfono, deseando con toda su voluntad que fueran buenas noticias.
El silencio podía cortarse cuando Bob empezó a hablar. Ray besó a Donna, Cally se abrazó con más fuerza a James, Barbara, Lucy y Val observaban a estos, y Sue Ellen y Pam se levantaron finalmente, impacientes. Las dos mujeres habían tenido un mal presentimiento...
Bob colgó el teléfono. Con lágrimas en los ojos, informó a la familia...
“Era Dusty, que llamaba desde Southern Cross...Le han comunicado desde Suiza, que Clayton ha tenido un accidente de esquí...Ha sufrido un ataque cardiaco fatal...Ha muerto.”
FIN DEL EPISODIO 11
Actores invitados:
KEHLY GRAY (Kelly)
MORGAN WODWARD (Punk)
ALICE HIRSON (Mavis)
FERN FITZGERALD
como Marilee Stone
y
presentando a
MOLLY HAGAN
como Carrie Baxter-Farlow
"IMPERIO EWING" es un ciberserial escrito y editado por TONI DÍAZ y PAM´S TWIN SISTER. Los personajes principales de este ciberserial fueron creados por DAVID JACOBS para las series "DALLAS" y "KNOTS LANDING".
Las fotos que se han utilizado pertenecen en su mayoría a WARNER BROS. Su finalidad es exclusivamente ilustrativa y no lucrativa. Ninguno de los actores, guionistas, productores o actores ajenos a estas series, tienen ningún tipo de relación con el ciberserial, aunque estamos abiertos a todo tipo de ofrecimiento.
Episodio 12:
"EL PADRASTRO"