Al día siguiente, Sue Ellen invitó a Pamela a jugar una partida de tenis en su casa. En un momento dado, la invitada le comentó:
- Si sigues así, agotarás todas las pelotas de tenis del Estado...
Sue Ellen sonrió, disculpándose. Dejó su raqueta en una de las sillas y ofreció a Pam un vaso de té helado.
- ¿Estás preocupada por Clayton, verdad?
- Estoy preocupada...por nosotros, en realidad. Me preocupa no saber qué ha ocurrido realmente, y no tener aún noticias de Dusty, que ya debe de haber llegado a Zurich.
- Te entiendo. Cuando recibimos la llamada, no pude evitar pensar en Jamie y en Jock, también nos avisaron por teléfono cuando murieron, y no tuvimos oportunidad de despedirnos de ellos...
- Sí, sabía que tú pensabas lo mismo. De repente, es como si me hubiera dado cuenta de que es la mejor persona que he conocido en toda mi vida...
- Sue Ellen...debiste de apoyarte mucho en él cuando te divorciaste de J.R. la primera vez...
La mujer sonrió con amargura, y le respondió:
- ¿Sabías que Clayton estaba enamorado de mí? Antes de empezar a salir con Ellie, quiero decir...?
Pam se quedó boquiabierta, y negó con la cabeza. Sue Ellen recordó una conversación con él que mantuvo casi veinte años antes...
Clayton había llegado a Southfork para recoger a Ellie. La segunda boda de J.R. y Sue Ellen se había celebrado apenas unas semanas antes. Sue Ellen estaba leyendo una revista junto a la piscina y se alegró de ver a Clayton. Sin embargo, éste no parecía tan contento de verla, sobre todo cuando Sue Ellen le dijo:
- Creía que éramos amigos...
- Quieres decir, excluyendo a los demás, ¿no?
- No. Sólo es que...teníamos una relación tan...
- ¿Desigual?
- Bueno, ¿qué es lo que sientes por Ellie?
- No creo que sea de tu incumbencia, Sue Ellen.
- No...no lo entiendo – balbuceó ella.
- No lo entendías entonces, ni tampoco ahora...” – concluyó Clayton, dándose media vuelta y entrando en la casa...
Sue Ellen miraba fijamente a Pamela, y ésta le cogió la mano. Su amistad de tantos años permitía que pudieran llevar estas situaciones sin mediar palabras...Aún así, Pam añadió:
- No sé qué hubiera sido de Ellie sin un compañero tan leal como Clayton. Sólo pensemos en eso...
Sue Ellen asintió, y se alegró de tener tan buenas amigas como ella...
En otro lugar de Dallas, Lucy visitaba a Will en su despacho del Cattlemen´s Bank.
- Estás muy interesante con ese traje, querido Will... – bromeó coqueta Lucy.
- Gracias, Lucy, tú también...con ese... – la observó, mirando su amplio escote – con esos zapatos tan elegantes.
- Más vale que lo sean, porque son carísimos...Bueno, ya sé que el tiempo es oro, y más aún para los banqueros, así que iré al grano. He estado pensando en lo que hablamos ayer, y quiero ampliar mi pequeño “imperio”. No sólo quiero adquirir la cadena de galerías de Cally, sino también abrir nuevas, pero no aquí: en Nueva York. Allí es donde expone todo el que es alguien en el mundo del arte...
- Me parece muy buena idea, Lucy, pero ya sabes que es una de las ciudades más caras del mundo...
- Ya lo sé. He estado comentándolo con mi abogado, y me ha sugerido que no toque mi fondo de pensión, ni tampoco las inversiones que hice en su día para que Peter las herede. Por tanto, y como soy una despilfarradora, había pensado en pedir un préstamo al banco de un buen amigo mío...
- Perdona la pregunta, Lucy – dijo Will, poniéndose serio por un momento – pero, ¿por qué no te asocias con alguno de tus familiares, o bien les pides un préstamo a ellos? Así no pagarías intereses.
- Quiero dejarle algo valioso a mi hijo, y no sólo un montón de obras de arte carísimas. No quiero venderlas para poder hacer mis negocios, ni tampoco pedirle ayuda a mi familia. Fui una mocosa malcriada durante mucho tiempo, quizá demasiado, y ahora quiero ser completamente independiente. Había pensado en utilizar como aval mi parte de las tierras de Southfork...Ya sabrás que hace unos años, Bobby – Will pareció sorprendido al oír ese nombre – repartió la propiedad entre los herederos...Mi tío Bobby, quiero decir.
- Sí, claro... – Will sonrió de oreja a oreja, intentando disimular el malentendido...
- ¿Crees que el 10 % de Southfork será aval suficiente para la cantidad que necesito invertir?
Will estudió los documentos de propiedad que Lucy le había traído, y luego asintió, añadiendo:
- En principio creo que no habrá ningún problema. Con el valor de tu parte, podrías comprar todo Broadway...Por cierto, ¿has visto ya algún local interesante en Nueva York?
- Oh sí – Lucy sonrió entusiasmada – he visto uno pequeño en el Soho, y otro absolutamente fabuloso en uno de los edificios más impresionantes de la ciudad...
- ¿Sí? ¿En cuál?
En el World Trade Center, en una de las primeras plantas...
James aparcó su deportivo delante de la casa principal, y Jimmy y Ellie salieron a recibirle alegremente.
- Hola, chavales... – dijo mientras los cogía a los dos en brazos y les daba un beso - ¿Dónde está mamá?
- Está en el estudio, pintando un cuadro nuevo... – informó Jimmy.
- Vaya...Voy a darle un beso, y enseguida me reúno con vosotros en la piscina...
James entró en el estudio de Cally, que Pamela había acomodado para ella cuando volvieron de la luna de miel.
- ¿Cómo está mi pintora favorita?
- Hola, cariño – dijo ella, dejando el pincel encima de la mesa.
- Jimmy me ha dicho que estabas aquí.
- Sí, ¿qué te parece....? – Cally dio la vuelta al lienzo para que James pudiera verlo: era un retrato de Clayton, aún por terminar.
- Es genial, estoy seguro de que a todos les encantará...
- Estaba tan triste que entré aquí y ventilé el estudio, y entonces se me ocurrió la idea de hacer algo para recordar a Clay...
- Se portó muy bien contigo cuando estuviste casada con mi padre, ¿verdad?
- Sí. Y Ellie también. Me enseñaron a hablar correctamente, y a comportarme en público, y a vestir con elegancia...Si me hubieras visto en la granja de mis hermanos en Haleyville...
- Voy a refrescarme con los niños en la piscina...¿quieres bañarte con nosotros?
- No, prefiero adelantar un poco el trabajo...Ah, James. Hoy vamos a cenar con la familia...a la hora de siempre.
Te quiero – le dijo, guiñándole un ojo.
A las siete de la tarde, la familia ya había terminado de cenar y estaba disfrutando la última copa en la sala de estar...
Cally, Val, Pam y Donna hablaban por un lado, y los hombres se habían agrupado por el otro.
- Me parece estupendo que vayas a dedicarle un retrato a Clayton – comentó sinceramente Donna - ¿Dónde has pensado colgarlo?
- Bueno, eso dependerá de Bobby – dijo mirando a Pam - ¿crees que él, o Gary, o Ray se enfadarían si lo colocáramos junto al cuadro de Ellie, aquí, en el salón?
Pam miró el cuadro de la matriarca que Cally había regalado a Clayton poco después de su muerte. Aunque ella vivía en el otro extremo del país, en Florida, había lamentado profundamente la pérdida y quería homenajearla de alguna forma. Ahora le ocurría lo mismo con Clayton...
- Bueno, Cally – contestó Pamela, hablando lentamente – estoy segura de que Bobby no se opondrá, y si lo hace, tendrá que vérselas conmigo.
- Ni tampoco Ray, te lo aseguro – añadió Donna, con complicidad.
- Y pobre de Gary si se atreve a decir algo en contra – el tono de Val provocó las carcajadas de las demás mujeres, mientras ella se hacía la inocente...
Mientras, el teléfono sonó en el vestíbulo y Teresa atendió la llamada. Una vez más, preguntaban por Bobby. Este acudió enseguida. Las mujeres se miraron las unas a las otras, con un cierto temor en el cuerpo...
- Aquí Bobby Ewing. Ah, hola, Dusty. Sí – todos dejaron de hablar en el salón, pero Donna se ofreció a servirles otra copa, para quitarle tensión a la espera. – De acuerdo. Lo siento mucho, Dusty, de verdad...
Bob colgó y regresó al salón. Pamela le preguntó lo que todos querían saber:
- ¿Era Dusty desde Suiza, verdad?
- Sí. Cuando llegó a Zurich, se entrevistó con el secretario de Madeleine y éste le dijo que ella ya había identificado el cadáver y, que ya había sido incinerado...
- ¿Incinerado? No me parece propio de alguien como Clayton – comentó Ray.
- A mí tampoco. Pero, bueno, todo ha pasado ya. No podemos hacer nada por él. Dusty regresará mañana a Southern Cross.
- ¿Cómo te ha parecido que estaba por teléfono? – preguntó Val.
- Abatido. Completamente abatido. Sin energía, parecía otra persona...Supongo que eso es normal cuando pierdes a tu padre...
En ese momento, Ray y Donna se miraron, y luego miraron a Pamela. Bobby recordó, efectivamente que Clayton no era el verdadero padre de Dusty, y sintió más pesar por él...
(fundido en negro)
La noche había caído cuando Dusty llegó al rancho Southern Cross, en San Angelo. La limusina de los Farlow le dejó en la entrada, y el mayordomo sacó el equipaje del maletero. Después de intercambiar unas frías palabras con el mayordomo, Dusty entró en el salón, y fue hacia el mueble-bar. Cogió un vaso corto y metió un cubito de hielo. Luego tomó la botella de “bourbon” y llenó el vaso. Después del primer trago, se aflojó la corbata y apuró el vaso.
Caminó por el salón, sintiéndose más solo que nunca. Sobre la repisa de la chimenea, había un par de retratos: uno de Clayton y Ellie, y otro de Amy, su madre.
Por lo menos, eso había creído durante la mayor parte de su vida...Su mente viajó en el tiempo, hasta la edad de diez años...
En 1954, la familia Wayne era una de las más poderosas del estado. El negocio de las refinerías de petróleo había contribuido a aumentar su riqueza, sobre todo desde que su única hija, Amy, se casó con Clayton Farlow...Fallecidos los Wayne, la pareja vivía en el rancho Southern Cross, a las afueras de San Angelo.
Ese día, se esperaba una misteriosa visita: era la tía del pequeño Steve, luego conocido como Dusty. Jessica Farlow había cambiado la riqueza de Tejas por la nobleza de Inglaterra. Ahora, Jessica regresaba al rancho donde se había criado junto a su hermano y la esposa de este... Jessica era una mujer pelirroja, hermosa, con la nariz respingona y los ojos castaños. Su estancia en Londres la había convertido en una mujer sofisticada, aunque no había perdido la intensidad de su mirada.
- Oh, Clayton, cómo te he echado de menos, y a ti también, mi querida Amy. Espero que ya estés mejor... – Amy era una mujer también muy hermosa, de rasgos refinados, pero frágil de salud. – Cuando Clayton me dijo que estabas enferma, no pude por menos que tomar el primer vuelo hasta aquí.
Clayton rodeaba a Amy con el brazo, y Dusty se escondía detrás de ellos...
- ¿Y dónde está ese pequeño diablillo...Steven?
El pequeño se echó a temblar y Amy le cogió del brazo con ternura, para que saludara a la que le presentaron como su tía Jessie.
- Oh, qué muchachito más guapo...cómo se nota que es un Farlow...
Clayton lanzó a Jessie una mirada asesina, mientras Jessie daba instrucciones a los criados de su hermano.
Unos días después, Clayton y Jessie fueron a cabalgar hasta la colina de McKinney, a unos kilómetros de San Angelo en dirección norte. Habían bajado del caballo para descansar un rato...
- Jessie... – empezó a decir Clayton, con el semblante muy serio.
- El pequeño Steven es tan saludable, y tiene unos ojos como el azul del cielo. No sabes cómo he esperado que llegase este momento, hermano...
- Jessie, ¿por qué has venido? – Clayton tenía la tendencia de ser demasiado directo con las personas más cercanas a él. - ¿Y por qué no ha venido contigo Henry, tu marido?
- El no lo hubiera comprendido. No quería compartir esto con él, sino contigo, Clay. Después de tantos años...conocer a mi hijo Steven...
El secreto familiar había salido a la luz de nuevo en aquella colina solitaria.
- Me prometiste que nunca volverías a Tejas, ni harías nada para volver a ver al niño...
- Pero, Clay, tú no lo entiendes. Amy está enferma, podría morir, y mi hijo se quedaría sin madre. Y sólo tiene diez años...
- ¿Y de verdad crees que le diríamos a Steve que eres su verdadera madre si Amy muriera? Si de verdad crees eso, es que estás loca...
Jessie se asió con fuerza al brazo de su hermano, arañándole involuntariamente.
- Ya veremos quién de los dos está loco... – a continuación se subió al caballo y volvió al rancho, cabalgando a toda velocidad...
De vuelta al presente, en casa de los Krebbs, la pareja se había quedado sola después de que Maggie les diese las buenas noches y subiera a su habitación.
- ¿Has pensado lo mismo que yo, antes, cuando ha llamado Dusty? – preguntó Ray.
- ¿Si he pensado en quién, en Jessica? Claro que sí...No sé porqué, pero de repente, me ha parecido que Dusty podría tener graves problemas con su padre a causa de todo aquel incidente con Jessica...
En 1984, Jessica había vuelto a visitar a su hermano, pero nadie sabía por entonces que ella era la madre natural de Dusty. Su inestabilidad mental la había llevado a secuestrar a Ellie e intentar reunirse con Dusty en Southern Cross, con la idea absurda de vivir allí felices con Clayton. Pero Ellie era un obstáculo para ella...
- Hacía tiempo que no pensaba en Jessie...Es curioso, ha aparecido tres veces en nuestras vidas, y las tres veces su aparición ha tenido graves consecuencias...
- Recuerda que la última vez, cuando falleció, Dusty se convirtio en su heredero y gracias a la fortuna Montford, los Ewing pudimos conservar Southfork...
- Sí, fueron tiempos difíciles...Barbara también fue de gran ayuda en aquella época: sin ella, quizá Southfork habría sido embargado por el Gobierno...
- Sí... – la unidad de la familia ha sido vital para la supervivencia de los Ewing, si no contamos a nuestro querido J.R., claro – ironizó Donna.
- El diario de Jessie...todo me viene de nuevo a la cabeza...
San Angelo, 1956. Amy Farlow ya se había recuperado de la pulmonía que la había llevado al borde de la muerte, en parte gracias a los cuidados de su cuñada Jessie. Esta había aprovechado las circunstancias para pasar más tiempo en Southern Cross y ganarse el afecto de su hijo Steven.

Una tarde de verano, Jessica Farlow Montford se reunió en la ciudad de Fort Worth con su antiguo amante, Atticus Ward. En realidad, éste era el padre de su hijo, del hijo que tuvo que abandonar doce años antes.
- Ha sido toda una sorpresa volver a verte, Jessie. Aunque no creo que mi esposa pensara lo mismo... – dijo Atticus, ofreciéndole una copa de champán.
- Seguro que no, querido Atticus. Hace mucho tiempo que no nos vemos, pero he pensado mucho en ti. En las vacaciones que pasamos juntos en el lago Hoover en 1943, sobre todo. Durante uno de tus permisos – Jessie probó el champán. – No está mal, pero en Europa, esta marca está prohibida, o debería estarlo...
- Hay personas que nunca cambiarán, Jessie, y tú eres una de ellas...
- Te equivocas, porque sí he cambiado: ahora tengo un hijo...tu hijo. Y si valoras tu matrimonio, los dos vamos a conseguir lo que queremos...
- Dime lo que planeas de una vez, y dejémonos de rodeos...
Jessie sonrió aviesa y brindó por su futura relación...
Una semana después, Clayton tuvo que interrumpir una reunión de negocios en Houston debido a una llamada urgente: el rancho Southern Cross había sido pasto de las llamas...
Cuando llegó al lugar, Clayton quedó desolado al saber que su esposa Amy había fallecido a consecuencia del incendio...De la casa principal, sólo quedaba en pie la estructura, y Clayton ordenó que la tirasen abajo y se construyera una nueva casa. Este sería el Southern Cross rojo y blanco que los Ewing conocerían...
Cuando se reunió con su hijo y su hermana, Clayton aún se sentía sin fuerzas...A solas con Jessie, el hombre fue directo de nuevo:
- Jessie, aprecio la ayuda que me has dado en estos dos últimos años, pero creo que ya ha llegado la hora de que vuelvas a Londres...
- Clayton, mi querido hermano...sé que estás confundido y no es eso lo que quieres. ¿Quién va a cuidar del pequeño Steven? ¿Y de ti? – Jessie abrazó a su hermano estrechamente y cerró los ojos... – Estoy tan apenada por la dulce Amy, pero tienes que salir adelante, cariño...como hicimos cuando murieron nuestros padres. Yo cuidaba de ti...y tú cuidabas de mí.
Clayton se separó con delicadeza de Jessie, y se reafirmó en su decisión:
- Mañana, a primera hora, mi capataz te llevará al aeropuerto y regresarás a Londres...
Clayton abrió la puerta y salió de la habitación. El pequeño Steven se asomó entonces para ver si había alguien más dentro...Lo que vio, le marcó durante muchas noches: su tía Jessica había cogido unas tijeras y estaba destrozando los vestidos que llevaba en sus maletas, uno a uno...Steven, luego conocido como Dusty, echó a correr en silencio hacia los establos...
Southern Cross, verano de 2001.
Dusty Farlow llenó por enésima vez el vaso de “bourbon”, esta vez sin hielo. Estaba completamente solo en la casa, y, cuando oyó sonar el timbre, pensó en fingir que no lo oía. Miró a la foto de su padre abrazado a Ellie, y murmuró:
- Por ti: mi padre, mi tío, ¿mi padrastro...?
El timbre siguió sonando. Finalmente, Dusty abrió la puerta: era Barbara.
- Hola, Dusty.
- Lo siento, pero...creo que llegas en mal momento.
- Tenemos que hablar ahora. Tengo pruebas de que tu padre ha sido asesinado.
Barbara entró con paso firme y cerró la puerta.
FIN DEL EPISODIO 12
y de la
SEGUNDA TEMPORADA
Actores invitados (en “flashbacks”):
LARRY HAGMAN (J.R.)
ALEXIS SMITH (JESSICA)
DONNA REED (AMY)
BRANDON DE WILDE (DUSTY NIÑO)
JOHN LARCH (ATTICUS)
y
HOWARD KEEL
como
CLAYTON FARLOW
"IMPERIO EWING" es un ciberserial escrito y editado por TONI DÍAZ y PAM´S TWIN SISTER. Los personajes principales de este ciberserial fueron creados por DAVID JACOBS para las series "DALLAS" y "KNOTS LANDING".
Las fotos que se han utilizado pertenecen en su mayoría a WARNER BROS. Su finalidad es exclusivamente ilustrativa y no lucrativa. Ninguno de los actores, guionistas, productores o actores ajenos a estas series, tienen ningún tipo de relación con el ciberserial, aunque estamos abiertos a todo tipo de ofrecimiento.
Nota sobre los “flashbacks”:
- El primer FB (Bob y Clay) procede de nuestro primer fanfic SOUTHFORK, igual que la escena mencionada por Cally sobre el primer retrato.
- El segundo (JR en S.Cross) se ha extraído del episodio 78 de la serie original, “Heredero desaparecido”.
- El tercero (Sue Ellen y Clay) procede del episodio 122 de DALLAS, “Legado”.
- Todos los del último acto han sido ideados expresamente para este episodio, a partir de hechos y escenas mencionados en la serie original.
EPISODIO 13:
“36 HORAS”